El dia que me perdí en el Zócalo

Como sabrán, el zócalo es enorme. El centro de la ciudad de México es extenso y eso también tiene que ver por ser famoso.

Pues bien. La última vez que fui me perdí, solo por ir por un libro que me habían pedido de la escuela.

La historia es así.

Mi papá me iba a acompañar ese día. Nos fuimos en el metro, recuerdo que ese día era antes de que hicieran el desfile de la independencia de México.  Antes de que llegara el Covid. Esos días en dónde podías respirar de manera natural sin el maldito cubrebocas.

Pues bien. Cuando llegamos a la primera estación para tomar el metro me quedé impresionado pues estaba en buenas condiciones y estaba limpio.

Cuando subimos, no tardamos mucho en llegar a nuestro destino. Cómo era un día antes del desfile, algunas calles estaban cerradas y no se podía llegar al palacio de bellas artes. Así que nos bajamos una estación antes.

Al bajar subimos unas cuantas escaleras y nos encontramos con un montón de gente. Que caminaba de aquí a allá, ese día estaba lleno el parque que está cerca de bellas artes así que era fácil perderse.

Me separé de mi papá y de inmediato entre en pánico. Habían demasiadas personas caminando y era imposible verlo.

Ya ni sabía si estaba detras de mi o estaba lejos. Les diré que si, me asuste y también comencé a ver a todos lados.

Mi mente entro en pánico y de inmediato supe que debía de moverme a un lugar menos transitado para lograr encontrar a mi papá. En ese lapso de tiempo que se me hizo eterno, aunque logré ver extranjeros tomandose fotos y demás.
Quería llorar, pero tampoco quería que me vieran así.

No me podía subir a las mujeres estatuas que estaban ahí o si no me multarian y me tacharían de feminazi aunque fuera hombre.

El chiste es que me fui a un parque pero tampoco me aleje de ahí. Me senté al lado de un árbol y estuve mirando a todos lados. Aunque me robaran no llevaba nada y ya si me robaban a mi pus ya ni modo.

Pasaron como 30 minutos y fue cuando apareció mi papá. No me creerían como se siento verle de nuevo, fue como si mi cabeza diera un respiro.
Pero solo se burló por qué me había visto todo el tiempo y me dijo que en realidad me había quedado quieto siempre, no me movía para nada.

Ese día me moleste como nunca, regrese enojado por qué siempre me vio pero jamás se acercó a mi.

Fue en ese entonces donde dije : ¡¡No vuelvo a ir contigo solo!!.

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