En la sala de espera del hospital de Patolandia, el silencio en el ambiente era sin duda mas que evidente.

Ahí se encontraban McPato, Donald, Della, Beakley, McQuack y los trillizos sentados esperando noticias sobre el estado de salud de Rosita.

No hacia falta decir, que el ambiente de la sala en si era por mucho demasiado tenso y callado, algo que la verdad ya empezaba a sofocar a mas de uno.

McQuack no tardo en acelerar para llegar al hospital y llevaron en camilla a Rosita a la sala de cirugía, y al parecer aun no terminaba.

Por lo que no hacia falta decir, que para todos los presentes la espera ya se estaba empezando a sentir como una tortura en toda la extensión de la palabra,

Y dicha emoción era algo que solamente se acentuaba al escuchar a Paco caminar de un lado al otro en el pasillo, al igual que sus hermanos se les notaba a los tres muy preocupados por la salud de Rosita.

-Niños, se que están preocupados al igual que todos, peor tienen que calmarse. -dijo McPato sentado a un lado de Beakley.

-Es que no podemos tío Rico, esta vez no podemos. - dijo Luis con lo ultimo al mismo tiempo en que bajaba la mirada.

-Es difícil creer, que Rosita realmente este en algo como esto... ella no lo merece. -dijo esta vez Hugo a quien ya se le empezaban a notar los ojos humedecidos.

Paco por su parte, ya había detenido su andar y ahora solamente estaba parado en el medio, de repente no pudo evitar que por su mente pasaran múltiples recuerdos relacionados con Rosita, mas que nada recordaba en como es que su amiga lo apoyo en buscar información sobre su madre cuando quería saber el porque había desaparecido.

Incluso ahora, no solo lo ayudo a el sino también ha ayudado también a Hugo y a Luis a pesar de que en el principio su relación solamente fuera de amigos.

Pero con el tiempo todo había cambiado y, ahora los tres la veían como una mas en la familia, a pesar de que la sangre no los uniera.

-Ah, solo recuperate... no nos puedes dejar hermanita, resiste por favor. -pensó Paco quien sentía que sus ojos estuvieran por soltar lagrimas en cualquier momento.

Por el lado de los adultos, realmente tampoco había mucho que decir, pero había una que se veía que era la mas afectada de todo esto.

Bentina estaba con la mirada agachada y trataba de controlar lo que ella estaba sintiendo en su interior un gran remolino de emociones dentro de ella, aun no se podía quitar la imagen de Rosita tirada en el piso de su habitación cubierta de sangre.

Sentía que eso era algo que jamás la iba a dejar en paz, y que de cualquier modo solo se acentuaba al ver sus manos que, junto con su ropa estaban manchadas de rojo por la sangre de Rosita.

Sin embargo, en ese momento la mujer sintió que una mano se posaba sobre su hombro por lo que voltea y ve que se trataba de McPato que la miraba con una sonrisa algo forzada, es claro que el también se sentía afectado por lo ocurrido.

-Veo bien lo que sientes Bentina, no eres la única que lo siente de esa misma manera ahora mismo. -dijo McPato con suavidad y un tono de voz mas que comprensivo.

Al escuchar lo dicho por el hombre, Beakley no pudo evitar el que ahora sus ojos se comenzaran a ver humedecidos y las lagrimas ya iban a acumularse, estaba claro que en cualquier momento sus emociones le iban a causar un colapso.

-Por mucho tiempo he resguardado a mi nieta lejos del ojo público de las personas, se que suena a algo egoísta pero, desde el inicio siempre ha sido mi prioridad que ella siempre se encontrara a salvo... ahora siento que termine fallando a lo grande. -dijo Beakley  con un gran pesar en su tono de voz.

Con escuchar lo que dijo la mujer, McPato solamente desvió la mirada para poder ver a sus dos sobrinos, era capaz de ver que tanto Donald como Della tampoco estaban en condición alguna de tratar de decir algo al respecto.

Bajo las circunstancias, era algo que podía entender un poco.

Sin embargo, en ese momento los pensamientos de todos y cada uno de los presentes se vieron interrumpidos debido a que escucharon que una puerta, y por la misma termino saliendo un doctor que estaba revisando unos papeles.

Ninguno tardo en reconocerlo, es el mismo que fue a atender a Rosita cuando la metieron de urgencia quirofano. 

-¿Los familiares de Rosita Vanderquack? -pregunto el doctor al mismo tiempo en que se acercaba a ellos.

Al momento en que escucharon el llamado de parte del doctor, todos rápidamente atinaron a levantarse de sus respectivos asientos para acercarse rápidamente al hombre.

-Somos nosotros doctor, ¿como esta mi nieta? -pregunto Beakley a quien claramente se le notaba angustiada por el estado de Rosita.

Lo siguiente que se vio, fue que el doctor solamente atino a soltar un sonoro suspiro para luego empezar a sobarse la nuca, esa clase de reacciones ya empezaba a provocarles a todos un mal presentimiento.

-Miren no les voy a mentir, la pequeño llego muy grave con una severa hemorragia causada por las heridas, ademas de unas cuantas quemaduras y casi perdió un ojo izquierdo, he de decir que es un milagro que este viva. -dijo el doctor dando a saber el diagnostico.

No hacia falta decir, que todos los que se encontraban ahí estaban sin palabra alguna para poder decir ante lo que estaba pasando.

Era demasiado, sencillamente era demasiado.

Su familia siempre se ha hecho conocer por su gusto a las aventuras, estaban acostumbrados a enfrentar cosas que pueden llegar a sentirse como inesperadas en el primer momento.

Pero nada de eso servía ante el hecho de saber que alguien querido para ellos estaba en mal estado.

-¿P-Podemos pasar a verla? -pregunto Della quien apenas estaba tratando de digerir lo que acababan de escuchar, al igual que el resto de su familia.

-Claro solo que deben de esperar unos minutos ya que apenas la van a trasladar a una habitación pero debo de serles sincero en algo. -decía el doctor  para luego inhalar y luego dejar salir una gran bocanada de aire para lo que estaba por decir ahora. -Para pode asegurarnos de que la recuperación de la niña sea progresiva y que no haya al fin precedente del cual lamentarnos, tuvimos... que inducirla a un estado de coma. -termino de decir con pesar.

...

En este momento, se veía a la familia Pato, Beakley y McQuack que estaban entrando a una habitación en el hospital siendo guiados por el doctor.

No hacia falta decir que, al momento de entrar todos sintieron un gran peso dentro de sus cuerpos, y que sus respectivos corazones se detuvieran, y todo por lo que ahora enfrente de sus ojos cada uno.

Acostada sobre una cama se encontraba Rosita, estaba conectada a un monitor que mostraba como iba su ritmo cardíaco, con vendajes en varias partes del cuerpo incluyendo la muñecas y en el rostro, en esto ultimo tenia una que otra gaza y mas que nada estaba envuelta la zona de uno de sus ojos, se veía ademas que también estaba conectada a un respirador artificial.

En si, era una vista que hasta al mas fuerte de los hombres lo podría afligir en lo mas profundo del corazón.

Beakley por su parte, no pudo evitar el acercarse y, con una mano temblorosa comienza a acariciar una de las mejillas de su nieta, al mismo tiempo en que se percataba de que sus anteojos se comenzaban a empañar por las lagrimas que sentía que ya empezaban a salir.

Pero ante la situación, eso ultimo era lo que menos le importaba.

-Mejor los dejo solos, luego tendré que venir, con permiso. -dijo el doctor para luego retirarse de la habitación.

Ninguno de los presentes se sentía capaces de decir algo al respecto, cada uno tenia la sensación de que un nudo se les formaba en la garganta y con razón.

Ver a Rosita en el estado en el que estaba, llena de heridas y ademas en estado de coma, era algo sin duda que les dolía en lo mas profundo de sus almas.

Era sin duda una vista dolorosa.

...

Y Fin.

Bueno, hasta aquí el capitulo espero que les guste.

La intención de hacer esta historia es poder profundizar en las relaciones de la familia, en como la familia se ve que no se ocupa de sangre sino de fuertes lazos que unen a las personas.

Los invito a que dejen sus votos si les gusta el capitulo, ademas de que también los invito a que escriban sus opiniones en los comentarios, hasta mañana.

Nos vemos.