treinta y dos.
Las clases por fin se terminaron. Hyunjin estiró sus extremidades mientras salía acompañado de Félix y Jisung.
—¿Te vas a casa?— Pregunto al rubio. Felix miro el reloj en su muñeca y negó.
—Haeri y yo iremos a la biblioteca.— Contesto acomodando su mochila.— No hay nada para comer en casa, pásate por la tienda y compra algo solo para ti. Nos vemos, chicos.
Ambos se despidieron del rubio y lo vieron encaminarse hacia su novia.
Jisung también se despidió de él con la excusa de que debía llegar a casa temprano pues sus padres lo estaban esperando.
Hyunjin parpadeo varias veces cuando cruzó miradas con Hyomin, la chica lo miraba con resentimiento. Hyunjin la miro sin saber cómo responder a eso y simplemente se encogió de hombros para seguir con su camino.
Pero se detuvo, se estaba olvidando de algo. Miro a su alrededor, si, definitivamente algo faltaba.
—Debería renunciar a la carrera, de todos modos la empresa de mi padre es muy pequeña aún...
¡Ah, Jung Areum!
Hyunjin la buscó con la mirada pero la chica no aparecía en su campo de visión, ¿se habrá ido temprano y Felix olvido decirlo?
No, eso era imposible.
Trato de llamarla, pero al parecer su teléfono estaba apagado. Hyunjin abultó sus labios mientras pensaba en donde podría estar. Tal vez debería ir a preguntarle a Félix.
Camino hasta la biblioteca de la universidad, y al entrar al instante pudo ver a Félix con su novia.
—¡Felix!— Exclamó desde lejos. La bibliotecaria lo miro mal e hizo un "Shh" mientras ponía un dedo sobre sus labios. Hyunjin se disculpó por haber olvidado que estaba en la biblioteca y de puntitas camino hasta ellos, Felix lo miraba confundido.
—¿Que haces aquí?— Pregunto en un tono de voz normal.
—¿Donde está Areum?— Susurro.
Felix de nuevo pareció confundido.
—Dijo que se sentía mal así que se retiró temprano...
—¿Y por que su teléfono esta apagado?— Cuestionó señalando su propio teléfono.
—No lo sé, Hyunjin, no lo sé.— Masculló el rubio. Haeri se mantenía en silencio mientras los miraba a ambos discutir silenciosamente.—Espera, hablemos afuera.
Ambos salieron de la biblioteca donde por fin pudieron hablar normal.
—¿Por que no me dijiste que se había ido? ¿Y por que apagaría su teléfono?
Felix no contesto a eso, en cambio tomó su teléfono y marcó el número de la chica, como había dicho Hyunjin, al parecer el teléfono estaba apagado. Hyunjin se mordió las uñas con angustia.
—Tal vez ya este en casa.— Trato de tranquilizarlo Felix. Cierto, tal vez esté en casa.
—¿Y si no?
—Por Dios, Hyunjin. Seguro te llamará más tarde sino intenta llamarla, pero estoy seguro que Areum está bien. Ahora vete a casa.
Felix empujó a Hyunjin para que este se fuera de una vez por todas y a regañadientes el otro chico hizo caso.
Mientras caminaba a casa no podía parar de pensar en el peor de los casos. Su estomago rugió y se desvió del camino para llegar a la tienda y comprar algo para la cena.
Accidentalmente miro dentro de un callejón, un silueta algo familiar llamó su atención. Con pasos pequeños y curiosos se adentró al callejón.
Como lo supuso, Areum estaba ahí, de cuclillas mientras admiraba a aquel felino comer de las croquetas le había brindado.
—¿Areum?
La chica se giró a él. Hyunjin se acercó a ella y a pesar de que estaba algo oscuro podía notar como los ojos de la chica estaba rojos.
—Oh, hola.— Saludo volviendo su mirada al gato.
—¿Por que estás aquí? ¿Sabes lo peligroso que es?— Cuestionó angustiado.— Vamos te llevare a casa.— La tomó de la muñeca y tratado de jalarla con él, pero Areum se soltó un tanto brusca. El chico la miro sin entender.— ¿Que pasa?
Pasa que no tengo una casa ahora.
Pensó mirando a aquel lindo gato. Sus ojos volvieron a cristalizarse sólo de pensar que tendría que pasar la noche en las oscuras calles.
—Areum.
No seas tan orgullosa y pide ayuda.
Debería, por lo menos por esta noche. Hyunjin esperaba por una respuesta, y la chica lo miro con los ojos cristalizados.
—Hyunjin, ¿puedes ayudarme?
(...)
—¿Felix estará bien con esto?— Pregunto después de entrar. Hyunjin soltó una pequeña risa.
—¡Por supuesto! No le molestará para nada.
No había tenido más remedio que contarle todo. Hyunjin tuvo todo tipo de reacciones, maldiciendo a su abuelo e incluso a sus padres, llorando con ella, entonces no mentía cuando dijo que era muy sentimental.
Areum se sintió feliz de tener a alguien en quien podía confiar, alguien que estuviera para ella cuando necesitara desahogarse.
Estaba agradecida con Hyunjin y se repetía que había sido una completa idiota por haberlo tratado tan mal desde un principio.
—¿Tienes hambre?
—Uh, no, estoy bien, gracias.— Hyunjin chasqueo su lengua y negó.
—Ey, no me mientas, apenas y comiste en todo el día.
El apetito se le había quitado, tenía cosas más importantes en que pensar que en la comida. Pero ahora, que parecía todo estaba arreglado, su estómago rugió levemente, pero logró escucharse dado a que no había mucho sonido alrededor. Sus mejillas se encendieron y apretó su estómago con vergüenza.
Hyunjin solo pudo sonreír enternecido, Areum tímida era lo mejor a sus ojos.
Era mejor que verla ocultarse detrás de ese caparazón, actuando como una persona fría, entonces pensó que era lo que algunas personas hacían para no resultar lastimadas, y Areum podría ser una de ellas.
El chico se dedicó a preparar la cena mientras por el rabillo del ojo la seguía. Areum parecía curiosa por mirar a su alrededor, sin embargo permanecía quieta en el sofá, mirando solo a los lados.
Hyunjin se distrajo un poco y casi se rebana un dedo, la sangre se le heló al sentir el filó del cuchillo rozan con su dedo.
La sangre comenzó a salir por la pequeña rajada y rápidamente soltó un chillido. Areum se levantó exaltada, Hyunjin estaba pálido y lloriqueando.
—¿Que ocurre?— Se acercó a él, vio la pequeña mancha de sangre que goteaba de su dedo. Pero era una mínima cortada, la chica borró su expresión de preocupación y lo miro negando.— Eres tan dramático, Hwang.— Tomó su muñeca y lo dirigió al lavaplatos, abriendo la llave y metiendo su dedo dentro del chorro de agua. Hyunjin mordió su labio al sentir el ardor.
—Pero duele. Se que soporte una golpiza, pero nada atravesó mi cuerpo, por Dios, que dolor.
Areum no pudo evitar reír un poco al escucharlo.
Pero su sonrisa se borró al instante y lo miro, Hyunjin parecía concentrando en su herido dedo debajo del agua, pero Areum no pudo evitar preguntar si estaba bien estando solo.
—Hyunjin...— Lo llamó casi en un susurro. Hyunjin la miro esperando a que continuara.— ¿Estas bien? Quiero decir, vivías solo...
El chico pareció un poco sorprendido al principio pero después puso una mueca y cerró el grifo.
—¿Vivir solo?— Frunció su ceño. Claro, Areum no sabía nada acerca de su tío, solo había logrado contarle a Félix.— En realidad no vivía solo, solía vivir con mi tío.— Areum abrió su boca sorprendida. Y Hyunjin solo atinó a encontrarse hombros.— Bueno, supongo que podría estar en cualquier lugar. Bien.
Cierto, era lo que quería creer, que su tío podría estar en cualquier lugar, estando completamente bien. Pero se negaba a creer que estaba en otra vida.
Areum pudo ver sus lágrimas en las esquinas de sus ojos, y se sintió un poco incómoda y culpable por sacar el tema a flote. Hyunjin sorbió su nariz y sonrió.
—Deberíamos cenar ya.
Hyunjin pasó de ella directamente a la olla y Areum solo lo siguió con la mirada.
En un momento así desearía tener el don de consolar a las personas, pero no era realmente buena en eso. O tal vez solo debería disculparse.
—Cenemos, y no volvamos a mencionar eso ¿si?— Le tono de Hyunjin era frío, incluso mientras ponía la mesa, su mirada estaba fija en algún punto, sin expresión.
—Claro, lo siento.
Ambos se sentaron en la mesa y comenzaron a comer en silencio, una notable tensión caí sobre ellos, tan sofocante que cuando escucharon la puerta abrieras los dos miraron en aquella dirección.
—Huele bien, ¿dejaste algo para mi...?— Mientras hablabas se dirigía a la cocina, se quedó quieto cuando vio no solo una sino dos personas en el comedor.— ¿Areum?
—Hola, Felix.— Saludo con vergüenza mientras dejaba los palillos de lado.
—No quiero sonar grosero pero, ¿Que haces aquí? Es tarde, deberías estar en casa...— Ni siquiera dejo que Areum contestara cuando abrió su boca sorprendido.— ¡No me digas que te pasó algo de camino a casa y Hyunjin te salvo! ¡Aún así tenías que llevarla a casa a salvo!— Exclamó reprendiendo a Hyunjin, este frunció su ceño.
—No, no es nada de eso.— Areum estaba tan avergonzada que apenas y podía mirarlo.— Félix, en realidad, ¿puedo pedirte un favor?
El rubio asintió eufórico y rápidamente se sentó junto a ella para escucharla.
Era ahora o nunca.
(...)
—Realmente no es gran cosa como tú casa, pero es bueno para pasar la noche.— Dijo el chico recogiendo algunas cosas del piso.— Y lo siento por el desorden.— Añadió con vergüenza mientras lanzaba todo dentro del armario.
—Está bien, agradezco mucho que hagas esto por mi.— Se inclinó, Félix la tomó rápidamente de los hombros y negó con una sonrisa.
—No es nada, amigos son amigos. Puedes pedirme cualquier cosa.
De alguna manera eso la lastimo un poco, sonrió un poco y miro a Hyunjin quien estaba recargado en el marco de la puerta.
—Iré a dormir a la habitación de Hyunjin, y puede ponerte eso para dormir, mañana iremos a la escuela juntos, ¿no es emocionante?
—En realidad no...— Hyunjin se dio la vuelta y se retiró. Felix miro extrañado a Areum y esta solo le sonrió un poco.
—¿Volvieron a discutir?
—No, nada de eso.
Félix se quedó pensativo un rato, pero después reaccionó.
—Oh lo siento, debes estar cansada. Te dejo descansar. Buenas noches.
—Buenas noches, y gracias.
Felix le sonrió antes de cerrar la puerta. Areum volvió a su mueca triste, se sentía deprimida por el hecho de que sus padres hayan tenido el valor de echarla de casa. Su cabeza dolía de tanto llorar, era cierto que se había pasado el día llorando, pero no podo dejar que nadie se diera cuenta. Aunque no les explico detalladamente la situación a los chicos, agradeció tanto que ellos la ayudaran aún así.
Las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, era cierto, ¿por que tenía que sufrir esa presión? ¿Echarla de casa? Era simplemente absurdo.
Cubrió su boca para evitar que los sollozos salieran y cerró sus ojos fuertemente, la presión en su pecho la estaba atacando al punto de no dejarla respirar. Mientras ella se repetía que era una tonta por haberse dejado manipular por tanto tiempo, siendo chantajeada por sus propios padres. Le dolía tanto ver el pasado, esa no era ella, la chica del pasado solo era Jung Areum, la hija ideal que sus padres diseñaron y manejaron a su antojo.
Se había perdido a su misma, morándose ahora no podía reconocerse.
Tendría que volver a buscarse.
Bueno, bueno, estoy aquí otra vez, aprovechando que la inspiración me llegó. Espero que hayan tenido una feliz navidad y una buen comienzo de año, vi los comentarios del otro capítulo y no puedo creer qué hay tantas personas que leen esto de tantos lugares, de verdad no lo esperaba. Como siempre saben lo que agradecida que estoy por el apoyo que ha estado recibiendo esta historia, y sus comentarios y votos me motivan a seguir escribiendo de verdad se los agradezco muchísimo.
Realmente espero que hayan disfrutado estos capítulos, seguiré actualizado cuando pueda, y de nuevo ¡muchas gracias!
Cuídense mucho, por favor traten de estar en casa lo más que puedan, y cárguense su gel antibacterial a donde quiera que vayan 😎.
Nos leemos pronto.
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