Capítulo 17: Saliendo de la Oscuridad
Yoongi estaba pensando seriamente que tal vez debería cobrarle a Seokjin por cada paso que daba en su caro piso alfombrado. Lo observaba ir y venir en silencio. Parecía que a su mejor amigo, le relajaba pasearse, mientras él simplemente lo observaba. Sabía que esa era la forma en que usualmente Seokjin dejaba salir su ansiedad o estrés. Y hoy, sí que lo estaba por varias razones. Al fin saldría la dichosa entrevista de la revista japonesa, donde Jungkook revelaría su homosexualidad y, además, su relación con él. Pero no sólo le preocupaba la reacción de los medios y de los coreanos, al saber que su JK era gay, sino que también, era el hecho que todos se enterarían, que él era el famoso Maestro.
Cuando el periodista envió el borrador de la entrevista a BigHit, la única corrección que hicieron fue que Jungkook no sólo salía con su vecino, si no que ese vecino era, además, El Maestro, cuyo verdadero nombre era Kim Seokjin.
Entonces, su estrés era por partida doble. Todos sus años de tranquila privacidad y bajo perfil, se irían a la mierda. Más aún, siendo la pareja de Jungkook. Le preocupaba también los ataques homofóbicos, que serían víctima. No por él, pues le daba lo mismo lo que pensaran sobre su sexualidad, sino que por su pareja. Siendo Jungkook, aun vulnerable a los comentarios y lo que pensaba la gente acerca de él, sabía que no sería un tiempo bueno.
—No debí dejar que JK hiciera esto. Su comeback se verá afectado. Todos lo odiarán. ¡Él podría arruinar su carrera! —Yoongi lo escuchaba ahora hablar, mientras seguía caminando de un lado a otro. Hasta que no se aguantó y lo tiró del brazo, obligándolo a sentarse.
—Ya tuve suficiente de tu paseo. Necesito que te calmes. Nada tan terrible va a pasar. Es cierto, van a atacar a Jungkook, pero es una decisión que él tomó. Incluso Namjoon al final terminó apoyándolo. Van a murmurar unos días, pero luego todos hablarán de lo que realmente importa: su música. Además, apuesto que muchos estarán ocupados contigo también.
—Sé que tienes razón, pero, aun así, me preocupo por él. Tampoco sé cómo va a reaccionar la gente cuando sepan quién soy.
—Probablemente, mucho se van a sorprender. Sabes que el tema de la ceguera pegará fuerte. Eso va a aminorar el impacto de que seas gay y la pareja de Jungkook—Yoongi sonrió—Creo que será un tremendo shock. Será mucha información para un solo día.
Para Seokjin ese era un buen punto. Era tanto lo que las personas tendrían que procesar, que tal vez, no fueran tan agresivas con su Kookie.
—Hoy voy a hablar con mi madre—soltó de repente Seokjin.
—¿Le dijiste a Jungkook? —Yoongi ya sospechaba que probamente su amigo, no había dicho nada a su novio.
—No. Tiene demasiado en que pensar. Esto no es nada concreto. Sólo voy a averiguar si es factible la operación. Aun cuando hubiese una respuesta positiva, no quiere decir que lo vaya a hacer.
Yoongi lo entendía. Seokjin había luchado años contra la idea de su madre y el resto de su familia para realizarse la famosa operación de células madre. Sabía que no iba a ilusionarlo con algo que no estaba preparado para hacer. Sin embargo, sus ansias por ver a Jungkook lo habían orillado finalmente a aceptar averiguar... un poco.
—Por supuesto que no tienes que hacerlo si no quieres. Siempre ha sido así. Pero ¿a quién engañas? Lo más probable es que si la respuesta es positiva, lo hagas ¿no?, aun así, creo que debes hablar con Jungkook en algún momento.
—Él es tan lindo que me dirá que es mi decisión. Sé que no le importa mi ceguera. Ha aprendido a convivir conmigo y mis limitaciones. Hasta ordenó su casa, su ropa, todo, para que yo no estuviese perdido y sepa dónde está todo cuando estoy ahí. Me ayuda a cocinar, incluso a limpiar. Y no me hace sentir inútil. Lo hace porque me ama y yo...ansío ver su rostro Yoongi..., quiero conocer a mi Jungkook. Todos dicen que es tan lindo, que sus ojos brillan, que su sonrisa es adorable... necesito verlo...
—Jin..., estás enamorado y es lógico que esta necesidad haya surgido. Ve a hablar con tu madre. A las tres nos reuniremos en BigHit. Namjoon, quiere medir daños de la publicación que saldrá a mediodía. En una semana lanzaremos el disco. Debemos estar listos. Y tú también. La prensa se vendrá sobre ti.
—Lo sé. Voy a sacar una declaración o algo así. Nam dijo que su equipo de prensa me ayudará. Pero no voy a pararme frente a todos los reporteros a explicar por qué oculte mi identidad o por qué soy gay o por qué soy el novio de Jungkook.
Yoongi comenzó a reírse. Realmente a mediodía explotaría una bomba en medio de Seúl y él esperaba que todos pudieran sobrevivir.
Jungkook era observado por su coreógrafo. El chico era realmente talentoso y la sensualidad que estaba proyectando a través de su nueva canción, era algo nuevo de ver y sabía que a sus fans les gustaría. Más allá de su orientación sexual, Jungkook transmitía una imagen que estaba seguro sería bien acogida.
Namjoon y Hoseok también lo observaban. Todos estaban nerviosos. Faltaban menos de diez minutos para el mediodía y sabían que el escándalo estallaría. Ya tenían la declaración de prensa y esperaban minimizar los daños que la entrevista traería.
—¿Dónde está Seokjin? —preguntó Namjoon, una vez que Jungkook se detuvo y se acercó a ellos. Le extrañaba que el compositor no estuviera pegado a su novio, como solía ser, en estas circunstancias.
—Él tenía cosas que hacer. Vendrá más tarde—. Tomó su toalla y fue a ducharse y cambiarse. Antes, marcó el número de Jin y éste como siempre le contestó alegremente.
—¡Al fin llamas JK! Creí que me habías dejado de amar o que te habías ido con otro... ¿cómo es que, en un día tan importante, me dejas abandonado toda la mañana?
Jungkook comenzó a reírse. Sí, ese era su Jinnie, tan dramático. Le había dicho que estaría ensayando toda la mañana, y que generalmente no paraba, pero al parecer su novio no le había puesto atención.
—Cariño..., ¡eres un exagerado! Te dije que cuando bailo, no pienso en nada más. Lo lamento. ¿Dónde estás?, vas a venir o todavía tienes esas cosas urgentes que hacer?
—JK..., no soy exagerado. Te extrañé cosita..., extraño acariciar tu culo redondo y manosear a mini JK.
—¡Seokjin! ¿podrías concentrarte en lo que te estoy preguntando?
—Es que pienso en ti y me pongo en modo caliente de inmediato. ¿Qué decías? ¿Que si iba a ir? ...aún no. Estaba con Yoongi y llamó mi madre. Está en el centro y nos vamos a encontrar. Prometo que luego iré. Pero, no estés nervioso, nada malo va a pasar con la entrevista.
—Lo sé. Y si paso algo malo, estaremos juntos para todo ¿no? Tú estás nervioso porque ya no podrás ocultarte más.
—Nah! Me da igual. Además..., realmente no saben quién soy...bueno sé que me van a buscar y descubrirán la verdad..., pero está bien. Ya no importa. Quiero que todos sepan lo mucho que te amo y que me encanta escribir canciones para mi hermoso bebito preciso, que tiene el mejor trasero del mundo y...
—Jiiiin..., me voy a duchar y hablamos luego...
—Oh...¿por qué le haces eso a mi pobre alma? Mis manos ya pueden sentir tu cuerpo mojado en la ducha...Jeon...eres un provocador...
—Te amo Jinnie...nos encontramos más tarde...—Jungkook sabía que debía terminar esa conversación o acabaría tan caliente como su novio. Jin solía usar palabras sucias y dominantes cuando hablaba por teléfono y eso...lo excitaba mucho..., pero ahora debía concentrarse en lo que sucedería en un rato.
Seokjin colgó, mientras escuchaba la risa cómplice de Yoongi. Luego ambos salieron del departamento. Uno para reunirse con su madre, y el otro hacia BigHit.
La madre de Seokjin estaba realmente intrigada. Su hijo la había llamado para que se reunieran. Le había pedido, además, que no lo comentara ni con su hermano ni su padrastro y tampoco con Jungkook. Estaba enterada, que el día de hoy se revelaría que su querido hijo era el famoso ganador del primer Grammy para Corea y eso la llenaba de orgullo. ¿Sería de eso que su hijo quería hablarle? Lo llamó en cuanto vio la puerta de la cafetería abrirse y pudo ver a Yoongi, que la saludaba desde la entrada. Ella se paró y finalmente cuando su hijo la encontró, se abrazaron cariñosamente y se sentaron a conversar.
Luego de ponerlo al día sobre su hermano, cuñada y sobrina, hablaron de cómo iba la empresa y de todo el trabajo que tenía su padrastro.
Seokjin lo quería mucho. Había sido el socio de su padre y luego de su muerte, se hizo cargo de la empresa, la sacó adelante, sin aprovecharse nunca de la situación. También los cuidó y apoyó en todo momento.
Luego de cinco años de viudez, la madre de Jin se había casado con él. Era su segundo papá y quería que ya se tomara un descanso. Por eso se alegró de saber, que planeaba dejar la empresa a su hermano en un plazo de un año.
—Ahora que te puse al día con la familia, quiero que me digas por qué me llamaste. ¿Es por la entrevista de hoy? ¿Kookie y tú están bien?
Seokjin sonrió. Su madre adoraba a su JK. No sólo lo admiraba como artista, sino como el hermoso ser humano que era. Debido a todo el trabajo que tenían con el álbum, no habían tenido oportunidad de conocerse mucho, menos aún con el resto de la familia, pero esperaba que eso pronto pudiera arreglarse.
—Kookie está bien. Luego de hablar contigo, me reuniré con él. Sabemos que habrá un poco de ruido, pero creo que Jungkook tiene un grupo muy grande de fans que son leales y que lo aman incondicionalmente. Ellas sabrán defenderlo, estoy seguro. Y tanto la empresa como yo también. Nadie va a hablar mal gratuitamente de mi cosita.
Escuchar a su hijo tan enamorado, era algo nuevo para ella, simplemente estaba feliz que su hijo hubiera encontrado alguien tan especial.
—Mamá..., te cité hoy porque he estado pensando...—su madre lo miró intrigada y se mantuvo en silencio, esperando que Jin terminara de hablar—Dijiste que esa clínica en Estados Unidos podía darme un diagnóstico, sólo con mi ficha clínica...
Sung-Ju abrió sus ojos y boca de asombro. No podía creer que, por primera vez en veinticinco años, era Seokjin quien hablaba del tema. Aunque podía imaginar la razón de ese cambio. Ella no quería espantar a su hijo, llenándolo de preguntas, acerca de por qué había cambiado de idea, así es que trató de serenarse y responder lo que su hijo había preguntado.
—Así es. Cuando hablé con el médico a cargo del programa, el doctor Peterson, me dijo que podía pre evaluar tu situación con tu ficha clínica. Naturalmente sería mejor si ellos te pudieran revisar...
—Entonces...podemos solicitar a la clínica donde me atendía que la envíen al Doctor Peterson todos mis antecedentes...
—Claro Seokjin, bastaría con una autorización tuya. ¿Quieres hacerlo?—preguntó tímidamente.
—Mamá...sé que te toma por sorpresa y no quiero que te formes ideas locas de que esto va a suceder...yo...sólo lo estoy pensando...tal vez...un poco...
La mujer realmente estaba emocionada por las palabras de su hijo, tomó sus manos y las apretó suavemente.
—Jinnie...lo que tu desees..., no necesitas darme ninguna explicación...yo lo entiendo...es por Jungkook. Lo sé.
Seokjin se sorprendió. Él había tenido temor que su madre no lo tomara bien, si él le decía que lo hacía por su novio. No quería que pensara que no le interesaba volver a verla o a su familia. Pero como siempre había sido, ella le hablaba con tanto amor y empatía.
—No estoy celosa...entiendo lo que sientes. Daría cualquier cosa, por ver a tu padre una vez más...sé lo que Jungkook significa para ti y si él es el motor que te está moviendo para hacer esto...yo me siento feliz.
—Gracias por entenderlo. No quiero que te hagas ilusiones. Te quiero pedir que me ayudes. Que hables con el abogado, para que me asista con el permiso y te de poder a ti, para representarme.
—Claro hijo, me encargaré de todo. Me siento muy feliz. Y si al final decides que no quieres hacerlo, lo aceptaré.
Su conversación fue interrumpida, cuando escuchó su teléfono. Era su JK. Eran más de mediodía y la entrevista había salido...
Ellos amaban tirarse en la alfombra del departamento de Seokjin. Ahora estaban ahí, uno al lado del otro, tomados de la mano, suspirando y pensando en todo lo sucedido en las últimas horas. De fondo sonaba el disco de Jungkook. Cada una de las hermosas pistas en las que había un toque de ambos. Obviamente también de Namjoon y otras personas que habían colaborado, pero en esencia, estaba su amor reflejado en cada una de las canciones.
—Me gusta tanto tu voz..., ahora sí puedo sentir la pasión, el sentimiento que quisiste darle a la letra...estoy tan orgulloso de ti.
—Me acuerdo cuando me hablaste de esa palabra rara. Pathos..., no entendía el significado. Tuve que buscarlo en internet ¿sabes?
Seokjin rio con ganas. Su JK había crecido y había entendido que Pathos no sólo era una palabra griega, sino que había interiorizado la necesidad de proyectarse más allá de la perfección vocal o artística. JungKook ahora era capaz de transmitir sus emociones, su íntimo yo.
Sabía que su público lo apreciaría y que llamaría la atención de muchos nuevos oyentes. Tal como a él le ocurría. Porque obviando el gran hecho que estaba enamorado de él, podía objetivamente decir que Jeon Jungkook era un artista completo y valioso. Capaz de transmitir a sus oyentes la emoción y pasión de su arte.
—Sin embargo—continuó Jungkook—al fin entendí que debía dejar el caparazón en el que estaba y mostrarme. Hoy fue una dura prueba de aquello, pero creo que salí airoso y estoy feliz. Y creo que tú también saliste airoso de tu caparazón.
—Es verdad..., pensé que nunca estaría listo para esto. Pero creo que lo estoy. No tengo nada que ocultar y en cierta forma es un alivio dejar de representar al misterioso Maestro y simplemente ser yo...Kim Seokjin.
Había sido duro. Una tarde de caos. Luego que la entrevista salió, obviamente el escándalo estalló. Jeon Jungkook, el cantante e Idol más famoso de Corea y sus alrededores, era homosexual y tenía pareja. Los más conservadores dentro de la sociedad, lo criticaron y comenzaron con su odio de inmediato. Los medios tampoco fueron del todo amables, pero con lo que todos ellos no contaban, era que sus fans (mujeres en la mayoría de los casos, pero también chicos) lo defenderían a muerte. La campaña en redes sociales no se hizo esperar y pronto se hizo tendencia mundial, recibiendo apoyo de muchas partes del mundo.
Por otra parte, el enterarse todo el mundo que el famoso Maestro, que también, le había dado tanto prestigio a Corea, era un hombre ciego y también gay, hizo que a más de alguno le diera un segundo infarto. No obstante, luego de la declaración de Seokjin, donde diplomáticamente los mandó todos a la mierda, las aguas se calmaron.
Más tarde, Jungkook subió una foto con su Jinnie y sus estrafalarios lentes rojos, sonriendo felices. Todo el mundo, entonces, comenzó a comentar lo guapo que era y lo afortunado que eran de tenerse el uno al otro.
—Lamento que tú y tu familia hayan tenido que revivir todo otra vez—dijo Jungkook ahora acostado sobre el pecho de Jin.
—No importa. A alguna prensa le gusta escarbar y como no tenían información, les pareció interesante hablar sobre el accidente. Pero estamos bien. No te preocupes. Mamá y Seokjung, están felices que al fin ya no me oculte. Lo demás va a pasar Kook. La gente olvida pronto. Vendrá otro escándalo y nos olvidarán. Además, cuando el disco salga y llegues al número uno del Billboard, nadie se va a acordar que somos gay.
—Sueñas alto. Me conformo con igualar el lugar cuatro del disco anterior.
—Llegarás al número uno, estoy seguro.
Jungkook sonrió y cerró sus ojos. Estaba cansado con todo lo vivido. Pero la paz que le daba sentir la respiración de Seokjin y sus brazos rodeando su cuerpo era todo lo que necesitaba. Sentir sus manos acariciando su cabello, lo hacía sentir cálido y protegido. Era su lugar seguro.
—Le pedí a mamá que averiguara si puedo hacerme esa operación...ya sabes para recuperar la vista.
Jungkook se quedó por un momento congelado. No era algo que esperaba. Nunca tocaban el tema y si bien, él había averiguado por su cuenta acerca de aquella intervención y los testimonios de algunas personas, jamás lo había comentado con Jin. Se preguntaba que lo había movido para cambiar de opinión. Se enderezó y Seokjin también lo hizo. Ahora estaban sentados frente a frente.
—Sé que te estarás preguntando por qué cambié de opinión..., la verdad es que aún no estoy seguro siquiera si lo haría o no..., pero quiero saber si al menos soy apto. Yo...antes de ti, antes que aparecieras en mi vida, realmente no importaba. No extrañaba algo que apenas si recuerdo..., claro a veces deseaba poder volver a ver el rostro de mamá o de mi sobrinita..., pero podía vivir sin eso. En cambio, ahora, yo...
—Jin...—Jungkook quería decirle que a él no le importaba. Temía que lo quisiera hacer por satisfacerlo a él.
—Jungkook...yo quiero verte—. Tengo una necesidad...no sé cómo describirla...de ver tu rostro, verte actuar...Te conozco con mis manos. Sé dónde están tus lunares, tu cicatriz, tus tatuajes. Conozco tu cuerpo. Y sé que eres precioso. Pero..., realmente necesito verte. Me duele no conocer tu carita..., tu sonrisa—. Mientras pasaba su mano por los labios de Jungkook, comenzó a llorar. Hasta ahora no se había dado cuenta de cuanto anhelaba aquello.
Jungkook lo abrazó y lo reconfortó. Él quería darle a Seokjin sólo felicidad. Si algo admiraba de él, era que siempre estaba alegre, nunca le importaba nada y ahora...verlo tan vulnerable y triste le rompió su corazón. Levantó su rostro y lo besó. Lo llenó de besos, sintiendo el sabor salado de sus lágrimas. No importaba. Pensó en lo ridículo que era haber estado preocupado por un escándalo sin importancia, cuando Seokjin tenía todo esto guardado en su corazón. Quería protegerlo, cuidarlo y decirle que no importaba que sucediera, él estaría para siempre a su lado.
—Entonces..., vamos a hacerlo, ¿está bien? Si puedes realizarte esa operación, lo haremos. Yo estaré para ti, siempre.
—¿Y si resulta peor? No quiero ser una carga para ti, JK. Tu futuro es brillante...
—No digas tonterías..., ni ahora ni nunca serás una carga. Si tienes que aprender a ver...te ayudaré, te esperaré, lo haremos juntos. No vas a estar solo Jin. Tal vez esas personas..., que sufrieron al volver a ver, no tuvieron gente que los ayudara. Pero me tienes a mí, a Yoongi, a tu familia. Nuestros amigos también. Lo haremos juntos. Y si nada resulta, si sigues sin poder ver..., aquí voy a estar.
—¡Eres mi todo! —Seokjin explotó en un llanto tan profundo, que Jungkook, a lo único que atinó fue a abrazarlo y llenarlo de besitos y repetirle incansablemente lo mucho que lo amaba.
—Ya no llores cariño..., lo vamos a lograr..., eres capaz de muchas cosas..., saliste adelante, ganaste un Grammy, ¡me conquistaste! Y eso que te odiaba al principio...esto no será nada para ti...
—Es verdad..., eras tan gruñón y pesado—Seokjin se limpiaba con la manga de su camisa las lágrimas y mocos—. Y yo te encontraba tan sexy por eso.
Jungkook se reía al recordar los primeros encuentros. La fiesta de bienvenida. Lo que Jimin y Tae le contaron esa noche. Y sus encuentros..., hasta aquellos besos acorralados contra una pared. Había pasado un tiempo y ahora no se imaginaba su vida, sin ese hombre excéntrico y precioso a su lado.
—Ya no llores más y vamos a dormir. Tenemos mucho que trabajar aún. El disco va a salir en unos días. Y tendremos que hacer mucha promoción. Y tú me vas a acompañar.
—¿Yo? —preguntó extrañado Seokjin.
—Claro, eres el productor principal, y además mi novio. Es tu deber. Casi un deber conyugal.
—¿Ya nos casamos? No recuerdo siquiera que me lo hayas pedido— Seokjin preguntó con una sonrisa, olvidando ya sus lágrimas y siguiéndole el juego a JungKook.
—¡Tú debes pedirlo! ¡Eres el mayor! Ven, vamos a la cama. Quiero tocar a Mini Jin y quiero sentirlo dentro de mí.
—¡JK! Tan directo y caliente que te pones...
Jungkook lo besó. Ahí estaba otra vez su alegre Seokjin. No quería que siguiera triste y sabía que el sexo era una excelente manera de levantar el ánimo. No quería que siguiera pensando en eso...de que no lo podía ver. Quería hacerlo sentir amado y deseado.
Cando llegaron al dormitorio, Jungkook lo lanzó a la cama y comenzó a desnudarlo. Jugaría un rato a ser dominante con Jin, antes de entregarle el mando.
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