Capítulo 14: Pathos

Si a Jungkook le hubieran preguntado hace unos meses dónde estaría en este momento, ni siquiera hubiese imaginado que estaría bailando acaloradamente frente a un chico ciego, vestido con una brillante chaqueta rosa, lentes al tono y con los labios hinchados por haberlos besado tanto. Era el cumpleaños de Jisoo y habían llegado, a petición del propio JK, tomados de la mano. Necesitaba que "El condominio de las Estrellas" pudiera al fin confirmar el chisme que circulaba hacía varios días: el Jinkook o Kookjin era real. Muy real. Tanto que ambos estaban un poquito asustados. Sentían que todo iba muy rápido. Sólo había pasado unos días desde que Jungkook había llegado al departamento de Jin a arrebatarle el aliento. Desde aquel día vivían prácticamente pegados. Sólo se separaban cuando Seokjin tenía clases en la escuela para ciegos o si Jungkook debía realizar alguna actividad en la agencia.

El resto, o estaban trabajando en el disco o estaban comiéndose la boca en el sofá de uno u otro.

Y ahora, en esta noche de invierno, sentían que hacía un calor como si fuera julio y JK sonreía a más no poder con el baile descoordinado, pero feliz de su precioso novio. Sus amigos a su lado también lo miraban. Era inevitable. Seokjin era el centro de atención de todo el mundo por su alegría y energía.

Jungkook, por primera vez en toda su vida se sentía cómodo y libre. Nadie cuestionaba nada, nadie lo miraba extraño por ser gay, o por la forma en que vestía o su maquillaje. Era simplemente él, enamorado, feliz. Se acercó a Seokjin, quien no se sorprendió de sentirlo. Ahora tenía su espalda pegada al pecho de su novio y provocativamente su trasero rozaba la entrepierna de Jin, quien instintivamente rodeó sus manos
alrededor de la pequeña cintura de su Kook. Era una hermosa sensación. Jungkook era un hombre muy sensual, podía notarlo, aun cuando no pudiera verlo. Sus movimientos, la forma cómo respiraba y los pasos sutiles que daba pegado a su cuerpo.

Ellos aún no habían llegado a la etapa dos o tres o lo que fuera del sexo. Dormían cada noche en sus respectivos departamentos y si bien había días que iban al dormitorio del uno o del otro, no pasaban de los toqueteos o masturbaciones mutuas. Ni siquiera habían practicado sexo oral. Demasiado tímidos ambos, para dar el siguiente paso. Jin se decía a si mismo que estaba esperando el mejor momento para avanzar con Jungkook, aunque en realidad y por primera vez en su vida tenía miedo. Él no era un mal amante, incluso podía "ser el de abajo" aun cuando no le gustaba demasiado recibir, pero se podría acomodar a la situación, si era necesario. Sin embargo, con Jungkook se sentía inseguro. Tal vez porque todos los chicos con los que se había acostado sólo habían sido aventuras y nunca había comprometido en realidad sus sentimientos.

Con Taehyung tampoco había avanzado más allá del sexo oral. JK seguía pegado a su cuerpo, cuando de pronto sintió que se daba vuelta y le robaba un beso que una vez más lo dejaba sin aliento. Era obvio que el cantante quería algo más que masajitos en mini JK, pero Seokjin siguió como si nada. Obvió su dura erección y siguió bailando, esperando que el cansancio al final bajaría a Mini Jin.

—Ya subiste al escenario, cantamos el feliz cumpleaños e hiciste Karaoke...quiero estar a solas contigo. Ahí estaba la voz ronca y a la vez tan dulce de Jungkook, que le susurraba al oído aquellas palabras.

—JK...soy el presidente...no puedo sólo irme, esperemos un rato, cuando se vayan algunos y entonces te llevaré a tu departamento.

—Pero yo quiero ir al tuyo...no voy a escandalizar a Hoseok con nuestros gemidos...

Seokjin tragó saliva. Era obvio lo que Jungkook deseaba y era absurdo que él siguiera eludiéndolo. Su cuerpo se tensó. Era tan tonto. Era un hombre que se había acostado no con un gran número de chicos, pero los suficientes para saber qué hacer y cómo actuar. Pero ¿Y si a JK no le gustaba? ¿Y si quería ser el top? No habían hablado el tema y estaba completamente seguro que no se sentiría del todo cómodo siendo dominando por Jungkook.

—Oye... ¿qué pasa? Te quedaste callado y raro...y eso no es normal en ti—Jungkook lo miró. Existía aquella cursi frase de "los ojos son el reflejo del alma" y sí era verdad, algunas veces uno podía ver en una mirada respuestas, miedos..., sin embargo y por razones obvias, la mirada de Jin no le decía nada. Sólo estaba ahí perdida en sus lentes y sabía que, aunque se los quitara...no habría nada. Sin embargo, ya lo conocía bastante. La forma cómo mordía su labio inferior repetidamente cuando estaba nervioso o la contracción de sus hermosas facciones. Su nariz..., sutilezas que Jungkook había aprendido a leer. Y ahora leía inseguridad y temor. Realmente Seokjin ¿no deseaba tener sexo con él? Era una pregunta tonta, considerando que el cuerpo de Jin reaccionaba inmediatamente con tan solo un toque de su parte. ¿Qué era entonces?

—Yo...está bien. Vámonos. Le diré a Jimin que se quede un rato más. No sé dónde está Jisoo...

—Está bailando con Minho. Déjala. Ella está feliz y ya te dio como cinco abrazos hoy en agradecimiento. Creo que es suficiente.

—JK, no seas celoso...sabes que ella es como una hermana...

Y ahí estaba otra vez el Seokjin que conocía y no aquel tímido chico de hace unos instantes. No lo entendía y realmente quería hacerlo, así es que una vez que encontraron a Jimin y éste les informó que por el momento no pensaban irse con Tae, subieron al departamento de Seokjin.

Apenas entraron, Jungkook se lanzó sobre él, tirándolo al sofá. Tal como había hecho aquella noche.

—Jungkook detente por favor...—la voz un poco nerviosa de Seokjin alertó a Jungkook. Obviamente se detuvo y salió del sofá, ayudando a Jin a incorporarse.

—¿Te sientes mal? ¿Qué pasa Seokjin? Allá en la fiesta estabas tan feliz como siempre, pero apenas me acerqué mucho te tensaste. ¿Hay algo que me quieras decir?

—Yo...¡¡uf!! Esto es tan tonto e infantil. Y sé que soy la seguridad personificada...pero yo ahora...voy a morir de la vergüenza por decirlo...

—Seokjin...puedes decir lo que sea...por favor...Tú, ¿estás incómodo con esto?

Seokjin se levantó del sillón. Y comenzó a dar vueltas nervioso. Incluso chocó con una de sus mesitas. Jungkook fue a ayudarlo.

—Sabes que no tenemos que hacer nada que no quieras...realmente pensé que deseabas avanzar en esto...tener sexo...yo sí lo deseo. Pero si tú no estás listo...

—No lo estoy... Una vez más, tal como le ocurría en el último tiempo, odiaba no poder ver. Quería ver la expresión de su novio. ¡Qué pensaría!

Tenía treinta años. Era dueño de su vida, de su cuerpo. Y ahí estaba actuando como un adolescente en su primera vez.

—Está bien Jin...yo no voy a presionarte ...esto...tal vez fuimos muy rápido. Lo siento. Sabes que soy impulsivo y realmente te quiero. Y sí, deseo estar contigo. Quiero que me hagas el amor. Tú a mí... ¿eso es lo que te preocupa? Pensaste que por mi impetuosa necesidad...iba a tomarte y....no soy así. Soy bastante sumiso en la cama Jin...y quiero experimentar esa sensación de dominio por primera vez con la persona de la cual estoy enamorado.

—JK..., de verdad eres la persona más bonita que he conocido en toda mi vida. ¿Por qué te escondías debajo de ese rudo y malhumorado chico? Yo...sólo quiero que sea muy especial. No es que no te desee. Simplemente quiero que sea perfecto. Nada apresurado. Eso no significa que no desee tocarte y tal vez algo más. ¿Quieres quedarte?

Jungkook rio bajito. Seokjin era adorable. acarició el rostro de Seokjin y le dio un beso tranquilo en la punta de su nariz. A pesar de toda su seguridad y de ser el mayor en la relación, era como un chiquillo asustado frente al simple acto de acostarse juntos. Sabía también cuán romántico era y que para Jin no sería solo sexo, sino que un acto real de amor y entrega. Y entonces, él lo podía esperar, hasta que su lindo compositor estuviera seguro. No dudaba un minuto del amor que le tenía, porque ahora mismo tomaba sus manos con tanto cariño y a la vez con tanta posesividad, que no podría ni siquiera dudarlo.

Fueron a la cama y se desnudaron. Esta vez, Jungkook quiso quitarle la ropa a Seokjin y éste tímido se paró frente a él, completamente desnudo. Era lindo. Delgado, pero con músculos y una cintura preciosa. Su pene erecto y largo indicaba lo mucho que estaba anticipando el momento.

Seokjin estiró sus brazos buscándolo y él se acercó para que lo alcanzara. También estaba desnudo. Y al sentir el tacto de las manos delicadas y suaves se estremeció. Jin tenía dedos largos que recorrían con cuidado su torso. Sabía que estaba detallándolo con su tacto. Y era agradable. Lo tiró sobre la cama y comenzó a besarlo. Jungkook intuyó que habría algo más que una simple masturbación mutua. Cuando Jin besó su ingle depilada, su pene se puso más duro. Era real, la boca tibia, esos labios gorditos y perfectos estaban ahora besando la punta de su miembro.

Un escalofrío recorrió su cuerpo. No es que nunca le hubieran hecho una mamada, pero ahora era su Jinnie quien lo hacía. Era su lengua la que estaba saboreándolo, eran sus manos que tocaban y apretaban sus pezones.

Seokjin por su parte, estaba disfrutando el momento, sentir el cuerpo de JK tensarse por su lengua tocando la punta de su pene, o por sus labios succionando todo, era una sensación plena y satisfactoria. Estaba entremedio de sus piernas, arrodillado y tocando con sus manos el cuerpo duro de su precioso vecino. Buscó más, los testículos, la entrada...él quería meter su lengua ahí, pero no sabía si a Jungkook le gustaría. No a todo el mundo le agradaban los besos negros y la verdad era que ellos jamás hablaban de sus preferencias en la cama. Así que prefirió volver al miembro duro, pero de pronto la mano de Jungkook lo empujó hacia abajo. Entendió perfectamente el mensaje. Comenzó entonces a besarlo, y meter poco a poco su lengua en la entrada. Era perfecto. JK era precioso. Su masculinidad, su aroma, sus suaves gemidos, Seokjin todo lo que quería era secuestrarlo y llevárselo para siempre a un lugar donde nadie pudiera quitárselo jamás.

—Estoy tan duro...—JK murmuró esas palabras y Jin entonces buscó el pene y comenzó a masturbarlo. Él mismo estaba duro, pero sabía que su liberación llegaría aún sin tocarse. Simplemente sintiendo a su chico alcanzar el clímax gracias a su lengua y a su mano.

Y así fue, en medio de grandes gemidos, Jungkook se vino en la mano de Jin, cuando éste empujó su lengua dentro de su ano. Esas malditas estrellas brillaron en la cabeza de Kook, para desplomarse sobre la cama, no sin antes, tirar de Jin y besarlo como si la vida se fuera en eso. Él se dejó besar, morder y atrapar. Jungkook tomó su miembro y lo masturbó, apenas un instante, pues hacía rato que estaba listo para el orgasmo. Jadearon, se besaron otra vez con pasión, se arroparon y sin siquiera pensar en lo sucio que estaban, se durmieron.

Varios días después, Seokjin se encontraba sentado en el estudio de grabación de BigHit, al lado de Yoongi y Namjoon que supervisaban todo. El pobre CEO casi se había desmayado al ver a su artista sentado en las piernas del compositor besándose apasionadamente, justo cuando entraba al estudio. ¡Eran tan irritantes! No podían estar un minuto sin tocarse, buscarse o hacerse mimos. Namjoon y Yoongi sólo movían sus cabezas, ante el espectáculo de la pareja. Pero, en fin, ahora estaban todos serios, pues comenzarían con las grabaciones. Aún faltaba la principal, la cual ya tenía título y, además, le daría el nombre al álbum: My Time. Era un relato personal de Jungkook acerca de sus sensaciones de haber crecido como un niño idol, hasta llegar ahora a su madurez.

—JK, recuerda que sólo es un demo. No es el trabajo final. No estés nervioso y da lo mejor de ti. Hoy vamos a comenzar con el lado B, sólo serán un par de canciones—Yoongi, en todo este tiempo se había encariñado demasiado con el novio de su mejor amigo. Lo tenía tan adoptado, que ya estaba asustado, porque el chico también comenzaba a ser cariñoso con él y eso lo ponía un poquito nervioso.

—Yoongi tiene razón, cariño, no hay nada de qué preocuparse...— Seokjin lo apretaba más en su abrazo y le daba pequeños besitos en su cuello, antes de golpear su culo y enviarlo a la caseta de grabación.

Jungkook entonces, comenzó a cantar. Estaba realmente emocionado, porque eran canciones que Seokjin había escrito para él. A su modo de ver, eran perfectas, se ajustaban a su voz, a su estilo y un largo etcétera de perfección.

Seokjin por su parte, lo escuchaba... Habían trabajado bastante el tema de las emociones, pero estaba seguro de que aún no encontraba su "PATHOS". Por eso lo había animado tanto a escribir My Time, porque quería que JungKook se liberara de esa carga, de no saber quién era y a dónde iba. Dejar atrás su imagen de niño-bebé y mostrarse como un adulto con más convicciones. Estaba seguro de que eso le ayudaría a encontrar aquella empatía que necesitaba, para conectar con su audiencia.

Jungkook cantó las tres canciones que habían decidido grabar, y para cuando salió de la cabina, no estaba del todo satisfecho. Miró a Seokjin y supo enseguida que no lo había emocionado. Bueno, sí un poco. Pero entendía que era porque Jin estaba enamorado de él.

—No te gustó...

—No he dicho nada. No te juzgues tan rápido JK.

—Jungkook la grabación fue muy buena. Ya te dije sólo es un demo. Las canciones deben ser revisadas por última vez, antes de la grabación
definitiva—Yoongi, no quería que Jungkook fuera tan duro consigo mismo. Era un gran cantante. Y le molestaba en cierta forma que Jin lo presionara tanto.

—Concuerdo con Yoongi. Fue una estupenda grabación. Hay aspectos que debemos mejorar, pero será un maravilloso disco—. Namjoon también quiso darle ánimos.

Pero para Jungkook, lo que en realidad importaba era la opinión de Jin...

—JK..., vamos a hablar a solas..., pero delante de Yoongi y de Namjoonnie te lo voy a decir: eres un cantante grandioso. Tienes una voz privilegiada, y sé que cantas con todo tu corazón y pasión. Lo puedo sentir. Creo que necesitas distraerte. Ven, quero llevarte a un lugar— Entonces, se despidieron de todos y salieron tomados de la mano. Los demás simplemente se quedaron mirándolos. Eran una extraña pareja.

Seokjin seguía vistiendo sus colores chillones que contrastaban con el negro que Jungkook siempre vestía. Eran como dos personas totalmente opuestas que de un momento a otro se habían encontrado y habían decidido que eran el uno para el otro.

Chen, el guardaespaldas de Jungkook, estaba en la entrada del edificio, cuando los vio aparecer. Temprano, Jin le había dicho donde quería llevar a su novio, preocupado porque era el colegio donde daba clases y quedaba en el centro de Seúl. Temía que su chico estuviera demasiado expuesto, pero el guardián de Kook lo había tranquilizado. Eran las cuatro de la tarde y no habría mucha gente circulando. Así que todos subieron a la van.

—Dijiste que iríamos a un lugar. No le hemos dicho nada al conductor y Chen se ve tranquilo. Entonces...esto lo tenías planeado de antes y no me dijiste nada. ¿A dónde me llevas? Además, dijiste que hablaríamos...—JK comenzaba con sus clásicos pucheros. Sabía que Seokjin no lo veía, pero de alguna manera lo adivinaba...

—No hagas pucheros JK...Tu voz cambia cuando vas a hacerlos..., te conozco tan bien, pequeño diablito manipulador. Con cuidado se acercó, buscó con su mano su rostro y dejó un beso corto en sus labios estirados. Jungkook sonrió. Después de todo eso era lo que deseaba.

—Entonces... ¿a dónde vamos?

—Ya lo vas a ver. Te gustará. Y sobre la grabación, no sé porque piensas que no me gustó. Me haces quedar como un pésimo novio....

—Sé que mi novio siempre encontrará todo perfecto. yo quiero la opinión del Maestro...

—Tú si que eres un bebito mal portado—Jin suspiró. Sabía a qué se refería Jungkook y a pesar de que intentó desviar el tema, no podría seguir eludiéndolo—Jungkook, ya te lo dije eres un gran cantante, tu voz es estable, preciosa y sé que cantas con todo tu corazón. Estoy seguro que todo el mundo, fans y no fans, amarán cada una de las canciones y de tus interpretaciones.

—Jin..., otra vez me estás hablando como un novio...

—JK.. , lo que yo crea, puede ser totalmente subjetivo. En el tiempo que te he conocido, me he dado cuenta que es un problema mío, no tuyo. Es una sensación mía. Tú no tienes la culpa.

—¿De no emocionarte? ¿De no poder transmitirte lo que quiero decir? Es eso ¿no Jin?, aún no lo sientes...

—Ya te dije...es una opinión. Tal vez es porque soy ciego...Sé que el resto de la gente que te escucha se emociona y logra esa conexión contigo. No debes darle importancia.

—Se la doy, porque antes de conocerme no querías trabajar conmigo y la primera vez que nos conocimos, dijiste que no eras mi fan. Quiero emocionarte Jin. Quiero que vibres con mi interpretación de tus canciones...quiero que seas sincero conmigo.

—Jungkook, basta. Estoy enamorado de ti y eres mi novio. Trabajo contigo porque me di cuenta que eres un gran cantante, y cada una de las canciones que compuse para ti, son las más especiales que escrito en mi vida. Si quieres la verdad...aún creo que a tu interpretación le falta emoción. Cantas perfecto, pero aún no me haces vibrar. Has avanzado, es verdad, pero creo que te falta soltar algo que está en ti y que lo mantienes oculto por alguna razón. Sé que te cuesta ser afectivo, pero las últimas semanas no has dejado de besarme y abrazarme cada vez que tenemos oportunidad...entonces, creo que estas aprendiendo a no temer sentir y sentirte enamorado. Eso mismo debes ir proyectándolo en tus canciones.

Jungkook no dijo nada. Sabía que lo estaba presionando y no quería hacerlo. No en ese momento. Habían parado frente a un edificio antiguo, en pleno centro de Seúl. Bajó el vidrio polarizado de la van y leyó el cartel: Instituto Nacional de la Ceguera – Seúl. Era el colegio donde Jin hacía clases de piano y braille. Todavía no entendía del todo que hacían ahí.

—Ven JK. Te voy a llevar a un lugar que te va a encantar—Jin bajó de la van, con la ayuda de Chen. Tomó la mano firmemente de Jungkook y con su bastón como guía caminó hacia la entrada. Tocó el timbre y una mujer bajita y mayor los recibió.

—¡Jinnie-Ah! La señora Park dijo que vendrías con un invitado especial. No puedo creer que sea Jungkook. ¡Es precioso! —la mujer les sonreía a ambos, dejando al cantante en un pequeño shock.

—Noona, te prohíbo que mires demasiado a mi JK. Es mío y sólo mío— tocó el brazo de Kook—Bebé..., ella, es Song Hye Kyo y está enamorada de ti. Es nuestra encantadora secretaria.

—Es un honor conocerla, Noona. Gracias por sus palabras y espero poder dejarle algún recuerdo de mi visita.

—¡Es adorable Jinnie-ah, igual que tú! Pasen, pasen, la señora Park está en el auditorio. Su clase ya ha comenzado.

Jungkook, seguía sin entender. Así que como Jin sólo comenzó a caminar por un largo pasillo, apretó su brazo, para indicarle que se detuviera.

—JK. Quiero que conozcas a alguien. La señora Park es la directora y hace clases de canto. Hoy están haciendo una audición, para el Festival que el colegio ha organizado, y donde mi grupo y yo tocaremos un par de canciones al piano. Ven, serás de gran ayuda como jurado.

Jungkook, caminó al lado de Jin. Estaba sorprendido de que lo hubiese llevado a ese lugar. Pero no dijo nada, expectante a lo que sucedería. Entraron en silencio al auditorio, un chico de unos dieciséis años, ciego, obviamente, interpretaba una canción de Taemin. Se sentaron detrás de una mujer, que, al sentirlos, se dio vuelta y les sonrió, tocando la mano de Jin.

Jungkook escuchó atentamente al chico. tenía una voz agradable y de pronto se vio reflejado en él, en sus primeros días de trainee. La interpretación fue correcta. El muchacho terminó la canción, hizo una reverencia y una persona lo condujo fuera del escenario.

Dos niños más cantaron sendas canciones de amor. Eran bonitas interpretaciones y JungKook estaba sorprendido del talento de esos niños.

Entonces sucedió. Entró al escenario una linda joven, de unos diecisiete años, pelo largo y liso. Se veía nerviosa, pero una vez frente al micrófono, se tranquilizó.

Cuando la base musical, comenzó a sonar, Jungkook se puso nervioso. Era House of Card, una canción de su segundo álbum. Era una canción demandante en términos vocales y, además, algo triste.

La joven comenzó a cantar y Jungkook sintió que su piel se erizaba. Tenía una voz poderosa y hermosa. Se quedó anonadado escuchándola. En la medida que ella cantaba, podía notar la emoción y los sentimientos que había en cada uno de los versos. Miró a Seokjin que también se veía muy conmovido. Entonces cerró sus ojos y se dejó llevar por la hermosa voz. Había tanto dolor en la interpretación, que Jungkook no pudo evitar derramar un par de lágrimas. Y de pronto lo comprendió. Lo que significaba Pathos. Era justo lo que estaba sintiendo en ese momento. El dolor de la música, la letra e interpretación. Pudo conectarse con la preciosa joven que cantaba y sintió que su corazón era uno con ella.

Apretó la mano de Jin. Era su forma de agradecerle, porque ahora entendía, porqué lo había llevado.

¿Cuánto le faltaba a él, para llegar a tener esa comunión con su público? Sí, sus fans lo amaban, pero él quería algo más. Una conexión, un vínculo permanente, a través de la música. Y eso sólo lo lograría si derribada sus barreras emocionales. Si dejaba fluir sus sentimientos, y al verdadero Jungkook. No el perfecto artista que pretendía ser. Todo lo contrario. Uno no tan perfecto, pero que fuera capaz de mostrar lo que en verdad había dentro de su corazón.

Cuando la joven terminó de cantar, Jungkook no pudo evitar, pararse y aplaudirla. Todos se sorprendieron incluyendo a la joven.

—¿Señora Park? —preguntó incrédula la joven.

—No mi querida Jin-Young, quien te aplaude es nada menos que Jeon Jungkook.

Jungkook entonces fue hasta el escenario y tomó las manos de la joven con mucha emoción.

—Realmente me has conmovido con tu interpretación y quiero agradecerte por enseñarme hoy, como es un cantante verdadero.

—Oppa en realidad es usted...yo...no puedo creerlo. El profesor Kim dijo que lo conocía, pero yo no le creía, como siempre está bromeando por todo...y ahora usted está aquí. Y me escuchó cantar...que vergüenza...

—No, no de ninguna manera..., tu voz es hermosa y sería maravilloso si pudieras acompañarme a cantar esta canción en uno de mis conciertos...

Jin-Young, estaba al borde del desmayo ante esas palabras....

—Creo que la señora Park puede hablar con tus padres y arreglarlo...—

Ahora Seokjin había llegado hasta el escenario.

—Para mí sería...no puedo creerlo. Lo admiro tanto Jungkook- oppa...estoy tan feliz...

—De verdad gracias y claro que quero canta contigo. Estoy seguro que Jin podrán arreglarlo junto con la señora Park y mi agencia. Podría ser cuando de mi primer concierto del nuevo disco...

Jin-Young seguía conmocionada. Jungkook entonces le pidió que le explicara cómo es que lograba transmitir tantas emociones al cantar.

—Sinceramente, no lo pienso demasiado. Siempre he creído que para un artista, su público es lo más importante. Imagino que verlo desde el escenario debe ser grandioso, conectar sus miradas, verlos saltar, llorar...al estar ciega, no puedo tener esa conexión visual, por eso me esfuerzo en poner en mi voz la emoción que requiero para llegar a la audiencia. Es como desnudarme delante de todos...—la chica se sonrojó al decir eso, pero era cómo ella lo sentía—Ya sabe no esconderse detrás de muros o prejuicios. He cantado un par de veces en público y pienso en qué estarán sintiendo esas personas. ¿Estarán felices? ¿Tristes? Y pongo mis emociones en las canciones para que conectemos...uf...lo siento estoy hablando demasiado. Usted es un gran cantante, el mejor de Corea, yo apenas una aficionada.

—No Jin-Young eres una artista. Me alegra tanto que Jin me haya traído a conocerte. Por favor no lo olvides. Quiero cantar contigo. Va a ser todo un honor.

Unos minutos más tarde y luego de sacarse fotos con la señora Park y su secretaria, se despidieron de todos y volvieron a la van, Seokjin sonreía satisfecho. Había logrado su objetivo.

—Gracias, simplemente gracias por mostrarme todo este camino Seokjin. Sin ti, jamás lo hubiera encontrado. Ahora lo entiendo y quiero correr al estudio y grabar con todas mis emociones a flor de piel...

—Kookie..., mi bebito..., yo lo sé, pero todavía hay algo más que me gustaría que escucharas. Te llevaré al estudio y yo iré a ver a Yoongi.

Había llegado el momento. Seokjin iba a mostrarle la canción en la que tanto había trabajado. Era su regalo para Jungkook. Una canción que reflejaba todo su amor y todo lo que el joven cantante significaba para él. Necesitaba expresarle ese sentimiento loco que había invadido su corazón, al conocerlo. "Euforia" era su declaración final de amor.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top