VII. Destiny

Ch VII. Destiny

- ¡Bakura!- Ryou dejó caer el teléfono al ver frente a él a su yami, quien sólo le miraba con una sonrisa- pe... pe...- se talló sus ojos, aún incrédulo

- ¿Qué sucede?- preguntó sonriente el mayor- Ni siquiera han pasado veinticuatro horas desde que nos vimos, ¿Y no me recuerdas?

- ¡No es eso, tonto!- replicó- ¿Qué haces...?... ¡¿Cómo puedes estar aquí?!- rectificó la pregunta

- El destino lo quiso así

¿Cómo que el destino? ¿Qué sucedió?

-Pues...

--Bakura Flash Back—

Ahora que Atem había ordenado reducir la guardia era muy fácil para el ladrón de tumbas entrar al palacio. La luna ya adornaba el cielo cuando subió por el balcón del tricolor para encontrarse con él al igual que en otros tiempos. Ya que era el único heredero del rey Aknamkanon, Atem había decidido quedarse en el palacio y convertirse en faraón.

Atem salió del cuarto y fue hacia el balcón, donde fue recibido por su amante con un cálido abrazo y un beso en la mejilla

-¿Listo para su coronación de mañana, alteza?- habló con sorna, pero a la vez, odiando que su amado tuviese que quedarse ahí

- No lo sé- respondió con desgane, tampoco quería quedarse, pero no había otra opción.

- Tranquilo, sabes bien que vendré a visitarte todas las noches

- Gracias, necesitaba escuchar eso

- ¿Cómo les fue a Yugi y a Ryou?

- Regresaron a salvo a casa. Aunque... Bakura, ¿Qué es eso de que "espero que recuerdes lo que te dije la última vez"?

- Es una larga historia, no creo que deba aburrir al faraón con mis historias

- Tenemos toda la noche para nosotros, querido Bakura. Hay suficiente tiempo- los dos entraron a la habitación y en cuanto se sentaron en la cama, el tricolor sintió un agudo dolor punzante en el pecho que le obligó a estrujar sus ropas con las manos

- ¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?

- No es que me sienta mal, pero... tengo una extraña sensación en el pecho

- ¿Sensación?- en pocos instantes el peliblanco sintió un dolor en el pecho también. Ambos se miraron confundidos

- Bakura, ¿No creerás que...?

- Sólo hay una forma de averiguarlo

- Espera aquí, voy por Mahado e Isis- salió rápidamente de su alcoba y corrió a buscar a los mencionados.

Una vez los encontró, regresó con Bakura y los cuatro se dirigieron a las catacumbas del templo de faraón, lugar de reposo de la lápida del milenio. Al llegar ahí, no dieron crédito a lo que sus ojos veían: la puerta que hasta hace unas horas Ryou y Yugi usaron para regresar a su tiempo, continuaba abierta y brillaba con gran intensidad.

- ¿Qué significa esto?- dijo Mahado desconcertado

- Significa que aún hay alguien, o algunos, que no pertenecen aquí- explicó Isis- Y creo que "algunos" se refiere a Bakura y a mi señor

- ¡Imposible!- exclamó el tricolor- ¡Nosotros nacimos en esta época, ¿Cómo puede ser posible que no pertenezcamos aquí?

- El destino trabaja de forma misteriosa, alteza. Y juzgando por lo que me dijo que sienten en el pecho, puedo asegurarle que el destino les tiene preparado otro futuro muy lejos de aquí y de ahora

- ¿Qué hacemos entonces?- Atem volvió a colocar sus manos en su pecho y luego las llevó a su rompecabezas del milenio

- Dejar que el destino los guíe- Isis sonrió. Atem y Bakura se miraron entre sí, y asintieron. Dejaron sus artículos en manos de Isis y se despidieron

- Y será mejor que cuides bien de mi señor, ladrón- amenazó Mahado

- Lo cuidaré mucho mejor que tú, hechicero barato

- Vamos, no discutan- el tricolor tomó de la mano a su amante y juntos se dirigieron hacia la puerta...

--End Flash Back—

- ¿Entonces el faraón también regresó?- dijo Ryou al terminar de oír su historia

- Así es. Debe estar en casa de Yugi ahora. Sin embargo, no creo que debas seguirlo llamando "Faraón", ya que nunca ascendió al trono

- Oh, entiendo. Entonces ahora sólo es "Atem" ¿no? - su yami asintió- Me siento extraño llamándolo así- el teléfono, que seguía en el suelo, sonó, y Ryou se agachó a recogerlo y contestar- ¿Hola?

- Ryou- se escuchó la voz de Yugi en el auricular- no me lo vas a creer, pero...

- Sí, ya sé. El faraón regresó, ¿No?

- ¿Cómo lo supiste?

- Porque lo mismo me sucedió con Bakura. Espera, pondré el altavoz- el albino presionó un botón para que Bakura también escuchara

- Hola Bakura- saludó Yugi

- Cuanto tiempo- respondió el mayor

- Bakura- ahora era Atem quien hablaba- ¿Tuviste problemas para regresar?

- En absoluto

- Qué bueno escucharte de nuevo faraón

- Sólo dime "Atem", Ryou

- Es verdad, lo mismo me dijo Bakura. Pero si nunca fuiste faraón, entonces, ¿quién se quedó en tu lugar?

- Mahado e Isis se quedaron con el trono de Egipto. Ellos me dijeron que se encargarán, o mejor dicho, se encargaron de borrar mi nombre de los descendientes de la realeza para evitar confusiones...

- Ya veo. Bueno, ha sido un día muy extraño, y seguramente ustedes están cansados también

- Tienes razón, mejor vamos a dormir. Buenas noches Ryou, Bakura

- Buenas noches, mi querido Atem- se despidió Bakura

- Buenas noches fara... Atem

- Buenas noches Bakura- habló Yugi tímido- Bu... buenas noches... Ryou...- al terminar su despedida, el peque colgó el teléfono y pronto Ryou hizo lo mismo

- Yugi ha estado comportándose muy extraño- comentó Ryou mientras se sentaba a la orilla de la cama junto con su yami

- Por lo que dices, creo que Yugi no te ha dicho nada

- ¿Nada de qué?

- ¿Ya recordaste lo que te dije hace un tiempo?

- ¿Sobre qué? ¿Eso de "seguro Yugi termina... termina... en..."?- ni siquiera pudo terminar la frase, pues el bochorno fue tan grande que no le dejó seguir

- No, eso no. Bueno, tiene algo que ver- levantó las cobijas y se acostó en la cama- Más bien me refería a lo que te dije aquel día en el desierto

- ¿En el desierto?- se quedó pensando un buen rato hasta que recordó aquel beso que le había dado su yami y sus extrañas palabras, resaltando mucho una de tantas frases que dijo ese día: "tú ya tienes a alguien más en tu corazón". Ryou se ruborizó violentamente - ¡Baku...!- se tapó la boca al ver que el mayor yacía dormido en la cama. Suspiró profundo y también se dispuso a dormir, aunque en realidad, no pudo dormir esa noche

*****************************

3 días después....

- ¡Bakura!- gritó Ryou desde la entrada de su casa- ¡Date prisa, se supone que teníamos que estar en el centro desde hace 40 minutos!

- ¡Ya voy, ya voy!- respondió desde la alcoba. Pronto se escuchó el timbre de la puerta por toda la casa

- Seguramente son Yugi y Atem. Le dije a Bakura que se apresurara, pero no, nunca me hace caso- se quejaba abiertamente Ryou al abrir la puerta, encontrándose no con los ya mencionados tricolores, sino con 3 personas a las que nunca pensó ver tras su puerta

- Lament...- Bakura iba entrando a la sala cuando vio a su luz de pie frente a la puerta, y en esa puerta estaban un hombre y una mujer cargando un bebé- Reconoció a los dos enseguida, eran los tipos del video... los padres de Ryou. Y el bebé que cargaban debía ser su hermana. Se quedó oculto y miró todo desde su posición

- ¡Mi pequeño Ryou!- su madre le entregó el bebé al padre de Ryou y se abalanzó en los brazos de su hijo- ¡Querido, cuanto tiempo sin verte!

- Mamá- Ryou dudó un poco, pero al final terminó abrazando a su madre mientras unas cuantas lágrimas caían por su rostro

- Hijo, lamento tanto el haberte ignorado por tanto tiempo- dijo su madre, besándole la frente- Ocurrieron muchas cosas

- Teníamos demasiado trabajo- explicó su padre- Y luego tu hermanita enfermó. Así que nos concentramos en su recuperación y el dinero restante lo estuvimos guardando para venir a verte. No interrumpimos nada, ¿verdad?

- No papá- respondió Ryou

. ¡Oh! Es verdad. Tengo que presentarte a alguien- su madre se apartó y dejó que su esposo colocara a la bebé en brazos de su hijo mayor- Ella es Amane, tu hermana- la pequeña comenzó a reír y a juguetear con los cabellos de Ryou, quien dejó escapar una sonrisa

- Es muy linda- no entendía cómo el ser más odiado para él, la pequeña que le había arrebatado la felicidad y que llevaba aborreciendo desde que supo de su existencia, le había hecho cambiar de parecer en unos segundos- Pasen, no se queden ahí- sus padres entraron y cerraron la puerta. Fueron a la sala y se sentaron en el sofá- ¿Cuánto tiempo van a quedarse?

- No mucho hijo, nos iremos mañana en la mañana - dijo su madre, abriendo una pañalera para sacar de ella una mamila para la pequeña Amane

- ¿Tan pronto? Pero si acaban de llegar

- Nuestro tiempo libre es muy limitado. Pero tenemos una maravillosa noticia para ti- la mujer no pudo ocultar su sonrisa mientras hablaba con su hijo mayor- Venir de visita no es el motivo principal de este viaje

- Logramos reunir el dinero suficiente- completó su padre- Vendrás ir a vivir con nosotros a Alemania- la sorpresa de Ryou y Bakura no cabía en ellos mismos.

Bakura no quiso seguir escuchando esa conversación. Regresó a la habitación de Ryou y salió por la ventana.

*********************

- Deberíamos llamar a su casa - comentó Yugi mientras caminaba con su yami a casa- Es extraño que no llegaran

- Mejor deberíamos ir a buscarlos para saber si están bien- dijo Atem, mientras tomaba la mano de Yugi

- ¿Ese que va ahí no es Bakura? - el peque señaló hacia la acera contraria

- ¡Sí, es él! ¡Bakura!- le llamó el mayor, enseguida Bakura los vio y cruzó la acera para reunirse con ellos- ¿Y Ryou?

- No creo que sea el lugar adecuado para hablar de eso - sus palabras preocuparon a los tricolores- Vayamos a un lugar más tranquilo

- En ese caso vayamos a mi casa y nos cuentas todo ahí- Bakura asintió y siguió a los otros dos hasta su casa. Ya en ella, se acomodaron en la sala con unas tazas de té en las manos- Entonces, ¿qué pasó?

- Sus padres acaban de llegar- comenzó a explicar el albino- Se irán mañana

- Eso debe ser terrible para Ryou- comentó Yugi- Y después de tanto tiempo sin verlos

- No creo que eso sea el problema

- ¿A qué te refieres?

- Sus padres se lo llevarán a Alemania

- ¡¿Qué?!- dijeron ambos tricolores al unísono

- Eso. Que sus padres se lo llevarán a Alemania mañana en la mañana

- ¡No!- gritó asustado el menor de los tres- ¡No pueden llevárselo!

- Claro que pueden- dijo Atem- son sus padres, después de todo

- Pero... no puede sólo... dejarme así...

- Es su familia- Bakura parecía el más tranquilo de ellos, aunque por dentro se estuviese desmoronando- No puedes hacer nada

- Pero...

- Tuviste tiempo pare decírselo, pero tu cobardía pudo más que tus sentimientos hacia él- Yugi bajó la mirada y comenzó a sollozar antes de salir corriendo a su alcoba

- ¿No fuiste muy duro con él, Bakura?

- Tal vez, pero debe entender que los sentimientos nunca deben guardarse para uno mismo- Bakura suspiró, también parecía triste- ¿Puedo quedarme aquí?

- Supongo que sí- los dos yamis se abrazaron, mientras que Bakura dejaba correr un par de lágrimas por su rostro

*********************

El pequeño Yugi se la pasó llorando la noche entera, sólo el sueño logró detener sus lágrimas por unos instantes. Al otro día, temprano en la mañana, escuchó que alguien llamaba a la puerta, mas no le dio importancia, ya nada le importaba. Pasó cerca de una hora, ya para ese momento Ryou ya debería estar abordando el avión. Se entristeció nuevamente, hubiera deseado decirle lo que sentía por él, pero Bakura tenía razón, ya era muy tarde

- ¡Yugi, el desayuno!- le llamó su abuelo desde la cocina. No tenía ánimos de comer, pero no quería causarle problemas a su abuelo; así que, con la mirada baja, llegó hasta la cocina y se sentó en una de las sillas, mirando solamente su plato

- ¿Qué sucede hijo? ¿Por qué esa cara larga?- le preguntó su abuelo

- No es nada abuelito- respondió decaído y tomó la cuchara para empezar a comer

- Yugi, ¿puedes pasarme el pan?- aquella voz se le hizo extrañamente familiar, mas no era la voz de Bakura ni de su yami. Alzó la mirada para ver algo extraordinario; en el otro extremo de la mesa se encontraba Ryou, sonriéndole alegremente. El peque se levantó tan rápido que tiró su silla y él quedó en el suelo también

- ¿Yugi, estás bien?- preguntó su yami, ayudándole a levantarse

- Ryou... ¿Cómo...? ¿Qué...?

- ¿Qué hace aquí?- terminó la pregunta Bakura- Pues no nos quiso decir nada hasta que bajaras a desayunar, y ya que estás aquí, será mejor que empiece a dar explicaciones

- Es verdad- profirió Ryou. Yugi levantó la silla y se sentó en ella- no pienses que Bakura los engañó o algo así, mis padres realmente querían llevarme a Alemania con ellos, pero no quise ir

- ¿Por qué?- inquirió Yugi desconcertado- Es tu familia

- Lo son, pero ustedes también son mi familia. Así que les pedí a mis padres que me dejaran quedar, y aunque al principio se negaron, terminaron aceptando; pero pusieron algunas condiciones

- ¿Qué condiciones?- esta vez preguntó Bakura

- Dijeron que ellos pagarían la mitad de mis gastos de ahora en adelante y a cambio podrán venir de visita por 4 días cada mes. Pero esos 4 días tengo que estar con ellos y solamente con ellos

- Oh, entiendo- habló Solomon- Parece un buen trato

- A mí también me pareció bueno, por eso acepté, ¿No les molestará cuidar de Bakura durante esos 4 días, verdad? No puedo dejar que mis padres lo vean

- Claro que no hijo- añadió el abuelo- Será un placer, siempre y cuando él y Atem nos dejen dormir por las noches

- ¡Abuelo!- reclamó Atem, Bakura sólo se sonrojó levemente

- Era broma. Ahora, será mejor que empecemos a comer antes de que se enfríe

- Tiene razón. Yugi, ¿me puedes pasar el pan? - repitió el menor de los albinos

- Seguro- tomó el plato que contenía el pan y se lo entregó a Ryou. Su desayuno pasó rápidamente, pero fue muy placentero para todos. Al terminar, el abuelo recogió los platos de la mesa

- Tengo que salir un momento - dijo el abuelo Solomon, dirigiéndose a la salida-¿Pueden lavar los platos por mí?

- No hay problema abuelito- respondió Yugi

- Yo te ayudo- Ryou corrió al lavadero junto al tricolor mientras el abuelo salía de la casa y los yamis iban a la sala a ver una película.

Pasaron unos 15 minutos cuando se escuchó que algo se rompía en el suelo, Bakura corrió a la cocina para asegurarse que los chicos estuvieran bien, mas antes de poder decir algo, Bakura vio los trozos de una taza rodar por el suelo mientras Yugi y a Ryou estaban tan ensimismados en un beso que ni siquiera notaron la presencia del mayor. Bakura regresó lentamente hacia la sala, con una expresión pícara en el rostro.

- ¿Qué sucedió?- le preguntó Atem- ¿Están bien?

- Están más que bien

- ¿Qué quieres decir con eso?

- Nada. Déjame besarte

- ¿Qué clase de petición es esa?

- Si no te parece, tendré que robarlo como el ladrón que soy- lo tomó por las muñecas y fundió sus labios con los del tricolor, quien sólo apretó los puños y se dejó hacer, mientras ambos quedaban recostados en el sofá.

No importaba el lugar o el tiempo, mientras estuvieran juntos todo sería perfecto...

The End

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y así, pequeños, es como esta historia llega a su fin. Gracias a todos por leer owo

nos vemos en otras historias!!! bye~

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