ocho.



Soltó un suspiro frustrada mientras rodaba en su cama, miro el reloj de su mesita: 3:40 am.

Hizo una mueca y se colocó la cobija hasta la cabeza mientras se abstenía a soltar un grito de desesperación, se levantó de su cama yendo al baño y mirando su reflejo. Tenía mucho que pensar en cuanto a Hyunjin ¿a que se refería con ese "por ahora" que el había dicho? ¿Estaba confirmando algo?

La puerta de su habitación se abrió lentamente, lo que la asustó, pero al ver el rostro de Amelia asomarse se tranquilizó. Su hermana entró con una almohada y su abultado vientre a la habitación.

—¿No puedes dormir tampoco?— Pregunto su hermana sentándose en el borde de la cama mientras la miraba en la puerta del baño. Areum negó y apagó la luz yendo hacia ella.— Tengo un poco de malestares, y mi espalda duele, ¿por que los hombres no sufren esto?— Se quejó acariciando su vientre, Areum rió y se recostó junto a ella.

—Aveces la vida es tan injusta.— Comentó mirando el techo, Amelia hizo un sonido con la garganta afirmando.

—Que descanses.

Se recargó en la puertecita de su casillero, siguiendo con la mirada al chico de pecas. Este la miro por un segundo dándole una linda sonrisa que la hizo sonreír nerviosa y que sus mejillas se coloraran. Felix agitó su mano en forma de saludo y siguió su camino. Parecía que llevaba prisa.

Hyunjin apareció en su campo de visión con el mismo uniforme que Felix, tal vez tuvieron práctica. Su cabello mojado se pegaba a su frente sudada, solo hizo falta agitar un poco su negro cabello para que tuviera la atención de todos, no, con solo pisar el pasillo, el ya tenía la atención de todos. Se sonrojó un poco por lo de la noche anterior, se dio la vuelta volviendo a abrir su casillero, no estaba segura si Hyunjin la habría notado, pero ciertamente sintió un poco de molestia al recordar aquello, se sentía un tanto hostigada.

Se asomó un poco, Hyunjin ya no estaba ahí, sino al final del pasillo. Infló sus mejillas y soltó todo el aire, trató de bajar el rubor en sus mejillas y colgó su mochila que descansaba en el piso.

—¡Hola, Areum-ah!— Diablos, casi se olvida de Jisung. El chico apareció en su campo de visión.

—Hola, Jisung.— Saludó cerrando su casillero de nuevo, el chico observó sus movimientos y justo cuando iba a alejarse, Jisung no se movió de su lugar, solo la miraba como si esperara que le dijera algo.— ¿Que?— Pregunto para que Jisung le dijera la razón.

—¿No se te olvida algo?— Pregunto ahora el alzando sus cejas, Areum se quedó pensativa, su mochila, claro que no, sus cuadernos, no, su ensayo...

—¡Ah, si!— Exclamó dando un aplauso, recordando, se dio la vuelta abriendo su casillero, Jisung frunció su ceño.— Mi ensayo, gracias, casi lo olvido.— Sonrió.

—Bueno, de nada. Pero no hablaba de eso.— La detuvo.— La decoración del baile.— Dijo finalmente. Ah si.

—Oh, ya lo recuerdo.— Asintió.— Jisung... ¡fighting!— Con una felicidad fingida se alejó de él caminando a su salón.

Seguía corriendo por todo el campus, los chicos lo seguían desde atrás, unos terminaron por adelantarse. Miro sus zapatos deportivos mientras veía su sombra danzar, el sol era insoportable y solo quería tirarse sobre el césped, que ahora se veía muy apetecible.

—¡Paren!— Grito el entrenador sonando el silbato, Hyunjin no lo pensó dos veces y se tiró al césped, su cabello ya estaba pegado a su frente por culpa del sudor, colocó su brazos sobre sus ojos tratando de estabilizar su respiración, la mitad del equipo se tiró junto a él, mientras la otra mitad se fue a las gradas. Una botella de agua cayó sobre su estómago haciéndolo saltar e incorporarse, Felix le había lanzado la botella. Sin decir nada tomó la botella entre sus manos y quitando la tapa dio un largo trago. El rubio se sentó junto a él, mirando hacia las gradas, donde un grupito de admiradoras gritaban al unísono el nombre de Hyunjin.

—Vaya, y pensar que esas antes eran mis admiradoras.— Bromeó Felix. Hyunjin movió sus hombros con gracia mientras sus mejillas estaban infladas de agua.

—Eso significa que soy mucho más guapo que tú.— Comentó mirando también hacia aquel grupito, quien al ver que la mirada del chico estaba puesta en ellas, rápidamente soltaron un chillido y entre las nueve chicas que estaban ahí comenzaron a debatir sobre a quien había mirado. Su mirada cayó sobre dicha persona que se encontraba con un cuadernillo en sus manos, estaba bastante separada del grupito, y lucia muy concentrada. Hyunjin dibujo un sonrisa de malicia en su rostro y se levantó de golpe, sin decir nada. Se acercó trotando, los chillidos de las chicas fueron incrementando conforme se acercaba y Areum ni en cuenta.

—Así que uno de tus talentos, aparte de tocar el violín, también es dibujar.— Eso sonó más una afirmación, Areum levantó su vista, el solo verla de nuevo lo hizo recordar la vez pasada, donde casi la besa. Areum lo ignoro volviendo a sus cosas. Él se acercó hacia ella, sentándose a su lado mirando como la chica trazaba finas líneas.

Oppa, oppa, oppa.

Aquello solo terminaba por desesperarlo, por lo que solo las ignoraba y miraba atentamente el trabajo de Areum.

—¿No piensas hablarme?— Pregunto por fin, mirando el perfecto perfil de la chica, desde sus pestañas hasta sus labios.— ¿Estas molesta conmigo?

—¿No piensas saludar a tus admiradoras?— Pregunto sin mirarlo, se sentía algo cohibida ante la atenta mirada del chico sobre ella.

—Si las saludo ¿volverás a hablarme, y mirarme?— Levantó sus cejas ante aquella insinuación. Areum no contestó, por lo que lo tomó como un si.—Aigoo.— Fue lo que salió de sus labios al levantarse, de verdad estaba muy cansado, debió parecer un anciano.

Areum lo miro de reojo, pero cuando ya no pudo verlo más, lo siguió con la mirada. Era increíble como las expresiones de aquellas chicas cambiaban de cuestión de segundo, hace un rato atrás la miraban asesinamente, pero al ver que Hyunjin se acercaba a ellas sus expresiones cambiaron tan radicalmente. Los vio charlar un poco, y a final de cuentas, Hyunjin volvió con ella, volviendo a sentarse.

—Listo, ya lo hice.— Areum alzó sus cejas.— Whoa, si funciono, ahora si me miras.— Aplaudió fingiendo sorpresa.

—Piérdete.

—¡Tienen cinco segundos para venir al campo o les tocará el doble de vueltas al terminar la práctica!— Grito el entrenador a todo pulmón.

—¡Hola, Areum!— Saludó Felix desde lejos agitando su mano. El humor de Areum volvió y sonriendo le devolvió el saludo.

—Whoa, es increíble como reaccionas con él, me siento dolido.

—Ya vete.

Sin más, Hyunjin le revolvió el cabello y corrió hacia la cancha, escuchando un chillido de parte de la chica, lo hizo sonreír.

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