25

Lo bueno de tener unas cortas vacaciones era que podía descansar más de lo debido, como por ejemplo hoy jueves que se levantaba a las once de la mañana, podría acostumbrarse a este gran descanso, le hacía bien.

Aunque no le duraría mucho, pues, su tobillo ya empezaba a mejorar. Volvería al show, los días de descanso terminarían, muy rápido.

Se estiró en su cama mientras soltaba un bostezo, revolviendo sus cabellos se hundió aún más en las almohadas, continuaría acurrucado hasta que tuviese hambre; o sea, estaría ahí muchas horas más. Cuando encontró una buena posición para manejar su celular, el timbre sonó. Refunfuño rodando en su cama, no podría descansar un poco más. Tomó una de sus muletas, para no hacer mucho esfuerzo y bajó por las escaleras. El timbre sonó una vez más, estando cerca de la puerta el aroma de su visita llegó a sus fosas nasales, se sorprendió por la espontánea visita.

Jungkook no le había venido a visitar desde que su agenda había empezado.

—Jungkook.—Susurro Jimin al abrir la puerta.

Realmente no se esperaba su visita, a menos que Jungkook trajese consigo dos bolsas de lo que veía muy bien que era comida.

—Hola, Jimin.—Sonrió.

—¿Qué haces aquí?

—No puedo visitar a mi novio?—Levantó una ceja. La pregunta hecha había creado tensión en el aire, un silencio se plantó entre ellos y las mejillas de Jimin empezaron a colorearse.—Bromeaba, estaba de pasada y vine por aquí.

—¿Pasada?—Trató de ignorar el calor en sus mejillas. Se sentía avergonzado.

—Sip, tengo un show cerca, en un programa y pues mi casa está muy lejos de aquí, así que dije "¿por qué no matar el tiempo almorzando con Jimin?"—Dijo mostrando las bolsas que traía consigo.

—¿Almuerzo?

—Sí...ya no hagas tantas preguntas.—Rió.—¿Me dejarás pasar?

Jimin asintió, soltando un suspiro y dándole paso, cerró la puerta su detrás soltando otro suspiro. Le pasaba algo, sentía su estómago revolverse y sus mejillas quemar; tal vez se estaba resfriando.

Sí, eso debía de ser.

Al darse la vuelta chocó con el pecho de Jungkook, lo había estado esperando para que ambos entrasen juntos. Y una vez más, Jimin salto en su lugar mientras que sus mejillas ardían. Jungkook extendió su mano para Jimin, el omega la tomó.

Lo ayudó con la muleta y que diese pasos suaves. Al sentir el tacto de Jungkook, una vez más, su estómago se revolvió. Se estaba enfermando.

—No es necesario.—Dijo Jimin soltándose de Jungkook.—Puedo hacerlo solo, ya no duele tanto.

—¿Seguro?

—Seguro.—Jungkook lo soltó y al hacerlo su estómago dejó de revolverse. Sería mejor, pues dejaría de sentirse enfermo.

Ambos caminaban por el pasillo, lento y seguro, Jungkook mantenía un ojo en Jimin para asegurarse que no se lastimase, fue algo que se dio cuenta el omega; podía sentir la mirada del alfa encima suyo. Le ponía nervioso, pero trataba de ignorarlo.

Entraron a la cocina de Jimin, bastante limpia, bastante vacía, era solo una habitación más en la enorme mansión. Jungkook puso las bolsas encima de la mesa mientras hacía que Jimin se sentara en una silla.

—Deja de hacer esfuerzo, me pones nervioso.—Dijo abriendo las bolsas.

—¿Por qué?—Soltó una suave risilla mientras ayudaba a que Jungkook sacara las cajitas de comida.

—Porque siento que en cualquier momento te caerás y te romperás el pie.

—Que exagerado.—Rodó los ojos.—Mira, estoy mejor.—Al decir aquello salió de su silla y se levantó, sin la ayuda de su muleta.

Quería probarle a Jungkook que solo estaba exagerando y se paró en el pie que estaba lastimado, la expresión de Jungkook era tan graciosa que reiría por aquello durante muchas semanas, quiso hacer la reacción del alfa aún más graciosa; así que fingió dolor.

La cara de espanto fue cómica, lo que no, la reacción de Jungkook. Pues dejo todo lo que estaba haciendo para ir al lado de Jimin, pasando una mano por su cintura y debajo de su espalda, con los ojos preocupados tratando de encontrar los de Jimin. Fue entonces, que Jimin supo que no fue una buena idea, se sentía más enfermo. Débil.

Tener a Jungkook tan cerca, con tanta preocupación por él, le hizo sentir algo raro, una palpitar en el corazón mientras que sentía como sus ojos se llenaban de luz. Nunca se había sentido tan importante para alguien, nadie se había preocupado tanto por él.

Aunque fuese trabajo, aunque no fuese real. Aunque Jungkook sólo lo necesitará para posar con él en algunas fotos y fingir ser su pareja. Se sintió muy especial.

—¿Estás bien?—preguntó, la preocupación denotando en su voz.

—S-sí.—Tosió, la tartamudez tenía que dejarle, se suponía que era una broma.—Tranquilo, solo jugaba.

—¿Enserio?—Ni siquiera podía tomarlo como una broma, estaba, verdaderamente, preocupado por Jimin.

—Si si, solo jugaba.—Rió, incómodo por el ardor en sus mejillas. Le era fácil sonrojarse, odiaba aquello.—No te preocupes.

—Mhm, no hagas esas bromas.—Soltó la cintura de Jimin, alejándose de él para así sacar las cajitas de comida.—Me preocupaste.

—Lo siento, ya no volveré a hacerlo.—Sonrió, tratando de ocultar sus nervios.

—Bien...—Tomó una de las cajitas de comida y se la pasó a Jimin.—Note que te gustan mucho los dumplings, te traje estos. Sin olvidar su ensalada y su jugo de naranja.

Jimin tomó la cajita de comida, al abrirla el olor exquisito de esta entró por sus fosas nasales, soltó un sonidito de gusto y una sonrisita. Hasta la ensalada era de su gusto, era tal y como las comía. Jungkook había tenido un buen ojo al observarlo comer.

Apreciaba aquello.

—¿Qué trajiste para ti?—Preguntó Jimin.

—Pollo a la naranja. —Sonrió.—Si quieres un poco te puedo invitar.

—Gracias.

No entendía a este punto, porque al principio de todo, Jungkook le caía mal. Era una persona bastante agradable y considerada, era gracioso, amable y observador. Tenía muchas cualidades para tener a las personas enredadas en su mano. Era un gran conversador, sacaba tema de conversación hasta de las nubes, aceptaba todo; incluso ver películas que no le gustaban. Era muy agradable.

¿Cuál habrá sido la razón para que a un principio le cayese mal? No lo recordaba.

Ahora aquello era lejos del presente, Jungkook empezaba a convertirse en una de sus personas favoritas, al igual que sus amigos.

Tener una buena relación sería vital.

Comieron en silencio, Jimin dando pequeños mordiscos mientras miraba de vez en cuando a Jungkook, cuando el alfa se daba cuenta de la atención del omega le sonreía de vuelta.

Jimin se sentía aún más enfermo del estómago, se revolvía como si algo le hubiese hecho mal y su rostro ardía como si tuviera fiebre. Debía de tomar algo para la incomodidad. Para su momentáneo malestar.

—¿Qué tal te pareció?—Preguntó Jungkook limpiando la comisura de sus labios.

—Me gusto mucho. —Sonrió.

—Me alegro, deberíamos ir a comer algún día ahí, hace tiempo que no hemos salido.

—Mi tobillo.

—Tu tobillo. —Sonrió. —Después de que te mejores completamente podemos ir ?te parece?

—Me parece un buena idea.—Sonrió hasta que sus ojos formaron medias lunas, hasta que sus mejillas se abultasen.

Olvidando aquella parte, que aquella salida sería exhibida en todos los periódicos y sitios de noticias, que jamás sería algo secreto entre ellos. Al recordarlo, de alguna forma su boca se hizo agria.

Miro a Jungkook por unos instantes, viendo sus facciones finas y bien detalladas, sus lunares extendidos por su piel, sus ojos redondos y sus dientes de conejo. Cada detalle en su rostro le parecía adorable y atractivo, era muy guapo, tanto que lograba sonrojarle con solo mirarlo.

Aún más, cuando Jungkook le atrapaba mirándole atentamente.

Le hacía sentir más débil.

Como si estuviese agarrando una fuerte fiebre.

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