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Elisa
Cada parte de mi cuerpo tiembla, siento que las piernas se me están a punto de doblar y que voy a tropezar, además los tacones no ayudan y tampoco el volumen del vestido. Mis damas de honor están hablando entre sí y una de ellas sostiene el bouquet que como todo, no elegí yo.
Miro para atrás, encontrando con la mirada a la chica de hace solo unos segundos, conversando y dándole un puñetazo en el brazo a su amigo, que ríe y se soba el golpe, ella solo niega y aprieta su tabique, luciendo bastante frustrada e intento no reír porque sus expresiones son algo graciosas. Se giran caminando a un costado de la iglesia y con el máximo disimulo que he ganado con los años, mi mirada baja un poco.
Vaya.
Tal vez te preguntes si debería fijarme tanto en una chica, o tal vez no te importa eso, sino el porqué lo estoy haciendo cuando estoy a punto de casarme.
Bueno, he escuchado por ahí que los ojos están para algo, y me gusta apreciar lo bonito, un vistazo no hace mal, sobre todo porque ella no se da cuenta en ningún momento. Y lamentablemente tampoco la volveré a ver.
Además...
—¡Ahí está la novia!—mi padre me suelta cuando Ariana viene a abrazarme. Sonrie y la rodeo, apretándole con fuerza. De las casi cien personas dentro, ella es una de las pocas a la que quiero abrazar—¿Lista para entrar?
Tomo una profunda respiración y lamo mis labios nerviosa. Mi mente se revoluciona con muchos no dando vueltas y vueltas, pero siento la intensa mirada de todos sobre mí y sonrio con una de mis mejores falsas sonrisas, asintiendo.
👰🤵👰🤵
La ceremonia va bien—bastante aburrida y larga, de verdad se siente como un para siempre hasta la muerte—, hasta que noto de reojo que uno de los invitados de la segunda fila se levanta tomando su estómago, captura mi curiosidad por unos segundos, pero lo ignoro al no ser invitado de mi parte. Sin embargo me llama aún más la atención que una de mis tías también se levanté y se vaya con prisa, a lo que si recuerdo bien, es el patio. Creo que nadie más se levantará, hasta que para mi sorpresa, una de mis damas de honor casi sale corriendo en la misma dirección sin ningún aviso, el sacerdote tartamudea y para por unos segundos, mirando la espalda de mi amiga salir por la puerta. Escucho susurros comenzando a oírse más fuerte detrás de mí. Miro a Ari, preguntándole con la mirada si sabe que está pasando, pero ella está pálida y niega con la cabeza. Me estoy poniendo muy nerviosa y aún falta la mitad de la ceremonia, me pregunto si debo hacer algo o esperar a que termine. Como el sacerdote retoma su hablar, decido lo último.
Ya estoy empezando a calmarme porque cada vez falta menos para que termine está tortura y ser una vergonzosa esposa ebria en su fiesta de boda como planeo, hasta que el padrino pronuncia un lo siento y sale corriendo, dando un grito bastante agudo y casi dando saltos con las manos en su estomago.
—Deme un momento, por favor.
Yo me quedo algo atónita no porque mi novio deja la ceremonia para ver a su mejor amigo—lo cual encuentro totalmente comprensible—, sino que todas mis damas de honor y padrinos también salen corriendo, sosteniendo sus estómagos. Incluso mi hermano que está en la primera fila.
El sacerdote nos quedamos mirando con los ojos muy abiertos e intenta decir algo, pero nada sale de su boca.
Con mi horroroso y pesado vestido, ignoro a mi madre que se acerca a mí negando con la cabeza, me muevo hacia la banca que hay a un lado, preguntándome seriamente si debería huir ahora mismo de mi horrorosa boda.
Cuando mi futuro esposo regresa, tiene una clara cara de asco y cansancio que me hace convencerme más y más sobre que está boda es una pésima idea. Ni siquiera me levanto de mi asiento, le digo que llame a nuestros padres para comentarles si deberíamos continuar con esto. Él hace una cara peor de la que con que llegó y con resignación llama con un gesto a mis padres y los suyos.
—¿Qué está pasando? Elisa, levántate de ahí.
Siento mi ojo comenzar a tiritar al oír la chirriante voz de mi madre, que ya está negando con la cabeza con decepción. Tomo un respiro antes de hacer lo que me dice para no explotar.
Como si ella fuera la que está parada en un vestido de no sé cuántos kilos y con tacones durante quizás cuánto tiempo.
Miro a León, mi prometido, dándole el pase para que nos diga si sabe que está pasando—aunque es algo obvio—.
—Están todos enfermos del estómago—justo cuando dice eso otra persona se levanta y todos hacemos muecas mientras le seguimos con los ojos.
—¿Posponemos la boda entonces?
Los cinco se giran con brusquedad hacia mí, sobre todo siento la mirada asesina de mis padres e intento no hacerme más pequeña de lo que soy y tiro mis hombros para atrás.
—Ni pensarlo, gastamos mucho tiempo y dinero en esto, en la reservación, la comida, tu vestido. No, seguro podemos seguir sin ellos.
Todos asienten de acuerdo, a excepción de León, al que miro con una ceja alzada, esperando que esté de acuerdo conmigo. Pero también sus padres lo miran con exigencia, y ahí se que está boda seguirá incluso si las únicas personas que quiero presente no estarán.
👰🤵👰🤵
Amanda
Estoy bastante segura que esta ha sido la boda más larga que he presenciado. Estamos en un balcón en la misma iglesia, no muy alto, donde hay unos pocos asientos pequeños más y un órgano mediano, así que logramos divisar todo muy bien.
Esto ha durado varias horas entre la recepción y la ceremonia y sus interrupciones, así que Cris y yo hemos estado aburridos e incluso Cris se echó una siesta en mi hombro. Pero ahora, que sabemos que queda poco para que termine la ceremonia, solo estamos desesperados.
Nuestro plan falló y la verdad es que no tenemos un buen plan B.
Lo único que tengo hasta ahora es que he ido a varias bodas y me he dado cuenta que los novios no están precisamente felices o entusiasmados por esta celebración. No dejo de pensar que la novia luce muy aburrida e incómoda, al igual que el novio. Él no deja de mover sus manos y mover los hombros, tal vez intentando destensarlos. Mientras, ella no deja de tirarse el cabello castaño para atrás y tiene sus brazos tensos a los lados, en puños. Incluso sus hombros suben y bajan, suspirando. Son gestos simples, que a simple vista no se notan.
De algo sirve el curso de expresión corporal.
—Tenemos que hacer algo rápido.
Aprieto la mandíbula y asiento, de acuerdo con mi mejor amigo. Y lo tomo de la mano, pensando que lo único que tengo en mente podría no funcionar. Bajamos las cortas escaleras con prisa mientras le explico mi improvisado plan.
👰 🤵 👰 🤵
Cris y yo logramos salir silenciosos por una de las puertas. Estamos tan solo unos tres minutos, tal vez, practicando y planeando lo que haremos, rezo internamente al universo que esto funcione, sobre todo por el novio. Recordar su voz nerviosa, con algo de rastros de desesperación hace que se me revuelva el estomago de culpa si no logramos nuestro objetivo. No me puedo ni siquiera imaginar la ansiedad que debe estar pasando.
—¿Lista?—Asiento y nos colocamos en frente de las puertas por las que se supone que en unos minutos la novia y el novio deben salir felices por su unión, poniendo nuestras mejores expresiones de enojo—. Espero que funcione.
—Lo hará.
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No les pasa que ✨Elisa✨ dldl porque a mí sí, la amo, ojalá existiera. También declaro la discografía de nuestra diosa Taylor el soundtrack de esta novela.
Bueno, un capítulo cortito porque sí y porque no actualizo hace mucho, perdón 😔 son actualizaciones lentas porque tengo vida. No mentira, es porque soy floja 😔😔
Espero les guste y voten a la estrellita, es gratis, a todos nos gusta lo gratis 🛐
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