veintiocho.
Por fin entraría a la universidad, sus padres aún estaban enojados con ella y ni hablar de su abuelo, que desde que ella se había negado a ir hasta el extranjero para estudiar, parecía que la odiaba con todo su ser.
—¿Estarás bien siendo una universitaria?— Preguntó Amelia desde la orilla de la cama. El pequeño bebé descansaba plácidamente, sin preocupación alguna.
—Por supuesto, me las arreglaré.— Contestó la menor con media sonrisa. Su hermana asintió.
—Me voy a mudar pronto, Minho dijo que encontró un buen lugar para nosotros.— Comentó la chica feliz, parecía tan cansada, claro, apenas y tenía tiempo para dormir.
—Me alegro que las cosas estén yendo bien.
La puerta de abrió, su madre entró con unos cuantos biberones, Areum apartó su mirada de ella y en cambio la dirigió hacia el bebé. Amelia se sentó correctamente, esperando que su madre hablara.
—La tía Min te mando unos cuantos regalos para... tu hijo. Deberías ir a recogerlos, están abajo.
La mujer dejó las cosas sobre la cama y dándole una última mirada a su hija mayor, salió. Amelia suspiro apenas salió de la habitación y miro a su hermana.
—No importa que, Areum. Yo creo que hiciste lo correcto.— Ánimo la chica con media sonrisa.— Debes admitir que esto es mucho mejor que estar en el extranjero, solo porque tu familia así lo quería.
Areum asintió levemente, queriendo dejar el tema de lado. Era cierto, estaba segura que de haberse ido al extranjero, estaría muy arrepentida.
Salió de la habitación después de despedirse de su hermana. Miro su teléfono dándose cuenta que tenía unos cuantos mensajes de Jisung, diciéndole que por fin había regresado a Seúl.
—Es tu hija también, deberías de haber echo un mejor trabajo.— Escuchó la voz de su padre desde la planta de abajo. Areum se asomo un poco, viendo solamente las sombras de sus padres que se reflejaban en el pasillo.
—¿Yo? Pensé que la estaba educando bien.— Contestó su madre con un bufido.— No importa. Tiene que irse al extranjero, a tu padre no le va a gustar para nada que se quede aquí. Y deberías decirle a Areum que vaya a pedir disculpas, que se arrodille e implore perdón, sino definitivamente la va a desterrar de su herencia.
La chica apretó el aparato entre sus manos. ¿Por que razón debía disculparse? ¿Que culpa tenía ella?
—Tenía grandes expectativas de ella, pero solo has dado a luz a una hija inútil.
Respiro hondo después de escuchar eso, después de todo era cierto. Tenía que admitir que después haber rechazado la propuesta de su abuelo para ir al extranjero, la dejó un poco inquieta, no solo a ella sino también a sus padres; podía notarlo con solo mirarlos.
Sin embargo se le hacía una estupidez tener que disculparse solamente por no querer obedecer a su abuelo, era su vida, y tan solo por una vez quería comenzar a tomar sus propias decisiones.
Miro hacia su habitación, la puerta estaba entre abierta y se podía apreciar el maletín de su violín. Había dejado de tocarlo desde hace ya un tiempo, y aunque la había echo sentir menos sofocada, debía admitir que aveces la ayudaba a escapar un rato de la realidad.
Su teléfono vibró en sus manos, asustándola un poco. Limpio sus mejillas, había comenzado a llorar sin siquiera darse cuenta, pero no era propio de ella, así que las lamí pío agresivamente, tratando de eliminar todo rastro de ellas.
hyunjin:
veámonos un momento ¿si?
areum:
¿Y felix?
hyunjin:
No, solo tú y yo.
areum:
Bien.
Estaba oscuro y hacía frío, aún así. Areum logró escaparse de casa para ir al lugar acordado con Hyunjin. Al llegar lo vio, sentando en la acera, mirando el piso mientras sus dedos trazaban algo en la tierra, distraídamente.
Areum se acercó a él, sentándose a su lado sin decir una sola palabra. Realmente estaba curiosa por saber porque Hyunjin la había citado a esa hora. El chico la miro y sonrió de lado.
—Debiste peinarte.— Se burló, el cabello de Areum estaba siendo algo molesto por culpa del viento, la chica se mofó y trato de apartar el cabello de su rostro.
—Ah, hace frío. ¿Que querías decirme?— Preguntó. Hyunjin guardó silencio, debía armarse de valor, ella ya estaba frente a él.— ¿Hyunjin?
—Del uno al diez, ¿que tanto te gusta Felix?
Aquello sorprendió a Areum, quien se quedó completamente muda, esperando no haber escuchado otra cosa. Hyunjin ya estaba avergonzado, pero no quería demostrarlo.
—¿Por que...?
—Por que parecer que para ti, todo gira entorno a él.
—Eso no es cierto.— Intento negar la chica, pero ambos sabían que si lo era. Hyunjin suspiro y la miro.
—¿Tanto te gusta?
—Hyunjin, basta. Si solo querías preguntarme eso, creo que la respuesta es obvia.
El chico no hizo reacción alguna, hasta que pasaron unos segundos, rió amargamente y negó. Por supuesto que ya se lo esperaba, y se sentía patético por esperar una respuesta diferente.
—Tonta.
Areum lo ignoro, hasta ella sabía que estaba siendo tonta, pero en lo profundo de su ser se repetía que había posibilidades con Felix. Patética.
—¿Solo era eso?— Hyunjin no respondió y Areum ya se sentía de mal humor, se levantó dispuesta a irse pero la voz de Hyunjin la detuvo.
—¿No puedes dejarlo?
No.
Fue lo primero que pensó Areum, pero no se atrevió a contestar en voz alta. El chico se levantó de su lugar, yendo hasta ella. Se estaba acercando tanto que estaba poniendo nerviosa a Areum.
—¿Por que?— Se atrevió a preguntar la chica. Hyunjin la miraba, examinándola, intentando buscar las palabras, sin embargo no pudo decir nada más. Areum quiso llamarlo para que contestara, y finalmente lo hizo, y las palabras que salieron por sus labios le helaron la sangre. Entonces Hyunjin sonrió de lado.
—Realmente quiero besarte, Jung Areum.
Había vuelto y después me fui, otra vez JAJAJAJA perdóneme 😔.
Pero bueno, aquí de nuevo, espero que les haya gustado, espero ver sus comentarios, y espero que hayan sido de su agrado, disculpen si hay algún error.
Regrese aunque quede muerta con God's Menu, tremendo arte que nos dejaron los chicos ❤️.
Pues hasta aquí todo, gracias por leer. Actualizare lo más pronto que puedo, lo prometo.
¡Nos leemos!
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