Le tenía que reclamar, insultar si era posible, y por eso fue a la oficina de URSS.

Por eso buscó a ese idiota egocéntrico y aprovechado.

—Tus hijos creen que soy su mamá... ¡¿qué les dijiste?!

—Que te iba volver su mamá.

—Te crees muy gracioso, son of bitch.

—Les dije la verdad —sonrió.

—Fuck off!

—Qué boca.

—No sé lo que planeas, pero...

—Vas a casarte conmigo —URSS sonrió prepotente.

—¿Qué?

—En cuatro meses.

—¿Qué?

—Tengo los papeles listos.

—Pues te falta algo... ¡Convencerme! ¡Idiota!

—Pues di que sí y facilitamos las cosas.

—¡Jamás!

—Tengo tiempo hasta el día de la boda.

USA odiaba a ese comunista.