Capítulo 8 (Michael)

«¡Virgen! ¿Cómo que virgen?»

No sé cómo reaccionar, que hacer o decirle. No me molesta que lo fuese, pero me llena de curiosidad por qué un hombre como Dereck jamás ha llegado a la tercera base y, sin embargo, me elige a mí para ello. No puedo evitar sentirme orgulloso y feliz por este hecho, pero a la vez siento una gran tristeza.

Sería un gran error lo que estamos a punto de hacer, yo no me relaciono con la misma persona por más de una noche, no puedo ofrecerle una relación seria o ambos podríamos salir lastimados y Dereck merece algo mejor que un imbécil como yo para su primera vez.

«¡Es su maldita primera vez! No debería tenerla con un capullo como yo.»

Por otro lado, la tentación de devorar sus labios y sentirlo en mi interior, tan grande y grueso, es demasiado tentadora como para dejarla pasar. De solo imaginarlo la boca se me vuelve agua. Quiero ser egoísta y montarme en él y cabalgarlo hasta que ambos lleguemos al clímax, quiero llevarme su primero y dejar mis marcas en su bronceado cuerpo ¿Qué es peor, saciar nuestros deseos en este momento y luego afrontar las consecuencias u obedecer la parte racional de mi cerebro, aunque luego me lamentara toda una vida de no volver a tener esta oportunidad?

Voy a contestar en el momento que mi teléfono suena, valoro la opción de ignorarlo y dejar que se caiga la llamada, pero, en estos momentos, debido a las situaciones que existe, sería lo menos sensato. Observo a Dereck unos segundos en señal de disculpas y este, que también entiende de primer en plano nuestras responsabilidades, asiente se levanta de la cama y entra al baño rápidamente, me pierdo en el movimiento de su trasero desnudo mientras camina, pero rápidamente busco el teléfono antes que se caiga la llamada.

—Diga.

— ¿Michael? —La voz de Logan suena embelesada al otro extremo de la línea—. Acabo de despertar y ver tu tarjeta.

Mierda, le he olvidado completamente, una segunda voz en mi cabeza me recrimina por haberle dejado la nota he interrumpir lo que más deseaba en estos momentos, pero no la escucho, era nuestro deber proteger al chaval, sin embargo, la maldita voz sigue ahí.

«¡Qué oportuno el mocoso!»

—Te he dejado comida sobre la mesa, en unos segundos voy a ver cómo te encuentras.

Cuelgo el teléfono justo en el tiempo que Dereck sale del baño con una nueva toalla amarrada a su cintura, todo su pelo, hombros y cabeza en general están empapados en agua como si se hubiese tirado un balde arriba.

—Logan ha despertado. —Le informo mientras intento no perderme es su húmedo cuerpo.

—Deberías ir a verla.

El silencio abrumador nos envuelve, quiero decirle tantas cosas, no sé por dónde empezar: no me interesa que sea virgen, lo único que necesito es estar entre sus brazos, aunque fuese una noche sería la noche más importante de mi vida y no tengo duda de ello, asumo las consecuencias de lo que suceda luego, pero todo se va al traste cuando me mira y dice:

— ¿Puedes olvidar lo sucedido? —Su mirada me hiela—. Nunca debió de pasar y pido disculpas, ha sido mi culpa.

Siento el mundo derrumbarse a mis pies, es como si el corazón me parase de latir. Aunque yo mismo he dicho esas palabras miles de veces, nunca pensé que lastimaran tanto, que causasen tanto dolor. No puedo permitir que vea el daño que ha causado en mí, por lo que sacando mi lado más capullo e idiota respondo:

—No tienes por qué preocuparte. —Sí, si tiene—. No creo que la experiencia hubiese sido la gran cosa como para alardear de ella. —Hubiera sido como ver el bigbang—. Te traeré algo de ropa en un rato.

Le he lastimado tanto como él a mí, me doy cuenta, pero no me importa. Mejor darle razones para que le sea más fácil odiarme, no quiero que me considere el error de su vida. Me marcho al cuarto de Logan por la puerta que une ambas habitaciones antes de que me conteste, cierro tras de mí y me recuesto en ella. Siento el nudo de emociones acumularse en mi garganta, los ojos me escuecen y lucho por que las lágrimas no se acumulen peleando por salir.

— ¿Te encuentras bien? —La voz del pequeño híbrido me ayuda a reaccionar, está sentado sobre la cama con su café entre las manos, trato de apartar la vista, pero es tarde, sé qué ha visto la lagrima que se ha escapado y cae por mi mejilla.

—Estoy bien, solo utilizaré tu baño unos segundos.

No espero que diga nada, no quiero que vea mi lamentoso estado. Arrojo un poco de agua del grifo sobre mi rostro y cuando me aseguro que estoy más calmado regreso a la habitación. Puede que fuese mi culpa por reaccionar de esa manera ¡NO! ha sido mi culpa por provocarle desde un principio, nunca debí tocar sus cicatrices o decirle que deseaba quemarme con fuego, nunca debí responder al ardiente beso.

— ¿No me digas que he interrumpido un íntimo momento? Te ves muy agitado—bromea Logan, sé que solo quiere animarme y se lo agradezco.

—Sí, entre el porno de mi laptop y yo, muy íntimo.

Ambos rompimos en risa. Agarro una silla y tomo asiento ante él.

— ¿Qué tal te encuentras? —pregunto con amabilidad, es hora de dejar de pensar en Dereck y centrarme en la misión.

—Ya puedo mover parte de las piernas, es señal de que la droga comienza a perder efecto.

—Bien, pasaré aquí la noche para ayudarte a tomar un baño y curar sus heridas. —No puedo regresar a mi habitación y encontrarme con el cambiaformas, aún no estoy preparado para ello—. En un rato iré a comprar ropa limpia para ti y el gatito.

Con solo mencionarle mi estómago se oprime, debo controlarme.

—Mientras no sea como tu conjunto de playboy para hombres no me quejaré.

—Niñato molesto—respondo entre risas y continuamos bromeando por varias horas.

Dos días transcurren desde que nos instalamos en el hotel y algunas cosas no han ido a mejor, prácticamente Dereck y yo no nos dirigimos la palabra desde nuestro encuentro íntimo a no ser que sea de suma necesidad. Por lo menos Logan ya logra caminar por el mismo y conseguí diversas mudas de ropa tanto para él como para el cambiaformas. En estos momentos, estoy en la habitación tratando de concentrarme en lo que pasaban en la TV, mientras Dereck a mis espaldas conversaba por teléfono con su equipo de rastreo, estaba desesperado por conseguir cualquier noticia de los híbridos. Unos golpes en la puerta llaman mi atención, no hemos pedido servicio de habitación.

Dereck y yo nos miramos al unísono y sin palabra nos entendemos. Dereck toma mi arma en sus manos y yo me preparo para transformarme a la mínima señal de peligro. Me asomo a la mirilla de la puerta y mis hombros se relajan.

—Han llegado, busca a Logan. —No pregunta, sabe a quienes me refiero y cruza al cuarto siguiente en busca del chico.

Abro la puerta para encontrar frente a mí al líder de los vampiros y reciente novio del alfa, Tobías, junto a él viene Marcos su segundo al mando y uno de los vampiros más fuertes que conozco.

—Se han demorado—les recibo con una gran sonrisa— Aun no puedo creer que Ryan te permitiese venir.

—Aun no llega el día que mi querido cachorro logre prohibirme algo a mí—responde Tobías divertido.

No puedo más que sonreír, me agrada este vampiro desde el comienzo. Tenía una de las mejores personalidades narcisistas que conocía, sin dejar de lado la parte de capullo y, aun así, tenía al líder del pueblo comiendo de la palma de su mano. Quien los viese ahora nunca pensaría todas las dificultades que pasaron para estar juntos, sobre todo por la idiotez de mi amigo. Quiero a Ryan, pero es cierto que en el comienzo fue un poco tonto con Tobías.

El líder vampiro tenía una belleza exquisita, aunque con un aura gitana. Sus facciones eran finas, un poco de barba cubría su mentón y sus cabellos caían largos y lisos sobre sus hombros. Siempre vestía de negro y sus ojos verdes eran hipnóticos, tal parecía que pudiese leerte el alma con ellos. Marcos no se quedaba atrás, su cabello estaba más corto y con un aire un poco más moderno que el de su líder. También era bastante alto, su rostro era sombrío y de facciones bien marcadas. Poseía unos de los poderes más espectaculares que había visto en mi vida, Marcos era capaz de dominar los elementos, gracias a ello Logan había logrado ponerse en contacto con nosotros cuando Zack secuestró a Tobías.

¡Joder! Los vampiros debían de tener algún gen natural que les volvían bellezas andantes. Juro que podían llamar la atención hasta de un ciego, sin embargo, ninguno causaba el mismo efecto en mí que el cambiaformas.
Ambos sobrenaturales pasan a la habitación en el mismo instante que Dereck regresa con el híbrido. Con solo verles a Logan se le llenan los ojos de lágrimas, lanzándose sobre Tobías para abrazarlo. Marcos va a detenerle, pero el primer vampiro se lo impide. Por su mirada asesina, al parecer, Marcos no acababa de fiarse del híbrido.

—Gracias—susurra Logan entre los brazos de Tobías—. Pensé que me abandonarías—dice entre sollozos.

—Te prometí que te sacaría de ese lugar. — Tobías levanta la vista del muchacho y prosigue—. Me alegro de verte bien Dereck.

—He tenido suerte. —Sonríe el eludido.

—Marcos ve con Logan a la otra habitación, me gustaría conversar un poco con Michael y Dereck.

Siguiendo las órdenes de su líder este asiente, aunque a simple vista se puedo notar que no le gustaba el papel de niñera. Arrastra al menor hasta la otra recamara casi entre gruñidos. Marcos no era la persona más amigable del mundo, pero he de admitir que es la primera vez que le veo actuar así.

—Me alegro de que ambos se encuentren bien, Ryan casi destruye todos los adornos de la casa cuando descubrió de tu partida Michael.

Puedo notar como la sonrisa se expande por los labios de Tobías acompañada de una mueca de resignación. No quiero ni imaginar en qué condiciones quedó la casa bajo la furia de Ryan.

—Siento los problemas que he causado, pero…

—Lo sé, era algo que necesitabas hacer. —No puedo evitar sonrojarme al pensar las segundas intenciones tras la frase del vampiro.

«¿Qué diablos sabía Tobías?»

—Nunca debiste haber puesto en peligro tu puesto en la manada ni perder el tiempo en ir a buscarme.

La voz de Dereck, quien hasta el momento no había hablado, suena a mi lado fría y distante.

— ¿Perdón? —pregunto ojiplático ante la nueva revelación.

«¿Por qué diablos decía eso?»

—No existía necesidad de que te hicieses el héroe, era un asunto muy delicado para alguien que apesta en misiones de campo.

¡Capullo! No me habla en dos días y ahora que lo hace solo dice esto. Mis nervios explotan, no puedo contenerme más, no sé lo que o hago. Agarro el cojín del mueble más cercano y se lo estampo en la cabeza dejando un reguero de plumas a nuestro alrededor.

—Sabes algo, vete a la mierda. —Agarro mi chaqueta y antes de salir por la puerta le digo al vampiro que nos mira sorprendido—. Si me necesitas estaré disfrutando mi última noche en el bar.

Dereck aun tose por las plumas a su alrededor. Tiró la puerta provocando un fuerte sonido, no puedo permitirme volver a llorar por los rincones como he hecho los últimos dos días, por lo que como dije me dirijo al bar para ahogar las penas en alcohol.

—Un whisky doble por favor, y sin hielo—pido al camarero mientras tomo asiento en uno de los taburetes de la barra.

Llega mi trago y de un solo viaje me lo bebo ignorando el ardor que provoca en mi garganta.

—Otro por favor.

Una mano toca mi hombro mientras traen mi segundo vaso de whisky.

—Ten cuidado con eso, puedes terminar mal.

Tobías estaba a mi lado con una sonrisa de oreja a oreja. Aún recuerdo la primera vez que vi al vampiro, me caía bien y me gustaba su actitud, aun así, no estaba muy seguro que fuese la mejor pareja de Ryan, pero, cuando vi lo feliz que hacía a mi mejor amigo, no dude ni por un segundo que podría confiar en él sobre lo que fuese. El vampiro pidió otro whisky para él.

— ¿Has dejado solo al capullo? —No quiero parecer afectado, pero no puedo evitarlo.

—Está contándole todo a Marcos, ¿qué ha sucedido entre vosotros? Siempre se han fajado, pero nada como lo que he visto el día de hoy.

Dice como si no tuviera importancia y yo solo me encojo de hombros.

—No ha sucedido nada que valga la pena mencionar, solo le odio.

—Parece que Dereck ha logrado su objetivo entonces.

Confundido le miro a la espera que argumente, no puedo disimular mi interés. Tobías parece darse cuenta y continúa.

—Me ha dicho que necesita que le odies, por eso ha dicho esas frías palabras.

Me atraganto con la bebida, no puedo creer que haya dicho las mismas palabras que pensé yo dos días atrás, a que mierda está jugando el gatito. No digo nada, no me atrevo, no puedo.

—Sabes. —Vuelve a hablar Tobías—. No cometan ambos el error de dejar marchar a quien les hace tener sentido a sus vidas. — Tras sus profundas palabras termina su vaso y tocando mi hombre sugiere antes de marcharse—. Piénsalo.

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