capítulo diez.
Felix entró a la oficina del centro deportivo apurado.
Acababa de salir de clases y Jisung lo citó de inmediato en la oficina de JungJae, el director del centro deportivo.
Al llegar vio a un Jisung muy enojado en una de las sillas y a JungJae estresado.
Felix tenía muchas cosas en sus manos, sus libros eran pesados y sus patines colgaban en su brazo izquierdo.
—¿Sucede algo? —Felix preguntó preocupado.
El omega sentía esa sensación en el estómago cuando sabes que algo malo va a pasar.
—Siéntate, Felix. —JungJae dijo suave. —Hubo un problema con los presupuestos.
Felix sintió que su respiración se detuvo por unos minutos.
—¿Problema?
—No podremos enviarte a la final este año, el estado cortó los presupuestos de último minuto. —dijo JungJae decepcionado. —Créeme que estoy haciendo lo que está en mis manos para poder hacerlos cambiar de opinión.
—¿Q-Qué? —Felix estaba atónito.
—JungJae y yo estamos viendo de dónde demonios sacaremos todo el dinero necesario, pero parece que el gobernador decidió que se lo daría al equipo de hockey y americano de alfas del estado. —Jisung estaba enojado. —No sabemos qué hacer y realmente nos estamos esforzando, Felix, pero la final este año está perdida.
—¿Cuánto dinero falta? Y-yo puedo hacer otra campaña... Anuncio, patrocinador, ¡lo que sea! —Felix dijo desesperado.
JungJae lo vio preocupado.
—Falta media semana, Felix. —JungJae siguió moviendo los papeles en busca de una solución. —Estoy poniéndome en contacto para poder hablar con las personas que tengo que convencer, necesito que mantengas la calma.
—¡¿Mantener la calma?! —Felix se levantó de la silla. —¡Han sido meses de preparación para que esto arruine mi competencia!
JungJae asintió con la cabeza y veía preocupado a Felix.
Jisung sentía la desesperación de Felix.
Felix tomó sus cosas lo más rápido que pudo y salió de la oficina con sus cabeza martillando con un dolor repentino y su corazón encogiéndose.
Decepción y rabia era lo único que podía sentir.
A punto de salir del centro vio a los alfas del equipo de hockey.
Estos hablaban emocionados y mostraban las nuevas chaquetas que les habían dado.
Chan estaba riendo con HyunJin hasta que vio a Felix, se acercó a él y le mostró su sonrisa.
—¡Está chaqueta es asombrosa, Lix! Te la prestaré para mi próximo partido, será en unas semanas después de tu competencia. —Chan dijo feliz sin ver el rostro de Felix.
Felix sintió su corazón romperse ante la mención de la competencia.
Y sintió rabia al saber que les dieron esas chaquetas a pesar de que ni siquiera han empezado su temporada de juegos.
Sintió rabia porque a él nunca le han dado algo por sus medallas y su talento.
Sintió rabia al saber que nunca lo reconocerían como un reconocen a los alfas.
—Ahora no, Chan. —el omega sintió su voz quebrarse.
El alfa lo vio confundido hasta que vio su rostro con detenimiento.
Se veía destrozado.
Felix caminó rápido y empujó a los alfas del equipo de hockey que estorbaban en su camino.
Chan solo sentía como su alfa estaba desesperado por ir detrás del omega.
Algo andaba mal.
El alfa corrió hacia donde estaba Felix y lo vio caminar hacia su auto batallando con sus libros y patines.
El omega abrió la puerta de su auto y aventó sus libros y sus patines sin importarle si alguno de estos se dañaba.
Estaba tan enojado.
Se metió a su auto y dentro de este empezó a llorar recostando su cabeza en el volante.
El omega lloraba y gemía como un cachorro que pedía a gritos que alguien lo abrazara y protegiera.
Chan sintió su corazón romperse al ver esa escena.
Su alfa arañaba su pecho exigiéndole que fuera a ver al dulce omega que lloraba desesperado.
Llegó junto a la ventana de su auto y la golpeó suavemente.
—Lix... —el alfa intentó llamar la atención del omega que al voltear a verlo solamente lo veía tristeza.
El omega de verdad se veía desesperado y Chan quería encontrar a quien sea que lo hizo llorar de esa forma y molerlo a golpes.
—¿Qué sucede, amor? —el alfa abrió la puerta del auto del omega y puso sus manos en sus mejillas.
El omega negó una y otra vez.
—A-Ahora no quiero hablar, Chan. —el omega sollozó. —S-Solamente ahora no.
El omega cerró la puerta de su auto y empezó a conducir fuera del estacionamiento del centro deportivo donde el alfa estaba plantado justo donde lo había dejado.
Sus manos con el calor que guardaba el rostro del omega y con el sentimiento de que las lágrimas del omega pasaron por estas.
Felix estaba en ese bar cerca del centro deportivo.
La lluvia era fuerte por ser marzo y la temperatura era de un grado.
El omega no tenía puesto su gorrito que estaba en su auto.
Su grande chamarra estaba en el respaldo del asiento y tenía puesta una blusa de algodón de color negro, dejaba ver sus clavículas marcadas y su delgadez.
El omega se veía destrozado.
Tenía un whiskey en sus manos.
Tal vez el whiskey lo haría olvidar que hoy todo se fue a la mierda.
La puerta se abrió dejando ver a Jisung que entró al bar buscando a Felix y al encontrarlo suspiró cansado.
—¿Han encontrado una solución? —Felix preguntó suave al sentir la presencia de Jisung.
—Ni siquiera nos han podido contestar las llamadas los hijos de puta. —Jisung pidió un shot de tequila y al recibirlo lo tomó de una. —Odio este pueblo.
Felix asintió.
—No se que hacer.
Jisung sintió sus manos temblar.
—Iremos el próximo año, recaudaremos dinero y les mostrarás a todos como tú eres una estrella, que no importa que no tengas apoyo o dinero o alguna de esas mierdas que el estado debería de darte, tu eres una estrella, Felix. —el omega dijo fuerte. —Eres una estrella que próximamente será el campeón mundial.
Felix sintió lágrimas caer por sus mejillas.
No quería abandonar lo que más había soñado en su vida.
Pero necesita apoyo.
Y tiene el apoyo de Jisung...
Se sintió en paz por un segundo.
La noche cayó con los dos omegas hablando en ese bar rústico y más personas empezaban a llegar.
Una de ellas fue YeonJun con un beta con el que hablaba animado.
Al ver a Felix sonrió y se acercó.
—¡Felix, hola! —el alfa le sonrió y besó su mejilla. —Este es Mino, mi agente.
—¿Agente? —Felix se presentó y les dio una sonrisa a ambos.
Jisung también se presentó, omitiendo la sonrisa.
Mino al ver a Jisung sonrió emocionado.
—Espera, ¿tú eres Han Jisung? ¿campeón de las olimpiadas del 2006?
Jisung asintió y sonrió un poco.
—Así es, ahora entrenador de estrellas.
Mino sonrió emocionado y sus mejillas se pusieron rojas.
—¿Y tu eres Lee Felix? ¡Ahora eres muy aclamado en Japón!
Felix lo vio extraño.
—¿Qué?
—Tu competencia del 2018, ellos la adoran, los cachorros tienen pósters tuyos y todas esas cosas. —Mino mostró una foto de su hija.
La pequeña tenía un vestuario de patinaje artístico y junto a ella estaba un póster de Felix.
Era Felix en su competencia del año pasado en nueva york.
—Mi hija te admira, amigo.
Felix se sintió halagado.
—G-Gracias...
—Ten mi tarjeta. —el vega le extendió una tarjeta elegante. —Créeme que en Japón matarían por tenerte como su patinador.
Felix sintió que sus ojos brillaron al ver el nombre de la empresa en que Kim Mino trabajaba.
Stars inspiration company
La empresa más grande de talentos deportivos del mundo.
—¿Hablas enserio? —Jisung preguntó atontado.
—Matarían por tener al ganador de un olímpico, Han Jisung, como entrenador de su próxima estrella. —Mino habló emocionado viéndolos a los dos. —Les daríamos todo y el gobierno los apoyaría en las competencias, tendrían instalaciones, equipo, seguros médicos... Todo. —Mino habló emocionado. —Solo considérenlo. —Mino les dio una sonrisa y se fue.
—Es mi agente, —dijo YeonJun. —Me ha dado muy buenos equipos y me dan lo que necesito, y tú tienes talento, Felix. —YeonJun le dio una sonrisa y se fue.
Felix vio pensativo la tarjeta en sus manos.
Jisung se veía igual de indeciso que él.
Wow.
꒰ ⛸️ ꒱
¡gracias por leer!
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