28. place a poppy in my hair
ੈ ‧ chapter twenty-eight ; place a poppy in my hair
Habían pasado ya varios días desde que Genevieve había regresado, aún no se acostumbraba a volver a estar rodeada de personas, a no tener que ocultarse, sobre todo, aún no se acostumbraba a sentir paz, durante el último par de años, todo el tiempo tenía la necesidad de estar alerta, ahora no era así, finalmente después de tanto tiempo y sufrimiento, la guerra y el peligro habían terminado.
Aquella había sido una noche difícil, el pequeño Harry apenas y había podido dormir, ya que las recurrentes pesadillas no paraban de atormentarlo, Genevieve había estado cuidando su sueño toda la noche para que así James pudiera descansar, así que cuando el sol comenzó a salir, la rubia estaba agotada.
Tras dejar a Harry dormido y con una lámpara pequeña encendida, bajó hasta la cocina para poder prepararse un café, procurando no tardarse demasiado, para así no dejar tanto tiempo solo al pequeño.
Genevieve buscaba en la nevera algo para el desayuno, claro que después de días tan apurados y donde preparar comida no había sido una prioridad, no encontró demasiado. Estaba pensando en hacer una lista de compras para ir al supermercado muggle cuando una voz la sorprendió.
- Buenos días...
Genevieve cerró la nevera, sonriendo a James cortamente - ¿Dormiste bien?, ¿Te sirvo café?
- Por favor - Respondió el azabache, sentándose en la mesa del comedor - ¿Harry...?
- Él está bien - La rubia sonrío pensando en cuanto cariño le había tomado al niño en tan pocos días, sentía una necesidad enorme por cuidarlo - Lo dejé dormido, hmm... solo me serviré una taza de café y regresaré con él.
James asintió con la cabeza y tras servirle una taza de café a él y una a ella, se dispuso a salir de la cocina cuando la voz del azabache la detuvo.
- ¿Por qué, Genevieve?
La rubia se paró en seco - ¿Por qué?
- Sí, ¿Por qué, Genevieve? - Preguntó elevando la voz más de lo necesario - ¡Te fuiste, te fuiste a la mitad de la noche sin decir nada y creyendo que una nota lo explicaría todo! No sabía que pensar, solo quería ir a buscarte hasta por debajo de las piedras y... y Sirius no me dejó.
- Yo se lo pedí.
- Ya lo sé - Respondió derrotado - Incluso te despediste de él, pero no de mí y entiendo porque, después de todo, ibas por tu hermano y por el suyo, pero... dime, ¿Por qué, Viv?, ¿Por qué no pudiste confiar en mí?
- No es que no confiara en ti, James - Dijo sintiendo como su voz se comenzaba a quebrar - Pero sabía que si te decía, no hubiera podido irme, jamás voy a estar lista para despedirme de ti.
- ¿Y por eso la solución fue...?
- ¿Huir? Sí, no soy valiente como tú, ni como Sirius o Lily, ni como ninguno de ustedes, nunca lo he sido, fue lo único que pude hacer.
Ambos se quedaron callados, dejando la casa en cun silencio sepulcral.
- Te pude acompañar al menos.
- No, yo jamás podría haberte pedido algo así.
- Yo lo hubiera decidido solo.
- Es por eso que no quise decirte nada ni dejar demasiados detalles en la nota, James - Para ese punto, Genevieve ya estaba llorando, así que se acercó hasta la mesa para también poder tomar asiento - Sabía que irías tras de mí y no lo podía permitir, sería egoísta de mi parte dejar que fueras conmigo, abandonando a tus padres, a tus amigos... a la Orden, no podía dejar que arriesgaras tu vida en una misión suicida.
- ¿Y no crees que esa era mi decisión?
Genevieve dio un largo suspiro - Si hubiera sido al revés, ¿Tú me habrías pedido que te acompañara?, ¿Habrías dejado que te siguiera?
- Por supuesto que no, pero...
- James - Lo interrumpió - Por favor, si no me puedes entender a mí, al menos entiende mis razones, entiende que eres la persona que más amo en este mundo, ¡Me moriría si algo te pasara! Cuando llegué al Valle de Godric y encontré la casa en escombros, pensé lo peor, sentí que te perdía para siempre.
- No me vas a perder, Viv - James se levantó de su lugar para abrazarla - No nos vamos a volver a separar jamás, ¿Sí?
- Eso no lo sabes, James - Respondió tratando de limpiar las lágrimas de sus mejillas, sin embargo, con cada segundo que pasaba, salían más y más, se había acostumbrado tanto a que la capa de la muerte la cubriera, que finalmente estar fuera de ella se sentía extraño.
- Estás asustada por todo lo que pasó y lo entiendo, yo también lo estoy - Dijo acunando su rostro entre sus manos - Pero te prometo que ya no habrá fuerza en el mundo que nos vuelva a alejar.
Genevieve asintió aún sin poder parar el llanto, James se acercó hasta ella y con todo el cuidado del mundo, depositó un beso suave y salado sobre sus labios el cual rápidamente la rubia correspondió.
El beso fue tomando más y más fuerza y ninguno se dio cuenta de cómo estaba avanzando, hasta que Genevieve sintió su cuerpo chocar con la mesa de madera, claro eso les importó poco y James aprovechó para subirla sobre ella, pudo percatarse de que era mucho más liviana de lo que recordaba, sabía que la rubia había perdido peso y su cuerpo se sentía diferente, más frágil de alguna manera, pero no por eso dejaba de ser perfecto, así que simplemente continuó, disfrutando de todas las sensaciones que tanto extrañaba.
James acariciaba con urgencia el cuerpo de la rubia, cuando el llanto de un bebé los alertó, ambos sonrieron en los labios del otro, tardándose solo un poco para separarse.
- Está bien, yo iré - Murmuró James dejando un beso casto sobre los labios de Genny.
- No, lo haremos los dos, ¿Está bien?
James simplemente sonrío, dejándose guiar por la rubia.
¡!
El día fue mucho más tranquilo para James habiendo arreglado las cosas con Genevieve y sabiendo que contaba con ella y esta vez para siempre.
Claro, las cosas no dejaban de ser terribles, había perdido a muchos de sus amigos, a sus padres y a la madre de su hijo por la guerra, pero el hecho de estar vivo, también significaba una buena señal para el futuro, después de todo, tenía Harry y tenía a Genevieve, no podía pedir nada más realmente.
Sabía que Lily hubiese sido una gran madre y que siempre cuidaría de su hijo desde donde sea que estuviera, ahora James sabía que ella estaba tranquila y en paz que era lo más importante, había hecho todo lo que quería y se había ido de la manera más noble, protegiendo a Harry, estaba seguro que en donde se encontrara, su alma debía estar tranquila y descansando durante toda la eternidad.
Esa noche, James por primera vez en años, durmió tranquilo a lado de la mujer que amaba. Superar todo lo que habían vivido no sería sencillo y probablemente les tomaría mucho tiempo, pero al menos se tenían y ambos estaban seguros de que todo sería más fácil de ese modo, después de todo, si estaban juntos, ¿Qué podría salir mal?
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