23. did some force take u 'cuz i didn't pray?

 ੈ ‧ chapter twenty-three ; did some force take u 'cuz i didn't pray?

julio 80', Dublin

Los últimos meses en la vida de Genevieve habían sido simple y sencillamente caóticos, un millón de cosas habían pasado y sentía que estaba cargando en sus hombros, todo el peso de terminar con la misión que habían empezado.

Todo se había ido cayendo a pedazos hacía un mes atrás, los recuerdos estaban extremadamente borrosos, solo podía recordar haber pasado todo el día en la playa gracias a que Regulus había logrado expandir el encantamiento Fidelio  para que al menos pudieran dejar la casa algunos metros y no tener que estar encerrados, cuando regresó finalmente, el huracán comenzó. Su hermano había destrozado toda la sala y balbuceaba cosas incoherentes, su ropa estaba completamente mojada y sus ojos rojos, al parecer él y Regulus habían estado buscando el último horrocrux que les faltaba y las cosas no habían salido como esperaban.

La rubia sintió demasiado la pérdida de Regulus, llevaban poco más de un año conviviendo diario y en la misma casa, de alguna forma, también lo veía como su hermano y sentía la necesidad de protegerlo, tal como lo hacía con Magnus, además, ¿Qué le diría a Sirius si es que alguna vez lo volvía a ver? Se suponía que ella había ido para cuidarlos y Regulus había muerto.

Las cosas no mejoraron cuando Magnus cayó en una depresión que lo dejó en la cama durante los siguientes meses, parecía que él también había muerto con Regulus, al menos una parte de él lo había hecho, era como si fuera un muerto en vida.

En cuanto a Genevieve, Kreacher se había encargado de entregarle el guardapelo para que ella lograra destruirlos a todos, pero era difícil que se concentrara en tantas cosas al mismo tiempo, su prioridad era su hermano, por supuesto, sin embargo, el Mundo Mágico también estaba en juego y podía ser que todo dependiera de aquellos objetos que simples a la vista, parecían ser nada.

Durante aquella tarde, Genevieve había intentado utilizar todos los hechizos que conocía que podían destruir objetos, evidentemente, ninguno había funcionado, de hecho, más que destruir los horrocruxes, había logrado destruir algunos jarrones, libros e incluso la mesa de centro del estudio.

La rubia suspiró cansada y le dio una calada al cigarro en el cenicero, era el tercero que se fumaba en el día y comenzaba a sentir el estómago revuelto, pero también era lo único que lograba calmar por instantes lo ansiosa que se sentía.

Genevieve estaba por prender otro cigarro cuando algunos golpes en la puerta la alertaron.

— Adelante — Dijo esperando que fuera su hermano, en todo lo que iba del mes, no había salido ni una sola vez de su habitación.

Kreacher fue el primero en entrar — Señorita Genevieve, Kreacher ha traído a alguien para usted.

La rubia se volteó observando al elfo, a pesar de a veces ser algo malhumorado, había sido imposible no agarrarle cariño, más porque era a la única a la que dejaba ayudarle en la cocina, cuando iba de visita.

— Kreacher, me da mucho gusto verte — La última vez que el elfo había estado ahí, había sido cuando había llevado a Magnus y Regulus a la cueva, de la que solo uno había regresado — ¿A quién trajiste?

Por la puerta se asomó una melena rubia con una sonrisa adornando su rostro.

— Sorpresa — La saludó Pandora y Genevieve no dudó en correr a abrazarla.

— Me has hecho mucha falta, te había extrañado demasiado, todo aquí está hecho una mierda, ya no... ya no puedo hacer esto, Pandora. — Dijo dejándose caer en el sofá — Todo esto es demasiado.

La rubia le sonrío cortamente — Lo siento mucho, las cosas en el Mundo Mágico no están mejor, han pasado algunas cosas... — Dijo bajando un poco la mirada — Y... espera, ¿Por qué huele tanto a cigarro, Genevieve estás volviendo a fumar?

Genevieve bajó la mirada algo avergonzada, desde que habían llegado a la casa de playa, su relación con el tabaco había sido complicada, a veces lo dejaba por meses y luego volvía a fumar de forma excesiva.

— No... sí — Admitió — Es que... lo siento, tienes razón, no hay excusa para esto.

Pandora le acarició el brazo — Tengo varias noticias... no todas son buenas.

Genevieve la miró con preocupación — ¿Qué pasa?

— Son los Potter, Genny — Dijo con una mueca triste.

— ¿Qué pasa?, ¿James está bien? — La preocupación adornaba  el rostro de Genevieve — Dime.

— James... James está bien, s-son sus padres.

— ¿Qué pasa con ellos?

Pandora le extendió una copia de El Profeta en la que decía que Fleamont y Euphemia Potter habían muerto por viruela de dragón, Genevieve se llevó una mano hasta sus labios, tratando de ahogar el sollozo que soltó, los Potter habían sido probablemente las personas más buenas que había conocido, la habían apoyado cuando sus padres la repudiaron y no dudaron en ofrecerle un techo y comida hasta que pudo solventar sus propios gastos, lo más importante, le habían dado amor.

Genevieve no se podía imaginar lo que James estaba sintiendo en ese momento, sabía cuán cercano era a sus padres y cuánto los quería y lo único que la rubia quería hacer era estar con él, pero sabía que ya era muy tarde para eso.

— ¿Genny? — Le habló Pandora nuevamente cuando la notó llorar en silencio, demostrando que se encontraba más tranquila — No son los únicos que...

El rostro de Genevieve se descompuso, no podía creer que varias personas a las que apreciaba, habían muerto y ella no podía hacer nada, estaba encerrada, sin respuestas y con una guerra llevándose todo lo que amaba.

— ¿Quién...?

— Dorcas... y Marlene.

Genevieve no pudo evitarlo más y comenzó a llorar fuertemente, a Marlene no la había logrado conocer tanto, pero no significaba que no le importara, por lo poco que habían convivido, se había dado cuenta de lo amable que era. En cambio, Dorcas había sido su amiga cercana, los últimos años no habían convivido tanto como solían hacerlo, pero las dos sabían que contaban con la otra, no podía creer como personas con las que había crecido y convivido toda su vida, simplemente ya no estaban ahí y ella ni siquiera se había podido despedir.

— ¿Hay alguien más... ? — Preguntó en un tono amargo.

— Los Prewett hace algunos meses y hmmm... Bash está muy enfermo, Genny, alguna enfermedad muggle, es delicado.

Genevieve soltó un suspiro, acariciando sus sienes que ya empezaban a doler — ¿Magnus lo sabe?

— No creí conveniente decírselo ahora — Dijo Pandora.

— Mantengámoslo así por el momento.

Pandora asintió y ambas se quedaron en silencio por lo que pareció un largo rato.

— Hay algo más — Dijo Pandora.

— ¿Más? — Preguntó Genevieve.

Tan solo en medio año, la guerra ya se había llevado a Sophie, a Regulus, Marlene y Dorcas, los Potter, los gemelos Prewett y estaba segura que había cientos de personas ahí afuera que no lo habían logrado, ¿Es que alguna vez volverían a tener paz?

— No es una mala noticia... es decir, no sé si sea el momento más adecuado, pero, Genevieve, no sabes lo contenta que me siento — Dijo Pandora tomándola de las manos — Genny, voy a ser mamá.

Genevieve sonrió de manera sincera, llevando sus manos al abdomen apenas abultado de Pandora, que se notaba incluso menos debido al vestido que llevaba.

— ¿Qué...?, ¿Cómo?

Pandora rodó los ojos divertida — Pues... cuando dos abejitas se quieren mucho...

Genevieve le empujó el hombro con diversión — No me refiero a eso, tonta, es... felicidades — La abrazó — Vas a ser grandiosa como mamá.

Pandora le restó importancia haciendo un ademán con la mano — Yo sí, pero...  me gustaría que fueras su madrina.

Genevieve alzó la mirada, observándola con sorpresa — ¿Es en serio?

— ¿No quieres? — Preguntó Pandora con temor.

— Por supuesto que quiero — Dijo para volver a abrazarla — ¿Tienes pensados algunos nombres?

— Aún no — Admitió la rubia menor — Pero estoy segura de que será una niña.

Genevieve asintió, quedándose pensativa por un momento — He estado leyendo algunos libros... ya me acabé la biblioteca de hecho y hubo uno en especial — Se levantó para encontrar lo que buscaba — Es de astronomía, está en español y... ¿Qué te parece Luna?

— ¿Luna? — Preguntó Pandora considerándolo — Me encanta.

Genevieve sonrió mucho más tranquila — ¿Hay alguna otra cosa que deba saber...?

Pandora lo consideró por un momento, definitivamente había otra cosa importante que debía saber, pero los ojos llenos de esperanza de Genevieve, le impidieron poder decirlo, no le podía arrebatar eso en unos segundos con una noticia que aún no necesitaba saber.

— Es todo — Mintió.

Genevieve asintió, permitiéndose que un rayito de sol iluminara su día.

¡!

author's note: aahh, yo sé que el
capítulo pudo ser medio aburrido,
pero les prometo que más al rato
subiré otro, solo quería que vieran
lo que había pasado para que el
siguiente no se sintiera tan apresurado.

creo que logré expresar bien lo que
quería, al menos yo sentía la desesperación
de Genevieve mientras lo escribía,
espero que les haya gustado.

hasta la siguiente actualización. :)

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