Capítulo 16: Con Los Ojos Vendados

Seokjin no dejaba de acariciar el cuerpo que tenía sobre sus piernas. Era la primera vez que ambos estaban completamente desnudos y la primera vez que sus cuerpos se conocerían por completo. Jungkook era musculoso, su piel era suave, excepto en su brazo derecho, donde le había dicho que tenía sus preciados tatuajes. Pasó su mano por la piel con aquel sutil relieve. Luego sus manos viajaron al centro del cuerpo. A su torso firme. Apretó los pezones, bajando su cabeza los mordió. Uno a uno. JK gimió. Le gustaba escucharlo gemir. Su voz era ronca y profunda. Cómo había dejado de ver tan niño, realmente no tenía en su cabeza un concepto de lo que era "bonito", pero ahora, al tocar el cuerpo del hombre que amaba, estaba seguro que era hermoso.

Jungkook estaba quieto. Con sus ojos vendados, sintiendo las manos codiciosas de Seokjin recorriendo su cuerpo. Él también quería tocar y movió sus manos hacia los anchos hombros. Era un cuerpo delgado, pero bien formado. Piel suave. Seokjin entonces, lo acercó más a su cuerpo y lo besó. Tomó su labio superior, para acariciarlo con su boca gordita y con sabor a fresas. Luego su lengua entró a la boca de JungKook, buscando placer y algo más. Aquello llegó. Un nuevo gemido y pudo sentir como el pene de JungKook se endurecía golpeando su estómago.

Jungkook respondió al beso, también chupando y pasando su lengua por aquellos labios que amaba y deseaba. Sus manos estaban en la espalda de Jin, quien tenía las uñas en el trasero redondo y duro de Kook. En ese íntimo ambiente, se podía sentir el latido de sus corazones, sus bocas haciendo ruidos obscenos y sus cuerpos meciéndose.

Seokjin entonces, comenzó a estirarse y Jungkook fue cayendo hacia atrás, recostándose en la alfombra suave que adornaba la sala. Abrió sus piernas para recibirlo y sentirlo. Sus miembros se rozaban y el vientre de Kook ya tenía presemen mezclado de ambos.

—Jin...—Su nombre murmurado por JK en ese momento, le pareció tan sensual, que no pudo resistirse a besarlo completo. Él deseaba eso..., lamerlo, chuparlo, morder cada pedazo de piel. Ansió en ese momento poder ver..., Seokjin después de veinticinco años, maldecía por no poder ver al hombre que amaba. Aun así, trató de apartar ese pensamiento y se concentró en sus manos y boca. Mientras bajaba por el vientre de Jungkook y sus manos masajeaban los pezones. Jungkook sólo gemía y se retorcía. Estaba entregado, sumiso, como le gustaba y como quería serlo para Seokjin.

Cuando Jin encontró los vellos de su pubis y el pene erecto, no dudó en lamerlo y chuparlo. Sabía cómo le gustaría a su chico. Por eso, mientras se lo chupaba, tocaba sutilmente su entrada. Tanteando en la alfombra, encontró el lubricante y lo puso en sus dedos. Había pasado un tiempo para JK y sabía que podía ser doloroso. Metió un dedo primero, y obviamente el cuerpo del chico reaccionó, cerrándose.

—JK..., tienes que relajarte cariño..., voy a ser cuidadoso...lo prometo— Jungkook asintió. Abrió aún más sus piernas y se dejó llevar por el placer que la boca de Jin provocaba en su miembro. El segundo dedo, llegó con su cuerpo más relajado. Seokjin los movió, buscando abrirlo y buscando su próstata. Cuando JungKook gimió fuerte, sonrió. Ahí estaba lo que había buscado. Dejó su pene y besó sus pezones, hundiendo el tercer dedo. Poco a poco la entrada estaba dilatada.

—Seokjinnie..., estoy bien..., te necesito, te quiero dentro—Jungkook ya estaba perdido en el placer y la excitación. En serio que necesita tenerlo dentro.

Seokjin entonces, buscó ahora el condón y se lo puso, le dolía su pene duro, necesitaba penetrar a Jungkook. Lo ansiaba...no... lo anhelaba, una necesidad casi vital.

Con cuidado alineó su miembro en la entrada y fue entrando poco a poco, mientras acariciaba a Jungkook. Cuando al fin entró y sintió que JK se relajaba se quedó quieto, mientras sentía las manos grandes en su espalda.

—Vamos cariño...muévete, vamos a hacer el amor como se debe— Seokjin sonrió ante las palabras de Jungkook. Al fin eran uno. Al fin él estaba adueñándose de ese cuerpo.

Sus embestidas fueron suaves, pero Seokjin no sabía que el sumiso Jeon Jungkook de ese momento daría paso, al fuerte y musculoso JK que comenzó a tirar de él, para que lo penetrara con más fuerza.

—¡No soy una nena Jinnie!, vamos, lo quiero duro y fuerte.

Seokjin en ese momento perdió la razón y casi la vida, porque comenzó a embestirlo sin medirse. Ahora su sala, se llenaba de ruidos. Su cuerpo chocando con el de Jungkook. Éste gimiendo y gritando su nombre.

Mientras entraba y salía, pudo sentir que JK se estaba masturbando.

—Ah no JK, esa es mi tarea. Tomó entonces el pene y comenzó a acariciarlo al ritmo que lo embestía. Una y otra vez, entrar y salir, meterse hasta el fondo, rozar el punto dulce, tocarlo, golpearlo y sentir como Jungkook se estremecía de placer. Sintió como el pene de Kook crecía en su mano.

—Voy a correrme...—murmuró Jungkook, sintiendo el calor en su vientre y como sus bolas se ponían duras.

—Eso es lo que quiero cariño...córrete en mis manos...

Jungkook alzó su cuerpo y soltó el semen. Seokjin pudo sentir como su mano se humedeció por el líquido tibio. Ese momento tan íntimo, en que dos hombres se corren el uno por el otro..., sólo ese pensamiento hizo que su cuerpo no resistiera y también alcanzó su orgasmo. Fue tan intenso, que por un momento creyó ver una luz delante de él..., fue tan extraño...tan único, casi fuera de este mundo..., es que al final de cuentas...para él, JungKook lo era...Una vez más se besaron, sonrieron. Jungkook, se quitó la venda de los ojos y pudo ver la hermosa sonrisa de Seokjin. Había sido una experiencia nueva y excitante.

Rodó sobre el cuerpo de Jungkook, tiró el condón y atrapó el cuerpo de JungKook contra su pecho. Ambos estaban tan agitados, tan satisfechos y felices.

—Te amo JK...Ya no tenía temor de decirlo, no importaba si Jungkook no podía decir lo mismo, daba igual. Sus sentimientos estaban ahí y él no los iba a esconder.

Jungkook lo escuchó y sintió como su corazón latía todavía más rápido. Esas palabras... nunca nadie se las había dicho y él tampoco se las había dedicado ningún hombre. Porque jamás había querido de la forma que lo hacía a Seokjin.

—Jin....

—No necesitas decirlo JK. Estoy feliz de amarte y tenerte. Es suficiente. Cuando lo sientas, cuando estés listo, sé que lo podrás decir. La forma como te entregaste y confiaste en mí, es suficiente. Te amo y no voy a callarlo por tener miedo a no ser correspondido, porque se lo que valgo para ti. El que usaras una venda en nuestra primera vez...

—Quería sentir lo mismo que tu sintieras. Quería vivirlo desde tu perspectiva. Podré mirarte muchas veces más, cuando hagamos el amor..., hoy debía ser así. Sabes lo mucho que te quiero Seokjin, y aprender sobre todos estos sentimientos...para mí...

—No necesitas decir nada más... ¿Quieres ir a la cama ahora?, podríamos ducharnos y luego...dormir. Mañana quiero darte un regalo.

Desnudos caminaron hacia el baño. Mañana recogerían el desastre que dejaron en la sala. En la ducha se tocaron, se besaron y se jabonaron mutuamente. Luego se secaron y se acostaron abrazados, soñando con ese hermoso momento que al fin habían vivido.

La mañana siguiente, Seokjin se levantó temprano. Debía ir a dar su clase de piano, pero no quería irse sin darle a JungKook la canción. Y como el joven cantante, no daba señales de vida, fue al cuarto y se abalanzó sobre su cuerpo.

—¡Seokjin! —JK, casi había muerto de la impresión, al despertar con el cuerpo de su novio sobré él—. Estás loco. Esas nos son formas de despertar al hombre al cual anoche le hiciste el amor.

—Entiendo, mi bebito quería besitos y esas cositas cursis para despertar...Puedo hacerlo—Se lanzó entonces a besarlo y hacerle cosquillas, mientras Jungkook pateaba las sábanas, tratando de huir de Seokjin.

—¡Necesito ir al baño! O me haré pis en tu cama.

—¡Oh por dios Jungkook! No puedes hacer eso...anda y aprovecha de ducharte..., tengo clases. Tú debes ir a ver tu jefe. Seguro que Hoseoki, estará tocando esa puerta en media hora. Y realmente necesito darte tu regalo.

—¿Es la canción verdad? Tienes la canción final...

—Maldito mocoso...deja de adivinar y anda al baño y dúchate. Voy a preparar cosas deliciosas para comer. El sexo de anoche me dejó hambriento.

—Pensé que habíamos hecho el amor...no sólo sexo.

—¿Desde cuándo te volviste cursi? Aquí el que dice cosas así soy yo...soy el escritor y tú el intérprete.

JungKook sonrió, besó los labios de Jin y se metió al baño. Le gustaba aquello que acababa de decir Jin. De ser él interprete de lo que Seokjin escribía. Era bonito pensar que, de ahora en adelante, ellos serían una unidad. Jin escribiendo canciones y él cantándolas sobre el escenario.

Por eso cuando escuchó el demo que Seokjin había grabado con su propia voz, de la hermosa canción que había escrito a escondidas, sus ojos se llenaron de lágrimas. "Euforia" era...una declaración de amor. Jin tenía una voz dulce y agradable de escuchar. Pero lo más importante era lo que decía. El primer verso... "Tú eres el sol que volvió a salir en mi vida", ¿eso significaba él en la vida de Seokjin? Lo miró, tenía las orejas rojas y su rostro avergonzado.

"Incluso si el desierto se agrieta, no importa quién sacuda el mundo, no me sueltes la mano" ..."eres la causa de mi euforia"

—Seokjin, cariño, esto es...

—JK si no te gusta puedo escribir otra cosa. Sé que es personal..., pero quería escribirla. Yo tengo una voz horrible, pero con la tuya quedará...

Jungkook puso su mano sobre los labios de Jin. Y luego los besó. Dos lágrimas brotaron de sus ojos. Sentirse así de amado, era abrumador, pero hermoso. Él nunca pensó que alguien pudiera amarlo tanto. Sabía que tenía un carácter difícil, era a veces un poco malhumorado y le costaba tanto mostrar sus sentimientos. Y cuando conoció a su vecino entrometido, no había sido nada amable. Y, sin embargo, de alguna manera, Jin se había enamorado de él y anoche le había dicho, incluso que lo amaba. ¡Lo amaba!

—Seokjin, esta canción es preciosa. Y tu voz también lo es. Yo...no sé cómo agradecerte el que me ames tanto y el que escribas palabras tan bonitas para mí. Y la voy a grabar y cada vez que la cante sobre el escenario, pensaré en el maravilloso hombre que la escribió y en lo mucho que yo...que yo...lo amo.

Al fin, al fin podía decir esas palabras. Su corazón estaba seguro hace mucho tiempo, pero no había podido exteriorizarlo. Seokjin lo había dicho primero, pero no importaba. Porque él lo amaba. A ese caótico hombre, a ese perfecto Maestro que hacía arte, cada vez que se sentaba al piano.

A ese valiente hombre ciego, que había hecho frente a la vida con todas sus limitaciones.

—Te amo. Y será un honor cantar esta canción. Este álbum será perfecto. Por un lado, está mi declaración de quien he sido, lo que he perdido y lo que quiero ser. Cómo quiero que me vean y, por otro lado, estará la mayor declaración de amor, de dos personas que se encontraron y aprendieron a conocerse y amarse.

—JK...hablas tan bonito...

—Ni siquiera yo me reconozco...hace unos meses apenas si podía explicar algunas cosas, menos explicar cómo me sentía. Pero llegaste tú, con toda tu sinceridad sin filtro y me enseñaste a expresar y a encontrar mis emociones. Y a compartirlas..., A conectarme..., contigo, con mi familia, con mis amigos y estoy seguro que pasara también con mis fans...Te debo mucho Seokjinnie y espero poder devolverte todo esto que me has dado...

—Tal vez...en otra vida, tú viniste a rescatarme a mí. Tal vez en otra vida, tú fuiste quien me enseñó a vivir Jungkookie. Porque estoy seguro que en este mundo y donde sea que podamos volver a existir, tú y yo somos llamitas gemelas.

Jungkook sonrió. Su Seokjin era tan, tan cursi y romántico. Pero le encantaba. Lo amaba con todo.

Luego de terminada su clase, Seokjin corrió a BigHit a encontrarse con su novio hermoso y perfecto. Si él solía sonreír cada día, ahora era casi doloroso sostener el rostro tan feliz. Su cosita linda y malhumorada le había dicho "te amo" y le había celebrado tanto su canción...estaba lleno de dicha.

En el ascensor se encontró con Namjoon, quien ya había dado su aprobación para incluir Euforia en el álbum y así cerrarlo de una buena vez. En una semana el álbum estaría grabado y listo para su producción. Comenzaría entonces la etapa de promoción y Jungkook debería comenzar a trabajar muy duro.

A Seokjin eso le preocupaba un poco. Él era un egoísta y quería pasar mucho tiempo con su vecino, por lo que sólo pensar que su JK pasaría largas horas en ensayos y promociones lo ponía un poquitín triste.

Cuando ambos llegaron a la sala de práctica, donde JK ya daba sus primeros pasos para las coreografías, éste lo miró y corrió a abrazarlo y besarlo, sin importarle en absoluto la presencia de su jefe y del coreógrafo. Al final, en unas semanas saldría la entrevista y él también saldría del closet.

—Estás pegajoso JK. Eres tan sexy cuando estás todo sudado...que me dan ganas de—apretó su trasero y Jungkook pegó un pequeño grito.

—¿Podrían esperar a que yo saliera? —Namjoon todavía no se acostumbraba a que esos dos fueran tan demostrativos en su relación—. Sólo quería decirte que ya confirmamos las fechas del Tour y hoy lanzaremos el calendario tanto de promoción del nuevo álbum como las fechas de la gira. Dicho esto, me retiro y les pido que sean cuidadosos.

Aún esa dichosa entrevista no sale y no quiero espantar a el personal que trabaja aquí, con sus "demostraciones"

Jungkook estaba emocionado. El nuevo álbum estaba seguro, sería perfecto y brillante, pues su Jinnie había trabajado en él y, además, haría una nueva gira y eso lo entusiasmaba. Sólo había un pequeño problema...Seokjin...tendrían que estar lejos por muchos meses y eso lo ponía muy triste. Una idea cruzó su mente y aunque no sabía si era el momento para decirla, simplemente salió de su boca.

—¿Irías conmigo de gira? Sé que puede ser egoísta de mi parte y que tú tienes tu vida aquí en Seúl, tus clases y todo..., pero no quiero estar tantos meses lejos de ti y yo...

Seokjin lo estaba besando. Mucho, apasionado como siempre. La verdad era, que él se iba a ofrecer solo para ir al Tour con su JK, pero no sabía si tal vez el chico querría tenerlo tan pegote todo el tiempo. El no quería ser un novio-dependiente. Quería darle libertad a JK. Pero ahora, al ver que era él quien se lo proponía de ninguna manera se iba a negar.

—Claro que voy JK. Puedo avisar en el colegio de mi ausencia. Ellos me buscarán un reemplazante...Yo sólo no quiero ser una carga para ti. No quiero que pienses que te quiero vigilar todo el tiempo o que soy de eso novios que no dejan al otro...

—¿Por qué si eres un hombre tan inteligente, a veces dices cosas tan tontas? Sé cómo eres y si bien al principio fuiste un poco acosador..., no creo que sea tu forma natural. Estabas curioso de conocerme, pero este tiempo en que hemos sido novios..., jamás me he sentido atrapado. Y necesito que vayas conmigo o moriré de pena y realmente no podré disfrutar el Tour.

—JK...sigues diciendo cosas bonitas..., te amo cosita preciosa..., ¿cómo alguna vez pude pensar en no escribir una canción para ti, si ahora lo único que quiero es sentarme al piano y decirte de todas las formas posibles lo mucho que te amo?

JungKook sonrió y lo abrazó muy fuerte. El ya ni siquiera pensaba en esos tiempos cuando El Maestro se negaba a sus intentos de acercamiento. Estaba feliz de haberlo conocido y haberse enamorado.

Se fueron juntos a casa y directo a sus departamentos. Jin quería hacer su clase de Yoga y ambos se prepararon para bajar a encontrarse con Tae y Jimin.

Cuando los encontraron, Jungkook pudo notar, como la pareja los miraba de una forma extraña. Una sonrisa maliciosa en sus labios y...

—¡Jinnie dijo que lo hicieron! —fue lo primero que Jimin soltó cuando la pareja entró.

El color rojo que subió a la cara de JK, no hizo más que confirmarle a Jimin que lo que su amigo le había contado, o más bien lo que él astutamente, le había sonsacado, era cierto.

—¡Seokjin! —Fue todo lo que Jungkook dijo, golpeando el estómago de su pareja.

—¡No puedes golpear a un ciego! —le gritó casi sin aire Jin—¡es abuso y maltrato!

—No me importa, si andas contando nuestras cosas por ahí...

—El me obligó. Me torturó haciendo preguntas y no sé cómo simplemente salió de mis labios. Pero no di detalles...lo juro.

—Es verdad y por eso los estábamos esperando...queremos eso...los detalles...

—Jimin... no seas así. Es su intimidad. Nosotros tampoco andamos por ahí contando lo que hacemos o cómo lo hacemos. —Taehyung siempre era el más racional de los dos.

—Gracias Tae por resguardar nuestra privacidad—contestó JungKook más clamado—. Pero para tu deleite Jimin, puedo decir que fue maravilloso. Que Kim Seokjin la tiene muy grande y fue delicioso sentirlo dentro de mí. Realmente el mejor sexo de mi vida.

Jimin, Tae y el propio Seokjin, se quedaron con la boca abierta, mientras Jungkook se acomodaba en su colchoneta y empezaba a estirarse.

¿Dónde estaba el chico tímido y un poco gruñón de hace unos meses? Al parecer había dado paso a uno mucho más abierto no sólo a sus sentimientos, sino que, a su propia sexualidad, y forma de ver la vida. Y eso lo hacía muy especial.

Seokjin que aún no salía del shock, simplemente buscó su lugar de profesor de yoga y sin decir nada más, comenzó con la clase. Más tarde, él se comería a besos a Jungkook por lo valiente que había sido. Se daba cuenta que su pareja estaba dispuesto a no ocultar nada y era hora que él también lo hiciera. No iba a dejar solo a Kook en esto. Por eso, estaba decidido a revelar al mundo quien era en realidad. El famoso "Maestro". Ya no tenía miedo de ocultarse y definitivamente estaba dispuesto a perder parte de su apreciada privacidad. El quería lucirse junto a Jungkook, quería mostrarse orgulloso de lo que era y lo que eran.

Mucho rato después, cuando subieron a sus departamentos, Jungkook ni siquiera lo pensó. Siguió a Seokjin al suyo y apenas entraron, lo acorraló contra la pared. Él lo quería, lo deseaba y necesitaba mucho más todavía del sexo delicioso de la noche anterior.

—¡JK! ¡Estás tan caliente! —exclamó Seokjin, mientras le acariciaba el pene ya erguido a su pareja.

—Tú me provocas...quiero estar contigo a todas horas. Quiero disfrutar cada momento contigo—Jungkook le hablaba al oído a Jin y sentía como éste iba acelerando su respiración y pulso.

Esa noche, volvieron a hacer el amor de manera, esta vez, mucho más salvaje. Seokjin lo disfrutó como nunca, pero un pensamiento comenzó a rondar en su cabeza. No sólo el descubrirse como el Maestro, sino que también, en...intentar algo que hasta ahora no había querido. Sus ansias de ver a Jungkook aumentaban y tal vez, valía la pena arriesgarse.

—¡Jin! —El gemido de Jungkook alcanzado su orgasmo, lo hizo estremecer. Embistió duro y se corrió, con sus pensamientos en un millón de posibilidades. Pero ahora su niño, lo buscaba con cariño. Quería acurrucarse a su lado, y Jin iba a darle justo eso.

Lo limpió un poquito y lo acomodó en sus brazos. JK, estaba cansado y totalmente relajado, luego del yoga y el sexo. Él también estaba cansado, pero feliz. Aun cuando estaba seguro, que pronto tendría que tomar decisiones importantes.

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