62.


—¡Ey!

USA ingresó a esa oficina con la misma sonrisa de siempre, agitando su mano para restarle importancia a la hora tan pesada, y sonriendo con cariño.

—Es demasiado tarde, ¿por qué sigues despierto?

—Yo también te extrañaba, comunista —rodó los ojos antes de asegurar la puerta y caminar tranquilamente a ese escritorio.

—Después te quejarás porque no duermes bien —sonrió de lado.

URSS solo admiró la mueca extraña que hizo USA antes de que este se acercara y le diera aquel beso tranquilo que disfrutaba. Sentía algo de calma entre tantas cosas que lo mantenían ocupado. Le respondía al gesto, escuchándolo reír suavemente antes de que lo obligara a sentarse en su regazo.

—Eres un gruñón que se queda trabajando hasta la madrugada —le acarició la mejilla—. Vine a verte porque de lo contrario, tú jamás tendrías la delicadeza de visitarme aunque sea un ratito en medio de mis labores.

—No eras tú el que...

Pero URSS detuvo sus argumentos cuando los labios del americano acariciaron los suyos. Lo abrazó por la cintura, acariciándole la espalda con delicadeza, correspondiendo al beso, sin decir nada más. Le gustaban las caricias en silencio, los secretos en medio de la noche.

—URSS... —le sonrió—, te dejo en paz.

—Quédate un poco...

—No, no —se levantó tras darle un último besito—. Seguro que tienes otras cosas que hacer.

Se alejó entre risitas, caminando hacia atrás sin dejar de ver el rostro de URSS, memorizando cada detalle de ese idiota, y guardándose recuerdos bonitos.

Lo odiaba tanto.

Pero lo amaba un poquito más.

Y aun así, decidió conservar su dignidad.

—URSS —elevó un poco su voz cuando ya alcanzó a puerta—. Terminamos.

—Te veo... mañana.

—Terminamos —repitió agitando su mano en despedida mientras salía.

—Ey, espera... De qué...

—Sé lo de Mex y tú —le temblaron los labios y para disimularlo rio bajito.

—No...

—Cuídalo bien, es mi amigo después de todo —soltó el aire—. No le hagas lo mismo que a mí... Maldito bastardo.

Cerró la puerta con fuerza.

Y caminó sin prisa para alejarse.

Porque sabía que URSS no iba a perseguirlo y darle excusas tontas.

Se terminó.

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