Décimo Cuarto Paso

-¡oh! ¡mira mira! ¡allí viene! -chilló una morena emocionada- ¡viene con rosas!

-¿¡rosas!? -exclamaron sus amigas al tiempo que se asomaban por encima de los casilleros para que el moreno no les viera

-¿a quién se las dara?

-apuesto a que son para Victoria -habló molesta una rubia- esa maldita se lleva bien con él

-¿tu crees? Pero ella está saliendo con Edgar. No creo que Jonathan sea capaz de interferir en su relación -argumentó la azabache

-entonces deben ser para una bella chica -aportó nuevamente la castaña

-yo -se mofó la rubia

-en tus sueños, Margarette

-chi-icas -murmuró la de cabellos oscuros- miren...

Vieron como el moreno le entregaba aquel ramo de rosas carmesí a la bella persona de rojizos cabellos y pecas esparcidas por sus mejillas, mejillas que se calentaron al ver las flores.

-¿¡QUÉÉÉ!? -exclamaron la castaña y la rubia, quienes del moreno estuvieron enamoradas, o atraídas, mejor dicho.

El pelirrojo tomó, con su temblorosa mano, el ramo y las atrajo a sí

-no-o te-ení-ías po-orqu-ué -murmuró nervioso y con una sonrisa

-te dije que te consentiría ¿o no?

-no-o creí qu-ue habla-aras en serio-o

~●~

-¡mirad mirad! -exclamó un chico a sus amigas

-¿ahora qué? -preguntó malhumorada la más baja

-el chocolate viene con unos chocolates? -señalo por la ventana al patio de enfrente

-¿qué? -soltó confundida la de claros cabellos castaños, asomándose por la ventana- oh, solo es Jonathan

-¿y...? -preguntó desinteresada la mas baja

-trae chocolates en una caja

-¿Cómo lo sabes?

-la caja que trae es de un local allá por mi casa -respondió la castaña

-¡creo que ya sé a quien se la dará! -exclamó el chico

-¿en serio? ¿a quién? -preguntó levemente interesada la bajita

-a Sherwin

-¿Cómo estás tan seguro?

-ayer, Margarett me dijo que le vieron con un oso y a él se lo dio

-¡oh que lindo! -chillo la castaña

-iugh que maricones

-¿¡CÓMO QUE MARICONES!?

Una pelea incrementó allí, lo cual les distrajo de ver cuando el moreno se acercó al pelirrojo, le saludaba y la caja le entregaba, siendo recibido con una sonrisa por parte del pecoso.

-muchas gracias, Jonathan -dijo mientras abría la caja y dejaba ver los numerosos bombones de aquel dulce- ¿quieres? -ofreció, tendiendole la caja

-solo si me lo das

Si los colores no se le habían subido a las mejillas antes, lo hicieron ahora, mas no dudo en sacar un chocolate y acercarlo a los labios del contrario, quien lo recibió gustoso, A PESAR DE SER CHOCOLATE. Pero bueno.

-¿está rico? -pregunta el más bajo

-bastante, espero tú los disfrutes -le sonrió al haber tragado el bombón

~●~

-¿globos? -se quedó perpleja la de castaños y enmarañados cabellos

-¡Como lo escuchas! -aseguró el chico castaño y ordenado frente a ella- decidió cambiar sus empalagosos regalos por eso

-empalagosos serán, pero él sabe que a Sherwin le encantan esas cosas

-e ignora que una diabetes le dará si sigue dandole chocolate

-¡no es solo chocolate! Le ha dado pastelillos de vainilla, ha traído paletas, e incluso galletas

-cosas con azúcar. Eso una diabetes le dará al pobre

-no es solo dulces lo que le da. Ha traído un par de peluches, tickets para cine...

-eso es material y-

-¿acaso has visto como Jonathan le ayuda en física a Sherwin? ¿has visto que le obliga a comerse su sana comida de almuerzo? -preguntó la chica

-pero no sería suf-

-cállate ¿bien? Mejor deberías deleitarte con este espectáculo diario que nos dan cada día

-sí sí, ya llevan así... ¿cuánto? ¿dos semanas?

-sí, son tan lindos. Ojala Edgar fuese así conmigo -suspiró

-¿y si tú fueras asi con él?

-él es el hombre de la relación, él debe hacerlo

-no molestes, Victoria

Y, al fondo del pasillo, Jonathan y Sherwin se encontraron, abrazándose como saludo para que luego, el pelirrojo recibiera su diario regalo

-lamento si es poco -murmuró Jonathan

-no te lamentes, me encanta hasta lo mínimo que me das -le sonrió

~●~

-¿alcanzas a leer? -preguntó una chica de oscura piel a la chica junto a ella de rasgos asiáticos

-umm... creo que dice... "La Espía"

-así se llama la película en Netflix ¿no?

-no lo recuerdo, pero sí sé que el libro existe -respondió, recuperando la compostura- la trama es muy buena, linda...

-no pensé que a Jonathan le gustara ese tipo de literatura

-¿tú crees que es para él? -preguntó con obviedad la asiática

-sí sí, perdón, ya a estas alturas debería saber para quién es -rió la morena

-¿aún no te ha quedado claro luego de tres semanas?

Y en el patio, ambos jóvenes se reunieron bajo aquel árbol, sentados el uno junto a otro. El pelirrojo abrió los ojos de par en par al ver la portada de aquel libro que tanto deseaba

-¡oh, Jonathan! ¡muchas gracias! -exclamó, abrazandolo, tirando sus brazos alrededor de su cuello

-ya sabes, lo que sea por ti -susurró en su oído

-si sigues gastando te quedarás sin dinero -rió, pero en verdad le preocupaba ese hecho

-vengo ahorrando desde pequeño -respondió- y no gasto, lo invierto

Ambos rieron por ello. Entonces, en el tronco se acomodaron y una nueva lectura empezaron ese día, con el pelirrojo como narrador.
Deleitando al moreno con su voz

~●~

-¿Qué crees que traiga hoy?

-ni idea

-¿apostamos?

-el perdedor que pague la comida del ganador

-¡bien! Yo apuesto a que viene con un oso

-¿seguro? Yo digo que vendrá con algunas rosas

-sh sh, creo que ya viene

Y fue en ese momento que ambos jóvenes se giraron a la entrada del salón, donde entró aquel moreno de ojos color cielo con un pequeño oso de felpa albino, muy lindo y suave a la vista. Entonces se escuchó un golpe en seco.

-¡no jodas!

-umm como que hoy se me antoja comer sushi

-pudrete -murmuró, cruzándose de brazos

Hablaban mientras Sherwin recibía el hermoso oso de felpa y lo abrazaba, junto al chico que ese mismo oso le dio

-Sherwin -llamó el moreno

-¿sí?

-¿quieres ir conmigo al parque? Después de clases -preguntó

-claro que sí -respondió con una sonrisa antes de besarle la mejilla

Y ambos sintieron un calor en sus mejillas por tal acción y miradas sobre ellos. Enternecidas y muy pocas de desaprobación. Era un gran paso, un gran avance para ellos, para su relación.

Esperen...

-¿sucede algo, Sherwin? -preguntó el moreno al ver su extraña morada, tan seria

-no-o no, nada -le sonrió débilmente

~●~

-ya, en serio Sherwin ¿qué te sucede? -preguntó finalmente Jonathan al chico que caminaba sin tocar las grietas a su lado

-no sé a que te refieres -murmuró con la mirada en el suelo, con el cuidado de no pisar ni una raya maligna.

-desde que salimos del instituto no me diriges la mirada, no, desde la mañana -habló un tanto molesto

Pero no lo estaba

El pelirrojo estuvo perdido en sus pensamientos todo el día, con una sola incógnita y mil respuestas posibles, pero a ninguna llegaba, ninguna era la indicada. Y es que ahora todas eran posibles. Se lo preguntó en un principio, y nada era la respuesta. Ahora, luego de tanto, es diferente.

-¡Sherwin! -exclamó al ver la caída del pelirrojo a su lado.

Fue culpa de las grietas

-e-estoy bien -susurró, despegando su rostro del suelo

El moreno se colocó en cuclillas a su lado para ayudar a levantarse. Tomó el rostro pecoso entre sus manos y vio que sus mejillas estaban sucias y un raspon tenían. Con cuidado las limpió con sus yemas, mientras veía las mejillas encenderse y los orbes miel escapar de los propios

-vamos a sentarnos -dijo Jonathan luego de soltar su rostro y tomar su muñeca y dirigirse a una de las bancas del parque

¿el parque? Maldición, tan metido en sus pensamientos estuvo, no, estuvimos que perdimos la noción del espacio.
En una banca blanca, alejada, y entre grandes arboles se colocaron, el uno junto al otro, con la mirada al frente

-Sherwin

-¿sí-í?

-sabes que puedes decirme lo que sea -murmuró- tú sabes que yo te escucharé. No te lo guardes todo

Entonces lo recordó todo. Recordó que esa incógnita, en un principio era solo suya y sin respuesta. Ahora estaba Jonathan, muchas cosas han pasado, y la incógnita también es suya.

Tomó aire y valor

-Jonathan

-¿sí?

-¿qué somos?

CONTINUARÁ

UFF esto lo he escrito a lo rápido y tonto, pero me gusta como quedo ;v;

En un par de días actualizo el paso final ¿ok?

Ok

Nos leemos luego, debo salir

Ujujuju~

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