Percy Jackson a Rick Riordan, así como de cualquier otro elemento de cualquier otra obra, creación que aparezca, créditos a quien corresponda.

—Pensamientos—

—Hablando—

—{Otro Idioma}—

<acción>

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Varios semidioses querían saber por que iban a ver un video, pero estaban temerosos de que preguntar moleste a las deidades, en especial a las moiras, aunque la duda era peor para Annabeth, su hermano Malcolm y los otros pocos hijos de Atenea presentes.

Todos vieron aparecer en pantalla "SVR-2601" antes de ver lo que parecía ser un grandioso bosque, que fue del agrado para los amantes de la naturaleza, cuando música empezó a sonar.

—Nació con un poder gigante que asesina—

—Dejando a todos sus rivales en la ruina—

La proyección les mostro un niño pelinegro como de 10 años sobre un corcel negro, con el chico manchado de sangre y sosteniendo un cuchillo en su mano derecha, mientras hombres adultos lo veían con asombro y miedo.

Para los afiliados al mar y los más observadores, fueron los ojos del chico lo que atrajo su atención, ya que eran verde mar como los 3 semidioses revividos y las algunas de las deidades marinas.

Los que no estaban relacionados con el mar y sabían a quien se perecían esos ojos voltearon a ver a Zeus, para saber si se dio cuanta de los ojos, solo para para ver que estaba ocupado fulminando con la mirada a los hijos de revividos de Poseidón, así como al dios marino que lo miro con desafío, los cuales no le prestaban atención.

En cuanto los atlantes estaban atentos al chico en pantalla, aunque como el resto no podían apreciar bien sus rasgos faciales por la sangre que cubría su rostro

—Con una fuerza incontrolable que extermina—

—A quién se cruce por delante, pues domina—

—Cada combate sin tener ningún problema—

—Quieren incinerarlo vivo, mas se queman—

Imagen se fue moviendo para mostrar que un gran lobo, mucho más grande de lo normal estaba muerto, con las heridas visibles siendo de un arma afilada.

—¿El niño lo mató?— preguntaron en voz alta varios de los mestizos, sin poder creer que un niño lo hiciera, recordando que varios de ellos que llegaron al campamento por primera vez, la mayoría solo huyo de los monstruos, y si los mataron es porque tuvieron suerte, se las arreglaron para llevarlos a una trampa o por que se encontraron a otros mestizos en el camino, así como sátiros que con su magia les ayudaron a matarlos, solo los que llegaban más viejos o los que eran más fuertes fueron quienes se las arreglaron para matar a algún monstruo por si mismos, sin ayuda.

—Completamente aburrido de vencer—

—Sin poner mayor esfuerzo y sin tener nada que hacer—

La imagen cambio para mostrar al chico mientras viajaba en su caballo, creciendo en el camino, viendo principalmente de espaldas o de lado, donde empezaron a ver el parecido con el rey de Atlantis.

—Viajó buscando rivales más fuertes por todo el mundo,—

—Pero no le duraban ni siquiera un segundo—

—Caían fulminados por un golpe rotundo—

Nuevamente para el asombro de público, principalmente los semidioses vieron al chico, ahora un adolescente, matando a un oso que era tan grande o más que un elefante

—Como Heracles con el León de Nemea— dijo Deméter, pero al hablar trajo la atención de Zeus que vio en la pantalla al chico torciéndole el cuello al oso gigante, y no le gusto lo que veía, ni la comparación.

Mientras las cazadoras fruncieron el rostro ante la comparación con uno de los hombres que más odia su señora y su teniente.

—Es un hijo de Poseidón— dijo Hades cuando la pantalla mostro bien el rostro el muchacho, quien solo recibió ligeros cortes en su persona, así como la falta de sangre que antes dificulto reconocerlo, vieron en abismal parecido con Poseidón

Zeus estaba gruñendo tras escuchar a su hermano mayor

—Y formaría un ejército brutal e iracundo—

—Bajo los cielos no había nadie más fuerte que él—

—Ningún guerrero podía sobrepasar su nivel—

—Solo, en la cúspide, sin tener ninguna debilidad—

—¿el tío P tuvo un hijo así?— pregunto Hermes ya que no recordaba a ningún hijo de Poseidón como el que estaban viendo, ya que la mayoría de descendencia mestiza de Poseidón preferían la libertad, no deseaban liderar, sino solo vivir del mar o viajar por este, solo algunos eran los que deseaban liderar o cualquier cosa diferente al resto de sus medios hermanos, como el caso de Chryasor que era un pirata y un oportunista, Neleo o Pelias, que deseaban ser reyes.

—No que recuerde— respondió Apolo al mismo tiempo que mantenía a Orión en su vista

—Es verdad, no recuerdo a ningún engendro de Poseidón como este— dijo Atenea mientras veía a chico a hora adulto con un físico imponente, dirigiendo un gran ejercitó.

Ejercito que todos veían combatiendo Atenienses, Espartanos, Macedonios, y muchos más pueblos de la antigua Grecia, así como otros como Persas, egipcios y más pueblos de la antigüedad

—Viendo cómo a sus pies se rinde la humanidad—

—Que vengan todos los que quieran, no lo podrán vencer—

—Una insuperable barrera que no pueden romper—

Los mestizos estaban impactados por lo que veían, ya que todos eran adolescentes, y a pesar de ser semidioses, ninguno sabe realmente lo que es la guerra.

Y estaban viendo como era, lo brutal y carnicera que es.

Con el hombre que los dioses identificaron como un hijo de Poseidón destrozando y masacrando a sus oponentes con una lanza... nadie siendo capaz resistir luchando contra él. Ante lo cual vaciaron sus estómagos y/o apartaron la vista.

Hestia no le gusto lo que se les estaba mostrando a los mestizos, siendo la más compasiva y amable de los dioses, así como visitarlos con frecuencia en el campamento, a pesar de que no se dieran cuenta, sabía que los semidioses actuales eran muy diferentes a sus hermanos del pasado, sus formas de pensar eran diferentes, después de todo nacieron y crecieron en una sociedad diferente, por lo cual libero parte de su poder para calmarlos.

—Abre los cielos con su lanza y todos huyen—

—Porque saben que en segundos los exterminará—

—Su fuerza no es como cualquiera, pues su inmenso poder—

—¡¿Qué?!— gritó Zeus ante lo lo dicho sobre los cielos solo para ver al ojiverde en bajo la lluvia de una fuerte tormenta, viendo las nubes, antes de ponerse a entrenar con su lanza una y otra vez.

Con el ojiverde terminando por romper su arma por su fuerza, para entonces agarrar otra de cientos más que tenía cerca, amontonadas una encima de la otra, así como los pedazos de cientos más amontonados también en el lugar; para entonces seguir entrenando, consiguiendo lo mismo, rompiendo una y otra vez sus lanzas.

Día tras día, año tras año, sin importarle el clima o la hora del día

Hefesto, Nike, Atenea y Ares miraban molestos el como rompía armas en perfecto estado. Mientras otros estaban más asombrados por su fuerza.

En cuanto a Zeus empezó a pensar/imaginar situaciones sobre el hijo de Poseidón que estaban viendo, siendo una amenaza para el Olimpo, según él

—Es como una salvaje fiera que desea comer—

—Arrasa y si entra en batalla, jamás falla—

—Porque vaya donde vaya, nadie lo vencerá—

Se mostro al ejercito del ojiverde en pantalla, en cual los dioses podían ver y reconocer a diferentes hijos que tuvieron en la antigua Grecia, lo cual solo disparó los pensamientos paranoicos de Zeus.

Luke escuchaba a los dioses reconociendo a sus hijos en pantalla, ya que lo estaban diciendo, así como los nombres de algunos de estos al verlos, al igual que los opiniones en voz alta de Zeus, que solo ganaba miradas molestas de los Atlantes y Hestia, pero el hijo de Hermes en cambio pensaba que si hubiera un semidiós así, él y otros la tendrían más fácil con los planes que su "aliado" Kronos tenía para derrocar a los Olímpicos

—Pasaron los años y no encontró un digno rival—

—Con quién usar toda su fuerza y eso lo puso mal—

Vieron al ojiverde envejecer varios años, y jamás perdiendo una batalla, lo cual termino molestándolo y decepcionándolo

—Un sentimiento de apatía y total aburrimiento—

—Terminó por condenarlo hasta el último momento—

—Dice la historia que antes de morir rogó por su vida—

—Y que lloró, pues no tenía otra salida—

Zeus sonreía arrogantemente cuando la pantalla mostro al ojiverde siendo llevado para morir ahorcado, mientras podía ver a uno de los diversos hijos que tuvo en él lugar, pensando que fue uno de los suyos quien derrotó al hijo de su hermano, antes de detenerse y tratar de hacer memoria, para ubicar al ojiverde que estaba viendo

—Nada de esto pasó— dijo Atenea reconociendo al medio hermano en pantalla, ya que al hacerlo recordó más de la vida de este así como de lo ocurrido mientras estuvo vivó, nunca lucho contra un hijo de Poseidón que tuviera tal ejercito bajo su mando.

Sin darse cuenta que le borro la sonrisa a su padre, así como detuvo burlas de Ares sobre el llanto del ojiverde y traía confusión a todos los presentes

—¿De que hablas, hermana?— preguntó Artemisa

—Nunca hubo un hijo de Poseidón como este— respondió Atenea, antes de volverse a las moiras a punto de preguntarles cuando hablaron

—Lo entenderán más adelante— dijeron las moiras antes de que la diosa les preguntara

—Pero sus lágrimas no eran por temor o cobardía—

—Era por que no tenía motivación en sus días—

—Y así murió, sin más, desesperado—

—Por no tener rival, acongojado,—

Varios de los mestizos regresaron su atención a la pantalla, mientras se mostraba que el ojiverde ni siquiera pelea cuando el hijo de Zeus en pantalla lo enfrento, se rindió desde inicio, pero todos podían ver que estaba completamente aburrido e indiferente.

Los mestizos eran los más sorprendidos en que alguien aceptara morir solo por que no había alguien que pudiera plantarle cara y perdió cualquier motivación de vivir debido a ello

—Hombres— dijeron las cazadoras recordando que varios hombres en el pasado, que eran así que solo tenían una meta, un objetivo o sueño por el cual morirían o deseaban la muerte si no podían alcanzarlo, que ellas encontraban estúpido

Orión las escuchó, por lo que les dio una breve mirada.

—Pero sería convocado a un torneo—

—Donde podría al fin cumplir su más grande deseo—

—Se presentó como el primer luchador de la humanidad—

—Listo para destrozar a cualquier temible deidad—

Los dioses se tensaron al ver y sentir a cientos de deidades, reconociendo algunas como ellos mismo, mientras otros de panteones con los que cruzaron caminos a lo largo de la historia.

Tal fue la sorpresa que no se percataron de lo ultimo que escucharon.

Mientras los semidioses veían un coliseo donde se veía a diversos individuos, unos con apariencia humana, otros no, confundidos, ya que varios no se veían usando vestimentas griegas o actuales

—Ansioso y preparado para a su enemigo darle muerte—

—Y demostrarle al mundo quién es el hombre más fuerte—

—Que vengan todos los que quieran, no lo podrán vencer—

—Una insuperable barrera que no pueden romper—

Se mostro al ojiverde caminando hacia el centro de la arena, al igual que un hombre pelirrojo con un martillo gigante, pero que encontraban ridículo el tamaño del arma; mientras ambos se veían con desafió.

Los dioses eran los más preocupados ya que al poder sentir la presencia de cientos de deidades, y reconociendo de esa manera al pelirrojo como Thor, lo que los confundió, ya que se veía muy diferente, así como su martillo

Cuando comenzaron a luchar se sorprendieron ante la fuerza que ambos mostraron, causando ondas de choque cada vez que bloqueaban el ataque del otro.

Hefesto como otros se preguntaban como es que la lanza del ojiverde es capaz de resistir un arma divina que "consideraban" a la par de las armas de los 3 grandes, aunque nunca lo dirían en voz alta cerca de Zeus; mientras todos veían como se fracturaba el suelo con la lucha, por la fuerza de ambos cuando chocaban sus armas

—Abre los cielos con su lanza y todos huyen—

—Porque saben que en segundos los exterminará—

—Su fuerza no es como cualquiera, pues su inmenso poder—

—Es como una salvaje fiera que desea comer—

Los semidioses eran los más sorprendidos, pero los dioses no se quedaban atrás, ya que ambos hombres estaban mostrando una fuerza muy superior a la que tienen en sus formas y tamaños humanos. Antes de que la imagen cambiara para mostrar de nuevo al ojiverde entrenando bajo otra tormenta llevando hacia atrás su lanza antes de de moverse demasiado rápido para sus ojos.

Y ellos junto con el resto de los espectadores se quedaron con la boca abierta al ver como la tormenta fue destruida por el ojiverde, abriéndose como si hubiera sido cortada con su lanza, dejando incapaces de formar sonido alguno

—Arrasa y si entra en batalla, jamás falla—

—Porque vaya donde vaya, nadie lo vencerá—

—Su oponente fue Thor, él no tenía temor—

Zeus hubiera estallado furioso ante lo atestiguado antes, sino fuera porque se revelo la identidad del oponente del "semidiós", que lo detuvo ya que no deseaba que los mestizos supieran sobre los otros panteones, que el consideraba falsos dioses.

Mientras que tanto, un par de dioses se habían dado cuenta que el aura que sentían del ojiverde, como lo hicieron cientos de deidades que sintieron en este momento, si podían sentir divinidad en él, pero no exactamente la de un hijo de los mares, si no algo diferente; además de darse cuenta que momentos antes nunca sintieron la esencia de un semidiós proviniendo de él, hasta ahora

—¿Thor?, ¿el dios del trueno es real?— preguntaron algunos mestizos al reconocer el nombre de un dios de otro panteón

—¡SILENCIO!— Rugió Zeus a los semidioses, asustándolos, mientras dioses lo veían molestos, pero muchos estando de acuerdo con el dios sobre que sepan menos sobre otros panteones

Las moiras por otro lado miraron por un momento a Zeus y a los dioses, antes de regresar su trabajo con los hilos

—Estaba ansioso por medirse con su gran contendor—

—Saltó lleno de valor y atacó sin pudor,—

—Pero su enemigo pudo detener con vigor—

Vieron que ambos oponentes estaban disfrutando la lucha, ante las sonrisas de felicidad que empezaron a mostrar así como de respeto hacia el otro.

—Mejor que cuando lo retaste, Ares— dijo en voz baja Hefesto, aprovechando la oportunidad para burlarse de su hermano, que lo fulmino al recordarle ese suceso pasado

—No fue el único— dijo Hermes mientras le daba una sonrisa a Atenea y Artemisa, con ambas mirándolo molestas

—Aquel ataque, más no frenaría su arma feroz—

—La cual sería la primera en lastimar a un dios—

Vieron incrédulos al ojiverde logrando darle una gran herida al dios, así como destrozar uno de sus guantes y desarmarlo.

Luke nuevamente pensó en como sería más fácil el destruir el Olimpo si tuvieran a tal "semidiós" de su lado

—Feliz de ver aquel brutal poder al que se enfrentaba—

—Al final tenía un oponente que le hacía frente y se le igualaba—

—Mas no sospechaba la diferencia tremenda—

Pero para la sorpresa de todos, en especial los semidioses, vieron al dios extranjero estar complacido, como si el ser herido fuera lo más emocionante que le hubiera pasado en su vida, antes de quitarse el guante restante, con poderosos rayos eléctricos saliendo de su cuerpo tras quitárselo.

Mientras su martillo para el asco de varios empezaba a hincharse y resaltar lo que parecían venas en él, mientras el suelo donde estaba se empezaba a derretir por la energía que emanaba.

Con solo los dioses sintiendo que su poder aumentaba de manera aterradora superando la de Zeus para su incredulidad, solo los dioses atlantes y del inframundo estaban menos afectados por la sorpresa del aumento de poder del dios pelirrojo, que en vez de ver con sorpresa clara en sus rostros, miraron con seriedad

—Thor sin ni un problema le destrozaría las piernas,—

—Pero en su caballo,  Perseus siguió la contienda—

Muchos mestizos se llevaron las manos a la boca para ahogar gritos al ver que el ojiverde ahora conocido como Perseus, para molestia de Zeus, resistía un golpe del matillo de Thor ahora cubierto de rayos, así como el dios, generando un gigantesco rayo que cubrió toda la arena.

Aun más sorprendente para los griegos el que sobreviviera a tal ataque, incluso si sus piernas estaban destrozadas, por parar el martillo con su lanza.

Antes de ver que el caballo negro de antes saltó a la arena por su cuenta, para que Perseus lo montara.

—Pues sentía que tendría una felicidad eterna—

—Al entregarse por completo en ese crudo combate—

—Todo se decidió de golpe en el último ataque—

—Perseus perdió, pero sintió verdadera felicidad—

Muchos creyeron que el combate estaba terminado, mientras Perseus subía a su caballo, al menos hasta que vieron sorprendidos que estaba decidido a continuar el combate aun en su estado.

—Al poder entregar todo en un combate de verdad—

—Que vengan todos los que quieran, no lo podrán vencer—

—Una insuperable barrera que no pueden romper—

—Abre los cielos con su lanza y todos huyen—

Perseus estaba preparado con su lanza y todos vieron lo que parecía ser el fantasma de una mujer con vestimentas de la antigüedad, pero no griegas que estaba saliendo tanto de Percy como de la lanza, Hécate al ver el fantasma y sus rasgos miro de inmediato a su hija Lou de 11 años casi 12, en el publico que miraba al fantasma sorprendida de su parecido con esta.

Con dicho fantasma estando igual de decidida que Perseus

—Porque saben que en segundos los exterminará—

—Su fuerza no es como cualquiera, pues su inmenso poder—

—Es como una salvaje fiera que desea comer—

Ambos combatientes se lanzaron contra el otro, con Thor preparando el mismo ataque de antes, mientras Perseus agarraba su lanza como cuando entrenaba.

—Arrasa y si entra en batalla, jamás falla—

—Porque vaya donde vaya, nadie lo vencerá—

Lo ultimo que vieron fue a ambos atacando al otro y chocando sus ataques, cuando la pantalla se apago.

—...—

—...—

—...—

—¿Qué fue lo que vimos?— fue Deméter la primera en hablar.

Nadie estaba seguro, estando confundidos en por qué un "semidiós" griego estaba luchando contra Thor, un dios nórdico, que se veía diferente a como lo recuerdan los dioses, además de parecer más fuerte de lo que recuerdan los dioses que vieron o conocieron a dicho dios del norte.

También preguntándose sobre porque podían sentirse así mismos como a otros panteones en ese coliseo, a que se refería con primer luchador de la humanidad.

Mientras los semidioses se preguntaban sobre la existencia de otros panteones y como había un hijo de Poseidón capaz de luchar contra un dios, Quirón al escucharlos no pudo evitar recordar a los Alóadas, hijos de Poseidón que aterrorizaron al Olimpo hace miles de años, recordando que Poseidón se negó a luchar contra sus hijos, dejando al Olimpo para lidiar con ellos, y que la única forma de matarlos fue al engañarlos para que terminaran matándose el uno al otro.

Pero Quirón no dijo nada de ello, ya que Zeus había ordenado jamás hablar de ellos y actuar como si nunca existieron.

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