Capítulo 13 (Michael)
—Llévame a casa.
—Por quinta vez Michael, debes quedarte en el hospital.
Ya Ryan comenzaba a impacientarse con mi insistencia de regresar a casa. Para cualquier persona que observase la situación desde el exterior sé que parezco irracional y suicida, sin embargo, sé que estoy muriendo, me cuesta hablar o mover cada parte de mi cuerpo y no pienso pasar mis últimas horas en un hospital. Si me voy a morir que sea en el lugar que quiero junto por todo lo que he luchado.
—Mira Ryan— hablo despacio según me lo permita mi débil respiración, incluso esta pequeña acción me cuesta demasiada energía—. Sé lo que va a suceder, aunque ninguno tenga el suficiente valor para mirarme a la cara y decírmelo. —Mi amigo luce culpable ante esta afirmación, puede que la verdad sea que tampoco ellos quieran admitirlo—. Siento que no me queda tiempo y por lo menos quiero mirar por última vez mi bar y las cosas que me importan.
Por primera vez desde que me hallo en el hospital, mi amigo me mira a los ojos, están llenos de dolor y tristeza, puedo ver la impotencia en ellos y, no me cabe duda de que si pudiese cambiar lugares conmigo lo haría sin pensar. Conociendo bien a Ryan incluso debe de sentirse culpable por no haber hecho lo suficiente para evitar que yo fuera a Los Ángeles.
—De acuerdo, buscaré al doctor para trasladarte.
Se marcha de la habitación dejándome solo con mis pensamientos, jamás pensé que moriría de esta manera sin ni siquiera saber lo que tengo. Dicen que cuando se acerca el final solo piensas en las personas que más quieres y yo, ahora mismo, no paro de pensar en Dereck. No he tenido noticias suyas hace ya algunas horas desde que se marchó de repente, nadie sabe de su paradero ¿Dónde está? ¿Por qué no viene conmigo? Dijo que lo solucionaría todo, pero no lo entiendo. Solo deseo que este aquí, necesito decirle como me siento, le echo de menos.
—El coche espera abajo para llevarte a casa. —Ryan está de nuevo a mi lado, noto como intenta aparentar fortaleza.
Me carga entre sus brazos debido a mi incapacidad para mantenerme en pie, no puedo evitar comparar su agarre con los cálidos brazos de Dereck, la delicadeza y cariño con que me trata, como si estuviese cargando el cristal más fino y frágil del mundo. Montamos en la camioneta de Ryan y, al estar sentado, por primera vez me percato de las líneas negras que recorren todo mi cuerpo, en cuestión de horas se han extendido de mis brazos a la espalda y luego descendieron a mis piernas. Cada vez me cuesta más hablar ¡Mierda! temo no ser capaz de decirle a Dereck todo lo que siento para cuando aparezca. ¿Dónde diablos está el maldito cambiaformas?
—Estoy seguro que vendrá pronto. —La voz de mi amigo me sobresalta.
—¿He hablado en voz alta? —pregunto curioso pues no recuerdo haberlo hecho.
—No, pero por tu cara es fácil adivinarlo. —Sonríe triste.
«¿Tanto se nota mi desesperación? Soy patético.»
— ¿Te dijo a dónde iba?
—Solo mencionó que volvería a tiempo, y yo confío en él.
Asiento como puedo y nos ponemos en marcha, Ryan tenía razón, debo confiar en él, Dereck no me abandonaría luego de todo lo sucedido, o tal vez solo eran ilusiones mías y para él nunca significó nada, a pesar de sus dulces y tiernas palabras. Evito pensar en ello al sentir el nudo de emociones en mi garganta gritando por salir. Cierro los ojos y duermo el resto del camino, no puedo dejar que la soledad que me inunda me deprima más. Ni física ni mentalmente estoy preparado para soportarlo.
Llegamos a casa par de minutos luego de haber salido del hospital; Ryan me ayuda a salir del coche y me lleva a mi habitación en la parte superior del Millenium. Estoy acostado en la enorme cama, miro todo a mi alrededor, pero no observo nada en específico, ahora mismo nada de lo que creí que me haría sentir mejor me importa. Por el contrario, me deleito en cada recuerdo de la última semana la cual ha tenido más valor para mí que el resto de mi vida. Creo que en momentos como estos es cuando en verdad se entiende que los objetos materiales no dan la felicidad, o sea, estoy rodeado de todo lo que he querido conseguir en mi vida, de todos mis sueños y aspiraciones, no obstante, solo deseo lo único que no está aquí ahora mismo. Solo la presencia de Dereck podría relajarme.
«Sería bonito que lo último que vea antes de morir fuese su imagen.»
—Estaré abajo por si necesitas algo.
Ni siquiera respondo cuando Ryan sale de la habitación. No puedo juzgarlo por no querer ver como dejo de respirar, si fuese al revés a mí también me sería difícil.
Cinco, diez, quince, veinte minutos, no sé cuánto ha pasado cuando diviso una enorme pantera parada a mi lado. Es el animal más bello que he visto en mi vida, sus verdes ojos me recuerdan a Dereck, todo él me recuerda a Dereck. Las alucinaciones ya deben de haber empezado a apoderarse de mi mente si visualizo la forma animal de mi cambiaformas sin ni siquiera tenerle a mi lado.
«No quiero morir antes de verle.» Una lágrima se desliza por mi mejilla debido a tal pensamiento.
Es entonces cuando el enorme gato se transforma en persona y caigo en la cuenta que no se trataba de una simple alucinación.
—Capullo, has tardado en llegar. —Trato de bromear.
—Tan encantador como siempre mi cachorrito, ni siquiera el veneno puede evitar tu adorable humor.
Si no estuviera más blanco que la leche debido a mi cercana muerte estoy seguro que me sonrojaría por el tierno apodo. ¡Dios! ¿Quién diría que me volvería tan dramático en estos momentos? Soy más diva de lo que siempre imaginé.
—Así que me envenenaron, que trágica muerte, Shakespeare estaría orgulloso de mi drama.
—No lo dudo cariño—dice mientras se recuesta a mi lado posando un casto beso sobre mi frente y por primera vez desde que llego me percato del pequeño frasco en su mano—. Debes tomar esto y te recuperaras.
— ¿Qué es? —pregunto alzando la ceja, por lo visto los músculos de mi rostro son los únicos que no se han dormido del todo.
—He conseguido el antídoto al veneno de los híbridos, ellos mismos me lo han dado.
— ¿Y cómo puedes saber que no es una trampa? —Ya de esa gente no me fiaba ni un pelo.
—Porque Erick no se arriesgaría a que no regresara con él como le he prometido.
Sus palabras me ponen en sobre alerta, saco las fuerzas de donde no las tengo para reincorporarme en la cama y mirarle detenidamente, sin embargo, el movimiento me ha dejado agitado y debo esperar unos segundos para retomar el aire. Su mirada decidida me deja saber la veracidad de sus palabras, eso solo me destruye más.
—¿Qué quieres decir con eso?
—He negociado mi lealtad por tu vida, te dije que te salvaría y no te defraudaré.
—¡No tomaré esa mierda! —Estoy molesto, le golpeo el desnudo pecho, pero dudo que le cause algún daño con mis escasas fuerzas— ¡No pienso vivir a costa de tu sacrificio!
—¡Mi sacrificio valdrá la pena si estas a salvo! —Toca suavemente mi rostro, ambos alzamos la voz, aunque Dereck es el primero en suavizarla—. No entiendes que no podría vivir sabiendo que tu no existes en este mundo.
—No puedo dejarte hacerlo, no puedo permitirlo conociendo todo lo que sacrificas por mí, yo…yo te quiero. —No puedo evitar llorar, siento que le pierdo, aunque viva nada tendría sentido si él no está a mi lado, solo que fui lo suficientemente idiota para descubrirlo ahora—. También prometiste que no me dejarías.
—Yo también te quiero, mucho, más que a mi propia vida. —Veo sus ojos intentando contener las lágrimas y luego besa mi frente con suavidad—. Gracias por hacer que mi mundo tuviese sentido, lamento no poder cumplir mi segunda promesa, pero prefiero que estés vivo, aunque yo tenga que estar lejos.
Intento decir algo más, pero Dereck hace algo que no esperaba, lleva la botella de sus manos a sus labios y bebe el líquido que esta contiene para luego juntar nuestras bocas en un feroz beso. Quiero apartarme, pero no me lo permite, con su lengua empuja el antídoto de su boca a la mía, trago para evitar ahogarme con el líquido y cuando he tomado todo el antídoto el cambiaformas se retira un poco para darme la oportunidad de poder respirar antes de volver a besarme, esta vez con mayor gentileza.
Como si de magia se tratara, siento como poco a poco todas mis fuerzas regresan a mi cuerpo, giro y me coloco a ahorcajadas sobre él. Nunca espere que el antídoto tuviese un efecto tan rápido, las marcas negras permanecen en mi cuerpo, pero recobro lentamente la movilidad de los músculos.
—Eres el responsable de que desee que seas la única persona con el que quiero compartir mi cama y mi vida por lo que reste de mi existencia, asume las consecuencias. —Le exijo mientras las lágrimas resbalan por mi rostro, no puedo permitir que se vaya…no quiero aceptar que esta es una despedida. —. No me dejes.
Mis palabras despiertan un brillo de lujuria en sus ojos y siento como su entrepierna cobra vida contra mis muslos. Solo llevo puesta la bata de hospital y el roce de su piel con la mía me excita de maneras inimaginables.
—Ryan aun esta abajo. —Recuerda el lado racional de mi cerebro.
—Le pedí que nos dejase solos por un rato. —O sea que en verdad es una despedida.
Ya no soporto más, oprimo el dolor en mi pecho y me lanzo a su hombro para morderle, quiero que él sea mío como yo lo soy de él, quiero que lleve mi marca. Paseo mi lengua sobre la reciente mordedura, la cual sangra un poco, y de ahí al resto de su cuello. El cambiaformas posee un sabor dulce y salvaje que provocaba que todo mi cuerpo vibrase. Deslizo mi mano a lo largo de todo su cuerpo para terminar agarrando su polla y comienzo a frotar arriba y abajo. Dereck gime agitado bajo mi toque.
—Si así, continua— Me alienta a seguir, busca mi boca y yo le complazco para continuar deleitándome en su sabor.
«Si en verdad es una despedida quiero hacer que no me olvide nunca, que cambie de opinión y se quede conmigo.»
Puedo sentir los acelerados latidos del corazón de Dereck y no dudo ni un segundo al agacharme entre sus piernas y rozar con mis labios su área más sensible. Paso la lengua por su cálida y húmeda punta mientras bombeo el eje en mis manos. Dereck hecha su cabeza hacia atrás respirando con dificultad. Puedo jurar que lo escucho ronronear, me encanta hacerle sentir de esta manera.
—Quiero sentir ya tu interior. —No hicieron falta más palabras, yo deseaba exactamente lo mismo.
Vuelvo a colocarme sobre él, y sin preparaciones me empalo de una sola vez en su gran y grueso centro. Necesito unos segundos para acostumbrarme, pero, a pesar del agudo dolor, mis caderas comienzan a moverse por sí solas arriba y abajo. Dereck sostiene mi cintura y dejo que el marque el ritmo adecuado y nos llene a ambos de placer. Arriba y abajo; una, dos, tres veces, encajo mis uñas en la parte trasera de su cuello y espalda. El cambiaformas me llena completamente y es solo mío. Nunca he tenido una relación tan intensa, corrección, nunca he tenido una relación y he descubierto que necesito de él todos los días de mi vida.
La pantera muerde mi clavícula volviendo a dejar en mi cuerpo su marca. Desciende su lengua lentamente hasta mis pezones y comienza ahí su prolongada y deseada tortura. Los lame, muerde y chupa hasta hacer que los dos puntos sonrosados se levanten por completo. Concentra su boca en uno de ellos mientras que el otro lo sostiene entre uno de sus dedos medios e índice. Las corrientes eléctricas me invaden y arqueo mi espalda para darle más acceso a mi cuerpo. Ahora es el quien sostiene mi pene entre sus manos, lo masajea y juega con el arrancando de mis labios gemidos de necesidad.
El momento está lleno de lujuria, necesidad y exigencia. No es necesario hablar pues ya nuestros cuerpos se comunican por si solos.
Mi trasero aprieta la erección de Dereck como si estuviésemos hechos el uno para el otro, el nudo de emociones explota en mi interior provocándome un orgasmo colosal y derramando mi espeso y cálido líquido por toda la mano del cambiaformas. Justo después Dereck también se corrió fuertemente en mi interior. Ambos gemimos cansados, el cambiaformas me carga, aun a horcajadas, hacia un pequeño baño justo al lado de mi habitación donde ambos nos lavamos bien antes de regresar a la cama. Por raro que parezca, ya siento el potencial de mis piernas de vuelta.
No obstante, el cansancio se apodera de mí. Intento en vano ignorarlo.
—No me abandones nunca por favor. —Pido antes de caer víctima del sueño.
—Te prometo que siempre te protegeré.
Esta promesa no me consuela porque no asegura su permanencia a mi lado, tan solo mi bienestar. Puede que Dereck no lo sepa, pero nunca estaré bien si él está lejos, por lo que el cambiaformas estaría incumpliendo dos promesas. No quiero dormirme porque sé que en cuanto cierre los ojos Dereck desaparecerá, no obstante, no puedo evitarlo, el cansancio es demasiado, tanto por el ejercicio que acabo de hacer como por mi condición médica, que tomase el antídoto no significa que ya esté del todo bien.
Despierto a la mañana siguiente, envuelto entre sabanas. Estoy solo en la gran cama, busco en todos lados hasta darme cuenta de la triste verdad: mi cambiaformas se ha marchado, pero yo le traeré de regreso.
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