Capítulo 2: ¡Soy Un Artista, No Un Idol!
Luego del impacto inicial para ambos, Hoseok se acercó a Seokjin, para ayudarlo con la bandeja.
—Permíteme que te ayude—le habló con suavidad, tomando con firmeza la bandeja.
—¡Gracias! Yo mismo los horneé. Me encanta cocinar y pensé en darles la bienvenida. Si me das un momento me gustaría memorizar tu rostro. Así la próxima vez que te encuentre no te confundiré. Por favor, ¿me puedes mirar de frente?
Mientras Hoseok aún un poco aturdido miraba al hombre ciego, Jungkook se había quedado sin reaccionar. Cuando Seokjin repitió el nombre "Jung Hoseok" se acercó a ellos.
—Soy Jungkook...tú nuevo vecino.
—¡Jungkook! Al fin te conozco. Espera, no te muevas y mírame de frente. "Jeon Jungkook" repitió Seokjin—. Les agradezco a los dos. Ya imagino la cara de asustados que deben tener. Les explico. Como habrán notado, soy ciego, pero esto—apuntó a un pequeño aparatito adosado a sus lentes oscuros—me permite hacer reconocimiento facial. Así la próxima vez que los encuentre de frente, sabré que son ustedes. ¿genial no?
—Claro...—dijo Jungkook, que continuaba mirando a su nuevo vecino. Era muy guapo. Unos centímetros más alto que él, de rostro pequeño y labios abultados. Hombros anchos y delgado. Ahora entendía el porqué de la terrible combinación de colores de su vestimenta. Pobre..., era ciego y seguro que nadie le había dicho lo mal que lucía su ropa...
—¿Quieres sentarte un momento? Traeré algo para beber, mientras comemos los cups cake—Hoseok le indicaba con la mano a Seokjin donde sentarse, pero obviamente éste no hizo ningún movimiento, pues no tenía idea donde estaba el sofá.
—Tendrás que ayudarme a encontrar el lugar donde poner mi trasero. Antes solía venir mucho a este departamento, pues la señora Lee y yo éramos grandes amigos, pero imagino que los muebles habrán cambiado.
—Lo siento. Es por aquí—Hoseok tomó su brazo y lo acercó al sofá, mientras JungKook seguía sin decir nada—. ¿Quieres té o café? ¿algún refresco?
—Sólo un refresco. He tomado demasiado café hoy. Gracias.
Jungkook le abrió los ojos en gran forma a Hoseok. Primero por invitar al tal Seokjin y luego por dejarlo solo con él. Hoseok le contestó con otro gesto, dándole a entender que no podían ser tan descortés con el pobre hombre que había traído pasteles horneados por él mismo, arriesgando probablemente su vida en ello.
Seokjin a estas alturas de su vida, estaba absolutamente seguro que había causado impacto e incomodidad en ambos chicos, y que probablemente se estaban haciendo gestos el uno al otro. Sin embargo, no le dio ninguna importancia y se sentó en el cómodo sofá.
—Y entonces Jungkook... ¿Qué te ha parecido tu primer día aquí? ¿has conocido más gente? ¿O las instalaciones? Quiero que sepas que soy el Presidente del Comité de Bienvenida, por lo que cuando gustes podemos hacer un recorrido general. Hay gimnasio, sauna, una sala de Cine y por su puesto nuestra gran sala de eventos, donde realizaremos tu fiesta.
—Disculpa...
—Seokjin, Kim Seokjin. Ese es mi nombre, aunque todos por aquí sólo me dicen Jin. No te preocupes por los honoríficos. Aquí adentro casi no los usamos. Como te decía, hoy tendremos una fiesta y por supuesto tu eres el invitado de honor.
—Una fiesta...yo no sé si pueda ir...la verdad te agradezco todo esto..., pero no soy muy bueno para ir a fiestas y...
—Nah, no seas así. Todos quieren conocerte. Las chicas mueren por ti. Aunque también hay algunos chicos..., espero que eso no te moleste. La verdad es que aquí somos muy abiertos de mente y espíritu y....
—Sí.. gracias. No, no me molesta lo de los chicos. Todas las personas
son bienvenidas a escuchar mi música y es un honor para mí, cada uno de los fans que me siguen. Pero realmente lo de la fiesta...
—¿Qué fiesta? —preguntó Hoseok que venía con refrescos para todos. Le entregó con cuidado uno de los vasos a Seokjin.
—La fiesta que organizamos para JungKook, el comité de bienvenida hace una para cada nuevo inquilino. Naturalmente también estás invitado. Será hoy a contar de las ocho. Ya sabes, las estrellas de aquí deben dormir temprano, para que sus rostros no estén hinchados con la comida y el alcohol, mañana temprano—. Soltó una risa estridente que hizo que Hoseok y Jungkook se miraran.
—Jungkook... tal vez sería bueno ir un rato, para que conozcas a tus vecinos. Es mejor que tengas buenas relaciones con ellos.
—Está bien Hyung. Tienes razón. Te agradezco la invitación Seokjin, digo Jin. Podemos ir un rato a conocer a los demás.
—¡Lo sabía! —Seokjin se puso de pie y estiró su bastón—Pasaré por ustedes a las ocho en punto para llevarlos al salón. Y no te preocupes. Será algo pequeño. Y nada de ropa elegante. Todo es informal. Que no te engañe mi apariencia de este momento. Generalmente no me visto así, tan elegante me gusta mucho más la informalidad.
Ambos chicos se miraron y casi se largan a reír. ¡Por dios!, como es que nadie le había dicho cómo estaba vestido.
—¿Ya te vas? No comiste ningún pastelito.
—Te lo agradezco Hoseoki, pero debo ir a terminar de preparar todo. Espero que los disfruten. Realmente son muy buenos.
—Jungkook, no crees que tal vez Seokjin le gustaría llevarse algún disco tuyo autografiado? —Jungkook entendió que Hoseok quería de algún modo devolverle la amabilidad a Seokjin. Iba ir a buscar alguno que siempre tenía guardado, cuando su vecino lo interrumpió.
—No es necesario eso. No te preocupes.
—También puedes traer alguno que tengas tú. Yo te lo puedo firmar—se ofreció un poco más relajado Kook.
—En realidad no. No tengo ningún disco tuyo. No soy mucho de seguir idol...
—Yo no soy un idol, soy un artista—Jungkook se había comenzado a alterar con las palabras que había usado Seokjin.
—Idol, artista..., qué más da. En fin, como dije debo terminar algunos detalles para esta noche. ¡Nos vemos! ...—, volvió a reír muy fuerte—¡Me encanta decir eso!
Seokjin con ayuda de su bastón y la memoria que tenía de las veces que había visitado ese departamento, caminó hacia la puerta y salió, dejando a Jungkook y Hoseok con la boca abierta.
—¿Eso era lo que me querías decir? ¿Que mi vecino es ciego?
—Sí. Hoy el señor Park me lo contó. Es ciego, pero ya vez, a él parece no importarle. Eso fue lo que me dijo el conserje. Que no había persona más alegre, feliz y optimista que Kim Seokjin.
Jungkook se quedó pensando en el hombre que acababa de conocer. Admiró su sonrisa y la soltura con la que les habló. Envidiaba a las personas que eran tan extrovertidas. Él jamás se hubiera acercado por su cuenta a saludar a su vecino ni a ninguna persona del condominio. Y este hombre, que incluso era ciego, no había dudado en prepararle pasteles y visitarlo.
—Realmente están deliciosos—murmuró Hoseok, con la boca llena con un Cup-Cake.
Seokjin salió del departamento y abrió la puerta del suyo satisfecho. Al fin había tenido la oportunidad de ver en persona a Jungkook. Bueno, "ver" era una forma de decir. Y había notado varias cosas. Primero que el chico era tímido, callado y que no estaba tan feliz con su visita. Pudo notar la incomodidad. Sabía que muchas personas se ponían nerviosas al conocerlo por primera vez. Era lógico. El común de la gente nunca sabía comportarse frente a alguien con una discapacidad. Por ejemplo, le pasaba que algunos le hablaban muy fuerte, como si fuera sordo y no ciego. Otros como Hoseok, le hacían indicaciones que él no podía ver, pero si adivinar. Otros simplemente se quedaban un poco estupefactos, como al parecer había sucedido con Jungkook. Bueno, ya se acostumbraría. Siempre era así. Lo bueno era que, a él, ser ciego no le impedía en absoluto disfrutar de la vida, sonreír y ser feliz.
Había perdido la vista a los cinco años. En un accidente automovilístico. Él y su familia iban de regreso a Gwacheon, donde vivían, luego de una temporada en la playa. Era de noche y un auto con un conductor ebrio, que venía en dirección contraria, se estrelló contra ellos. Su padre, intentó por todos los medios, salvar a su mujer y sus dos hijos, por lo que maniobró el auto, para recibir el mayor impacto. Murió instantáneamente.
Esto lo supo muchos años después. Su madre, sufrió quemaduras en su rostro, su hermano una grave factura en su pierna, que le dejó una cojera de por vida y él...recibió un golpe tan grande en su cabeza que tuvo un desprendimiento de retina que lo dejó ciego. Pero...ellos vivieron...gracias al sacrificio de su padre. Eso lo había marcado para siempre.
Seokjin no tenía demasiados recuerdos de su vida antes del accidente, pues era muy pequeño, pero, aun así, una parte de su cerebro había guardado una noción de los colores, un reflejo del rostro de su madre y extrañamente, las olas del mar. ¡Amaba el mar! Por eso cada vez que podía iba a la playa.
Toda la tarde, Jungkook se la pasó ordenando su ropa y sus artículos personales. El departamento tenía un estudio el cual estaba insonorizado. Allí podría crear su música, sin molestar a sus vecinos. Al final, subió una selca a sus redes sociales, saludando a sus fans, quienes de inmediato lo llenaron de amor y uno que otro comentario que lo hizo sonrojar.
—Pensé que estarías preparándote para la fiesta—Hoseok venía llegando de la agencia. Siempre era así. Iba y venía coordinando no sólo su agenda, sino que también parte de su vida. Jungkook le había pedido que viviera con él, a lo que Hoseok había accedido encantado. Adoraba a Jungkook y no sólo era su Manager, sino que se consideraba una especie de hermano mayor.
—No estoy seguro de ir a esa fiesta. No sé si quiero encontrarme con toda esa gente.
—Pero Seokjin dijo que sería algo pequeño. No es que vaya a estar todo el edificio. Además, conoces a Jisoo y Chanyeol.
—Jamás he hablado con ellos. Sólo me los he encontrado en esos programas de fin de año.
—Bueno, entonces ahora es tu oportunidad de conocerlos. Escucha Kook, sé que te cuesta esto de las relaciones personales, pero es importante que intentes ser más abierto. Te ayudará también para el escenario, para mostrarte de manera mejor.
Pero a Jungkook le costaba tanto eso de "mostrarse". Él realizaba performances increíbles, sus fans vibraban con cada concierto, pero sabía que aún faltaba algo en la conexión. Algo que él no se atrevía a dar.
—Iré sólo si me acompañas—Hoseok rodó los ojos—Por favor hyung..., te prometo que me tomaré toda mi leche esta semana.
Hoseok se echó a reír. Jungkook era adorable. En muchos aspectos, era un pequeño cachorro, que había crecido solo, en la terrible selva de la industria del entretenimiento y de los idols. Y que contra todo pronóstico había triunfado.
Faltaban cinco minutos para las ocho, cuando el timbre una vez más sonó. Jungkook fue a abrir y ahí frente a él, estaba su vecino. Jin vestía ahora unos pantalones blancos, con una camisa floreada bastante llamativa. Además, llevaba puestos unos lentes rojos, grandes y bastante desde su punto de vista, ridículos. Parecía como si Seokjin realmente quisiera lucir estrafalario a propósito. Tenía dos botones desabrochados, que dejaban casi al descubierto sus afiladas clavículas y un pecho blanco del cual colgaba un collar con la imagen un lobo.
—¡Jungkook!, ¿Cómo estás?, listo para sacudir tu cuerpo—Seokjin se movía de un lado a otro, mientras sonreía al cantante, quien se había quedado paralizado.
—Supongo... ¿Quieres pasar?, Hobi-hyung está en el baño.
—Claro, gracias. ¿Y cómo te gusta que te digan?
—Jungkook.
Seokjin estalló en una de sus risas y aplaudió.
—Eres realmente gracioso. Me refiero de que otra forma puedo llamarte. Ya te dije que a mí me puedes llamar Jin. Seokjin es muy largo. Y Jungkook también lo es.
—Te entendí. Me gusta que me digan Jungkook.
—Sigo pensando que es muy largo. Sólo te llamaré JK—Jungkook iba a replicar, cuando sintió que Seokjin tiraba de la sudadera que llevaba puesta. Sintió un pequeño murmullo.
—De qué color son tus pantalones JK?
Jungkook seguía sin entender nada y menos aún luego que su vecino invadiera de esa forma su espacio personal. Aun así, le contestó, asustado un poco por su actitud.
—N-Negro, ¿por qué?
—¡Que aburrido! ¡Vas todo de negro! ¿No te gustaría ponerte algo más...alegre...?, ¡eres tan joven para vestirte tan sombríamente! Pensé que los idol sabían de moda.
Eso fue suficiente. ¿Quién se creía este señor? ¿Acaso porque era ciego, debía aguantar cada una de sus impertinencias?
—Mira Seokjin...
—Lo siento no puedo—Y otra vez se largó a reír, con esa risita que cada vez irritaba más a Jungkook. Éste cerró los ojos y respiró hondo.
—Escúchame Seokjin-ssi...
—Ya te dije que no me gustan los honoríficos.
—¡Basta! ¡¿Puedes callarte de una puta vez? —Seokjin abrió su boca al escuchar al chico—en primer lugar, ya te dije que no soy un idol. Soy un cantante, un artista. En segundo lugar, me visto como me da la gana. En tercer lugar, debes aprender a respetar el espacio personal y no puedes jalar mi ropa de la nada. ¿Has entendido?
—¡Hey! ¡Que enojón! Si tomé tu ropa, fue porque debo acercarla al aparato que llevo en los lentes para que me diga el color. En segundo lugar, ya te dije, idol, artista es igual. ¿Por qué te enfada tanto que te diga así?, ¿acaso no eres uno? Y, en tercer lugar, obvio que te viste como quieras...yo sólo te daba mi opinión. Tengo un alto sentido de la moda.
—¡No seas tonto! ¡Ni siquiera sabes que colores traes y no tienes idea de cómo combinarlos! Al menos ahora llevas algo medianamente decente, pero cuando nos conocimos...
—Mira mocoso insolente—Jin se levantó indignado—, te horneé pasteles, te hice una fiesta, te vengo a busca amablemente y tú tienes el descaro de decir que no sé de colores..., para tu información tengo una maestría en Teoría del Color y si me visto con colores alegres es para resaltar mi juventud.
—¡ja! ¡¿Juventud? De qué hablas...
—¿Cuántos años crees que tengo? Sólo deben ser dos o tres más que tú, apenas estoy comenzando mis treinta...—JungKook se rio sarcásticamente.
—No son dos o tres... ¡son cinco años! Y ahora quiero que te vayas. Ya no iré a ninguna fiesta—Jungkook se dio la vuelta, cruzó sus brazos y estiró sus labios ¡Estaba furioso!
—¡Tienes que disculparte conmigo! Por tratarme de viejo y por criticar mi buen gusto.
En ese momento, Hoseok entró a la sala y encontró a ambos, dándose la espalda y con un pronunciado puchero en sus labios.
—¿Pasa algo?
—Seokjin es un viejo ridículo.
—Jungkook es un amargado mocoso insolente—dijeron ambos al mismo tiempo.
Hoseok, se quedó ahí mirándolos sin entender nada. La guerra recién se desataba.
Sobre el "aparatito" que usa Seokjin adosado a sus lentes, en realidad existe. Permite hacer reconocimiento facial, leer textos, ver colores...(el "aparatito los "lee" y le indica auditivamente a la persona ciega lo que está viendo. En el tema de los rostros, debe almacenar la información primero. Por eso Jin les pide que lo miren, así los escanea y él indica de quien se trata)
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