-¿Hijo te pasa algo?- preguntó genoveva a christian viendo como el hombre entraba agitado a su casa-
-Esa niña- respondió christian quedándose estático por un momento tras la puerta- Esas voces... genoveva estoy seguro que era él, el hombre de mis recuerdos era él
-¿pero de qué me estás hablando? no entiendo nada- dijo la mujer confundida y angustiada- Ven aquí, siéntate y trata de calmarte iré por un vaso con agua para ti
El marqués se dejó lleva hasta uno de los muebles que había cerca y con cuidado se tumbó en él. Mientras la mujer; tal como había dicho, iba a la cocina por un vaso con agua, christian trataba de aclararse la mente con todo lo que le había pasado. Algo dentro de él le decía que sin duda alguna el hombre que llamaba a la pequeña era el mismo de sus recuerdos, ahora ya lo había encontrado, estaba cerca de él, no quedaba más que esperar a que la casualidad los volviese a juntar, pues lastimosamente christian no sabía ni donde ni como encontrarlo, esa parte, ese nudo en su cabeza comenzaba a desenredarse, esa pequeña parte poco a poco iba generando más claridad, pero entonces vino a su mente la niña, esa pequeña con la que había tenido una conexión tan fuerte, que le había generado un profundo sentimiento de ternura y un deseo intenso por protegerla y abrazarla, la niña aquella que le había hecho sentir por vez primera una calidez que jamás antes había sentido, era la primer vez que algo así le pasaba.
-Esa niña- pronunció en susurro-¿tendrá que ver con el hombre aquel al que busco?
-aquí tienes querido -dijo genoveva entrando nuevamente a la sala con el vaso de agua- ¿que fue lo que te pasó? ¿por qué volviste con ese semblante? cualquiera diría que viste a un fantasma
christian miró a la mujer y bebió un poco de agua
-pues es como si hubiese visto a uno- respondió el marqués aun inquieto- ¿recuerdas el hombre que te he mencionado, el que viene a mi cabeza constantemente, el de mis recuerdos? creo que hoy lo he visto
-¿pero cómo? ¿estás seguro que es él?
-Sí, estoy totalmente seguro, ahora sé que en cualquier momento, allá afuera podré encontrarlo
-esa es una buena noticia-dijo la mujer- no veo que fue lo que te conmocionó de tal manera
-con él había una niña, cuando la pequeña y yo cruzamos miradas algo raro comenzó a oprimir mi pecho, era como si algo me estuviera obligando a ir por ella, a cuidarla, a tenerla entre mis brazos
¿que piensas que pudo ser? -interrogó ella-
-no lo sé genoveva, pero la sentí familiar, casi como si fuese mía, a demás pude notar que la pequeña tenía relación con el hombre del que te he hablado, él la llamó y ella respondió. y...- dijo él viendo a genoveva- no solo pasó eso
-¿que más pasó?
-tuve un encuentro con un hombre, él decía que yo era el marqués, que yo era christian, el marqués de huntingdon, claramente el hombre estaba ebrio, pero se le veía petrificado y se escuchaba tan seguro de lo que estaba diciendo que cualquiera que lo escuchase se convencería, y no solo él me miraba de manera extraña, varias personas en la plaza me observaban detenidamente como buscando algo en mi
-hijo, no sé si lo recuerdes, pero hace mucho tiempo yo te lo dije, te estaban buscando y habían carteles por doquier con tu rostro y tu nombre, te dije también que no te había entregado por el estado en el que estabas y porque temía que alguien quisiera hacerte daño, entenderás que el estado en el que te encontré no fue el mejor y en ese entonces temía por tu seguridad y tu vida
-y yo te agradezco que hayas hecho eso porque no sé que habría pasado conmigo, pero sigo convencido de que están equivocados. Yo no soy esa persona, no soy ese tal duque de huntingdon o marqués o rey, yo solo soy un hombre sin un pasado tratando de encontrar respuestas a un sin fin de preguntas que rodean mi mente, sin un nombre como tal, yo solo soy un christian que tu inventaste y ayudaste a revivir.
-bueno, no te llevaré la contraria, eres tu quien decide que hacer y como- respondió genoveva-
-Dejemos el tema, ahora ocupémonos en la apertura de la librería, necesito pensar en algo diferente
Unas semanas después la librería fue inaugurada, muchas personas se reunieron alrededor del lugar para presenciar lo que sucedía. El sitio parecía una casa de cuento de hadas, christian se había empeñado mucho en hacer que su librería se viera mágica tanto por fuera como por dentro, él sabía como cautivar a las personas y lo estaba logrando, pues poco a poco más personas se iban acercando
Finalmente el listó fue cortado y las puertas de la librería abrieron de par en par para dar paso a la multitud curiosa y ansiosa por ver lo que este maravilloso lugar les estaba ofreciendo. Desde cuentos de princesas hasta historias de terror, la librería tenía todo para que las personas se entretuvieran, hasta una pequeña sala de te en la que se podía leer y tomar la merienda.
-Parece que comenzamos bien- dijo genoveva encantada viendo como la gente degustaba cada uno de los libros puestos en las estanterías-
-No sabes cuanto me enorgullece esto genoveva,todo nuestro esfuerzo ha valido la pena
Con los días el lugar iba ganando fama, no solo por los libros que ofrecía sino por el contador de historias que contaba cuentos a los niños antes de cerrar. El rumor de que un apuesto hombre contaba hermosos cuentos a los pequeños se fue expandiendo hasta llegar a los oídos e la familia huntingdon.
-Me he encontrado con elizabeth hoy en el parque- dijo rosaline a victoria mientras caminaban por el jardín con los pequeños-
-¿qué ha sido de ella? hace mucho no la veo, lo ultimo que supe fue que quedó embarazada del duque de sutherland y eso imagínate hace cuanto fue-respondió victoria-
-bueno, pues hoy la he visto con su hija, la pequeña amaia, es una dulzura, tiene tan solo dos años- dijo rosaline alzando en sus brazos al pequeño lucas- me contó que cerca de la plaza principal han abierto una librería que parece mágica y que el contador de historias, el que participó en la feria es el dueño del lugar, dicen que cuenta los cuentos a los niños de una manera hermosa todos los días antes de cerrar y esto es lo que más llama la atención del lugar, quise ir solo por curiosear pero ya se me hacía tarde
-bueno habrá que ir algún día para ver si lo que dicen es cierto- dijo victoria sin darle mucha importancia al tema- ¡esmeralda hija! -gritó victoria- no te alejes mucho de nosotras -le dijo a su hija que corría feliz hacia el lago
-vicky -pronunció rosaline deteniendo el paso- tienes que empezar a cambiar esta forma de vida ¿no te das cuenta que no eres feliz y no te permites hacerlo? no haces siquiera lago para hacerlo -le reprochó a su hermana
-¿y como voy a ser feliz rosaline? no he podido encontrar a christian, ni siquiera sé si está muerto, esmeralda está creciendo sin un padre y desde esa noche yo siento que mi vida se acaba, si tan solo supiera que pasó con él, si hubiéramos encontrado algo que nos diera una pista -suspiró victoria- te juro rosaline que preferiría mil veces saber que...-dijo tragando fuerte- saber que murió a vivir con esta incertidumbre, no puedes pedirme que sea feliz, no así rosa
-victoria han pasado cuatro años, ya es momento de que pienses en ti, en esmeralda. No te puedes quedar sumida en el pasado y en el dolor, yo también extraño a christian y me duele no saber nada de él, pero no por eso el reloj se va a detener, suena duro hermana pero las cosas son así -le dijo rosaline a victoria tratando de hacerla recapacitar- te extraño vicky, extraño verte feliz.
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