Capítulo 18: HOT HOT HOT

Seokjin movió su mano hacia la bandeja, pero en lugar de recoger uno de los cupcake, tomó una mano pequeña. ¡Jimin! Sabía que era él. Era increíble la forma como ese chico devoraba los cupcake que había horneado con tanta paciencia y con la ayuda de su preciado y amado novio Jungkook.

—Minnie, ¿Crees que sea posible, que este pobre hombre ciego, que trabajó duramente por casi tres horas en la cocina horneando todo esto, pueda probar uno al menos?

—No me vengas con el discurso del ciego. Ni menos con el de la pobreza. Además, no puedo dejar de comer, estoy demasiado nervioso. No entiendo porque estos yankee alargan tanto la espera. Les gusta hacernos sufrir.

Ahí estaban, todos sentados en la sala del ahora ex Maestro. Taehyung, Jimin, Hoseok y Yoongi. ¿El motivo? El anuncio del Hot 100.

El éxito del nuevo álbum de Jungkook había superado todas las expectativas. Atrás habían quedado los comentarios maliciosos, el cuestionamiento a su sexualidad y la curiosidad por Seokjin. Bueno, quizá esto último no había quedado tan atrás. La última semana, se había dedicado a responder innumerables entrevistas y curiosamente había descubierto que le encantaba ser famoso. Salir en televisión, en redes sociales y un largo etcétera, que lo habían convertido en una nueva celebridad. En realidad, la pareja lo era. Todos se burlaban un poco de él, porque la opinión del público general era que Seokjin era hermoso, sexy y adorable.

Volviendo al punto del Hot 100, todos se mordían las uñas y se comían los cupcake con avidez. Jungkook apenas si miraba el celular, porque las predicciones hablaban de un segundo o incluso un primer lugar. Pero él no se quería ilusionar. Estar en los primeros lugares, sería para él ya un gran logro.

Le dio a Seokjin un pequeño golpecito en el brazo. Era su señal, para que no discutiera con Jimin. Sus amigos estaban ahí para apoyarlo y bueno...para comerse sus deliciosos cup cake.

—¡No me golpees JK! Sólo estoy discutiendo con Jimin sobre com...

—¡Mierda, lo consiguió! —todos se voltearon hacia Yoongi, que había saltado del cómodo sillón donde se encontraba y gritaba eufórico.

Todos miraron sus celulares, mientras Seokjin sentía como Jungkook lo envolvía en sus brazos y se ponía a llorar.

—¿Kookie?, lo lograste? —trataba de entender que estaba pasando. Jungkook entonces acarició su cara y lo besó.

—Lo logramos cariño, lo logramos, tenemos el número uno...—Jungkook volvía a abrazar a Seokjin, quien sólo atinó a apretarlo con más fuerza, mientras sentía que todos se lanzaban encima para también abrazarlo.

—¡Esto es jodidamente perfecto!, no sólo consiguió el número uno con la canción principal. Euforia está en el quinto lugar—Yoongi, no dejaba de mirar el celular una y otra vez. Encendieron la TV y algunos canales de noticia, ya estaban haciendo el break para informar del logro. Jeon Jungkook se convertía en el primer acto coreano en lograr el número 1 en el Hot 100 del Billboard, logrando, además, ingresar una canción b- side.

—Bebé, ya no llores—Seokjin trataba de calmar a Jungkook, pero él mismo estaba llorando incontrolablemente. Era perfecto. Significaba todo para él. Mucho más que ese Grammy que lucía en su sala, porque había triunfado con su precioso y amado Jungkook. Su lindo vecino, al cual amaba con todo su corazón.

—¡Hay que brindar! —Yoongi gritó emocionado. Se sentía tan orgulloso de haber conseguido algo tan significativo en su tierra, con una canción coreana...todo era muy emotivo.

El teléfono de Jungkook comenzó a sonar. Era Namjoon que lo llamaba para felicitarlo.

—Habla con él. Yo iré por el champagne para celebrar—Jungkook entonces, secándose las lágrimas, le contestó a su mentor y amigo. Después de tantos años lo habían conseguido.

—Yo te ayudaré con ese brindis—Taehyung siguió a Seokjin a la cocina, que seguía muy emocionado.

Mientras Jin buscaba las copas, él se encargó de sacar las botellas de la hielera.

—No sabes lo feliz que me hace saber que encontraste a alguien como Jungkook. Eres un gran hombre Jin..., siempre me sentí mal por lo que pasó entre nosotros...tú seguiste siendo mi amigo..., te hiciste amigo de Jimin....

—No seas tonto...... Seokjin se enderezó y caminó hacia su amigo y exnovio—. Conociste a Jimin y resultó que era tu persona ideal. Tú también eres un gran hombre. Pudiste haberme engañado y, sin embargo, fuiste sincero conmigo y con Minnie. Lo pasamos bien juntos, pero había otras dos personas maravillosas que nos estaban esperando. Eres mi amigo, al igual que Jimin e incluso Jungkook, con todo lo celoso que es, te tiene cariño.

—Gracias...—Tae estaba emocionado. Nunca había tenido la oportunidad de decirle esas palabras a Seokjin. El siempre se sintió un poco triste, por haberlo dejado por Jimin. Se sentía egoísta, por tener al hombre que amaba a su lado y que Jin estuviera solo. Sin embargo, ahora al verlo junto al joven cantante, sabía que había encontrado a su pareja perfecta.

Seokjin caminó con las botellas, hacia la sala, Hoseok lo ayudó a abrirlas y entre todos sirvieron las copas.

—Entonces, un brindis por el mejor cantante de Corea y del mundo, mi enojón y precioso vecino, novio, amante y con el mejor culo del universo, ¡Jeon Jungkook!

—¡Seokjin! —fue todo lo que alcanzó a decir, antes que los labios esponjosos y suaves de Jin chocaran con los suyos. Mientras los demás reían, frente a la bonita pareja que compositor y cantante formaban.

—Te amo y estoy orgulloso de todo lo que lograste y de cuánto creciste en estos meses. De cómo has podido transmitir tus emociones. La gente lo percibió así y ahora te está premiando.

—No lo habría logrado sin ti. Tú hiciste las canciones para mí..., ¿no crees que es perfecto esto? Tú compones, yo canto. Es como una película o una novela.

—Claro que es perfecto...tú y yo, somos uno Kookie—. Lo volvió a besar. Quería comérselo entero. Amaba a sus amigos, pero ahora, en ese instante, quería que todos se fueran y poder desnudar a su Kookie ahí en la sala y hacerle el amor.

Luego de beberse dos botellas de Champagne y arrasar con el resto de comida que Seokjin y Jungkook habían preparado, los amigos decidieron marcharse. Podían percibir que la parejita quería estar sola para festejar.

Cuando al fin, lograron empujar hacia el departamento de frente a Hoseok, que se había quedado hasta última hora, ambos respiraron más tranquilos.

Jungkook corrió a abrazar a Seokjin, que comenzaba a levantar las copas y platos sucios.

—Deja todo ahí. Ahora todo lo que quiero es ir a la cama a celebrar contigo. Te prometo que mañana te ayudaré con todo este desorden.

Seokjin lo abrazó con fuerza. Estaba tan asustado. El comenzaba a necesitar tanto a Jungkook. Jamás en su vida, había dependido de nadie. Bueno tal vez un poco de Yoongi en secundaria, para espantar a los que lo molestaban, pero ahora era distinto. Era una necesidad no sólo física, sino más bien espiritual. Anhelaba a Jungkook de todas las formas posibles y su angustia crecía, porque su necesidad de verlo aumentaba. Quería ser un hombre prefecto, para el que consideraba un chico perfecto.

Jungkook entonces, lo arrastró a la habitación. Quería sentirlo dentro, quería que Jin lo tomara y así sentirse uno, con el hombre que no sólo lo había llevado a la cima de su carrera artística, sino que, además, le había enseñado a mostrarse tal y como era.

Seokjin olvidó entonces, por el momento sus preocupaciones. Lo besó y comenzó a desnudarlo. Quería tocarlo, sentir el calor del cuerpo pesado y musculoso de Jungkook. Mojar con su lengua sus pezones. Sus labios comenzaron a recorrer todo el cuerpo del chico que estaba con sus  piernas abiertas esperando recibirlo. Estaba excitado y ansioso. Cuando tocó la erección de Jungkook, la suya aumentó.

—Voy a probarte—advirtió a JungKook, quien sólo gimió anticipándose al placer que sabía iba a sentir.

Seokjin pasó su lengua por el pene erecto y sus manos sintieron el cuerpo que tenía bajo suyo estremecerse. Lamió, chupó y saboreó, mientras sentía su cuerpo también temblando. Sus dedos lubricados bajaron a la entrada y de a poco fue introduciéndolos. Jungkook seguía gimiendo y murmurando su nombre. Era precioso sentirlo. Cuando supo que estaba estirado, se acercó a su rostro y lo besó. Le susurro un "te amo" y lo penetró.

—Así, así Jinnie, muévete rápido. Lo quiero con fuerza, rudo, tú sabes cómo me gusta.

Claro que lo sabía. A su tímido vecino le gustaba el sexo rudo. Con palabras sucias, con pequeñas nalgadas en castigo por ser un chico malo. Seokjin jugaba con Jungkook, mientras lo penetraba con fuerza y sentía como su cuerpo, pronto iba a explotar.

Jungkook levantó su trasero y envolvió sus piernas alrededor de la cintura estrecha de Jin. Sudaba mientras apretaba el grandioso pene que tenía dentro suyo. Seokjin lo masturbaba. Exhaló con fuerza un ¡Seokjin! Cuando el orgasmo lo alcanzó. Luego de dos embistes fuertes, sintió el líquido tibio dentro suyo. Seokjin cayó agotado sobre su cuerpo y lo llenó de besos.

—¡Feliz Número uno Jeon Jungkook! ¡Lo hiciste bien!

Jungkook sonrió con ganas y lo besó. Seokjin era precioso. Tenía sus mejillas encendidas por el esfuerzo y sus labios hinchados. Sus anchos hombros estaban sobre él y sentía la calidez de su cuerpo. Nada podía ser mejor. Lo besó de nuevo, le repitió lo mucho que lo amaba y al fin, después de limpiarse y ponerse algo para dormir, se abrazaron para soñar con nuevas metas que cumplir.

Los días transcurrían tan rápido. Jungkook había conseguido una segunda semana en el número Uno del Hot 100, por lo que estaba realmente conmovido. Había hecho un live para agradecer a sus fans y se había sentido mucho más cómodo que en todas las anteriores ocasiones. Ahora respondió las preguntas sobre su novio, e incluso tuvo que ir a buscarlo para que también saludara. Seokjin estaba muy contento que ellas lo aceptaran. Obviamente igual hubo comentarios fuera de lugar, algunos burlándose de la ceguera de Jin o reprochando la homosexualidad de Jungkook, pero él ya había aprendido que no debía dejarse llevar por eso y que era mejor rescatar, que la mayoría, sólo tenía palabras hermosas para él y su novio.

Comenzaría ahora, la preparación para sus dos conciertos en Corea y luego el Tour mundial. Debian hacer muchos arreglos y ensayar mucho. Lo que más feliz lo tenía, era que la niña que había conocido en la escuela de Jin, se iba a presentar con él, en Seúl, por lo que ensayaba alguna de sus viejas canciones con ella.

Jin seguía con sus clases y componiendo. Tenía tantas ideas en su cabeza, que le era imposible detenerse. Pasaba mucho tiempo también con Yoongi, y tampoco había dejado sus caminatas. Cuando podía, pasaba por Jungkook a BigHit, para almorzar juntos. Sabía que su novio era muy autoexigente, y probablemente descuidaría su alimentación, concentrándose en ensayar.

Estaban a mitad de semana, Seokjin estaba sentado al piano, cuando el timbre sonó. Ya sabía quien era. Su madre. Ella traía la respuesta de la clínica. No había querido decirle nada por teléfono y él tampoco se lo había comentado a Jungkook. Fue abrir la puerta con ansiedad y nerviosismo.

El domingo, Jungkook ya no aguantaba. Estaba en su departamento solo, pues Hoseok había pasado la noche con su conquista del mes. Jin no había salido del suyo, en toda la mañana. La noche anterior no habían dormido juntos, porque Jungkook se había quedado ensayado hasta después de medianoche y no quiso despertarlo.

Sabía que algo pasaba. Hacía días que lo notaba extraño. Callado e ido. Por más que le preguntó, no obtuvo respuesta. Sólo evasivas y unos cuantos "lo siento" "estoy cansado" "demasiadas emociones". Sin pensarlo más, cruzó el pasillo. Ni siquiera se molestó en tocar.

Simplemente marcó la clave y entró. El departamento parecía vacío. Fue hasta la habitación y ahí estaba. Era un pequeño bulto en posición fetal tapado hasta la punta del último cabello de su cabeza. Sin pensarlo se lanzó a la cama y trató de sacar a Jin de debajo de la cama.

—¿Cariño? ¿Qué sucede?, pensé que irías temprano a verme...No me asustes por favor... ¿estás enfermo?

Seokjin asomó la cabeza. Sabía que ya no podía seguir ocultándose de Jungkook.

—Lo siento, anoche no dormí bien y me quedé dormido—Buscó con su mano el rostro de Jungkook y lo acarició. Se sentía bien, tan suave al tacto.

—¿Y me vas a decir que te pasa? Hace días que no eres el mismo. Tú que siempre vociferas por todas partes...ni siquiera te animaste a hacer la clase de yoga. Tampoco quisiste ayudar a Jimin y Jisoo a organizar la fiesta de bienvenida del chico nuevo...

—No estoy de humor..., además eso era antes de conocerte...

—¿Y qué tiene que ver? ¿Por qué ibas a cambiar?

—Porque tú necesitas un novio serio. Un hombre que esté a tu altura. No uno como yo...

—¡Wow, wow! —exclamó Jungkook enderezándose en la cama—¿De qué mierda estás hablando Seokjin? ¿Es una broma? Desde cuando piensas de esa manera tan absurda. ¿Tú, el rey de la seguridad y el del "no me importa lo que la gente piense?

Seokjin sabía que estaba actuando muy inmaduro. Que él no era así, pero últimamente se sentía tan inseguro de todo. ¿Cómo iba a ser bueno para Jungkook estar con un ciego? Por muy exitoso que fuera, por muy ganador de Grammy y todo lo demás..., seguía siendo un hombre ciego.

—¿Es por la respuesta de Estados Unidos? ¿Supiste algo y no me has querido decir? ¿Acaso no confías en mí?

Seokjin bajó su cabeza y mordió su labio. Su Jungkook lo conocía perfectamente. No había querido decirle de su conversación con su madre, porque la verdad era que no sabía que hacer con la información que su madre le había dado. Era un manojo de nervios e inseguridades que no había sentido en mucho tiempo.

—Perdóname. Hace unos días, ella me llamó. Tenía la respuesta. Vino al departamento y hablamos. No te conté, porque estoy asustado y confundido. Ellos dicen que soy apto para esa operación. Además, no quería molestarte con mis tonterías. Tienes tanto que hacer y tanto en que preocuparte.

Jungkook escuchó con calma. Intentó no enfurecerse porque Seokjin le había ocultado algo tan importante e intentó concentrase en lo único que era importante en toda esa frase. El era apto para operarse. Existía la posibilidad que él volviera a ver.

—¿Por qué dices tantas tonterías últimamente? Eres lo más importante para mí. Claro que mi carrera es muy importante también, y la gira, y el Hot 100, pero esto...tú...es mucho más importante. Te amo Seokjin. ¿Lo escuchaste de nuevo? Te amo. Y sé que esto es importante. Debiste hablarlo conmigo, decirme cómo te sientes. Sabes que estoy para ti.

Y Seokjin lo sabía. Sabía que su Jungkookie estaba ahí para él y que estaba actuando como un niño tonto. No tenía derecho a actuar así. Su novio era un hombre de un corazón generoso y él sabía que lo amaba.

—Lo siento tanto..., me he comportado mal contigo. En no contarte. Es sólo que tengo miedo. Quiero operarme, quiero tener la posibilidad de volver a ver..., pero ¿y si no resulta? ¿Si todo termina siendo peor? Jungkook...no quiero terminar siendo una carga para ti.

Jungkook entonces lo enderezó con todas sus fuerzas. Tomó su rostro con ambas manos y lo besó con furia. estaba enojado y frustrado.

Cuando al fin soltó sus labios, Jin hizo un puchero, había entendido el mensaje....

—Seokjin. esta conversación ya la tuvimos, pero lo voy a repetir. Me enamoré de ti. Es tan simple como eso. Antes de saber que eras el Maestro. Simplemente me enamoré de mi odioso vecino de enfrente. El chico ciego, que viste de manera extravagante. ¿Crees que en algún momento me detuve porque no podías ver? Ni siquiera lo pensé. Sólo me gustabas y ya. Es gracioso porque lo que me cuestioné era si un hombre como tú que era tan extrovertido, me aceptarías a mí, que soy todo lo contrario. Ni siquiera pensé en la ceguera. Y si quieres esa operación, lo haremos y estoy seguro que saldrá perfecto. Y si algo pasa, seguiremos adelante. Lucharemos juntos. Vamos a ir adelante. Si debo enseñarte a caminar de nuevo, lo haré. Si tengo que explicarte cada objeto, cada paisaje, lo hago. ¿Y sabes por qué? Porque te amo, te adoro y eres mi todo. Por eso.

Y entonces sucedió. Seokjin se aferró a Jungkook y lloró. Porque era todo lo que quería escuchar. Era todo lo que necesitaba. Y había tenido tanto miedo sin ninguna razón, porque en el fondo sabía que Jungkook diría cada una de sus palabras. Porque ese precioso chiquillo lo amaba y él todavía lo amaba más y ellos podrían. Ellos lo harían juntos, tal como uno componía y el otro cantaba en una perfecta armonía. Porque ellos eran llamitas gemelas y las llamitas gemelas todo lo podían si estaba juntas.

—¡Y ya basta! Deja de lloriquear como una chiquilla de tres años. Ahora vas a levantarte de esa cama, me llevarás a comer a un elegante restaurante y te haré gastar miles de wones porque me lo merezco, por no haber confiado en mí. Vamos, sal de ahí—entonces Jungkook lo destapó y golpeó su trasero varias veces y luego se lanzó encima de él y comenzaron a luchar. Y Jungkook supo en ese momento que estaba perdido, porque había encontrado al amor de su vida y él nunca, nunca lo soltaría. Aunque el infierno subiera a la tierra, aunque todo terminara, él nunca le soltaría la mano a su Seokjin. Jamás.

Los siguientes días, Seokjin volvía en gloria y majestad. Estaban en el salón de fiestas, dándole la bienvenida a Soobin, el nuevo idol que se había mudado al condominio de las estrellas y que no quitaba sus ojos de encima de Jin, por lo que Jungkook se vio en la obligación de comerse a su novio en un gran beso que hizo al chico nuevo sonrojarse. Mensaje comprendido.

Y Seokjin cantaba a todo pulmón Euforia con Jimin y Tae, con sus colorinches ropas y sus lentes rojos, esos que JungKook amaba. Y todos los vecinos del condominio aplaudían al trío de aficionados cantantes, que no les importaba lo desafinado que sonara, pues todos celebraban al chico nuevo y el Hot 100 y lo maravilloso que era el amor sin género y sin definición.

Y esa noche Seokjin le hizo el amor a Jungkook golpeando sus nalgas, riendo, sintiendo que el calor en la habitación era cada vez más alto y cuando el orgasmo los golpeó juntos, sintieron que efectivamente habían llegado al N° 1 del Hot 100.

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