Capítulo 10: Un Paseo de Inspiración
Jungkook despertó un poco confundido. El día anterior había sido agotador. Su tan anhelado encuentro con el Maestro, que resultó ser Seokjin. Su llanto infantil y el beso que habían compartido frente a sus amigos. La clase de yoga y finalmente el "Buenas noches" que ambos se habían dicho, antes de entrar cada uno a su departamento. Era muy tempano. Iría al gimnasio, pues a las ocho, comenzaría su trabajo con el Maestro. Eso al menos decía la extraña agenda que le había entregado Hobi, cuando había llegado en la noche de vuelta a su departamento.
AGENDA
08:00:Paseo de inspiración
09:00:Café (Muy necesario)
10:00:¡Manos a la obra!
12:00:Almuerzo (también muy necesario)
14:00:¡Manos a la obra! (parte 2) 16:00:¡Estás libre JK!
De acuerdo con lo que Hoseok le había dicho, Yoongi le había hecho llegar por mensaje de texto esa información. Ahora que estaba más despierto, sonrió. Era una agenda muy "Jin" Él no podía esperar un itinerario formal ni nada parecido. "Paseo de inspiración" parecía muy de acuerdo con la personalidad de su vecino.
Se arregló y luego de avisarle a Hoseok bajó al gimnasio. Estuvo allí alrededor de una hora y luego subió para ducharse y esperar a Seokjin. Porque esa habían sido las "estrictas" instrucciones que el Maestro le había dado, de acuerdo con lo que Yoongi le había comentado a Hoseok.
—¿Estás bien? Anoche llegaste un poco callado. No hemos tenido oportunidad de hablar de esto Kookie, pero si algo te está molestado de toda esta situación, sólo me lo tienes que decir. No estás obligado a trabajar con él si no quieres. Sé que entre ustedes hay una cosa extraña, y no sé exactamente qué es lo que estás sintiendo. Por eso quiero que sepas que puedes confiar en mí.
—Lo sé hyung. Todo ha sido muy rápido y no he pensado demasiado. Sí quiero trabajar con Jin. Es extraño pensar que detrás de toda esa personalidad caótica, se esconde un hombre que transmite tantas cosas hermosas a través de sus canciones. Él es... ¿recuerdas la canción que estaba intentando hacer? —Hobi asintió—él la escuchó y lo que hizo con ella...es simplemente grandioso. En cuanto a mis sentimientos. Estoy confundido. Mi estomago se llena de mariposas al tenerlo cerca y aunque a veces siento ganas de golpearlo por sus tonterías...también quiero que me tome y me bese. Anoche nos besamos y yo...
—¡¿se besaron?!
—Sí, realmente deseaba un beso. Y estoy asustado. No sé explicar todo esto. Jamás me había sentido así por un hombre.
—Te estás enamorando Jungkook. Es tan simple y complicado a la vez, pero es eso. Todos esos chicos con los que saliste por semanas o meses...jamás te involucraste y estuvo bien, porque no eran algo serio, pero ahora presiento que estás sintiendo algo más que una simple atracción. Sólo ten cuidado. Debes diferenciar entre el hombre que idealizaste por tanto tiempo y al cual admiras y al verdadero Seokjin, con todas sus limitaciones.
—A mí me gusta el verdadero Seokjin. Pero por favor no se lo digas a nadie. No quiero preocupar a Namjoon y por ahora lo importante es el disco. Y no sé a que te refieres con eso de sus limitaciones.
—Él es ciego Jungkook....
Frunció el ceño. No esperaba ese comentario de su mánager. ¿Qué importaba que fuera ciego? ¿A qué venía esa marcada discriminación?
—No me mires así. Sabes que no lo digo con mala intención. Pero debes darte cuenta. Hay muchas cosas que Seokjin no puede hacer y que depende de otros para hacerlas. No quiero ser cruel, pero no sé si un hombre tan ocupado como tú sería una pareja adecuada para él.
—A mi nada de eso me importa. El no sufre por su ceguera. Es un hombre realizado. Transmite eso todo el tiempo. Es exitoso, tiene dinero. Tiene amigos y una familia que lo quieren. Puede que haya limitaciones en su vida, pero estoy seguro que a él no le importan, tampoco a mí.
—Apenas lo estás conociendo. No sabemos si Seokjin en realidad no sufre en silencio. Creo que debes ir despacio y con calma.
—Eso hago. Por eso le pedí sólo trabajar en el álbum. Pero...yo no puedo negar que esta cosa extraña que siento en mi corazón y que es...nueva...es agradable, aunque aterradora.
—En muchos casos, enamorarse es así. Es hermoso y a la vez aterrador. Pero estoy seguro que estás siendo correspondido. Yoongi lo dijo. Seokjin está muy interesado en ti. Por eso aceptó trabajar contigo. Aun cuando se había retirado y no eras uno de sus artistas favoritos.
Una tímida sonrisa asomó en el rostro de Jungkook. Había dicho las palabras exactas. Estaba aterrado. Había tenido tres parejas antes. Eso si se contaba a la chica con la que había salido en secundaria, antes de aceptar que era totalmente gay. Los otros dos chicos habían sido un modelo que conoció en un bar de Itaewon con quien salió por tres meses, en medio ambos, de la clandestinidad. Pero pronto se cansaron de que sus agendas nunca coincidieran. Y luego había estado con un chico tres años mayor que él, que era parte del cuerpo del baile de la agencia. Duraron 5 meses. De eso casi un año. El chico tuvo la oportunidad de irse a Estados Unidos y la relación se acabó. ¿Sufrió? ¿lloró? En realidad, no. Sintió un vació por supuesto, pero nada que la música y el trabajo no pudieran llenar. Habían sido experiencias agradables, buen sexo y buena compañía. Nunca sintió las mariposas, ni la ansiedad que extrañamente estaba sintiendo ahora.
El timbre sonó. Seguro era "El Maestro". Se rio ante ese pensamiento. Sabía que abriría la puerta y estaría Jin con sus lentes rojos, una chaqueta verde y sus pantalones rosas o naranjos. Y era exactamente lo que quería ver.
—No te preocupes Hobi-hyung. Estaré bien. Él me gusta, más de lo que nadie me ha gustado antes, pero hablar de "enamorarse" y de amor es aún mucho para mí. Ni siquiera sé si alguna vez voy a llegar a tener sentimientos tan profundos. En fin, no quiero que ni tú ni Namjoon-hyung estén preocupados por mi relación con Jin. Como dije, ahora sólo nos vamos a dedicar al disco. No voy a permitir tampoco que él intente algo más.
Se dirigió a la puerta y ahí estaba, tal como lo había imaginado. Sólo que esta vez llevaba sus lentes de marco negro y sus pantalones de color naranja.
—Buenos días joven Jeon. Es un placer para mi comenzar a trabajar con usted en este hermoso día de otoño. Me presento ante usted para ofrecerle mi ayuda en la noble tarea de crear arte—Una reverencia y una hermosa sonrisa de parte de Seokjin, hicieron a Jungkook querer abrazarlo y besarlo hasta dejarlo aturdido, pero se contuvo y a cambio le siguió el juego.
—Es un honor para mí, trabajar con usted Maestro. Y espero que pueda ayudarme en la noble tarea de hacer mi humilde álbum.
Ambos rieron al mismo tiempo.
—¡JK! ¡Estás de buen humor! ¡Estoy celoso! Espero que haya sido tu mano sobre mini JK lo que te tiene de buen humor y no otro...
—¡Seokjin! Tenías que arruinar tu bonita llegada. ¡Y no he usado mi mano! ¡Aish eres...incorregible!
Ambos volvieron a sonreír. Era inevitable hacer una broma sobre sus minis. Y a pesar de las protestas de Jungkook, en el fondo las amaba.
—Bueno, ahora que ese punto está aclarado, ¿nos vamos?
—¿Cómo que nos vamos? —Hobi salió apresurado de su habitación al escuchar esas palabras—¿A dónde van? No me habían dicho nada de salir.
—Buenos días para ti también Hoseoki. ¿Acaso Yoongi no envió la agenda? Le dije al muy imbécil que lo hiciera. Estuve horas planeándola. La primera actividad es un paseo...
—Lo siento Seokjin buenos días. Si la envió, pero no entendía nada. Está bien, si van a salir, Chen debe ir con ustedes. El guardaespaldas de Jungkook. No pueden salir sin él. Lo siento.
Jungkook y Seokjin suspiraron. En realidad, el primero odiaba tener que salir con guardaespaldas, pero también sabía que su seguridad estaría en peligro sino lo hacía. Seokjin por su parte, también lo entendió.
Minutos después, un confundido Jungkook, que no había cuestionado aquello del "paseo de inspiración" caminaba al lado de Seokjin. Era otoño, por lo que el clima era realmente agradable y acogedor. Iban en silencio, aunque Jin sonreía. Jungkook lo observaba caminar seguro moviendo su bastón. Ahora era consciente de su ceguera. No sabía dónde iban, pero no estaban lejos del condominio. De pronto Jin giró hacia la derecha y un gran parque apareció ante sus ojos. Se dio cuenta entonces, que en el tiempo que llevaba viviendo allí, jamás había recorrido el barrio y no había visto ese lugar.
—Ahora comienza nuestro paseo JK. Espero que lo disfrutes.
El lugar era precioso. Arboles por doquier. Había poca gente a esa hora, algunos haciendo ejercicio, aunque la mayoría solo caminaba. Igual que ellos.
—¿Por qué me trajiste aquí Seokjin? Creí que trabajaríamos en las canciones.
—Ven JK. Vamos a caminar tranquilamente. ¿Puedes sentir la acogedora brisa de otoño? ¿Y puedes sentir el aroma alrededor? Todo huele a frescura. Es agradable. Quiero que te conectes con este paisaje. ¿Cómo crees que la inspiración llega? Yo no puedo escribir ni pensar en canciones sólo dentro de un estudio. Necesito salir, para llenarme de estas sensaciones. Tal vez sea porque estoy ciego, no lo sé. Quiero que tú también te llenes de esto. Componer es fácil. Puedes buscar un par de frases aquí y allá, una melodía..., pero lo que yo intento hacer es mucho más que eso. Quiero conmover al que escuche lo que componga, quiero que sus emociones se conecten con lo que yo quise expresar. ¿lo entiendes JK? Y eso es lo que quiero que tú también aprendas.
Jungkook lo miró sorprendido. Por primera vez escuchaba hablar a Seokjin acerca de música y composición y tan seriamente. Ya no era Jin diciendo tonterías. Era un compositor hablando de su arte. Y de cómo se inspiraba para crearlo. Era verdad, él se encerraba en su estudio y comenzaba a trabajar las canciones. O iba a la sala de practica a aprender los pasos de las coreografías. Jamás, había pensado que afuera, en el mundo exterior, podía estar aquello que sabía le faltaba y que todavía no podía descubrir.
—Te quedaste callado Jungkookie. Tal vez te sorprende. Pero así comienzo mi proceso creativo. Cuando vivía en Estados Unidos y me encargaban una canción, salía a pasear. Solo. A veces Yoongi venía conmigo, porque él no habla mucho y es una excelente compañía. Nunca lo hice con el artista para el cual trabajaba. Esta es la primera vez.
—¿Y por qué decidiste que fuera así? ¿Qué te hizo cambiar de opinión, respecto a mi Seokjin?
—Conocerte. El destino, la vida, un ser superior, no lo sé, nos reunió frente a frente. ¿No es raro Jungkook? Cuando Jimin y Jisoo me dijeron que tu serías mi nuevo vecino, me sorprendí. Sabía que Namjoon había llamado a Yoongi. Y mi respuesta era no. Pero de pronto apareciste en mi vida. Y te conocí. Y descubrí cuánto amas ser cantante y lo mucho que estás buscando algo que no logras descubrir que es.
—¿Cómo sabes eso? No se lo he dicho a nadie.
—Porque de alguna manera puedo verte. Es extraño ¿no? No conozco tu rostro, ni tus gestos. Podrías estar mostrándome tu dedo medio y yo no podría saberlo. Pero puedo sentirte. Y no creas que siempre es así. Simplemente creo que tú y yo tenemos una conexión. Y te parecerá tonto. Pero la siento. Es como si estuviéramos de alguna manera ligados. Tú y yo.
—¿Así como de otra vida? ¿o eso de las almas gemelas?, yo no creo en esas tonterías Jin.
—Tal vez. Puedes no creer. Yo tampoco estoy seguro, pero tú y yo debíamos conocernos. Encontrarnos. Lo siento así.
Siguieron caminando un buen rato en silencio. Seokjin le pidió a Jungkook que mirara los detalles del paisaje. Los colores de las hojas, de la tierra. Que escuchara atentamente los sonidos. Él le hizo caso y de pronto sintió como sus sentidos se abrían. Como el paisaje adquiría otra forma a sus ojos. Las personas, los árboles, incluso el ruido armonioso de sus pies mientras caminaba por la tierra un poco húmeda. Incluso sonrió cuando vio la nariz de Jin un poco rojiza por la brisa fresca. Era hermoso. Realmente bello. Y la belleza de todo aquello lo hizo sentir pleno como nunca y miles de ideas y sonidos llegaron a su mente. Era como si por primera vez aprendiera a ver y escuchar.
—¿Cuándo descubriste esto? Me siento por primera vez abierto a todo el mundo.
—Mi padre murió para salvar mi vida. El accidente me dejó ciego. Durante mi niñez, no me importó. Cuando crecí sí. Odiaba no poder ver. Quería morir. Pero no podía hacerle eso a mi padre. Un día comencé a caminar sin detenerme por un parque cerca de casa. Lloraba desconsoladamente. Había sido un día terrible y alguien me había herido profundamente. En la medida que avanzaba y llenaba mi cabeza con ideas mortales, comencé a sentir sonidos, olores que comenzaron a calmarme. No sé exactamente que fue, pero el llanto disminuyó y mi corazón se calmó. Comprendí que necesitaba esta conexión para no sentirme triste y dejar la autocompasión. Estaba ciego y no podía hacer nada contra eso. Pero sí, podía decidir cómo quería vivir mi vida y cómo quería que los demás me vieran. Desde entonces, no dejo de pasear. ¿loco no?
Jungkook quería saber más. ¿Había sufrido mucho Jin? Ahora se veía tan feliz y satisfecho. Pero claro, nunca las cosas eran tan fáciles, para nadie. El mismo había tenido una adolescencia difícil. Solitaria. Había llegado a Seúl con quince años apenas. Era el más pequeño de los trainee. Namjoon y Hoseok lo cuidaron. Lo criaron prácticamente. Era un niño tímido y retraído que sólo quería cantar. Apenas sabía demostrar sus emociones.
—Creo que hoy es suficiente de caminata. Vamos JK. Es hora del café. Te llevaré a la cafetería donde voy todos los días.
Jungkook estaba contento. Seokjin era un hombre dulce y con una profundidad que no conocía. La gente los miraba un poco asombrada. Imaginaba que resulta curioso ver a un ciego, vestido con colores incombinables caminar junto a un chico que apenas se le veían los ojos. Aun así, nadie lo había reconocido. Chen caminaba a una distancia prudente.
Llegaron al fin a una cuadra del condominio. En una esquina había una cafetería. Jungkook tampoco se había fijado en ella.
Seokjin, por su parte sentía su corazón acelerado. Había meditado mucho la noche anterior, en su cama, luego de despedirse de Jungkook, con un simple "Buenas noches".
Cuando se dio cuenta que lo había herido allá en el gimnasio, su corazón simplemente se rompió. "El niño" como tan tiernamente lo había llamado Jimin, estaba llorando y era toda su culpa. Porque tal vez, sin querer había herido su orgullo de cantante, cuando le dijo que no cantaba con emoción. Porque lo había hecho esperar para una respuesta del Maestro. Y porque ahora le había hablado en forma dura. Entonces lo besó. Porque algo dentro de él, le dijo que un beso podía consolarlo.
Porque seguía sintiendo esa extraña conexión con el cantante. Y entonces pensó ahí en su cama, que tal vez no sólo quería enseñarle a Kook a conectarse y expresar sus emociones, sino que deseaba algo más. Sin embargo, lo asustaba ser egoísta. ¿Estaba bien arrastrar a un chico famoso, exitoso y joven a enamorarse de él? Una ola de inseguridad lo había atacado. Todas esas inseguridades de su juventud aparecieron. ¿No sería injusto para JungKook estar con un hombre defectuoso?, pero había una parte de él, que sabía que lo podía hacer feliz. Que lo quería hacer feliz, en todas las formas posibles. Comprendió que sólo tenía que dejar que las cosas se dieran solas, permitir que Jungkook lo conociera. Tal vez nunca desarrollaría un sentimiento grande, hacia él, aun cuando sabía que la atracción estaba. Esos besos locos decían tanto.
Ahora lo tenía sentado frente a él. Deseaba verlo. Cuando había tocado su rostro, apenas pudo tener una idea. No recordaba mucho como lucían las personas. Apenas un retazo del rostro de su madre y el recuerdo de la sonrisa de su padre. Pero, quería verlo. Todos decían que Jungkook era hermoso. Que sus ojos parecían contener las estrellas del universo.
¿Serían de verdad tan hermosos? Recordaba vagamente haber mirado las estrellas en la playa, la noche antes del accidente junto a su hermano. Unas lucecitas que apenas recordaba en su cabeza. Sólo tenía la literatura, la poesía que hablaban de la belleza de una noche estrellada. ¿Entonces si sus ojos eran así, cuan hermosos serían?
—Que agradable lugar. Me gusta. Ni siquiera he tenido tiempo para ver el barrio—le comentó Jungkook mientras se sacaba su mascarilla y veía a Chen, sentarse en una mesa cercana.
—Sabes que me encanta el té, pero no me resisto al café de aquí. Te advierto eso sí, que la chica que me atiende es tu fan, seguro que gritará cuando te vea.
Efectivamente, al llegar a atender a Seokjin que era su cliente habitual, pegó un grito que seguramente se escuchó en todo Seúl. Luego de las presentaciones de rigor y que Jungkook le prometiera un autógrafo y una foto, ambos pidieron café y un pastel.
—Me gusta que estés aquí conmigo. Este es uno de mis lugares favoritos. Es lindo poder compartirlo contigo. —Seokjin sonrió tímidamente.
—Estoy muy contento que lo hayas compartido conmigo. Es un lugar encantador. Tan encantador como tú.
Las orejas de Seokjin se tiñeron de rojo y aunque siempre tenía una respuesta mordaz para todo, esta vez no pudo decir nada. Simplemente se limitó a sonreír otra vez.
Tal vez no era una locura pensar en ellos juntos. Enamorados. tal vez si era posible ser amado y amar sin pensar en limitaciones, o en lo que los demás pensaran. Ahora estaban ahí tomando café y sólo eran dos buenos amigos, que querían hacer el mejor álbum de la historia.
Jungkook lo miraba y de pronto, le quitó los lentes, ante la sorpresa de Seokjin. No le gustaba estar sin ellos. Pensaba que la gente se incomodaba si veía sus ojos sin vida.
—No me gusta quitármelos....
—A mi me gusta ver tus ojos. Son lindos.
—No sirven de nada.
—No digas eso. Sirven para complementar tu hermoso rostro Seokjin. Puede que estén apagados, pero, aun así, son preciosos y quiero verlos, justo ahora tomando un café, junto a ti.
El corazón de Seokjin saltó y las "cositas" de su estomago bailaron alegres. Jungkook era un romántico como él y eso lo llenaba de esperanzas. Sí tal vez sí podía pensar en un futuro juntos.
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