Pequeña Salvaje

Spider Man y Laura se balancearon al hotel más cercano con todo el dinero en un gran saco de telaraña, Laura se encargó de hacer la reservación, momentos después estaban en uno de esos cuartos que solo los millonarios como Tony Stark y Harry Osborn podrían pagar

Peter se quita la máscara y la parte superior del traje y besa apasionadamente a la mutante, después le quita casi toda la ropa, dejándola solo con la tanga, Laura se pone encima de él, le baja el resto del traje y el bóxer hasta las rodillas, sus ojos reflejan lujuria a la vez que se muerde el labio al ver el miembro erecto del metahumano, recorre el tronco con una buena lamida desde la base hasta la punta que ya tenía el líquido preseminal, y se lo metió en la boca. El sabor que tenía la volvía loca, y la hizo chupar con deseo, como si no hubiera comido en días, cosa que a él le gustaba mucho. Ella se lo mete hasta la garganta, provocando arcadas y que salivara en exceso, haciendo de su entrepierna un desastre baboso al poco tiempo

Se saca el pene de la boca luego de unos minutos y bajó restregándose la cara por toda su extensión, hasta llegar a sus bolas, las cuales comenzó a lamer con gusto. Las lamidas pasaron a ser mamadas de bolas, mamadas que no hizo con tanta fuerza como con su pene, ya que no quería morderlo por accidente, pero por la forma de gemir y suspirar supo que le gustaba bastante

— Arrodíllate — le dijo Peter

Sin cuestionar se arrodilla mientras él se sienta y se termina de quitar el traje, la mutante pone el falo erecto entre sus grandes y firmes senos cuyos pezones eran ligeramente oscuros, para acto seguido comenzar un buen masaje moviéndolas, primero de arriba a abajo de manera uniforme y luego cada una de forma distintita. Aprovechó que dos o tres centímetros de punta asomaban por arriba para bajar la cabeza y chuparle la glande. Estuvimos unos minutos en esa posición, minutos que los excitaron más aún si cabe, ya que sus tetas son bastantes sensibles, tanto que el hecho de hacerle la paja rusa a Peter la dejó muy mojada y lista para lo que sigue

 Ella se puso de pie y se subió a la cama, arrodillándose con él entre sus piernas, sentía la punta de su miembro apoyada en la raja de su culo, lo tomó para dirigirlo hasta la entrada de mojada vagina y comenzó a bajar lentamente para meterlo clavando poco a poco

Podía sentir su respiración pausada mientras que la de ella se agitaba más, soltándole gemidos que para él era como música para sus oídos. Siguió bajando lentamente, quería disfrutar al máximo todas esas sensaciones hasta que por fin, su glande comenzó a abrirle el cuello uterino. Para él era fácil llegar allí y fue en ese momento en que la hija del longevo mutante canadiense sintió como perdía el control de su cuerpo, el cual comenzaba a temblar de pies a cabeza, sintiendo fuertes corrientazos a lo largo y ancho de éste, luego empieza a moverme suavemente de arriba abajo y él intenta prolongar la sensación orgásmica, los gemidos de ambos se mezclaron y viajaron por todo el cuarto, sobre todo los de ella. Él puso las manos en la cadera e intenta marcar el ritmo, pero desistió en el momento que comencé a moverme más frenéticamente, con más deseo, con más pasión. Y es que ella ya estaba fuera de sus cabales, muy, muy excitada, y movía las caderas cada vez con más ímpetu, y ya no solo de arriba abajo sino también meneándose de forma circular.

— ¿Te gusta, Spidey?

— ¿Desde cuándo eres la batidora sexual?

— Soy puta. ¿Qué esperabas?

Se detuvo un momento para dejar de estar de rodillas y pasar a estar agachada, sin sacarse el pene de su estrecha vagina

Empezó a hacer sentadillas sobre él de forma frenética y ruda, mientras él le amasaba los senos con deseo, lo que le motivaba a moverse más rápido. Duraron unos minutos así, hasta que, entre temblores y fuertes gemidos dio a rienda suelta el orgasmo. De pronto, como todo depredador, Peter se pone sobre ella sin sacar su miembro, y comienza a embestirla, haciendo que la cama siga pegando en la pared y Laura gima como perra en celo, hasta que alguien grita desde el cuarto vecino

— ¡Ya cállense, coño de la madre!

— ¡Cállate tú y deja que la puta disfrute de su maduro! — le gritó Laura

— ¿Cómo que maduro? No estoy viejo — le dijo Peter sin detener las embestidas

— Eres mayor que yo — de pronto siente como su interior es inundado de un blanco, espeso, y abundante semen — ¡Pero avisa primero!

Alaska

— Date prisa, Logan — le dijo Jubilo — ¿Te pasa algo?

— Envié a la araña a buscar a Laura pero tengo el presentimiento de que se aprovechó de eso

— Espero que se la coja tan bien como me cogió a mí

— ¿Disculpa?

— Era broma — dijo intentando no parecer nerviosa

— Ese insecto me las va a pagar si se aprovechó de ella

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