22
—No se porque haces esto.—Dijo con la mirada fija en el camino.
—Tengo que, es mi trabajo.—Respondió Jimin, tomando un poco de su botella de agua.
—Aún así, tu haces esto por tu capricho.
—¿Qué capricho Jungkook? No puedo no asistir a mi sesión.
—Si puedes faltarte, tu agente me dijo que puedes ya que tu pie está bastante hinchado y es mejor que no hagas esfuerzos.
—Jungkook.—Lo miró de reojo, cansado de que Jungkook no le escuchara.—Necesito que esta editorial salga, estoy harto de ver artículos sobre mi falla en el desfile, hay muchos encabezados hablando pestes de mi. Necesito demostrarles que sigo siendo mejor que todos ellos. Además no actúes como si esto fuese la gran problemática, estoy muy seguro que querías estos días libres para pasarlos con tu novia, pues lo siento, tengo que hacer mi trabajo.
El alfa le miró de reojo, rodó los ojos y prefirió ignorarlo. Era cierto, quería tener estos días libres para pasar tiempo con Yeri, pero también se preocupaba mucho por Jimin; a duras penas y podía caminar sin problemas.
Hundidos en aquel silencio incómodo hasta el tope siguieron con su camino hacía la sesión de fotos, era al aire libre, muy cerca de la naturaleza, llena de tonos verdes y amarillos, bastante hermoso. A Jungkook le entró la curiosidad de saber cómo luciría Jimin entre aquella naturaleza, se respondió a sí mismo: Jimin quedaría en cualquier escenario creado, por más simple que sea.
Nuevamente la música era la única que les rodeaba, también el pequeño sonido que Jimin hacía con sus falanges; golpeando sus muslos mientras miraba por la ventana. Jungkook desde su posición pudo ver que el omega había sacado de su bolsa una cajetilla de cigarros.
—Abriré la ventana para fumar.—Informó.
Jungkook solamente se limitó a asentir.
La fresca brisa chocó contra sus pómulos mientras que el aroma del tabaco invadía sus fosas nasales.
El primer semáforo los detuvo, con aquel pequeño tiempo se dedicó a mirar a Jimin, estaba recostado en la ventana; con el cigarro entre sus falanges, calando de vez en cuando. Se veía bien, con los rayos de sol reflejados contra su nariz y sus labios, con aquellos lentes oscuros que cubrían sus lindos ojos. De cierta forma Jimin era hipnotizante, demasiado, podría estar observándolo por horas y no se cansaría. Parecía haber sido esculpido por Miguel Ángel, siempre lo diría.
El estar tan embelesado por Jimin le hacía perder el rastro del tiempo y lo que pasará alrededor de él, ahora mismo estaba tan ido en sus pómulos que lo único que lo hizo despertar fue el gran klaxon del auto de atrás. Al parecer el semáforo había cambiado a verde y no se había dado cuenta por estar mirando al omega.
—Harás que nos choquen.—Dijo Jimin, aún recostado en la ventana.
Jungkook sintió sus mejillas arder, estaba tan avergonzado de haberse perdido hasta el punto de no notar el semáforo verde. Tosió un poco antes de arrancar.
El camino aún sería largo para llegar al lugar, debía de mantenerse atento al camino. No dejarse embelesar por Jimin y sus rasgos angelicales.
Y cuando se propuso llegar lo más antes al set, un nuevo semáforo en rojo les pilló. Sería más tiempo queriendo mirar los rasgos finos de su compañero.
—Debería de regalarte una fotografía, así ya dejarás de mirarme.—Escucho seguido de una risilla.
Sus mejillas le ardían por lo rojas que se encontraban, quería que un hoyo debajo suyo lo tragase.
—Solo me aseguraba de que estuvieses bien.—Se excusó.
Mirando una vez más hacía Jimin, el omega estaba recostado contra la puerta; dándole la espalda al sol y mirando directamente a Jungkook, ya no llevaba las gafas sobre su nariz, sino que ahora estaban encima de su cabeza; exponiendo aún más sus finos rasgos. Jimin le sonrió a Jungkook mientras dejaba la colilla de su cigarro dentro de una bolsita; junto a otras colillas.
—Pues gracias.—Volvió a sonreír.
—De nada.
Sus miradas eran pesadas, lucían como si se entrelazaran entre sí, pareciera que sus pupilas se llamasen entre sí.
El ambiente era tenso siempre que se miraban a los ojos, aquella intensidad que derivaba a las ganas del uno y el otro en juntar sus labios; o sólo estar cerca. Era algo inconsciente que siempre pasaba al mirarse a los ojos.
Era íntimo de cierta forma.
Esta vez Jungkook no perdió de vista el semáforo y avanzó cuando este cambio, así dejaría de sentir la pesadez de la mirada otorgada por el omega. Así podría respirar en paz sin sentirse acorralado.
El viaje fue aún más corto, ya se encontraban con el set para la sesión de Jimin, estacionó el auto y al finalizar salió de este, tenía que ayudar a que Jimin dejase de lastimarse tanto el tobillo. Por suerte esta editorial no sería tan pesada como las anteriores, eso relajaba a Jungkook, pues sentía a su estómago revolverse siempre que veía como el omega hacía poses de pie esforzando más a su tobillo.
—Gracias.—Susurró Jimin tomando la mano de Jungkook.
Jimin sabía que lo que hacía era una negligencia enorme, lo sabía muy bien. Pero no podía dejar de lado a su trabajo, tenía que seguir. Sobre todo ahora que su nombre estaba en boca de todos, aquellas piedras debajo de sus zapatos por fin se mostraban ansiosas de verlo caer y fracasar. Eran diarios los encabezados con la misma pregunta: "¿Acaso es Jimin otro más de la gran lista de modelos sin talento que solo tiene lo que tiene por sus padres?", tenía que dejar en claro su puesto en la industria, sin importar si arriesgaba su salud; nunca le había importado después de todo.
,,
La sesión había iniciado hace una media hora atrás, Jimin modelaba con el hermoso paisaje detrás suyo, miraba fijamente a la cámara mostrando cada pizca de encanto suyo. Los de su equipo admiraban cómo hacía lucir el modelaje fácil, todo el mundo admiraba lo bello que se veía contra la naturaleza, pareciendo una magnolia entre aquel césped. Pero nuevamente, no todos lo miraban. Lo pudo notar cuando tomó un corto descanso, a lo lejos Jungkook estaba sentado mientras miraba a su celular, una enorme sonrisa.
Rodó los ojos molesto, pero era una estupidez, a nadie de allí le interesaría que su supuesto novio no le estuviese sonriendo a él. A nadie dentro de la industria le importaba la vida privada del otro. Así que desvío su mirada del alfa.
El malestar en su estómago haciendo presencia. Una punzada cerca de las costillas.
—Otra sesión bien hecha.—Dijo el fotógrafo, sonriéndole a Jimin.—Muchas gracias, todo ha terminado.
Jimin asintió con una sonrisa, los demás le aplaudieron por el trabajo hecho; haciéndolo sonrojar un poco. En medio de los aplausos alzó la mirada para buscar a Jungkook; seguía en su lugar mirando a su celular.
Soltó una bocanada de aire y al finalizar los aplausos no tenía ganas de nada, se sentía cansado y con sueño, así que quería llegar a la camioneta de Jungkook lo más antes posible para irse y descansar.
Era dolorosa la molestia que tenía en su tobillo, demasiado, tenía que cojear para avanzar, sabía que era su culpa por arriesgarse tanto pero ahora necesitaba ayuda de Jungkook. No sé la pediría sin embargo, no interrumpiría su momento de felicidad.
Pero parecía que la mala suerte le perseguía y lo único que está quería de él era verlo lastimado, porque al cojear entre el césped cayó de costado por haber pisado mal. Ahora si la mala suerte sería extensa tendría dos tobillos lesionados.
Era su culpa por haberse exigido tanto.
Jungkook se levantó de inmediato al oír el sonido en seco de la caída de Jimin, quiso reírse al encontrarlo en el suelo sentado tratando de disimular que no se había caído.
—¿Qué te pasó?—Extendió la mano soltando una pequeña risilla.
—Me caí ¿no lo oíste?—Rodo los ojos tomando la mano de Jungkook.
—¿Pero por qué?—Lo levantó del suelo, tomándolo de la cintura para que Jimin se asegurara de no haber lastimado su otro tobillo.
—Porque pise mal, idiota.—Murmuró, para su suerte no se lo había doblado, así que estaba bien.
Jungkook volvió a reír por lo bajo, tomó de la cintura a Jimin y lo ayudó a llegar a la camioneta. Siempre que lo tenía así de cerca podía sentir su colonia mezclada con su aroma, era exquisito. Abrumador e hipnotizante.
Al llegar a la camioneta Jimin se recostó en la puerta esperando a que Jungkook encontrase las llaves.
Estaba muy cerca, sentían el calor corporal del otro. El aroma suyo mezclado con sus colonias, la respiración volviéndose una.
Jimin era más bajo que Jungkook, pero ahora recostado contra la puerta del auto se veía aún más bajo, veía desde abajo los rasgos finos y duros del alfa; todo en su rostro parecía bien tallado, demasiado firme.
Y se preguntó, ¿a qué sabría pasar sus labios por aquella fuerte mandíbula? Quiso retirar aquel pensamiento, no era propio pensar de aquella forma.
Pero sus feromonas llamaron la atención de Jungkook, sintiendo el aroma dulce más intenso, miró a los ojos de Jimin; solamente encontrando una sonrisa sobre sus labios.
—Está sería una buena toma.—Susurro Jimin.—Todos nos ven ahora, Jungkook, deberíamos de darles la portada de revista que necesitan.
—¿A que te refieres?
—A que deberías besarme.—Susurro.
Jungkook ni siquiera miró a los costados para asegurarse de las cámaras cercanas, solamente hizo caso al pedido de Jimin y unió sus labios. Lo tomó de la cintura para que esté más cerca suyo, lo acorraló contra la camioneta mientras dejaba que sus labios se memorizasen entre ellos. Besar a Jimin siempre sabía distinto, ahora sobre todo. Antes solo sentía en sus labios pomposos deseo, pero ahora, sentía lujuria.
Besarlo se volvía adictivo, sería más adictivo desde este momento; sobre todo por la pequeña mordida que le dio Jimin al separarse. Sobre todo por aquella sonrisita que se asomaba por su rostro.
Se miraron unos cuantos segundos a los ojos, tratando de recuperarse. Cuando lo lograron Jungkook abrió la camioneta, ayudando a Jimin a subirse en ella, al cerrar la puerta suspiro.
Le pasaba algo con Jimin, algo muy serio.
Parecía que a cada momento quería algo de él, no estaba consiente de lo que fuese aquello.
Siempre quería algo más de Jimin, alargar más el beso o recorrer aún más su cuerpo. Siempre era algo más.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top