Pastel de Mochi [Capitulo Único]

[...]

La luz solar se colaba entre las ventanas de aquella habitación, la calidez diurna cubría el lugar haciendo que el residente empezara a dar señales de empezar a despertar.

Sus ojos se abrieron minutos después, aquellos orbes esmeralda confusas veían la habitación con desconcierto, mismo que desapareció a los segundos de ir recobrando consciencia cuando la somnolencia de a poco abandonaba su cuerpo.

Cuando fue consiente de la realidad a su alrededor, se levantó para empezar con el día que tenía por delante.

Día que para su curiosidad, fue a verificar en el calendario.

Hoy es 14 de Marzo...— Sereno, veía aquellos números.

Sin ninguna emoción de por medio, su mente conectó con el significado de aquella fecha.

Es mi cumpleaños.—comentó al aire, quien en respuesta obtuvo un total silencio.

Y pasado unos segundos, siguió con lo que hacía.

Algunas memorias del día en años anteriores llegaban a el de forma espontánea, aquellas sonrisas y emoción que con cariño atesoraba era un secreto que solo era desvelado para el, junto al cariño inmenso de aquella mujer que hacía de ellos un día único.

Todo eso se fue apagando y quedando en el pasado tras la muerte de aquella mujer... olvidándose por completo de replicar aquello.

Aquel día quedó sepultado, y en la actualidad, estaba bien con ello.

Al entrar a la academia, no hizo tampoco mención de la fecha, así que no le era extraño el no recibir felicitaciones.

De All Might quizás... Pero era un tema diferente.

A pesar de esto, aprovecharía a salir a dar una vuelta, quizás comprar ingredientes y cocinar aquel plato que tanto le encantaba.

Así que, con su plan listo, decidió no perder más tiempo y abandonar el recinto.

...




Las calles a estas horas eran ligeramente concurridas y fáciles de manejar, le gustaba aquella brisa entremezclada con el aún residual frío nocturno, aquella suave sensación junto la calidez de los rayos solares dando con su piel creaban una combinación agradable.

Eso le subió un poco los ánimos, y tas pasar por un par de calles, se detuvo al frente de su primera para.

Acuario de San Blaz... Hacía tiempo que no venía a este lugar.—dijo viendo el sitio desde fuera, el cual luego de un momento de admiración, decidió entrar finalmente.

De niño le gustaba ir a este lugar con su madre, la vida marina le generaba curiosidad, y cómo los cuerpos de agua tenían a tantas especies.

Estuvo con la mirada perdida entre las grandes peceras, hasta que sus oídos conectaron con una voz familiar.


¿Kero?... ¡Midoriya!

¿Tsuyu? ¡Hola! me alegra verte, ¿Que haces aquí?— dijo feliz de encontrase con una cara conocida.

Ambos compartieron una sonrisa al verse.

Vengo aquí todos los fines de semana, me gusta observar los peces, Kero~ ¿y tu?

Solo estoy de visita, hacía un tiempo que no pasaba por aquí.

- Oh, no sabía que te gustaba la vida marina.— dijo colocando uno de sus labios.— Ya que estamos, ¿Te gustaría acompañarme?— sonrió un poco rompiendo aquella expresión imperturbable que siempre llevaba consigo.

Esto interesó al chico, sería más interesante estando acompañado que seguir con su cuenta en soledad.

Decidido de lo que haría..

Pues, no veo porqué no, ¡Me encantaría!— Respondió positivamente a la propuesta de la joven.

Y con eso dicho, ambos siguieron avanzando por las extensas sales del lugar.

El recorrido fue bastante divertido, ambos reían y conversaban mientras veían todos los tipos de peces que se desplazaban de un lado a otro.

Tenía que ser sincero consigo mismo, un momento así lo necesitaba, sin dudas hacía del viaje mejor.


Pero desafortunadamente, todo tiene un final.

Ambos iban de regreso a las calles, cuando de repente la joven se detuvo.


AHHH, lo olvidé por completo.— Dijo Tsuyu de manera exaltada extrañando al chico quien no entendía que sucedía.—  Voy bastante tarde, perdí tiempo en el acuario.


"¿Perder el tiempo?"— aquellas palabras resonaron en su cabeza, le desanimó pensarlo, ya que estaba pensando que ambos disfrutaban de su salida.


Lo siento Midoriya, pero estoy un poco atrasada en algo, no podré seguir contigo.— explicó de manera rápida.—  Nos veremos en otro momento.— Y tras despedirse, empezó a alejarse volviendo a dejar al chico en soledad.

Una vez más, solo soy yo.— No le molestaba, pero ya estaba un poco a gusto con la compañía de alguien más.

Sin pensar más en ello, empezó a caminar sin rumbo.


...


Las calles de Musutafu eran bastante llamativas a sus ojos, la vida de ciudad era algo que siempre mantenía su mente ocupada junto a los grandes edificios por los que pasaba.

Ya caminar le estaba aburriendo, tomó su teléfono revisando la lista de contactos, quizás alguno de sus amigos tendría tiempo libre.

Veamos, ¿Kacchan?... definitivamente no, ¿Ojiro?... no lo creo, por lo regular se la pasa entrenando y todavía no estoy recuperado del último.— enumeraba sus opciones, sintiendo dolor al mencionar la última.

»¿Tal vez Ochako?... ¡Ochako!— Aquellos cabellos color avellana y esa sonrisa dulce hicieron aparición en su mente, sin dudas era la mejor opción.

Con decisión marcó al número, y estuvo un par de segundos esperando respuesta.

El número que usted marcó, no se encuentra disponible en este momento》 Su respuesta fue dada por la operadora, y su rostro se contrajo, definitivamente no era su día de suerte.

Mala suerte supongo... Lo mejor será solo ir a buscar los ingredientes.— decaído, continuó con si viaje hasta su siguiente parada.

Durante los 30 minutos de viaje pudo reflexionar muchas cosas mientras admiraba el paisaje, en un momento vio a una pequeña familia en un establecimiento de comida donde quien parecía ser el hijo menor, tenía un gorro de cumpleaños  y un pastel, sus ojos brillaban frente a todos, teniendo consigo una gran sonrisa de felicidad.

Eso le hizo recordar su niñez al lado de su madre, el cómo esta hacía de esos días los más especiales aunque fuesen solo ellos, cómo eran días felices, cálidos y amorosos donde aquella sonrisa brillaba tanto cómo las velas de cada pastel.

Ojalá estuvieses aquí...

Una sonrisa melancólica se asomó en su rostro, por un momento se sintió pequeño, sintió que la ciudad era muy grande para alguien cómo el.

Y mientras iba perdido en sus pensamientos, notó la presencia del imponente supermercado que estaba frente a el, al cual entró en búsqueda de sus ingredientes.

Las puertas se abrieron frente a su paso hacia el sitio, en el cual tomó una canasta y se dispuso a ir por cada pasillo.

Al terminar, fue en dirección a la fila de la caja, se encontraba medianamente larga.

Era la hora en la que ese lado de la ciudad se hacía más concurrido, así que tendría que esperar un poco.


En medio de su espera, sintió cómo tocaron su ligeramente.


¿Midoriya?.—Dichas esas palabras, Izuku volteó a su costado para ver de quien se trataba, encontrándose con rostro familia.

Tal parece el día iba a estar lleno de encuentros.


¡Kirishima!— Dijo dándose vuelta por completo al ver a su amigo.

¡Bro! ¿Cómo estás?—su preguntar vino acompañado de un abrazo, estaba feliz de verlo.

Bien, y por lo que veo tu también, ¿que te trae por aquí?

Kirishima era alguien que vivía en una zona distinta, así que verlo por allí era un poco inusual.

Necesitaba comprar algunas cosas, y en los sitios cercanos a mi casa tal parece no los hay.— explicaba enérgicamente.— Veras, estoy haciendo una sorpresa.., y no podía darme el lujo de rendirme solo por eso.

¿Una sorpresa dices?— Resaltó el pecoso, la mención de ello despertó su curiosidad.

Si, hoy es el cumpleaños de Mina, y quería hacer algo para ella... Quiero darle un regalo inolvidable.— Los ojos del chico hablaban por si solos, y dejaban ver lo importante que era para el, más allá de sus palabras.


Izuku notó esto, y sonrío en respuesta.


"Así su cumpleaños era hoy, bueno, al menos no está sola, menos con la compañía de alguien cómo Kirishima"— A su amiga sin dudas le esperaba un buen día.— No sabía que era hoy, espero que la pase bien.


Mientras esperaban, fueron platicando de diversos temas, la fila fue acortándose y luego de que cada uno pagase por sus cosas, se despidieron y fueron en direcciones contrarias. La idea de unirse a los planes de su amigo era buena, pero prefirió no interferir con sus planes, no sabía que haría después y la idea de ser un mal tercio no le era agradable... Sin contar que, no recibió ninguna invitación de parte de ella.

Sus ánimos se vieron un poco afectados al ver el interés y la felicidad que tenía su amigo por celebrar el cumpleaños de la extrovertida Mina... no quería ser malinterpretado, el estaba feliz por ella, y le aliviaba el que tuviese gente que estuviese con ella en días cómo estos.


Pero... inevitablemente, en el fondo también le gustaría estar en una situación similar.


El cielo empezaba a oscurecer, al ver esto apuró su caminar, llegando en poco tiempo a la estación.

Al llegar, su rostro se contrajo en una mueca de desagrado por lo que veía.


Esto tiene que ser una broma... — su sorpresa e ira estaban en partes iguales.


Por temas de reparación a daños, el servicio de trenes a sido paralizado hasta mañana, disculpen las molestias ocasionadas



Eran las palabras puestas en el cartel que cerraba la estación.

Empezaba a cansarse.


No hay de otra... regresaremos a pie supongo.— Ligeramente irritado, empezó a caminar, no estaba en sus planes que esto ocurriese.

Era una línea de trenes que lo dejaría muy cerca de casa, en trayecto a pie es... bastante largo.

Así que sin perder el tiempo empezó a aumentar la velocidad.



...



Poco a poco iba acercándose a  su hogar, en todo el trayecto reflexionó sobre sus situaciones del día y en medio de todo se preguntó.

¿Será mala suerte?

Dicen que a veces, no es necesario palabras de por medio para recibir una respuesta.



Había empezado a llover


Aquella repentina tormenta tomó desprevenido al chico, quien corría con todo de si para no mojarse, estando ya lo suficientemente empapado.

Paso por varias cuadras y aún no llegaba, veía a todas partes tratando de encontrar un sitio donde refugiarse de aquel torrencial diluvio, pero simplemente no había nada... se sentía cansado, se sentía impotente.

Y en su carrera contra el clima, resbaló en un par de escalones haciéndolo girar y estamparse bruscamente contra el asfalto mojado...


QUE MIERDA PASA, ¿POR QUÉ TENGO QUE VIVIR ESTO?—Adolorido y lastimado, gritó al cielo desde lo más profundo de si


*KRAKABOOOM*


El cielo se encendió con la caída de un relámpago, el estruendo caótico inundó por completo los sentidos del joven, quien sabía que las cosas empeorarían para el si no empezaba a moverse otra vez. 

Ya con moretones en el cuerpo y sus compras completamente inservibles por todo el piso... se resigno a caminar, ya no había nada peor.


Pensamiento erróneo.


Un auto a alta velocidad pasó por su lado, levantando una cortina de agua que sin darle chances de escapar, lo bañó de pies a cabeza.

Estático en el sitio, sus ánimos y conciencia estaban completamente desmoronados.

...O-odio esto...— decía levantando la mirada al cielo, sintiendo caer las gotas en su rostro.


Sintiendo las lagrimas fluir por su rostro.



...



Después de una larga caminata, por fin se encontraba en el complejo de apartamentos donde vivía, a paso lento llegó hasta su puerta, insertó las llaves y abrió la puerta.


Sin prestarle atención a que la puerta ya estaba abierta.



Al cerrar la puerta tras el, su rostro fue iluminado, el sonido de la lluvia cayendo ya solo se escuchaba al fondo y la necesidad de quitarse toda su ropa mojada volvía de a poco.

Las luces estaban encendidas, no recordaba haberlas dejado así, cómo también sentía un ligero aroma viniendo de la lasa.


Al llegar a ella, escuchó una voz conocida.


¿Deku?— Aquella voz dulce lo hizo entrar otra vez en razón, así que volteándose para ver de quien se trataba sus sospechas fueron confirmadas.

Ochak-— Fue interrumpido rápidamente.

¡DEKU!, estás todo mojado, ¿que te pasó?, ven, déjame ayudarte.— Sus nervios se dispararon al ver cómo el alto estaba completamente mojado, así que rápidamente le buscó una toalla para secarse y lo que encontró de ropa para que se cambiara.

El entró al baño de su casa todavía preguntándose muchas cosas, y luego de un buen rato regresó cómo nuevo.

Gracias Ochako, no se que haría sin ti.— Sonrío en respuesta, realmente necesitaba sentirse así después del día que había pasado.

Ella al verlo se ruborizó, le alegraba ver que ya estaba más calmado, la expresión que tenía al llegar no era muy común en el.

N-no tienes que agradecerme.— sonrió también en respuesta.

Ya estando calmado, su mente volvió a tener la duda de hace un rato.

 — Oye, me alegra mucho que estés aquí, y no quiero sonar grosero. pero...¿que hacías aquí?— No le molestaba encontrarla dentro de su apartamento, pero le era raro, no recordaba que ella le hubiese comentado que estaría hoy... de haberlo sabido se hubiese quedado esperándola. 


Sobre cómo entró, no era sorpresa para el, le había dado una copia de sus llaves hace un tiempo por si surgía alguna emergencia o por si tenía que sacar algo de allí.

Las palabras del joven pusieron nerviosas a la castaña, quien jugaba con sus dedos tratando de organizar sus ideas.

Pues... verás...— No había pensado en nada por si esta situación se generaba, pero ya que estaba ahí, hizo que se levantaran y empezó a llevarlo hacia más dentro de la casa

Tapó sus ojos, diciendo que era "para mantener el secreto"


Al llegar y recuperar su visión, su sorpresa fue grande al ver lo que estaba frente a el.

!!— Sencillamente, no tenía palabras.

—¡Sorpresa!— dijo ella levantando sus brazos emocionada.


Frente a el, había un gran cartel de feliz cumpleaños, junto a varios globos verdes.

El cartel tenía mensajes por todas partes, cómo también un dibujo pequeño de el con su traje de héroe.


—Feliz Cumpleaños al mejor de todos.


Al más valiente.


Al de la sonrisa más brillante.


Al mejor héroe.



¡Feliz cumpleaños a mi héroe número 1!



No podía procesar lo que sentía al ver todo eso, ni la dulce sonrisa que ella le daba al verlo.

Una lagrima traicionera se deslizaba por su rostro, sin dudas ella había logrado algo que ni en sus mejores sueños hubiese imaginado.

Cuando volvió a la realidad, se dio cuenta que ella tenía  un pequeño pastel con lo que se veía evidentemente eran los colores de su traje.

Estaba esperando a que llegaras para sorprenderte... se que no es mucho, y se que no hubiese pedido nada, per..


Sus palabras fueron interrumpidas.


Gracias..— sus miradas conectaron, aquel pequeño susurro llegó hasta a ella.

Ambos se reflejaban en sus ojos.

...Gracias, Ochako. Su corazón estaba feliz, una sonrisa nació en sus labios, y con nostalgia sintió calidez manifestarse dentro de el.


La calidez de una sonrisa que quería hacerlo feliz.


Gracias por todo... Ochako, eres la mejor.— se acercó a ella encerrándola en un abrazo.

Inevitablemente, se estaba emocionando al sentir la compañía de alguien otra vez.


Los nervios de la joven se esparcieron por todo su rostro, aquella cercanía la tomó desprevenida... Pero le gustaba, le gustaba aquel tacto sincero y tierno que el tenía en sus brazos, aquella linda sonrisa que la hacía estar tranquila.

Le gustaba aquel rostro fuerte que le transmitía paz.

Una amalgama de sensaciones germinó en ella mientras también envolvía al chico en sus brazos... Le gustaba eso.

Y era hora de dejar salir lo que guardaba dentro de su corazón.


I-izuku.— Escuchó su nombre ser dicho entre ella y su cuello, se separó del abrazo y la vio, al ella darse cuenta de que ya tenía su atención, comenzó. 


Desde que te conocí, no has dejado de sorprenderme, tu fuerza de voluntad y deseo de hacer lo correcto, el querer ayudar a los demás, y la fuerza de protegerlos... Te admiré por todo eso.

 Luego de aquel día donde me salvaste, empezamos a estar cerca del otro, fuiste uno de mis primeros amigos, una de mis motivaciones para seguirme superando... para ser tan fuerte cómo la persona que admiraba.— Se sentía nostálgica de recordar todo eso, todas las aventuras que tuvieron a lo largo de su historia, hacían que su corazón se calentase, el veía esto y también se sentía del mismo modo, compartieron una pequeña risa entre ambos, ella por poder decir esta clase de cosa sin morir de pena en el intento, y el por saber que fue así de importante cuando la gran parte del tiempo solo estuvo siendo alguien inexperto.

 y se iba a sorprender más, ella cortó un poco la distancia entre ellos y continuó.—  Desde entonces, te has convertido en alguien muy importante para mi, aquel que me impulsa a seguir adelante, a ser cada vez mejor, aquel que genera sonrisas en mi sin esforzarse, y que me hace sentir que... no estoy sola.— dio un par de pasos, hasta reposar sus brazos en el.—  Ya no puedo ocultarte nada, no puedo estar tranquila sin decirle esto al chico que me enseñó a no rendirme... al chico que es fuerte e increíble, pero tierno y tímido a la vez... aquel que es mi héroe... El chico.— sus rostros estaban a escasos centímetros, teniendo sus ojos fijos en los del otro, el choque entre esmeralda y café se enlazaba en un nexo único, formando una conexión, una sola sintonía, corazones en armonía.—  Del cual estoy perdidamente enamorada - finalizó besándolo y estremeciéndolo por completo.


Aquellos sentimientos, fueron pólvora que estalló en fuegos artificiales al sentir que sus acciones eran correspondidas.

Aquel espectáculo lleno de colores se intensificaba con el pasar de los segundos, donde ambos disfrutaban de la conexión que compartían.

Lágrimas corrían por sus mejillas y un tono carmín subía a sus rostros. 

El miedo de la joven al rechazo desapareció sin dejar rastro, y fue gratamente complacida con lo inverso dándole. una inmensa felicidad / El miedo  y el pesar que el arrastraba consigo fue borrado por completo, todo eso fue reemplazado por una ola de sentimientos puros.

Un lenguaje sin palabras, se transmitía por el deseo de ese beso, los sonidos que producían hacían que se perdieran en un sendero sin rumbo definido, solo el y ella por siempre.

Y para sellar su unión.

Te amo izuku Midoriya.—Aquel fino rostro sonreía al decir lo que sentía.

Y yo a ti, Uraraka Ochako.— Y el siendo fanático de aquella sonrisa, volvió a conectar con aquellos labios caramelo que lo hacían sentir cómo nunca.


Sin duda.

















Un cumpleaños inolvidable


¿De que es el pastel?— preguntó al verlo mejor,














Pastel de Mochi

Fin.



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