27.
—Podemos divertirnos mucho —besó a USA y le mordió el labio.
—Estoy tan urgido que te voy a aceptar, comunista.
URSS festejó internamente, por fin iba a... Pero no era tan fácil.
—Pero tienes que superar un obstáculo.
—¿De qué hablas?
USA sonrió de lado antes de elevar su mano y mostrar sus dedos.
—Tres, dos, uno...
—¡¿Qué le haces a mi mami?!
Ucrania entró corriendo, casi como hubiese presentido el "peligro", y empujó a URSS con toda la fuerza que su cuerpo infantil guardaba.
—¿Qué haces aquí? —miró a su hijo—. ¿Y tus clases?
—Hoy me toca estar con mami... ¡Es mi día!
USA soportó la risa, dejó que su querido Ucrania hiciera todo el trabajo.
—Vuelve a tu clase —regañó el soviético.
—¡No!
—Soy tu padre y harás lo que diga.
—¡No! —empezó a llorar—. Quiero estar con... mami.
Poco faltó para que USA cargara en brazos a su pequeño niño para consolarlo mientras le prometía que iban a pasar todo el día juntos, burlándose de la cara fastidiada de URSS, y contoneando su trasero hacia la salida.
Oh sí.
Amaba a sus niñitos consentidos.
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