Capítulo 14 (Dereck)
Me encuentro de regreso en Los Ángeles junto con Erick y el resto de híbridos, solo que esta vez es por voluntad propia. Ya hace varias horas que me separé de Michael y, debo admitir, es uno de los peores dolores que he pasado en mi vida, sin embargo, me marcho con la tranquilidad de que sigue vivo. No tuve el suficiente valor para despedirme, por lo que prácticamente hui cuando mi lobo aún no había despertado, de no ser de esa manera no creo haber podido hacerlo, hubiese perdido la poca voluntad que sentía de apartarme de su lado, aun su imagen llorando me atormenta, suplicando, me mata saber que le he causado dolor, aunque por lo menos es por un buen motivo. Antes de desaparecer por completo le pedí a Ryan que no permitiese que Michael me buscara, que siguiera con su vida, que lo cuidase y lo retuviese y espero que el alfa cumpla con su palabra por el bien de ambos.
— ¿Ocurre algo? —pregunta Erick con una mirada divertida.
Sabe en lo que estoy pensando, pero aun así disfruta haciéndome sufrir, piensa que ha ganado toda la batalla y yo, como fiel sirviente que me he vuelto, no debo llevarle la contraria.
—Nada mi señor. —Intento que el tono de mi voz refleje sumisión y no los intensos deseos que tengo de matarle.
Estamos donde comenzó todo hace par de semanas: el antro de su propiedad en Los Ángeles, centro de tráfico y reunión de estas bestias de las cuales yo formaría parte dentro de poco. Erick atrasaba el momento de mi cambio y aun no entiendo el porqué, pero sospecho que algún plan debe de tener, quizás aún ponga a prueba mi reciente lealtad hacia su persona.
—Quiero mostrarte algo. —Su voz no denotaba ni una pisca de amabilidad.
Le sigo mientras pienso que esta es la vida que tendré a partir de ahora, lo que elegí, ya no hay marcha atrás. Entramos en la misma habitación en la que me capturaron la vez anterior, solo que este viaje se encuentra completamente iluminada por incandescentes lámparas, permitiéndome observar por completo las numerosas y gigantescas jaulas con criaturas sobrenaturales. La gran mayoría parece dormida mientras el resto, a pesar de tener los ojos abiertos, dudo mucho que se puedan mover.
— ¿Están drogados? —pregunto.
—Interesante ¿no crees? —Realiza una pequeña pausa para que yo conteste, sin embargo, me encuentro ensimismado en las pobres personas que ven mis ojos—. Asombroso lo que puede producir un poco de sangre de híbridos junto con algún que otro químico.
Su declaración me sorprende, no lo esperaba.
— ¿La droga este hecha con sangre híbrida? —Aunque más importante que eso es que él me lo esté contando, debe estar muy seguro que no me iré de su lado.
Gira para estar frente a frente a mi rostro y coloca suavemente la fría palma de su mano en mi mejilla, deslizándola hasta llegar a tener mis dos cachetes entre sus dedos para apretarlos como si de un pequeño niño se tratase. Siento sus largar uñas rozar mi piel y el asco reina en mi estómago, obligo a mi cuerpo a mantenerse en el lugar.
—Te lo dije una vez pantera, las fuerzas de todos y las debilidades de ninguno—repite la frase que mencionó cuando me propuso transformarme en híbrido por primera vez—. No obstante, para ustedes nosotros somos como el veneno. Ya viste lo que solo una gota de nuestra sangre le ocasiono a tu pequeño lobo.
Siento como me hierve el cuerpo ante la impotencia he intento prepararme para lo que vendrá a continuación. Sé que las continuas provocaciones no pararan, intento pensar en algo más y es cuando una idea pasa por mi cabeza.
— ¿Entonces como afecto a Logan el veneno si ya él es un híbrido?
—Le aplicamos el veneno mucho antes de convertirlo, digamos que es un chico especial, es nuestro ratón de laboratorio y por ello comprenderás que debemos recuperarle.
¿Especial? No entiendo nada, pero algo me decía que es parte de la clave para derrotarles, si pudiera hacerle llegar la información al alfa o al líder vampiro, que es quien protege a Logan, podrían ver que es lo que vuelve al muchacho único para los híbridos. Sin embargo, no puedo arriesgarme a que me atrapen, volvería a colocar en riesgo la vida de Michael. Si les llego a desobedecer estoy completamente seguro que esta vez no le perdonarían la vida.
— ¿A qué esperas para convertirme a mí?
Se alejó lentamente para posar sus sangrientos ojos en las jaulas, los minutos pasaban y cuando pienso que no contestará dice.
—Eres igual a Logan, una especie única, las panteras están casi extintas y me encantaría sacarte el mayor partido posible antes de transformarte, cuando esto suceda serás el líder de mi ejército, te quiero solo para mí y no voy a dejar que mis superiores te recluten, para ello tengo que conseguir al máximo tu fidelidad.
—Ya la tienes.
—No, tengo tu obediencia, no es lo mismo, quiero más, quiero tu corazón.
Sus palabras me asquearon a un nivel que no creí capaz. Debo contener mi lengua para decir algo fuera de lugar.
—Mi corazón ya tiene dueño, puedo ser tu esclavo—digo con un poco de sequedad—. Pero nunca seré tu amante.
Su sonrisa es cínica. Aunque me niegue, Erick tiene las armas para disponer de mi cuerpo si así lo desea, no obstante, mi corazón no está en el menú. Ese lo dejé junto a Michael en el pueblo.
—Lo sé y por ello aun no te puedo transformar, con tus poderes de pantera e híbrido llegarías a tener más fuerza de la que imaginas y no me arriesgaré de que la uses en mi contra por volver junto a tu amado.
—No haré eso. —Intento que no haya duda en mi voz, pero la tentación de arrancarle la cabeza al rubio híbrido es muy grande.
—Ni yo correré el riesgo, muchos problemas me causo traerte como para perderte tan rápido y más ahora que nuestro nuevo líder esta por conseguir sus fuerzas al cien por ciento.
No me gusta lo que eso significa, necesito avisar al resto, pero no hallo una manera de hacerlo sin levantar sospechas y poner sus vidas en riesgos, aun así, los chicos deben saber que el nuevo líder se acerca y de esa manera podrán estar preparados en caso de emboscadas. Me encuentro en un dilema, si les digo, nos mató a todos, y si no, ellos morirán luego. ¿Qué debo hacer?
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