trece.
Sus pesados y desanimados pasos se hacían notar, aunque ya nadie la veía; todo estaba completamente vacío. Habían terminando de decorar hace más de tres horas, y había aprovechado para practicar un poco después de que todos se fueron. El sonido hueco de sus zapatos chocar contra el piso resonaba por los pasillos, y un silencio como si se tratase de una película de terror. Lo único que deseaba era llegar a casa y dormir con tranquilidad, no había tenido un buen día. Fuera de la escuela encontró a Hyunjin, recargado en una de las paredes completamente solo, el humo salía de sus labios y era más que obvio que estaba fumando, con un resoplido la chica dudo si acercarse, lo que fue en vano, ya que Hyunjin la notó primero, con un movimiento tiro el cigarrillo y lo piso.
—No sabía que aún seguías aquí.— Comentó la chica en un tono bajito, casi inaudible. Hyunjin entrecerró sus ojos y rascó su nuca, como si estuviera pensando en una excusa o estuviera apenado.
—Estaba esperándote.
—Mientras fumabas.— Areum finalmente lo miro a los ojos, claro que estaba molesta con Hyunjin, realmente no le gustaba verlo fumar, para nada. Hyunjin soltó un resoplido.
—No esperaba que me vieras.— Contesto sinceramente.— No me gusta que me veas fumar.
—Entonces no lo hagas.
—Sabes que no es fácil dejar algo que te gusta.— Le dijo el tomando sus cosas. Areum guardó silencio, tenía razón, sabía que esa indirecta iba para ella.— Vamos.— Trató de tomar la mochila de la chica pero esta se alejó bruscamente, como si tocarla fuera a quemarse.
—Puedo irme sola.— Su voz sonó temblorosa, y se odio. Ni siquiera sabía el por qué de su repentina actitud, tal vez era solo por que estaba de malhumor, por que hace algunas horas estaban bien, incluso había aceptado ir al baile con él. O era por que todo lo que decía Hyunjin era cierto, pero no quería aceptarlo, tenía demasiado orgullo para aceptar tal cosa. Hyunjin pareció dolido ante la reacción de la chica, solo alejó su mano lentamente mirándola fijamente, como si con eso supiera la razón.
—Como quieras.— Se encogió de hombros y se dio la vuelta. Areum lo vio alejarse, sus ojos se cristalizaron y dio gracias a Dios que Hyunjin no se diera la vuelta y siguiera su camino.
Con las piernas temblorosas camino hasta casa, el camino se le hizo eterno, pero no paro.
Cuando llegó a casa por suerte, la lluvia comenzó a caer, las gotas de estrellaban contra su ventana, ella solo estaba hecha ovillo en su cama mientras miraba la televisión, su celular sonó avisando que tenía un mensaje, lo tomó.
felix:
Hola, Areum
3:49 pm
¿Crees que podamos vernos hoy? Creo que necesito algunas tutorías de Matemáticas
3:49 pm
Lo siento, Felix, hoy no puedo.
3:55 pm
¿Te parece el próximo sábado?
3:56 pm
felix:
Claro, cuando puedas
4:01 pm
No es tan urgente después de todo
4:02 pm
Bien, nos vemos.
4:03 pm
Sin esperar más después, dejó su teléfono en la mesita de noche y cerró sus ojos tratando de dormir. Se sentía inquieta, como si algo no la dejara en paz, puso una almohada en su rostro y gritó con todas sus fuerzas.
Debía disculparse con Hyunjin, se enojó sin razón alguna, y no era justo.
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