Reencuentro
Durante 2 semanas Leonardo espero en vano a Abril volviera por sus pertenencias, al ver que no fue así decidió ir a la dirección de su credencial de elector al llegar al lugar un chico alto y corpulento lo recibió con la puerta su piel morena y su cabello oscuro al igual que su barba de candado lo hacían lucir imponente, sus sus rasgos eran toscos y su cara poco amigable estaba vestido con un traje y corbata negra y una camisa rosada.
- ¿Se te ofrece algo?
- Estoy buscando a Abril
- ¿Y tú quién eres?
- Leonardo, la conocí hace poco, vine a entregarle unas cosas
- Abril, amor, te buscan- gritó el hombre hacia el interior de la casa, mientras se apartaba de la puerta para dejar pasar al invitado inesperado.
- Enseguida voy- respondió una voz melodiosa y calmada
Leonardo recorrió con la mirada el departamento, era pequeño pero acogedor, al entrar pudo observar que había una pequeña sala con vista el televisor, atrás del respaldo de la sala un pequeño comedor para 4 personas con mesa de cristal y sillas de piel resaltaba, una barra tras la cual se encontraba la cocina, un pasillo a la izquierda que conducía según lo imaginaba a las habitaciones, del cual apareció Abril, como un ángel que irradiaba luz haciéndola ver aún más hermosa que aquella noche en la que la conoció, las luces del antro no le dejaron apreciar muchas de las facciones de la joven, empezando por su cabello que caía sobre sus hombros sostenido en media coleta con un listón negro atado a sus rizos casi dorados, llevaba puesto un hermoso vestido azul turquesa claro con un cinturón y zapatos negros, de nuevo se perdió en su perfecta silueta, cuando sus ojos miel se posaron en él pudo notar un ligero brillo otorgándole un rayo de esperanza de que ella sintiera la misma inexplicable atracción.
- ¿Qué haces aquí? ¿Cómo me encontraste?
- Olvidaste esto la otra noche, espere a que volvieras por tus cosas pero no lo hiciste.
- No lo había notado, gracias.
- Sí, supongo que fue el alcohol que bebiste, de pronto te tornaste extraña y te fuiste.
- Era muy tarde ya - exclamó la joven con nerviosismo- además, no tomé tanto
- Disculpen mi intromisión - expresó Axel confundido- ¿de donde se conocen?
- Amor, ¿recuerdas que te comenté que fui con mis amigas a un bar? Bueno él es Leonardo el bartender
- Corrección, un antro
- Bartender de un antro, nos conocimos esa noche y nos hicimos buenos amigos
- Bien, ¿te quedas a cenar con nosotros?
Leonardo fijó la mirada en el comedor, pudo apreciar un par de candelabros con velas encendidas, una botella de vino, un par de copas y dos platos con sus respectivos cubiertos, Abril y Axel se dirigieron a la cocina y trajeron al comedor unos refractarios con papas fritas, ensalada y lasagna, el chico miró directo a los ojos de Abril, parecía suplicarle que se quedara, pero era una cena para dos y él había llegado sin invitación.
- No, no quisiera interrumpir sus planes. Sería mal tercio
- Como gustes, si gustas otro día nos ponemos de acuerdo
- Sí, en otra ocasión
Leonardo se retiró del departamento dejando a la pareja a solas, ambos tomaron asiento en el pequeño comedor, Axel sirvió el vino mientras ella sirvió la cena y empezaron a comer en completo silencio hasta que él se atrevió a romper la gruesa capa de hielo que había entre ellos.
- Te noto algo distraída desde que se fue tu amigo ¿todo bien?
- Sólo estoy algo distraída, pensando en la boda
- ¿No lo estarás dudando?
- No, no, es solo que aun no hemos planeado nada, ni siquiera le hemos puesto fecha.
- Bueno apenas nos comprometimos hace dos semanas, no hay prisa ¿o si?
- No, pero deberías fijar la fecha para saber qué salón rentar o que vestido escoger, avisar con tiempo a nuestros conocidos
- Tienes razón, mira tengo un viaje de negocios
- No sabía que te irías.
- Lo siento, con tantas cosas en la cabeza no te lo mencioné, salgo el lunes.
- Bueno eso nos deja solo tres días y hoy no creo que hagamos gran cosa, ya es tarde y el fin de semana no creo que haya avance, todo está cerrado.
- Bueno podemos empezar a planear la cuando vuelva, solo me voy por una semana.
- Perfecto, cuando vuelvas amor, ¿a donde es tu viaje?
- Italia, mi padre me pidió que vaya a cerrar unas negociaciones a su nombre.
- Super, diviértete, te lo mereces.
- Me encantaría que fueras conmigo.
- Amor, yo tengo mi trabajo, no puedo irme ahora.
- Cierto, bueno en una semana te veré, además te tengo todo el fin de semana para disfrutarte.
Abril sonrió tímidamente mientras le daba un sorbo a su copa de vino, después de que terminaron de cenar, ambos se dirigieron a la sala a ver una película romántica, Abril se recargo en el regazo de Axel, quien le apartó el cabello de su cuello y empezó a besarlo, ella se acomodó en el sofá, cerró los ojos y lo besó en los labios, en su mente apareció de inmediato la imagen de Leonardo, sus manos recorrían su cuerpo, la acorralaban contra él, unos segundos después encontraba sobre de ella, recorriendo su cuello con sus labios, erizando su piel con caricias debajo del vestido, ella se aferró a su cabello y dejó escapar un gemido casi como un susurro, él empezó a bajar el cierre de su vestido y lo deslizó lentamente hacia abajo hasta la altura de su ombligo, durante algunos segundos se detuvo a contemplar su torso desnudo pero después su boca se apoderó de uno se sus pezones y lo empezó a succionar mientras el otro estaba en una de sus manos, ella sintió un bulto debajo de los pantalones de él que se repegaba más y más a ella, un poco apenada se apartó de inmediato subiendo de nuevo su vestido.
- Es mejor que paremos
- Abril, he esperado durante años este momento.
- Lo siento… No estoy lista
- Seré cuidadoso, ¿acaso no te gustó lo que estábamos haciendo?
Abril guardó silencio, pues para ella todo lo que había sucedido había sido con el bartender, el chico que desde dos semanas atrás se había robado cada uno de sus pensamientos más oscuros.
- Si, pero quiero que sea especial.
- ¿Y no estaba siendo especial?
- Hemos hablado sobre esto, sabes que no lo haré hasta la noche de bodas
- Esta bien- Axel suspiró mientras veía su reloj- debo irme, ya es tarde
- Esta bien amor
- Siento haberme dejado llevar
- No solo fue tu culpa, yo también me deje llevar, tranquilo no pasa nada.
- Tengo una duda revoloteando sobre mi cabeza desde hace algunas horas
- ¿Qué sucede?
- ¿Leonardo te gusta?
- ¿Qué?- Abril preguntó con evidente nerviosismo- claro que no ¿A qué viene tal pregunta?
- No sé, curiosidad, vi cómo lo veías, su intercambio de miradas
- No, él es sólo un amigo… Conocido diría yo
-Está bien, ¿nos vemos mañana?
- Si, nos vemos
- Mañana me toca invitarte a comer, para evitar tentaciones, vamos a un restaurante
- Claro
- Paso por ti a las 3 de la tarde, de ahí decidimos a donde ir a comer
- Sí amor, cuidate.
Ambos se dieron un beso en los labios, Axel se dirigió a la puerta y salió del departamento, Abril aseguró la puerta y se tumbó en el sillón, llevaba días imaginando a Leonardo cuando besaba a su novio y esa noche casi la había orillado a terminar en la cama, debía hacer algo al respecto, no podía continuar así, de lo contrario, podría enloquecer.
La noche era joven en el antro y como todas las noches Leonardo atendía la barra, pero no se concentraba, solo podía pensar en que su Abril estaba en brazos de otro, recordaba su mirada suplicante porque se quedara, recordó aquel beso que aún le palpitaba en sus labios, sus brazos ardían con él deseo de aprisionarla y nunca dejarla ir, pero sabía perfectamente que no podía hacer nada para calmarlos, lo mejor era olvidarla, pues sabía perfectamente que no la volvería a ver.
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Hola chicos, les dejo la segunda parte de la historia, espero les guste.
¿Qué les esta pareciendo? Cualquier comentario o sujerencia pueden dejármelo por aquí, estaré encantada de leerlos.
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