24. clean
ੈ ‧ chapter twenty-four ; clean
Los últimos meses no habían sido nada sencillos para James Potter, se había tenido que adaptar a un estilo de vida completamente distinto al que estaba acostumbrado, iniciando por su libertad, había tenido que dejar algunas de las misiones de la Orden porque en ese momento no era seguro que anduviera por ahí peleando con mortífagos a diestra y siniestra con un hijo en camino.
Otra cosa que había cambiado era el hecho de que había perdido a las únicas personas que siempre supo que estarían ahí para él, sus padres. Fleamont y Euphemia Potter habían partido por la viruela de dragón tan solo algunas semanas atrás y James no podía sentirse más deshecho, ni siquiera habían tenido la oportunidad de conocer a su nieto, al que le faltaban pocas semanas por nacer.
En pocas palabras, James Potter sentía que de no ser por su hijo, su vida ya había perdido por completo el sentido, él era lo único que lo mantenía cuerdo, la mera idea de tenerlo en sus brazos pronto lo volvía loco, se estaba muriendo por conocerlo.
Las cosas con Lily habían sido complicadas al inicio, ninguno estaba muy seguro de cómo tenían que manejar las cosas, ambos sabían que no se amaban y no iba a haber forma posible en la que pudieran estar juntos, al menos no de manera romántica, así que decidieron hacer lo mejor por los dos y por su hijo y criarlo como los buenos amigos que eran. James no interferiría si en algún momento la pelirroja decidía rehacer su vida y ella con él tampoco, aunque ambos bien sabían que por mucho que lo tratara de ocultar, James Potter siempre estaría esperando a aquella rubia que había cambiado su vida y que por el momento parecía imposible de recuperar.
James no podía parar de pensar en Genevieve durante aquella noche, le era imposible dejar de preguntarse si estaría bien, si aquella 'misión' por la que lo había dejado ya había concluido o en qué parte del mundo se encontraba, Potter sabía que las posibilidades eran infinitas.
James se e removió en el sofá, ya que Lily se había mudado a su piso desde que se enteraron del embarazo y decidió dejarle la habitación para que estuviera más cómoda. Si bien los padres de la pelirroja no estaban molestos con ella, tampoco estaban encantados con la idea de que tuviera un hijo fuera del matrimonio y ni siquiera se fuera a casar con James, aunque las ideas de su hermana tampoco ayudaban mucho a la situación a pesar de que Lily había tratado de ser razonable. Al final de cuentas, todo había salido muy bien, de esa manera todos estaban cómodos y James siempre estaba al pendiente por si Lily o su hijo necesitaban algo.
— ¿Dónde estás... ? — Preguntó el azabache en un susurro observando la sortija en su mano, antes de que genevieve partiera, James había estado planeando pedirle matrimonio a Genevieve, sin embargo, había partido como un fantasma antes de que pudiera hacerlo, sin dejar rastro alguno.
— Debe de estar bien... donde sea que esté — Dijo una voz detrás de él.
James sonrío cortamente — ¿Estás bien?, ¿Necesitas algo? — Preguntó antes de levantarse para ayudar a Lily a tomar asiento.
— Estoy bien... solo no podía dormir, parece que tú tampoco — Dijo dejándose caer en el sofá — ¿Has sabido algo?
James pasó sus manos por su rostro con frustración — Nada, Dumbledore me aseguró que ella está bien y que debía de ser paciente, pero... Lils, el hermano de Sirius murió, ni siquiera sabemos de qué se trata su misión, ¿Qué se supone que piense?
Lily apretó sus labios en una línea fina — No lo sabemos, pero ambos confiamos en ella, lo que sea que esté haciendo... creo que es para bien.
El azabache dejó salir un largo suspiro — Supongo que tienes razón... ¿Y tú? — Preguntó para cambiar de tema — ¿Has sabido algo de Bash?
Lily negó con la cabeza quedándose pensativa — Lo último que supe por El Profeta, fue que su hija nació algunos meses atrás y que Aubrey no resistió el parto... es una bebé, James, no es justo que haya perdido a su madre y también vaya a perder a su padre — Dijo acariciando su viente instintivamente — No es justo nada de lo que está pasando.
— Tienes razón, no lo es — Concordó.
¡!
En algún punto de la noche, James y Lily se habían quedado dormidos, la pelirroja en el sofá y el azbache en la alfombra. Eran alrededor de las 3:00 a.m. Cuando James sintió que lo jalaban del brazo.
— ¿James...?
El azabache se levantó de inmediato al escuchar la voz preocupada de Lily — ¿Todo bien?, ¿Estás... ? — Fue en ese momento cuando James se dio cuenta de que había un gran charco debajo de él — ¿Te hiciste pipí?
— ¡JAMES! — Lo regañó la pelirroja desesperada, el dolor que estaba experimentando no se comparaba con nada.
— Está bien... llamaré a Dumbledore y algo podremos hacer — Después de enviar su patronus a Dumbledore James cargó a Lily hasta la habitación dejándola en la cama — Todo va a estar bien, ¿Sí?
Tan solo unas horas más tarde, James se encontraba en la sala de su apartamento con Sirius y Remus haciéndole compañía y soltando palabras de aliento para él. Sobre todas las cosas, James agradecía seguir teniendo a sus amigos, a pesar de cuán complicado era todo, sabía que ellos seguían siendo fuertes por él y que serían con quienes siempre podría contar.
— ¿Y si soy mal padre? — Preguntó James en voz alta.
— Eso sería imposible, Cornamenta — Dijo Sirius con seguridad — Serás el mejor padre que ese pequeño latoso pueda tener, créeme.
— Y siempre nos tendrás a nosotros para ayudarte en lo que necesites — Apoyó Remus.
James sonrío con gratitud — ¿Y Pete... ?
Ambos chicos se encogieron de hombros, con la misma respuesta de siempre, cada que Peter no podía presentarse a algún compromiso — Trabajo.
James asintió y antes de que alguien pudiera volver a hablar, el llanto de un bebé resonó por todo el apartamento, los tres se miraron antes de correr a la habitación principal, en donde Lily cargaba a un pequeño que a pesar de apenas haber nacido, ya tenía el cabello azabache de su padre.
James se acercó con precaución hasta Lily — ¿Puedo... ?
— Por su puesto — La pelirroja le pasó al bebé con cuidado y James no pudo evitar que algunas lágrimas se escurrieran de sus ojos.
James se hizo una promesa interna ese día, mientras él viviera, nada le iba a pasar a su hijo jamás.
¡!
agosto 80', Dublin
Genevieve terminaba de acomodar algunos libros que había estado ocupando durante la última semana, aún no encontraba alguna respuesta que los ayudara con su misión, pero no desanimaba, sabía que muy pronto la habría.
La rubia subió hasta la habitación de Magnus para asegurarse de que estaba bien, su hermano estaba enredado entre las sábanas, con los labios entre abiertos y la respiración superficial.
— Descansa, Magnus — Dijo dejando un beso sobre su cabeza.
Antes de que Genevieve se pudiera retirar, su hermano la detuvo.
— También descansa, Genny... — Dijo con una voz somnolienta.
La rubia se acercó para abrazar a su hermano, realmente lo extrañaba, extrañaba al jóven alegre y despreocupado que solía ser, no era justo que la guerra les estuviera quitando todo así como así. Sin poder evitarlo, Genevieve comenzó a sollozar.
— Lo siento — Murmuró Magnus — Lo siento mucho...
Ninguno supo cuánto tiempo había pasado, pero en algún momento ambos comenzaron a llorar, tal vez por cosas distintas, pero era agradable de alguna forma saber que estaban juntos.
Los hermanos Rousseau no estaban muy seguros de qué hora era con exactitud, pero sí sabían que era de madrugada, por lo que se sorprendieron cuando en medio de la tormenta, apareció Pandora en la habitación de Magnus y sin tocar.
— ¿Pandora, qué haces aquí... ?
La rubia los miró con una expresión de culpabilidad — Lo lamento, tienes que saber esto — Dijo mirando específicamente a Genevieve — Traté de mantenerlo oculto porque sé que no es lo que necesitas en este momento, pero... mi conciencia no me permite que no te lo diga, Xenophilus dijo que me sentiría mejor cuando lo sacara, así que pensé en venir mañana, pero no podía dormir y...
Genevieve se acercó hasta la rubia quien estaba empapada, eso no podía ser bueno ni para ella, ni para la bebé que llevaba en su vientre, así que rápidamente se secó las lágrimas y la secó con un hechizo y la cubrió con una manta.
— Despacio... — Pidió — Ahora, dinos con calma qué pasa...
— Genny...
— Pandora, en serio me estás preocupando.
La rubia menor le extendió una plana de El Profeta, a lo que Genevieve rodó los ojos, comenzaba a odiar tener que enterarse de todo de esa manera, pero igualmente lo leyó, sus ojos repasaron la página una y otra vez, repitiendo la misma línea.
'La familia Potter está orgullosa de presentar a su primogénito: Harry J. Potter'
Abajo de la nota, había una foto de un James bastante sonriernte a lado de Lily, quien sonreía al pequeño Harry.
Genevieve no pudo evitar sentir su corazón estrujarse, se sentía triste, se sentía molesta, se sentía impotente, se suponía que ella tuviera esa vida con James, que ambos siguieran haciendo su hogar y eventualmente tuvieran hijos y fueran felices por siempre si es que eso existía, pero esa posibilidad ya no existía, se acabó cuando decidió irse y ya no le quedaba nada más.
— Supongo que es justo... — Dijo en un susurro, tratando de contener sus lágrimas fracasando completamente en el intento — No podía pretender que me esperara toda la vida, ¿Verdad?
Magnus quien había tomado el periódico, gruñó molesto — Es un imbécil, no...
— Déjalo, por favor, déjalo — Pidió Genevieve con la voz quebrada — Solo necesito descansar...
— Genny... — Pandora trató de seguirla, pero Genevieve la apartó.
— En serio, necesito estar sola... por favor.
Los dos menores compartieron una mirada antes de dejarla ir, ninguno estaab muy convencido, pero sabían que si Genevieve necesitaba un momento para ella y procesar todo, lo mejor sería dárselo.
¡!
Genevieve miraba el mar con tristeza en sus ojos, no se arrepentía de haber seguido a su hermano, después de todo, no sabía qué habría sido de él solo en aquella casa después de lo que le había pasado a Regulus, pero sí pensaba constantemente en lo que habría sido de su vida si ella no hubiera dejado a James, ¿Acaso el bebé que ahora tenía con Lily habría sido de ella?, ¿Sería más feliz? Probablemente sí, pero lamentarse ya no servía de absolutamente nada.
La rubia prendió un cigarrillo, dejándose caer en la arena, ya no le quedaba nada por lo que pudiera volver si salían vivos de esa.
¡!
author's note: que triste, vdd? no voy
a
decir que no disfruté escribirlo porque
me está empezando a gustar esto de
escribir drama, pero buenoo
ya nos quedan super poquitos capítulos
para terminar y la verdad es que no
quieroo, me siento tan satisfecha con
lo que he hecho, que me cuesta
aceptar que se va a acabar, pero buenoo,
espero que sigan aquí para las siguientes
historias que sean publicadas en
esta cuenta, muchísimas gracias por
leer, hasta la siguiente actualización (que
no sé cuándo sea pq estoy en negación)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top