Capitulo 19
-¿Ya estás lista? -entró preguntando patrick al cuarto de la pequeña-
-Claro que sí tío! -respondió con emoción esmeralda-
-Bueno, entonces vamos- dijo patrick ofreciendo el brazo a su sobrina-
Más tarde en la plaza, esmeralda y patrick caminaban cerca de la librería en la que se encontraba christian, y la pequeña no sabía como hacer para poder volver a ver a su padre, tendría que ingeniarse algún método para soltarse de su tío por un rato
-Bueno ¿que quieres hacer primero, te parece si vamos a comer algo, o primero compramos lo que necesitamos para la cena? -preguntó el tío-
-A mi me gustaría comer un poco primero -dijo la niña sin prestar mucha atención mientras miraba hacia atrás a la librería-
-ay pequeña -dijo patrick rascando su cabeza- recordé que debo ir donde el sastre a recoger el vestido para tu madre y mi traje, para el baile que harán en la casa de elizabeth
-¿habrá un baile? -preguntó la niña curiosa-
-Sí, pensé que tu lo sabías, eso se lo dijo elizabeth a tu madre el día que vinimos a la plaza, justo hace una semana-
-Ah ya veo, pero yo no me enteré, yo estuve en la librería durante el tiempo que mamá estuvo hablando con ella
-Bueno mi niña, pues ya lo sabes, tu madre y yo iremos a un baile. Claro que yo iré solo, tu madre irá en compañía del conde de derby.
-¿mamá? y por qué ella aceptó ir con otro hombre que no sea mi padre, ¿a caso ella ya lo olvidó? -cuestionó la niña indignada-
-no mi niña- respondió patrick poniéndose a la altura de su sobrina- tu madre no lo hizo por gusto propio, solo quiso que tu tía rosaline se sintiera a gusto. Sabes como es ella que día a día le dice que ya es hora de que comience de nuevo, que quiere verla feliz...
-Sí, pero mamá no debería hacerlo, si ella no se siente bien con otro hombre no debería ir
-Yo pienso igual que tu, pero es una decisión tomada y sabes como es victoria cuando se cierra en algo
-Lo sé tío,¿ y cuando es el baile?
-el baile es mañana en la noche, así que prepárate para una larga noche con tus tíos y tu pequeño primo lucas mientras tu madre y yo nos despejamos un rato
-bueno, supongo que no hay manera de hacer que mamá se niegue ahora
-Exacto -respondió patrick señalando la nariz de esmeralda- oye, eres pequeña pero hablas y piensas como una adulta, me das miedo esmeralda
-tío!! -dijo la niña riendo- oye, el sastre está un poco lejos, por qué mejor no me dejas aquí en la librería, yo te espero hasta que vuelvas, te prometo que no voy a ir a ningún otro lugar
-no lo sé, si victoria se entera me puede matar
-no se enterará, yo no diré nada
-esmeralda me tienes que prometer que no saldrás de ese lugar y que te quedarás allí hasta que yo regrese, yo trataré de no demorar. Iré por los vestidos y de regreso compraré lo necesario para la cena, de camino a casa comeremos algo, pero por favor esmeralda, no vayas a ningún otro lugar sin mi -dijo el tío depositando la confianza en su sobrina-
-te lo prometo, voy a esperarte allí hasta que regreses
y así fue, patrick llevó a esmeralda hasta la puerta de la librería, allí la dejó y de inmediato partió hacia la sastrería, ese tiempo era más que suficiente para que la pequeña descubriera lo que había pasado con su padre durante todo ese tiempo
-¡¿Hola?!- dijo la pequeña revisando curiosa por cada rincón del lugar tratando de encontrar a su padre-
-aquí estás de nuevo -respondió christian-
Esmeralda no aguantó y se tiró a los brazos de su padre dándole un cálido y amoroso abrazo.El marqués no resistió tampoco el impulso que sintió y correspondió aquel abrazo cargado de alegría y cariño
-Pensé que no te volvería a ver, mi madre no quería dejarme venir sola y apenas hoy pude convencer a mi tío para que me dejara quedar aquí mientras va por unos trajes
-por qué tu madre no quería que volvieras? -preguntó el marqués-
-dice que es peligroso venir sola a la plaza
-y tiene razón, pero ella podía traerte
-no, ella no es de las personas que sale mucho. Desde que perdió a mi padre ya no le gusta dar paseos, ni salir, ni viajar...
-¿y qué le pasó a tu padre? -preguntó el marqués mientras caminaba con la pequeña hacia uno de los sofás-
-bueno, todo pasó hace cuatro años, yo todavía era muy pequeña y lo que te voy a contar fue porque mamá me lo dijo hace poco, unos días antes de mi cumpleaños, cuando te vi por primera vez en la feria- comenzó diciendo la niña tomando asiento junto a su padre
-Entonces si eras tu -dijo el marqués- sabía que eras tu pequeña, pero dime, no nos desviemos por mi culpa y cuéntame que fue lo que le pasó a tu padre
-Bueno, hace cuatro año mamá y papá se casaron, ese día ellos eran muy felices porque habían luchado mucho para poder estar juntos y por fin después de tanto tiempo al fin estaban unidos por Dios y para siempre. Pero esa misma noche, una de mis tías, una que tenía mucho odio en su corazón incendió la cabaña en la que mis padres y yo estábamos y por poco morimos de no ser por la ayuda de las demás personas
Mientras la pequeña hablaba, iban llegando a la cabeza de christian imágenes vividas de lo que había sido aquel trágico momento, el marqués por fin estaba recordando como había llegado a encontrarse con genoveva y como había resultado tan mal herido, y había estado moribundo durante algún tiempo, poco a poco todo comenzaba a tener sentido
-Yo no recuerdo mucho de ese momento, porque después de ver como el humo entraba a la cabaña me desmayé y no desperté más hasta después de habernos sacado de ahí.
-Y qué pasó con tu padre?
-Bueno, todos pensaban que papá había muerto, después de sacarlo de la cabaña papá no respondía y no había más esperanza, pero poco después comenzó a moverse y a quejarse, ahí fue que mis tío se dieron cuenta que aun tenía vida
Christian continuaba recordando todo a la par que la niña iba contándole lo sucedido, su mente ahora estaba clara ya no había duda
-y fue ahí que fredrick y patrick me ayudaron a entrar a la casa grande, después salí corriendo porque no sabía quienes eran y desaparecí por completo -terminó christian diciendo lo que su hija le contaba y finalizando la historia-
-Entonces... -dijo la niña con los ojos abiertos-
-Puedo recordar, hija puedo recordar -gritó el marqué sonriendo y alzando a su hija en brazos- mi pequeña esmeralda, la luz de mis ojos, me alegra tanto volver a verte mi amor -decía emocionado y con sus ojos empapados
-Papi!!!! yo sabía que no nos podías olvidar, sabía que estabas vivo y que no nos dejarías -decía la niña aferrada a su padre- te extrañé mucho papá, no sabes cuanto sufrimos mi madre y yo por no tenerte
-Tu madre-dijo frenando en seco y mirando a la niña- no puedo... no puedo recordar bien a tu madre, sé que estamos juntos, pero ella aún sigue borrosa en mi mente, no puedo recordarla- dijo bajando nuevamente a la niña y desesperándose
-Cálmate papá, así como me recordaste a mi, también la recordarás a ella.
-Donde está tu madre, tengo que verla, tiene que saber que estoy bien
-mi madre está en la casa papá, pero no puedo moverme de aquí, tengo que esperar a mi tío patrick, el dijo que no demoraría
-Bien, cuando patrick regrese volveremos a casa hija- dijo limpiando las lágrimas de sus ojos- ¡genoveva! -gritó el hombre-
-qué pasa hijo -preguntó la mujer alarmada-
-puedo recordar, por fin puedo recordar -dijo sonriente abrazando a la mujer-
-Ay hijo es un milagro
-y todo es gracias a ella -dijo el marqués señalando a la pequeña- ella es mi hija, esmeralda
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