Capítulo 21: Robert

No sé cuánto tiempo ha pasado desde que caí desmayado en el bar, sin embargo, al despertar me encuentro en otro sitio. Paredes pintadas de un suave tono azul cielo, algunos equipos médicos rodeando mi cama con cables enganchados a mis brazos y las blancas sabanas de una camilla me dicen que me encuentro en una habitación de hospital. Intento recordar cómo es que terminé en este sitio; no obstante, todo se mantiene confuso en mi mente debido a los mareos y el aturdimiento que aún me corroen.

Mientras intento reincorporarme en la cama hasta quedar sentado puedo notar que mi ropa ha sido sustituida por una bata médica, puntos rojos resaltan en mis venas como si una aguja la hubiera atravesado y puedo sentir los pitidos del monitor que vigila mi pulso. Poco a poco los recuerdos comienzan a llegar por sí solo a media que el aturdimiento desaparece. Estaba en el bar de Michael con los chicos, recuerdo que estaba enojado y muy furioso, con una mezcla de ira y añoranza hacia Castiel; estaba molesto porque no he tenido noticias del dragón en el último mes y medio, pero al mismo tiempo le extrañaba como no he echado de menos a alguien en mi vida y eso me hizo sentir furioso. También estaba preocupado porque Tobías me acababa de decir sobre los nuevos problemas que han surgido en Escocia.

Fue en ese instante en que los gemelos se acercaron a mí y Logan me digo, logan me dijo...

¡No! Tiene que ser imposible. ¡Soy hombre! ¡!Un lobo! No tengo genética Omega como Logan, es imposible que yo pueda quedar embarazado.

Llevo mi mano a mi vientre con suavidad y acaricio la zona como si fuese a ser capaz de sentir algo, de sentir algún tipo de movimiento que afirme o desmienta lo que los gemelos me dijeron. Simplemente no puede ser cierto; nunca imagine tener una familia, al menos no ahora. ¡Por todos los Dioses, ni siquiera había soñado con tener una pareja fija!

En este momento las palabras de Castiel antes de marcharme volvieron a mi mente; sus preguntas sobre si quería una familia, su afirmación de que podríamos tener una. Pero nunca me dijo como, ¿sabría Castiel que yo quedaría embarazado? Y si es así, ¿por qué no me lo dijo?

-Él tampoco lo sabe.

Me sobresalto por el repentino sonido de una segunda voz en la habitación que me demuestra que ya no estoy solo, sin embargo, la mayor parte del susto recae en que reconozco quien es la persona dueña de esa voz. Cuando volteo mi rostro me topo con los azules ojos de Declan observándome detenidamente, se halla sentado en una de las sillas al costado de la camilla, con los pies subidos en la misma y sus piernas pegadas a su pecho.

-¿Cómo sabes lo que pensaba?

-Sabes lo que soy Robert, no hagamos preguntas innecesarias, vayamos directo a las importantes.

Suspiro, mirando el tierno rostro delante de mí no parece que me encuentro frente a un hombre de inmenso poder, sino a un tierno adolescente que apenas comienza a saber sobre la vida.

-¿Estoy...? -Me cuesta formular la pregunta, siento el nudo de emociones en mi garganta impidiéndome hablar; por primera vez en años siento verdadero miedo- ¿Es verdad que estoy embarazado?

La mirada de Declan se vuelve cálida a medida que se levanta de su asiento y avanza para ubicarse a mi lado en la camilla, su mano acaricia mi vientre junto a la mía y puedo notar la verdadera emoción emergiendo de él.

-Lo estás, pero de todos modos él va a confirmártelo. -Levanta su mano señalando hacia la puerta de entrada de la habitación en el justo momento en que esta se abre y aparece Reyes al otro lado.

Una sonrisa se posa en el híbrido cuando me ve despierto, sin embargo, esta se desvanece y su expresión pasa a volverse de curiosidad cuando nota la figura de Declan a mi lado. Reyes entra a la habitación cerrando la puerta a sus espaldas y tomando lugar en el sitio donde Declan se sentaba segundos antes.

-No sabía que tendrías compañía -Nos volvió a sonreír a ambos.

-Yo tampoco sabía que Declan estaría aquí. -Miro al rubio de ojos azules con expresión interrogante-. ¿O debo de llamarte suegro ahora?

La expresión de Reyes se vuelve una de sorpresa e intercala su mirada entre nosotros a medida la de Declan comienza a hacerse divertida.

-Sería demasiado tierno si comienzas a llamarme suegrito a partir de ahora, deberías intentarlo, vamos, dilo para mí.

Reviro mis ojos con las mejillas rojas por las burlas de Declan, aún me es un poco imposible de creer, aunque los hechos lo vuelvan evidente a los ojos de cualquiera.

-¿Cómo que suegro? -La sorpresa solo ahonda en Reyes -¿Cómo mierda es eso posible? Tú no puedes ser el padre de Castiel, tu...

-No es su verdadera forma. -aclaro y luego vuelco mi mirada en el rubio-. Debo admitir que me fue difícil reconocerte, no te pareces en nada a cómo te vi en aquel sueño.

En ese recuerdo Declan era alto y con los cabellos largos y lacios, su pose era la de todo un guerrero, un fuerte ente de poder constante. Una especie de añoranza pasa los ojos de Declan, no obstante, tan rápido como llegó esta desaparece y vuelve a convertirse en el mismo mocoso malcriado que conocemos.

-Sí, -Se encoge de hombros-. Perder mi verdadera apariencia fue un pequeño contratiempo, pero volvió las cosas muy divertidas contigo, me permitió acercarme a ti. -Luego se gira hacia Reyes para explicar-. Castiel fue el primer dragón, el primer sobrenatural, pero hubo seres antes que él, estaban los dioses. -Puedo ver como el rostro de Reyes empalidece ante el entendimiento-. Yo fui el creador de Castiel, el primer sobrenatural como ustedes le conocen hoy en día, pero me gusta verme más como su papá, le cuidé y le crie hasta que tuvo la edad suficiente para ir solo por el mundo y ni siquiera de esa manera le abandoné. Siempre he estado a su lado. Lo que me convierte en el suegro de Robert.

-Entonces, ¿eres un Dios? -Hay sorpresa en Reyes mientras hace la interrogante-. No te lo tomes a mal, pero no pareces uno.

Declan asiente divertido.

-Soy un Dios de la vida y la naturaleza, he tenido muchos nombres según la civilización que me venere, pero me gusta ser conocido como Declan; esta es solo una de mis muchas formas, no la verdadera; digamos que esa la perdí hace un tiempo, me la arrebataron; ahora mismo no tengo el máximo de mis poderes conmigo.

Reyes solo asiente como si la explicación que acabase de recibir fuese lo más lógico del mundo.

-¿Entonces si estoy embarazado? -Vuelvo a interrogar un poco más exaltado y observo a Reyes- ¿Cómo tú y tu hermano lo sabían?

-¡Oh!, eso. -Se recuesta más al asiento-. Recuerda que antes de ser híbridos éramos hechiceros, podíamos sentir energías y tú tenías una extraña en tu interior, cuando Logan se acercó a ti pudo sentir una nueva vida emergiendo en tu cuerpo, sabe reconocerlas bien dado que ha tenido dos hijos, de todos modos, como andabas inconsciente los médicos te hicieron pruebas de sangre y dieron positivo, solo que nadie sabe cómo es posible. Los chicos fueron a buscar al resto para darles la noticia, deben estar en camino ahora.

-Castiel....

Comienzo a decir, pero Declan me lo prohíbe alzando una mano.

-Castiel no lo sabe, creo que esta parte es más culpa mía -suspira y acaricia con suavidad mi vientre y mi rostro, por algún motivo, su caricia provoca de manera automática que todos mis músculos tensos se relajen y cuando vuelvo a caer contra el respaldo de la cama y Declan sonríe entiendo que lo hizo a propósito para que no me alterase-. Unos años después de crear a Castiel me di cuenta de lo solo que se sentía el pequeño y le prometí que algún día tendría una familia, nunca más creamos dragones debido a todo el poder de estas criaturas, así que dejé su elección de parejas en los brazos de los dioses del destino, sin embargo, hice mi pequeño juego sucio, para que mi bebé pudiese tener descendencia le di el don de que podría embarazar a la persona que fuese su pareja sea cual fuera su sexo, es por ello que has quedado embarazado de Castiel.

-¿Y dices que él no lo sabe?

-No, nunca le dije, porque primero quiero darte a elegir.

Con esas palabras pude sentir un escalofrío recorriendo mi espalda, mi boca se resecó por unos instantes y parte de mí sintió que no iba a gustarme lo que Declan me dijese.

-¿Qué quieres decir? -pregunté con la voz entrecortada.

Incluso Reyes nos observaba a ambos con curiosidad.

-Siento que el destino a veces fuerza a las parejas, dos personas no tienen por qué estar juntas solo por un vínculo; no, debe de haber más, una unión especial creada entre ellos; tú siempre te opusiste a una pareja, así que aquí te voy a dar a elegir. Puedo librarte del vínculo y del bebé que se está formando en tu vientre, puedes volver a ser libre y no tener que rendirle cuentas a Castiel, incluso le puedo borrar su memoria de los últimos meses para que no te recuerde.

Una pizca de horror recorre mi cuerpo.

-¿Por qué harías eso? ¿No se supone que quieres verle feliz?

-Quiero verlo. -En esta ocasión hay un poco de rudeza en mi voz-. Me caes bien Robert, me gustas mucho para mi bebé, por eso te doy a elegir, te estoy dando un voto de confianza; exactamente porque deseo verle feliz te hago esta propuesta, él no merece estar junto a alguien que no lo quiere y que solo se quede con él porque el destino así lo propuso, ¡no! Quiero que estés con mi hijo porque tú lo has elegido, ambos merecen estar con alguien que los elija sobre todos y más si viene un bebé en camino. ¿Cuál será tu elección Robert? ¿la libertad que siempre dices tener o una vida con Castiel a tu lado?

Y por algún motivo la elección no fue difícil, ni siquiera necesité tiempo para pensarlo; a pesar de todos mis enojos, a pesar de tener miedo a todo; ¿en serio era libertad lo que yo tenía o solo una soledad de largo plazo? Con Castiel sentí tanto y no fue solo un vínculo impuesto. Miro a Reyes y noto como este me sonríe de manera burlona como su ya supiese mi respuesta y fuera lo más obvio del mundo.

-Yo...

-Qué bonita reunión, vengo a por dos y consigo tres. -El sonido de una fría voz nos interrumpe y cuando miro hacia la puerta la sorpresa se queda escrita en mi rostro.

-¿Qué haces aquí? Tú no deberías estar aquí, tienes que estar en Escocia, tú... -Y las piezas comienzan a encajar; la única persona que siempre estuvo cerca de los asesinatos, tan cerca que nunca le vimos llegar.

Declan parece llegar a la misma conclusión, pero cuando va a levantarse el hombre de la puerta alza su mano y recita unas palabras en un lenguaje que desconozco; Declan es arrojado por alguna especia de fuerza contra la pared, sus ojos se vuelven blancos y vacíos como los de una persona muerta y tal parece que cuerdas invisibles le sujetaran.

-Las antiguas artes oscuras son muy buenas para enfrentar a los dioses, sobre todo si son simples escorias de lo que alguna vez fueron.

Reyes intenta levantarse, pero extrañas ramas muertas emergen del suelo y nos sujetan a ambos a nuestros asientos. El chico de la puerta sonríe y hay un aire de locura en él.

-Lo siento mi Lord, pero necesito que venga conmigo.

Y antes de darnos cuenta una bruma nos consume, la sensación es fría y mi vista se vuelve opaca; es como si me sumergiera en medio de una peligrosa niebla a la cual no le encuentro el final. Cuando consigo recuperar la visión ya no estoy en el hospital...

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