treinta y cinco.


Todo fue como en cámara lenta, Jisung apretando el botón de la cámara mientras su boca estaba tan abierta, Felix apenas podía creer lo que había presenciado, dejó caer ambos brazos a los costados de su cuerpo, atónito.

Las personas a su alrededor aplaudían a la pareja, haciendo bullicio.

Hyunjin quería esconderse debajo de una piedra y no salir jamás después de separarse. Incluso vaciló en abrir los ojos, sentía el rostro tan caliente que no dudaría que ya estuviera rojo.

—¡Si, felicidades a la pareja!— Grito Jisung tratando de animar el ambiente entre sus amigos, las personas lo apoyaron aplaudiendo más fuerte.
Areum miraba a Hyunjin sin saber como reaccionar, sus mejillas estaban igual de rojas que las de él. Apartó su mirada de Hyunjin y apartó sus manos de ella.

—Areum...— Intentó detenerla. Areum lo ignoro, realmente estaba sorprendida y no podía mirarlo a los ojos, no ahora.
Felix la siguió con la mirada, tratando de ir detrás de ella, afortunadamente Jisung se dio cuenta y lo detuvo antes de que eso sucediera, negando.
Ambos miraron a Hyunjin esperando que hiciera algo al respecto, pero él solo se quedó en el mismo sitio, con el cabello revoloteando gracias al viento.

¿Había echo mal?
Quería contestarse a si mismo diciendo un 'no', pero el pecho le punzaba solo ver a Areum reaccionar de esa manera, pero sinceramente, ¿que esperaba? Ella no iba a besarlo de vuelta, era obvio que se enojaría con él.

Dirigió su mirada a Félix, este tenía las cejas fruncidas y parecía levemente preocupado, mirando la dirección en la que Areum había desaparecido. Cierto, después de todo mientras él estuviera ahí, Areum nunca cedería.
Sonrió sarcásticamente, sintiendo tan idiota, debía admitir que actuó por impulso, pero ya había pasado y no hay nada que pudiera hacer.

—Discúlpate con ella.— Felix llegó hasta él. Hyunjin arqueó sus cejas, luciendo confundido.— ¿Por que lo hiciste? ¿Y por que aquí?— Cuestionó.

—¿Estas molesto?— No pudo evitar burlarse, Felix entrecerró sus ojos y se acercó aún más.— ¿Que te tiene tan molesto, Felix?

El rubio apretó su mandíbula, sin embargo uno hubo una respuesta pronta. Se miraron unos segundos y después este apartó su mirada riendo de manera sarcástica.

—¿Parezco molesto? Debiste ver a Areum.

La mirada de ambos estaba encendida en llamas, incluso parecían dispuesto a irse a los golpes si alguno hacía un movimiento, el enojo de ambos no era una broma, por eso Jisung trató de aligerar la tensión.

—Chicos, basta. No es momento, mejor busquemos a Areum.

Felix le dio una última mirada a Hyunjin antes de girarse e ir en busca de la chica. Las personas alrededor no dejaban de murmurar, y él ni siquiera se había dado cuenta. La primera cosa mal, Areum definitivamente odiaba cuando toda la atención estaba sobre ella, y fue lo qué pasó.

Jisung palmeó su espalda y apretó sus labios, siguiendo a Félix.

Hyunjin solo pudo soltar un suspiro. ¿Todo había terminado?

[...]

Ese mismo día, Felix y Areum regresaron por separado, dejando a Hyunjin y Jisung aparte.
Ya tenía varios días que no hablaba con ella, y solo lo evitaba, en la universidad, en la cafetería, en cualquier lugar donde se encontraran, Areum siempre huía de él.

Felix tampoco volvió a actuar igual, lo miraba con el mismo semblante serio, Hyunjin tampoco estaba interesado en cruzar palabras con él, así que dejaron de hablar. En cambio Jisung seguía como si nada, aunque era incómodo, nunca se apartó de ninguno, el pobre casi tenía que partirse en dos, una para estar con Areum y otra para estar con Hyunjin.

—La estás pasando muy mal.— Jisung chasqueo su lengua apenas lo vio. Hyunjin se veía desanimado, y se podía ver claramente que no había estado durmiendo bien.

—La conciencia me carcome.— Admitió con la mirada perdida.— ¿Que debo hacer para que deje de evitarme?

Jisung lo miro con los labios fruncidos, estos días había estado hablando con Areum, sin embargo nunca tocaron el tema del beso, no quería ponerla incómoda.

—No lo sé, amigo, no lo sé.— Negó varias veces. Hyunjin suspiro de nuevo, últimamente lo hacía mucho. Golpeó la mesa con las palmas de sus manos y se impulsó hacia arriba.

—Necesito fumar.

—¿Ahora?— Pregunto Jisung sorprendido.— Pensé que lo habías dejado.

—Realmente no, es difícil.— Respondió tomando su mochila.— Nos vemos.

Camino lentamente hacia el patio central, acerca de dejarlo, lo había intentado, pero se había vuelto un reto, Areum le había puesto una sanción cada vez que fumara un cigarrillo; tenía que pagarle.
No iba a mentir, Areum lo había descubierto varías veces, y su billetera terminó casi vacía por eso, la chica lo había estado guardando en un frasco, el cual ya iba por la mitad. Por eso, después había estado haciéndolo en secreto, temía por su economía. Afortunadamente, no lo había descubierto desde entonces.

Sonrió inconscientemente al recordar a Areum extendiendo su palma hacia él, exigiendo el dinero y después dándole un sermón. Era como una madre regañona.

Por fin encontró un pequeño espacio entre dos edificios, en el cual parecía el punto ciego de varios maestros. Las cosas cambiaban, por supuesto, una vez que vas a la universidad todo lo que hagas corre por tu cuenta, ningún maestro va a estar detrás de ti para decirte que hacer, lo que era entendible, ya no eran niños.

Encendió el cigarrillo antes de entrar al pequeño callejón que se formaba. Detuvo su paso al ver que no era el único.
Una chica de cabellera rojiza lo miro mientras entre sus dedos sujetaba un cigarrillo.
Se miraron por un segundo, pero Hyunjin fue el primero en apartarla, tratando de ignorarla y poder terminar su cigarrillo.
El silencio de formo entre ambos, solo podían escuchar el ruido externo, y el humo revoloteando entre los dos.

La pesada mirada de la chica estaba sobre él, y lo hacía sentir un poco incómodo. Giró su cabeza hacia ella, devolviéndole la mirada.

—Tu debes ser Hwang Hyunjin, de primero.

Hyunjin frunció sus cejas y alejó el cigarrillo de sus labios, mirándola confundido.

—¿Me conoces?— Le pregunto señalándose a si mismo.

—Claro, estas entre los mejores rostros de la universidad, tú y ese chico... ¿Jisung?— Se preguntó a si misma lo último poniendo un dedo sobre su mentón.— Debe ser cierto que la gente guapa solo se junta con gente guapa.— Sonrió de lado.

Estaba tratando de entender toda la situación, él solo quería fumar tranquilamente, ¿por que esta chica estaba hablándole de repente? ¿Y los mejores rostros? ¿Que es esa bobada?

El chico solo pudo asentir levemente, luciendo tranquilo, aunque por dentro realmente había logrado emocionarse, es decir, estaba entre los mejores rostros.
La pelirroja soltó una risita y se acercó a él, quedando a su lado.

—Soy Jangmi, y estoy en tercer año de derecho.— Inclinó su cabeza y extendió su mano esperando que Hyunjin la estrechara con la suya.

—Ah, así que es mayor.— Hizo una leve reverencia mientras estrechaba sus manos con respeto.— Perdone, no lo sabía.— Se disculpó, la chica sonrió, Hyunjin le parecía tan tierno que no quería despegarse de él.

—Deja el lenguaje formal, y seamos amigos.

No había podido evitar sorprenderse ante lo directa que era. Hyunjin lo pensó un momento, pero al final acepto, no le vendría mal tener de amigo a alguien mayor, especialmente si este era de la misma carrera, podía aprender mucho de ella.

—Bien Hyunjin, ya que ahora somos amigos, invítame a comer la próxima vez.— Tiro la colilla del cigarrillo y le guiño un ojo antes de irse. Después de eso, siguió con lo suyo, encendió otro cigarrillo y se recargó en la pared mirando el cielo que se podía ver entre el espacio de los dos edificios.

Escucho unos pasos, y por un momento pensó que se trataba de aquella pelirroja, pero al mirar en aquella dirección, solo pudo ver a Areum.
Mal momento, rápidamente se incorporó y miró el cigarrillo entre sus dedos, para tirarlo con rapidez.

—Lo sabía, me has estado engañando todo este tiempo, ¿verdad?— Entrecerró sus ojos, molesta. Hyunjin abrió su boca, pero no podía formar una oración coherente.

—¿Que?

—Fumabas a escondidas de mi.— Contestó cruzando sus brazos. Ahí estaba de nuevo, la Areum que se comportaba como una madre sin llegar a serlo completamente, lo hacía sentir bien, lo hacía sentir que se preocupaba por él.

Hyunjin fingió frustración y peinó su cabello hacia atrás.

—Me atrapaste.— Sonrió como un niño pequeño. Areum se acercó a él y lo pateo, Hyunjin rápidamente comenzó a quejarse de dolor mientras sujetaba su tobillo.— ¿Me estás golpeando por esto, Jung Areum?

—En realidad no.— La chica extendió su mano, y Hyunjin supo lo que significaba, saco su billetera y unos cuantos billetes de esta, poniéndolos en la mano de la castaña.— Te golpeó por besarme...

Hyunjin rascó su nuca con vergüenza, y estuvo apunto de disculparse.

—La próxima vez, avísame, tonto.— Añadió con las mejillas rojas. Hyunjin inmediatamente abrió sus ojos.

—¿La próxima vez?— ¿Había escuchando bien acaso? Ella realmente dijo eso, ella en serio lo dijo. Gritó internamente y mordió su labio inferior, emocionado.— ¿La próxima vez?— Repitió en un tono tímido, casi atontado, sus dedos picaron el brazo de Areum. Parecía un completo tonto.

Areum lo miro rodando sus ojos, ignorando su corazón que latía como loco, a causa de un tonto.

—Lamentó haber reaccionado así, es solo que me sorprendió.— Admitió.— Las cosas están confusas ahora, por tu culpa.

Hyunjin no pudo evitar sonreír, quería abrazarla y besarle toda la cara, era tan tierna con la cara roja.

—¿Estas confundida, Areum?— Preguntó inclinando su cabeza, mirándola fijamente.— ¿Estas diciéndome que Felix ya no es todo para ti?

La chica tardó en responder, si, era cierto, ya no había pensado mucho en Felix últimamente, y no sabía si lo era porque las cosas con Hyunjin se habían puesto tensas y lo había extrañado, o simplemente dejó de gustarle un poco. Era eso cuando quería decir que estaba confundida.

—No lo sé.— Murmuro con la mirada baja.

—Dame una oportunidad, seré bueno contigo.— Hablo después de que un silencio se formara entre los dos. Areum lo miro, ver a Hyunjin hablando de esa manera le hacía recordar al mismo Hyunjin que la invito al baile.— En verdad me gustas, Areum, lo juro por Dios.

La mano de Hyunjin acarició la mejilla de Areum, esperando por una respuesta, e iba entender si no le respondía en ese mismo momento, incluso estaba dispuesto a darle tiempo para pensarlo. Pero el que le dijera que había comenzado a confundirse por su culpa, le había dado algo de impulso.

Areum solo pudo sonreír levemente.

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