—Deberías salir con alguien en vez de estar amargado por todo.

—No es tiempo.

USA jugó con su bebida en lata, que secretamente mezcló con ron. Porque no eran buenas épocas para él, así que las enfrentaba de formas poco usuales.

—¿De qué hablas?

—México, pueda que tú ya salgas con quien se te antoje... pero yo aún guardo luto.

Chistó sin ganas.

—¿Hablas de... URSS?

USA no contestó, siguió bebiendo su ron en pequeños sorbos.

—Wey, ya ha pasado mucho tiempo... ¿Por qué le sigues guardando luto si ni siquiera...?

—¡Tal vez porque lo amé más que tú!...

USA hizo una mueca por la estupidez que acababa de soltar, porque se suponía que México no supo nada sobre la efímera relación que tuvo con URSS.

Pero era demasiado.

Él llevaba sufriendo años eternos, llorándole a una tumba que visitaba en secreto, guardando con cariño los pocos recuerdos que le quedaron de URSS, renegando una y otra vez la guerra silente que armó solo para desquitarse por el dolor del engaño y rechazo.

Pero México...

USA sentía tanta rabia al ver que México tenía citas sin problemas, y él seguía estancado en un amor que no prosperó.

—I don't know, bro.

—¿Estás ebrio? Porque dices puras mamadas.

—Sure... Debe ser por eso.

—Eso no es refresco, ¿verdad?

—No te incumbe.

—Bien, si no quiere hablar... Solo deja de decir pendejadas.

Odiaba sentirse tan mal.