capítulo tres.

Felix estaba sentado viendo su desayuno.

Estaba en la cafetería del centro deportivo, su entrenamiento había terminado y realmente lo único que hacía era esperar a que fueran las once de la mañana, ya que a esa hora era el momento de dar clases a sus alumnos.

Felix veía con un poco de asco los huevos revueltos frente a él.

No lo tomen a mal, eran deliciosos, incluso Felix consideraba que la comida del centro es su comida favorita, pero hace unos días se probó su traje para la competencia y no le agradó como se veía.

—¿Comerás eso o seguirás deseando que esos huevos desaparezcan por arte de magia? —Chan se sentó frente a él, tenía una bandeja con un almuerzo cien veces más grande que el de Felix, un bowl de fruta, un muffin de moras azules, huevos revueltos junto con tiras de tocino y pan tostado con mantequilla.

Felix veía con impresión a Chan y vio con un poco de asco su bandeja.

También noto los dos chocolates calientes en su bandeja.

—No tengo hambre realmente. —dijo Felix y se recostó en la mesa.

Chan lo vio mal.

—Levántate, es de mala educación que hagas eso. —Felix gruñó y Chan volteo los ojos. —Además, ¿cómo demonios no tienes hambre? Entrenaste desde las cinco de la mañana hasta las nueve de la mañana, si quemas 900 calorías por una hora en el hielo eso quiere decir que acabas de quemar 9500 calorías, no seas ridículo y come algo, Lee.

Chan tomó uno de los chocolates en su bandeja y lo puso frente a Felix.

El omega frunció el ceño y vio sospechoso el chocolate.

—¿Tiene veneno? —preguntó asustado el omega.

—No. —Chan tomó un bocado de su desayuno sin ver a Felix.

—¿Laxantes?

—No.

—¿Le escupiste?

—¿Podrías dejar de ser tan insoportable, Felix? —dijo el alfa un poco exasperado viéndolo a los ojos. —Es un gesto amable solamente.

Felix se sonrojó y tomó un sorbo del chocolate, disfrutando de los bombones que se estaban derritiendo.

—Gracias. —susurró Felix.

Chan se levantó y regresó con un muffin de moras azules.

—Come algo, pareces un zombie.

Felix frunció el ceño pero tomó el muffin.

—Eso no fue amable, pero está siendo amable al mismo tiempo ¿qué sucede? —Felix cuestionó a Chan mientras partía en pedazos pequeños su muffin.

Chan dejó su tenedor y vio a Felix.

El lindo omega con ojos azules que brillaban por la luz brillante, su gorrito azul claro con su usualmente esponjoso pompón y un suéter grande que lo cubría por completo.

—No fue muy agradable lo que te dije el otro día, —acepto el alfa. —Tú eres talentoso en tu deporte, puedes ser un grano en el culo, pero eres muy talentoso, Lee. No debí haber dicho que solo bailas sobre hielo, porque haces muchas cosas que son increíbles.

El alfa veía directamente a Felix quien asintió.

Felix comió su muffin tranquilo y tomó de su chocolate caliente.

—Perdón por decirte "alfa inútil".

Chan rió.

—Creo que ambos tenemos cosas por las cuales tenemos que disculparnos.

Felix asintió y rió.

—Si... Pero tú tienes más. —rió Felix.

Chan frunció el ceño.

—¿Disculpa? Tú me debes demasiadas disculpas.

Felix vio mal a Chan.

—¿Yo? ¿acaso no me golpeaste con tu bastón de hockey hace unos días?

—¡Y tú lo rompiste!, pero además me empujaste fuera de la pista.

—¡No me dejabas salir! Patinas muy lento.

El omega se levantó tomando su laptop, mochila y abrigo. Era hora de ya clase.

—¡¿No me pagarás por el muffin y el chocolate que ni siquiera terminaste?!

Felix vio indignado al alfa.

—¡Nunca te lo pedí, pero esta bien! —el omega sacó dos dólares de su bolsillo y los puso en la mesa de golpe haciendo que el chocolate de Chan se derramara encima de él.

Felix al verlo salió corriendo.

—¡Lee! —gruñó molesto en la puerta detrás del rápido omega.

꒰ ⛸️ ꒱

¡gracias por leer!

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