Capitulo 7

4 años después

            Ya ha pasado mucho tiempo, tiempo en el cual no hubo nada bueno; La castaña de orbes azules, de ahora 15 años de edad, no ha podido olvidar ese día, que pasó ya hace 2 años, aún lo recuerda como si fuera ayer.

            "— Algún día nos volveremos a ver, te lo aseguro, como que mi nombre es Laura. — Dijo la rubia dándole un abrazo a su amiga, pues ella, junto con Oliver, quien es su primo, se iban a mudar a Estados Unidos, pues sus padres querían buscar relacionarse con otras empresas y ganar más dinero, hasta querían ir a Japón, aunque decidieron ir poco a poco."

            "— Te extrañaremos mucho, pequeña. — Esta vez hablo el castaño, Oliver; mientras, con su mano derecha, sacudía la cabeza de Karry desordenando sus cabellos, con una sonrisa dulce, lo que provocó un pequeño tono fresa en las mejillas de la castaña de 13 años."

            "— Yo también, ya verán que algún día los visitare. — Hablo la ya mencionada castaña con una sonrisa decidida."

            "— Más te vale, no aguantaría una vida sin mi hermana. — Exclamó la rubia abrazando a Karry. — Te enviaré mensaje todos los días y te llamaré 7 veces a la semana. — Informó sin soltar a su amiga, quien río levemente y siguió el abrazo."

            "— Los quiero. — Volvió a hablar la castaña."

            "— Nosotros también. — Hablaron al mismo tiempo los primos."

            En eso, la escena cambio completamente, esta vez la dulce pre-adolescente de 13 años estaba en el mismo aeropuerto, solo que en otra parte y era otro día diferente, y se encontraba despidiéndose de sus otros amigos.

            "— Ya me tengo que ir, el avión llegará en 15 minutos. — Hablo tristemente el castaño mayor de las tres, Samuel."

            "— Es increíble que te vayas a Noruega, crei que te ibas a quedar aquí. — Dijo, de igual manera, la otra castaña clara de ojos verde pardo, Sabrina."

            "— Yo también, pero mis padres no están recibiendo buena paga y decidieron ir a Noruega donde está casi toda mi familia. — Contó el chico con algo de fastidio, pero con cierta emoción y felicidad, pues hace años que no los visitaba."

            "— ¿En qué estado de Noruega? — Pregunto la castaña más alta que sus dos amigas, Miranda."

            "— Creo que se llama Nordland, no estoy seguro. — Respondió con su dedo índice tocando su barbilla, mientras, miraba detenidamente el techo algo confundido."

            "— Wow, esperamos verte de nuevo. — Exclamó la castaña clara mientras sonreía dulcemente."

            "— Todos ustedes se van del país y yo me quedo aquí, como desearía irme con algunos de ustedes. — Decía, haciendo un puchero, la castaña de ojos azules."

            "— No te... — Una voz, proveniente de unas cornetas en el techo del aeropuerto, interrumpió al chico."

            "Pasajeros del vuelo 234C por favor, acercarse a la puerta 5B"

            "— Ese es nuestro vuelo, ya me tengo que ir. — Con rapidez abrazo a sus tres amigas. — ¡Adiós! — Exclamó mientras corría hacia sus padres, así, los tres, desaparecer de la vista de las chicas, al cruzar por una puerta."

            "— Extrañare a ese tonto. —  Dijo Miranda, a lo que todas empezaron a reír levemente."

            "— Y ¿ustedes cuando se van?. — Pregunta Karry con una sonrisa nerviosa, pues le dolía, aunque quería saberlo, así aprovechar el tiempo que les falta."

            "— En unas horas. — Respondieron las dos, sin la más mínima idea de la respuesta correcta."

            Otro suspiro escapó de sus labios al recordar eso nuevamente, ya han pasado dos años desde que sus amigos se fueron del país, por supuesto, que habla con ellos a través del chat y llamada, pero no es lo mismo.

            Se asomó en la ventana de su cuarto y solo observo todo a lo que tenía disponible, su cara no mostraba expresión alguna, pensaba en todo lo que pasó durante estos años, claro que hubieron recuerdos que ella había olvidado, y más los de su niñez. Una lagrima escapó de sus ojos, no sabía porque, no sabía porque estaba tan triste.... Y no lo entendía.

            — ¡Hija!~ — Canturreo Sabine desde el cuarto de visitas, el cual, con el tiempo, se convirtió en un depósito, donde guardan todas las cosas que no necesitan o necesitarán.

            — ¿Qué ocurre? — Pregunto Karry sin moverse de su lugar.

            — ¡Ven a ver lo que encontré!— Exclamó desde el mismo cuarto mientras con una sonrisa miraba un objeto, ya viejo, en sus manos, recordando esos momentos.

            — ¡Ya voy! — Exclamó para luego dirigirse a donde está su madre.— ¿Qué viste? — Pregunto, pero la mayor no respondió, solo le mostró ese objeto, ese bolso color negro con un estampado del viejo juego de terror, llamado Five Nights at Freddy's, que tanto amaba, hasta hace dos años, pues lo había olvidado por completo.— ¿Qué es esto?

            — Un bolso... Era tu favorito ¿no... Lo recuerdas? — Pregunto preocupada la mayor.

            — Mmm... Yo no recuerdo este bolso... Y... ¿que son esos horribles muñecos? — Pregunto mientras miraba con desagrado el bolso.

            — ¡Oh! No... Me di cuenta... E-esto... Es de tu hermano... Se me olvido. — La señora agacho la cabeza mientras no quitaba su mirada del bolso, de pronto, unas cuantas lagrimas empezaban a resbalar por sus mejillas.

            — ¿Mamá? — Pregunto la adolescente al notar las lágrimas de Sabine.

            — No es nada... S-solo recordé algo.. Yo... Me voy a acostar. — Se excusó la mayor, con la cabeza gacha le dio el bolso a su hija, salió del cuarto y se fue al suyo, lamentándose de lo que pasó ese día.

            En cambio, la castaña de ojos azules, se quedo viendo el bolso por un momento, y cada vez que veía a esos aterradores y horribles muñecos un escalofrío pasaba por su espalda.

            — Son horribles, dios ¿como a mi hermano le pudo gustar esto? — Dijo y con desprecio lo dejo en un estante junto con otras cajas.

            — ¿qué cosa? — Pregunto él mencionado, de ahora 8 años, que se encontraba en la puerta mirando a su hermana mayor con curiosidad.

            — Ese bolso con unos muñecos espeluznantes y feos. — Respondió sincera con una mueca de disgusto.

            — ¿Ese bolso negro? — Volvió a preguntar, esta vez, señalando el bolso en el estante, a lo que la castaña asintió. — Recuerdo muy bien que era tuyo.

            — Mamá me dijo que era tuyo. — Dijo arqueando una ceja, estaba confundida, ¿acaso su madre la engaño, o su hermano la esta engañando?

            — ¿¡Mm?!... Ah! Si... Cierto. — Hizo una pausa mirando a otro lado algo triste. — Si... Lo recuerdo.. Es m-mío.. Si. — Tartamudeo, estaba nervioso y con su mano derecha rascaba su nuca.

            — ¿Mmm? Bueno, okey. — Confundida, la castaña solo se dispuso a salir del cuarto, pasando por al lado de su hermano, para luego dirigirse a su cuarto.

            El menor solo suspiro, para luego irse a la sala y así poder ver televisión; mientras, la castaña solo estaba acostada, miraba un punto muerto en el techo, pues no sabía qué hacer, era un lindo sábado, con un sol perfecto, quería ir al centro comercial o a la playa, pero no tiene amigos, con quienes divertirse, y no quiere tener amigos, no quiere pasar por todo lo que pasó, aunque mucho no recuerda.

            << ¡Ping! >>
            De su bolsillo sacó su teléfono, donde, desde la pantalla bloqueada, pudo ver que le llegó un mensaje de Laura, con una sonrisa, no tardó en contestarle con un "Hola" para así empezar una conversación como todos los días, aunque ésta era diferente.

            Laura: Oye, ¿ya has encontrado a tu crush? ( ͡° ͜ʖ ͡°)

            La castaña río levemente, no sólo por la pregunta, si no también por las caras que su amiga suele poner.

            Karry: No, es más, no he pensado en eso.

            Laura: ( ͡° ʖ̯ ͡°)

            Karry: ¿Que sucede?

            Laura: Cuando te vea, no te quiero ver con gatos, así que te ayudaré con mi primo :3

            Karry: ¿Con Oliver?

            Laura: Sip

            Al leer esa respuesta, un tono fresa apareció en sus mejillas y su palpitar se volvía más acelerado, no sabía porque estaba así, bueno, desde pequeña, unos días después de conocer a Oliver, empezó a sentirse así, pero por lo pequeña que era, no le tomaba importancia, aunque esta vez era diferente, se puso a pensar en su amigo castaño, aún con ese sonrojo. Se preguntaba ¿Qué me pasa? ¿Qué es esto? ¿Porque me siento así?... Era todo lo común en una chica enamorándose por primera vez.

            Laura: Te ayudaré y estás de suerte, pues Oliver también necesita a alguien, porque si no ese wey vivirá con 4 perros

            Laura: además que tampoco se ha acercado a todas las chicas, que se creen reinas del mundo cuando en realidad son las puthas del mundo, que están enamoradas de él, en serio, déjame decirte que ese wey tiene a una cantidad, pero una cantidad, de locas mamarrachas tras de él xD

            Karry: Okey _

            Laura: Mujel anímate, ya tienes un hombre que pronto estará a tus pies :)

            Karry: No plis

            Laura: la hortografía, Mujel, la hortografía, es Please

            Karry: ok xD

            Laura: o ya me tengo que ir, ya toco la campaña y tengo que entrar al salón, déjame decirte que este wey de profesor está bien pende

            Karry: jaja suerte, hablamos más tarde

            Laura: Bai Bai ( ͡° ³ ͡°)"

            La castaña suspiro, lo único que rondaba en su cabeza era su mejor amigo, no había pensado en el amor, hasta que Laura hablo de eso, lo que hizo fue confundirla más, aunque le alegro que tiene a alguien quien la pueda ayudar.

            Mientras el sol y la luna cambiaban de posición, todo ese tiempo Karry se encontraba en su cama, pensando, pensando... ¿Qué tanto piensa? Pues, en el tema ya mencionado y hablado con su mejor amiga, la rubia de ojos marrones, Laura.

            En un momento de fastidio se asomó por la ventana y al ver el paisaje nocturno, lo empezó a contemplar, el cielo estaba con una manta oscura y decorada con varias estrellas, junto con la hermosa luna llena, tal vez su brillo no es tanto como los rayos solares, pero aun así, podía iluminar lo que estaba a su alcance; por supuesto, también, estaba la ciudad, con las luces  que iluminaban con más intensidad las calles y algunos rincones oscuros, a vista más de cerca puede ser algo no tan agradable y puedes pensar "¿Porque tanta luz?" Pero a una vista lejana, la ciudad se ve hermosa, es como si fuera el decorado de un árbol navideño, con luces de colores y variados adornos, los cuales hacen ver al árbol de un verde oscuro y apagado a algo Bello y reluciente, digno de contemplar.
            Una sonrisa se formó en el rostro de la castaña de orbes azules, la vista era hermosa, pues vivía en el piso más alto del edificio, el 14, a lo que podía ver el panorama desde arriba, que, como antes dicho, era hermosa.
            Hace 3 años, su madre compro un apartamento más cerca de la escuela y del centro, pero no sólo era por eso, también porque era más barato y ya no podía seguir pagando la renta del apartamento anterior, cada año aumentaba y con lo poco que conseguía en su pequeño trabajo no alcanzaba lo suficiente, así que por un tiempo ahorro y, rápidamente, se mudaron.

            — Hija voy a salir. — Informó sorpresivamente su madre mientras se asomaba por la puerta, lo que hizo que la castaña se sobresaltara.

            — ¿a dónde vas? — Pregunto Karry volteándose para encontrarse con la mirada jade calmada y feliz de su madre.

            — Tengo que ir a buscar unos papeles... En.. En el trabajo, vuelvo en una hora, cuida a tu hermano ¡adiós! — Sin dejar que la castaña adolescente abriera la boca para decir algo, la mayor ya se encontraba cerrando la puerta principal de todo el apartamento.

            — Bueno... — Murmuró para sí misma, mientras se alejaba de la ventana y con tranquilidad se iba a la sala, donde se encontró a su hermano viendo caricaturas, mientras comía unas galletas. — Dame una. — Le pidió a lo que Thomas amablemente le dio una.

            — ¿Mamá a donde fue?. — Le preguntó el pequeño mientras miraba a su hermana mayor.

            — Dijo que iba a buscar unos papeles en la empresa. — Le respondió, para así los dos volver a mirar el televisor.

            Pero lo que ninguno sabía, es que su madre no iba a la empresa, pues hace cuatro años que renunció y hace cuatro años que estuvo planeando esto; la castaña de orbes verdes se encontraba llamando un taxi, el cual consiguió sin problemas.

            — Lléveme al aeropuerto por favor. — Le dijo amablemente Sabine al chofer, mientras, se acomodaba en su asiento y el carro empezaba a moverse.

Continuará...

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