4.
—¿Qué quieres?
USA miraba a URSS con molestia. Prefería evitar las reuniones privadas con ese tipo.
—Me llegaron rumores de que has lastimado a mis soldados.
—Son estúpidos rumores —sonrió—. Un médico debió darte el informe completo de los tres imbéciles y certificar que no solo eran rumores.
URSS rio divertido ante la actitud de esa mujer, la representación estadounidense.
—¿Y a ti que te pasa?
—Me gustan las mujeres con carácter.
—Iugh... —se giró un poco—. No me mires así.
—Así ¿cómo?
—Como mi ex —bufó fastidiada—. Me largo... No quiero recordar porquerías.
—Ey...
—Te ignoraré hasta que soluciones lo de tus soldados. Los odio profundamente.
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