Capítulo 3 (Dereck)

Despierto en el suelo acompañado por un fuerte dolor de cabeza, intento recordar lo ocurrido y, a pesar del aturdimiento, poco a poco las imágenes comienzan a inundar mi memoria: El bar, las personas bailando en la disco, el estrecho pasillo, la habitación del reservado, las jaulas, los vampiros, cambiaformas e híbridos, el tráfico de criaturas sobrenaturales, la información que poseían sobre mí y… Presiono la parte posterior de mi cuello en el punto exacto en el que me inyectaron la droga, debió de ser eso; no conozco nada más que pueda dejarme inconsciente de una forma tan rápida. Sigo sin creer que hayan creado una sustancia que pueda debilitar y desestabilizar completamente a un sobrenatural.

Necesito salir de este lugar y reorganizar la misión, no sé cuánto tiempo llevo dormido, a estas alturas de seguro mis camaradas creerán que he muerto. Debo informarles urgentemente sobre mi paradero, solo hay un problema.

«¡No tengo ni puñetera idea de donde me encuentro!»

Me pongo en pie rápidamente provocando que el aturdimiento de mi cabeza aumente, miro mi alrededor intentando visualizar algo, pero la habitación se encuentra sometida en total oscuridad, solo iluminada por un pequeño rayo de luz de luna que se filtra por una ventana a lo lejos de donde me hallo, al no haber recuperado el cien por ciento de mis fuerzas se me dificulta ver algo en tanta oscuridad a pesar de ser un cambiaformas.

Avanzo de manera lenta con los brazos extendidos para guiarme cuando las palmas de mis manos chocan con unos barrotes de hierro, mientras mi vista se adapta a la oscuridad examino con mayor detenimiento el metal que se extiende a toda la redonda dejándome solo una explicación: estoy en una jaula.
Jalo con fuerza los barrotes: intento separarlos, romperlos, causarle algún tipo de daño a la prisión en la que me encuentro. ¡Nada da resultado!

—No malgastes tus fuerzas, las necesitaras más adelante.

Giro sobre mis pasos buscando la voz de la habitación y no me toma mucho tiempo encontrar a un joven en el otro extremo de la hedionda jaula. Al despertar, debido al aturdimiento causado por la droga pase por alto que me encontraba en compañía, sin embargo, en estos momentos con la mente más despejada logro captar su aroma, un olor que para mi gusto comienza a volvérseme demasiado familiar. Con un ágil movimiento me agacho para alcanzar el cuchillo que siempre oculto en mi bota solo para descubrir que ya no se encuentra en su lugar. Maldigo para mis adentros. Ha sido muy ingenuo de mi parte pensar que mis opresores no retirarían las armas al capturarme. Los ojos rojos sangre me miran fijamente, sé que me analizan, no bajo la guardia a pesar de sentir que con este chico no corro ningún peligro.

— ¿Es costumbre de los híbridos encerrarse junto a sus prisioneros para vigilarlos? —interrogo sarcásticamente.

— ¿Qué te hace pensar que te vigilo?

—Sino porque estarías aquí.

La sonrisa desganada del muchacho al solo acabar mi frase me hace reconsiderar la situación. Es demasiado ridículo que me encerrasen junto a uno de ellos solo por el simple hecho de burlarse de mí. Me dedico a observarle detenidamente, no cabe duda de que es un híbrido; no obstante, parece el doble o triple de sedado que yo, ahí sentado en el mugriento suelo con su espalda recostada a los barrotes, dudo que pueda hacer algún movimiento más allá de mover los labios. Tanto sus pantalones como su camisa se muestran desgarradas, su rostro cubierto de fango y la piel de sus brazos recubierta por grandes moretones.

«A este niño le han propinado una paliza, no me vigila. Es un prisionero igual que yo.»

Debió cometer un fallo muy grande o desobedecer a alguien importante para ser uno de ellos y encontrarse aquí. Fue entonces cuando una fugaz idea pasó por mi cabeza: Un muchacho que no debe pasar de los diecinueve años, híbrido, condenado, podría ser…

— ¿Logan? —El nombrado vuelve su rostro hacia mí completamente asustado.

— ¿Cómo sabes mi nombre?

Camino en su dirección para agacharme a su altura colocando nuestros ojos al mismo nivel.

—No tienes por qué temer, me han enviado a ayudarte. —Un halo de esperanza parece surcar su semblante, pero este vuelve a perderse tan rápido como llego.

—No hay manera de ayudarme. —Parece asustado y resignado a su destino.

—No tienes por qué temer—repito para tranquilizarle—. Tobías aun vela por ti.

— ¿El líder de los vampiros? —Asiento con un breve movimiento de cabeza— ¿Entonces no se olvidó de mí?

Su tono de voz refleja un cansancio inmenso, no quiero ni pensar por lo que ha debido de pasar este pobre chico en todo este tiempo, parpadea repetidas veces para contener las lágrimas que luchan por salir, muerde su labio a tal intensidad que una gota de sangre corre por ellos. Entiendo que no quiera que vea su debilidad, me he sentido igual en el pasado. Debo sacar a este niño de aquí, pero primero debo pensar como escaparemos.

—Escucha Logan, Tobías no ha dejado de buscarte y está más que dispuesto a ponerte bajo su protección, pero primero tenemos que escapar de este lugar y necesito tu ayuda para ello.

—Tengo el doble de droga que tú en mi sistema, ni siquiera soy capaz de caminar por mí mismo, no te sería de ninguna ayuda—responde cabizbajo.

Tomo asiento en la jaula junto a Logan.

—Claro que eres de ayuda, por desgracia has convivido con ellos bastante tiempo, ¿puedes darme una pista de lo que desean o como salir de esta maldita disco?

—No estamos en la disco—responde con decisión—. Nos encontramos en un almacén abandonado cerca del puerto.

No me había percatado, pero ahora que lo menciona, puedo escuchar las olas del mar al otro lado de la pequeña ventana por la que entra un poco de la luz de luna, siento el sonido de las gaviotas y la fresca brisa marina. En estos momentos, Logan sabe más de nuestra situación que yo mismo, aunque él no lo crea.

—Ni siquiera me había percatado de que ya no nos encontrábamos en el antro—confieso, por lo visto aún todos mis sentidos continúan medio dormidos— ¿Hay alguna forma de escapar?

Logan mira alrededor como para cerciorarse que nos encontramos en completa soledad.

—Existe una única entrada al almacén—explica—. Solo es posible abrir la puerta desde el exterior y si no me equivoco hay guardias vigilándola. —Se detiene unos segundos para tomar aire, por lo visto hablar demasiado le agota—. El cerrojo de la jaula se encuentra en la parte superior, como estamos debilitados debido a las drogas que nos suministran nos sería prácticamente imposible escapar sin ninguna ayuda de fuera.

Proceso la información que acabo de recibir.

«Imposible escapar sin ninguna ayuda de fuera.» Una chispa se enciende en mi mente: el localizador, si pudiese activarlo alguien del clan pudiera enviar a algún compañero y suministrarnos el apoyo necesario. El mayor inconveniente a este plan es que no sé dónde tienen escondidas mis cosas.

—Logan, ¿sabes dónde pusieron mis pertenencias?

—Erick las tiene.

Erick, le recuerdo, el híbrido que dirigía la reunión que se llevaba a cabo cuando me capturaron.

— ¿Sabes algo sobre el tráfico de sobrenaturales y la supuesta droga? —interrogo, necesito conseguir la mayor cantidad de información posible para informar a Ryan.

—De la droga no se mucho, tienen gran parte del suministro escondido en este almacén y con respecto al tráfico, secuestran y encierran a todos los sobrenaturales que tienen a su alcance, a los más débiles los venden por buenas cantidades a líderes corruptos de diversos clanes, mientras que a los más fuertes…—Vuelve a hacer una breve pausa para tomar aire—…a los más fuertes los convertimos y unimos a nuestro pequeño y modesto ejército. —Termina la frase una voz fría y áspera al otro lado de la estancia.

Giró hacia la procedencia de la conocida voz, la última vez estaba tan sorprendido que no reparé en su físico, sin embargo, ahora lo apreciaba mucho mejor. Erick poseía una piel tan pálida que resaltaba en medio de la oscuridad, llevaba el cabello rubio cortado de manera formal, vestía un traje elegante de color blanco lo cual hacía destacar aún más el brillo de sus ojos, unos ojos que a pesar de poseer el mismo tono sangre que Logan en estos solo podía apreciar pura maldad, no existía rastro alguna de que en ese cuerpo habitase algún alma. Su sonrisa era fría, distante y cínica. Nos miraba como si no fuésemos más que simples ratas de laboratorio en su juego.

—Me alegra que te despertases a tiempo para mi visita Dereck—dice mientras se acerca a paso lento pero firme a los barrotes de la jaula, imito el movimiento.

—Me sorprende que no me matases aún—intento mostrar un tono de voz indiferente igual al suyo.

—Vamos amigo, vengo en son de paz. —Su falsa sonrisa solo me pone más en alerta—. Mira incluso traje tus juguetitos.

Alza en una mano una bolsa con mis pertenencias y poco a poco las empieza a arrojar al suelo.

—Una pistola, recargas, cuchillos…vaya vienes todo armado, y esto ¿qué es? —pregunta mientras sostiene la minúscula caja localizadora en su mano, por lo visto no sabe que trata—. Bueno algún otro raro artefacto tuyo—dice antes de arrojarla al piso cerca de la jaula.

— ¿No piensas matarme? —intento crear conversación mientras pienso en un plan para recuperar el localizador.

—Para nada, quiero que te unas a mí.

—Entonces será mejor que me mates ya porque no tengo intención de hacerlo.

Mi voz no vacila o titubea, sino que está cargada de su frialdad natural. Suelta una risa maquiavélica.

—Imagina un híbrido con tus habilidades de pantera, te convertirías en lo jamás visto, una criatura hermosa y a la vez peligrosa. No todos saben aprovechar esa posibilidad. —Por unos segundos su mirada viaja de mí a Logan y este último baja la cabeza para evitar la feroz mirada.

—Vete al infierno—contesto sin más.

Erick pasa su mano a través de los barrotes para sostener mi cuello con una fuerza estranguladora, me acerca a él y pasa su lengua a lo largo de mi mejilla, el asco crece en mi interior.

—Solo piénsalo, las fortalezas de muchos y las debilidades de ninguno—dice sin soltarme aun—. Quiero que seas mi pareja, a mi lado ganarías un poder inigualable te convertirías en lo que siempre debiste ser: un líder.

Su voz es solo un simple susurro que se expande por mi mente ¿Qué diablos pretendía este hombre? Y ¿qué quiere decir con: lo que siempre debiste ser? ¿Cuánto sabe Erick de mí?

—¡Muere! —Con las pocas fuerzas que he conseguido recuperar me aparto de su agarre y lanzo con la pierna un puñado de hierbas secas y lodo del fondo de la jaula hacia él.

Erick retrocede dos pasos sin parar de reír, es una risa fría y demoniaca que nunca he escuchado en mi vida y lograría que se acobardase hasta el más valiente. Recoge las cosas que antes ha tirado al suelo.

—Volveré pronto por ti cambiaformas. —Informa mientras da media vuelta para marcharse—. Serás mío por completo.
El sonido de una puerta al cerrarse nos da a conocer su total partida. ¿A qué se refiere diciendo que seré suyo por completo? Sin embargo, no tengo mucho tiempo para pensar en una respuesta adecuada, necesito sacarnos a Logan y a mí de este lugar antes de que ese bastardo o cualquiera de los suyos regrese.

Me arrojo al suelo y estiro la mano entre los barrotes tocando el fango que he lanzado antes.

— ¿Qué haces? —pregunta Logan confundido, por lo visto ahora que se fue el híbrido él ha recuperado el habla.

Sostengo el localizador que logré ocultar entre la podredumbre del fango y las hojas sin que Erick se diese cuenta, nunca pensé en lanzarle a él la inmundicia, solo ocultar lo que necesitaba. ¿Quién diría que un plan tan improvisado y básico daría frutos? De seguro que si el híbrido hubiese mirado más allá de su ego o interés en molestarme se hubiese dado cuenta. Observo de nuevo al joven incapaz de moverse.

—Poner en marcha el plan de fuga Logan, nos iremos pronto de este lugar.

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