JungKook y JiMin no se veían todos los días, porque lo fines de semana, el mayor debía asistir a una de sus actividades con sus amigos. Kook asistía a un pequeño club de basketball con YoonGi y NamJoon.

Entrenaban los sábados y jugaban todos los domingos. Se sentía muy a gusto allí, pero no había experimentado tal emoción como cuando JiMin apareció mágicamente en uno de sus juegos.

Había llegado con sus padres justo antes de que él juego comenzara y buscó al mayor con la mirada por toda la cancha hasta que lo encontró por su inconfundible color de cabello.

JungKook anotó una canasta casi enseguida.

JiMin aplaudió contento y gritó ánimos para el mayor.

— ¡Tú puedes, JungKook!

El chico de cabellos rojos se volteó y vio la sonrisa del pequeño JiMin. Esa sonrisa hermosa, sólo para él.

Su mejor amigo había llegado allí sólo para apoyarlo.

Y desde ese momento, jugó con más ganas que cualquier otro partido. Y anotó muchas veces más.

Estaba demasiado feliz.

El equipo de JungKook ganó y clasificó al campeonato de la ciudad.

JiMin molestó a JungKook porque el helado sabor fresa tenía el mismo color de su cabello.

Definitivamente, JiMin era la luz de los días de JungKook.

Marat0n isjskd

1/?