Capitulo 10
Pasaron varias semanas desde que el marqués y genoveva llegaron a América, desde entonces se habían dedicado a recorrer lugares importantes y llamativos, habían decidido llenar sus mentes de cultura y lo hacían visitando cada lugar histórico que América les brindaba, pero un día, cansado de viajar dentro del mismo país a diferentes lugares christian decidió cambiar de dirección
-Genoveva -dijo el marqués dirigiéndose a la mujer mientras tomaban el desayuno- no se te hace raro que hayamos decidido conocer primero miles de lugares lejanos, pero nunca nos hemos tomado la molestia de recorrer el vecindario en el que nos encontramos, mira las calles, nunca hemos tomado por alguna de ellas, más que por la única que lleva hacia el tren.
-Bueno, no lo había visto de esa manera -respondió la mujer dirigiendo la atención al joven- no te lo había propuesto porque pensé que tal vez te gustaría conocer lugares conmemorativos, partes importantes de este lugar
-Estas calles también son importantes, son las calles que nos han recibido, son las calles que te acompañaron durante mucho tiempo mientras vivías con tu hermana aquí ¿no te gustaría ver cómo a cambiado todo desde ese momento hasta ahora?
-Claro que sí -respondió entusiasmada la mujer- que te parece si salimos entonces a dar un paseo por estas calles -propuso ella-
-Estaba esperando que lo dijeras
Después del desayuno ambos se pusieron en marcha. Las cosas para genoveva habían cambiado mucho, las calles y casas ya no eran las mismas, pero todo guardaba aun su esencia, todo era un sin fin de recuerdos, para christian en cambio todo era nuevo, algo que jamás había visto, le encantaba la arquitectura de ese momento, se sentía fascinado por cada cosa que veía y se sentía completamente atraído por lo que ese lugar le estaba brindando. Un par de calles más adelante se vieron frente a una biblioteca en venta, habían personas en el lugar, pero el letrero de venta estaba allí
-Que te parece -dijo la mujer- quien quisiera vender esta biblioteca, es hermosa
-entremos, quiero ver que es eso por lo que la están vendiendo
Así fue, genoveva y christian entraron en la librería.
-es realmente hermosa -dijo la mujer sorprendida por la decoración que esta tenía-
-Es verdad no veo por qué la vendan, mira nada más todos los libros que tiene, déjame preguntar al encargado, tal vez el sepa la razón por la que se vende -dijo el marqués separándose de genoveva-
-Disculpe señor -le dijo al hombre encargado interrumpiendo una conversación-
-Sí dígame -respondió amable-
-¿Por qué está en venta este lugar? se ve en muy buen estado y apreciando los libros, el valor que tiene cada uno es invaluable, y no hablo solo por su poder adquisitivo sino por el conocimiento que estos brindan
-Tiene razón, esta librería ha estado en venta dos veces, la dueña y fundadora del lugar decidió venderlo antes porque se mudó a londres y no quería abandonarlo, desde entonces se ha mantenido tal cual lo han dejado, ahora los actuales dueños quieren vender por la misma razón, se irán a otro país y quieren recuperar lo invertido vendiéndolo
-¿Quienes eran las personas encargadas anteriormente? vengo desde londres, quizá conozca a alguno de ellos -dijo el marqués-
-Bueno, la dueña era una joven, muy bella por cierto, tenía una hija pequeña, pero ahora no recuerdo el nombre de ella, de quien si recuerdo es de la otra mujer, quien también se encargaba del lugar, se llamaba evangeline, hasta donde sé ambas egresaron a londres, nunca más se supo de ellas
Cuando el hombre mencionó a evangeline, christian sintió como algo en su interior quería salir a gritarle quien era, pero no podía, aun todo parecía borroso y confuso, la sensación de familiaridad que sentía con el lugar no le dejaban tranquilo, era extraño, puesto que era la prime vez que visitaba aquella librería, sin embargo había algo tratando de inquietarlo
-Ya veo -respondió el marqués volviendo a prestar atención- Entonces supongo que ya tienen un comprador
-Lamentablemente no, estamos tratando de hallarlo, ¿está usted interesado? -preguntó el vendedor-
-Sí, pero déjeme recorrer el lugar y discutirlo con mi madre, le daré una respuesta en un rato -respondió el marqués caminando de nuevo hacia evangeline-
-¿y te dijo por qué está en venta?
-Sí, dijo que los dueños se irán a vivir a otra parte y que por esto quieren recuperar lo invertido vendiéndola
-¿y estás pensando en comprarla? -preguntó genoveva más que convencida de lo que decía-
-Sí, aunque no creas, este lugar como la casa, me hacen sentir algo, es todo muy familiar
- ¿de verdad no recuerdas nada christian? -preguntó la mujer
-En absoluto -respondió comenzando a caminar por el lugar-
Al llegar a unas escalas el joven se detuvo casi en seco poniéndole un alto inmediato a su paso. La risa de una pequeña invadió su mente y la voz de un par de mujeres comenzó a moverse por toda su cabeza. Fue un dolor de cabeza cargado de sonidos lo que hizo que el marqués se detuviera
-¿hijo estás bien? -preguntó preocupada la mujer-
-Lo estoy -respondió tratando de recuperarse- ahora ven, compraremos este lugar -dijo decidido-
El joven caminó con paso firme hacia el vendedor y dio por realizada la compra de la librería días después esta ya era suya.
cuanto más pasaban los días, más crecía la librería y más famoso se hacía el marqués, pues había adoptado la costumbre de leerle cuentos a los pequeños un par de horas antes de cerrar, decía que así los niños tendrían una mejor noche. Casi todo el tiempo estaba sumergido entre sus libros, se había apegado al lugar por las sensaciones que este le daba y aunque aun no lograba recordar nada, algo dentro de él le hacía sentirse atado, aferrado a cada rincón.
Una noche fría, genoveva y christian se encontraban bajo el calor de la chimenea bebiendo té mientras conversaban un poco a cerca de la librería
-Creo que no pudiste hacer mejor inversión -le dijo la mujer-
-¿hablas de la librería?
-claro que sí, ese lugar te ah convertido en un mejor hombre, y no sabía que tenías tanto talento con los niños
-ni yo, pero es hermoso compartir con todos esos pequeños, ellos vienen a mi y yo encantado les puedo leer un día completo con tal de verles sonreír
-¿todavía no has podido recordar nada?
-Si así lo hiciera tu serías la primera en saberlo- respondió el joven-
-Bueno, espero que sea así. Ahora dime, no descubriste nada sobre la librería, algo de los antiguos dueños , tal vez algo misterioso -mencionó la mujer bromeando-
- No, nada misterioso -respondió christian con una burla- lo único que sé de los antiguos dueños es que ambos, tanto los primeros como los segundos decidieron venderla porque se irían del país
-¿como que los primeros y os segundos? cuantas veces ha sido vendida la librería
-Al parecer dos veces, el vendedor dijo que la dueña y fundadora del lugar era una joven con una hija y su ayudante era una mujer, se llamaba evangeline
Genoveva mandó una mano a su pecho impresionada por la casualidad
-Tal vez esa sea una de las propiedades que mi hermana dejó en venta antes de marcharse- dijo la mujer- hijo, de casualidad puedes contactar al vendedor, quiero saber si esa mujer, evangeline es mi hermana
-Claro que sí, pero... que te hace pensar que puede ser ella
-una corazonada, es una coincidencia que la librería quede solo a unas cuadras de la casa y una de las encargadas tenga exactamente el mismo nombre de mi hermana
-Bueno, mañana mismo le diré que venga a casa, el seguro te puede ayudar
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