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[Ser artista no es solo pintar]
Había estado buscando por todas partes sin éxito, completamente en vano visitaba todos lugares, cada uno más aleatorio que el anterior. Al principio era lo clásico donde cualquier artista en un insoportable bloque creativo como Dazai podría encontrar algo de inspiración, como parques. Pero luego de viajar hasta plazas, cementerios, cafeterías, librerías y más, empezaba a rendirse y a pensar que su carrera como artista simplemente terminaría ahí.
No, ¿era ser artista realmente una carrera? Solo dibujaba, pintaba. Era algo que le gustaba, incluso apasionaba.
¿Era ser artista su carrera? No tenía inspiración, pero sí muchos pinceles, pinturas y ganas de usarlos en un lienzo blanco. Pero cada vez que se sentaba frente a él, seguía exactamente igual que antes. Un simple, aburrido y sin imaginación blanco.
Dazai suspiró, intentando dejar de pensar en eso, esos eran pensamientos que podría tranquilamente tener a las 3 de la madrugada en una noche de insomnio, no ahora.
Ya no tenía muchas ideas de lugares que pudieran darle algo de inspiración, ya había ido a conciertos, circos, acuarios, zoológicos (que no deberían existir, pobres animales encerrados, ¿no?) y a asilos.
Ahora estaba yendo a un cuadrilátero donde había oído que unos boxeadores fuertes pelearían, había llamado su atención que también había escuchado que el peso, altura e incluso cantidad de músculos en los oponentes no estaba igualado. Sabía que lo más probable es que el oponente más pequeño perdería, pero no sabia a que otro lugar ir.
Y por alguna razón que no entendía, esa noche se podía ir gratis. Principalmente había ido por eso.
Luego de una o dos horas de viaje había llegado, el lugar estaba muy lleno de gente, algo que le disgustaba mucho. No era muy amante de las multitudes. Ni siquiera había pasado por la entrada y ya podía escuchar a la gente haciendo sus apuestas, hablando de que un tal Arahabaki perdería, así que supuso que ese era el nombre del oponente en desventaja físicamente.
Por fin después de pedir innumerables veces permiso con malhumor, pudo pasar por la entrada y ver el lugar, que se veía bastante bien, a decir verdad. La fila de sillas rojas y cómodas rodeaba el ring donde los peleadores pelearían. Estaba completamente iluminado con los reflectores que de vez en cuando cambiaban de color o pasaban de un tono claro a uno más oscuro, era mejor ver esas luces que esperar a que los luchadores llegaran sin hacer nada. El lugar en sí se veía bien, el olor de todas las personas sudadas por el caluroso día no era realmente lo mejor, pero esperaba a que en cualquier momento el olor desapareciera, o acostumbrarse. Lo que pasara primero.
Luego de algunos minutos las luces se apagaron por completo, por un momento temió quedarse ciego repentinamente y que fueran a secuestrarlo unos alienígenas, pero volvió rápidamente, iluminaba específicamente a un lugar, una entrada. De ella apareció un tipo musculoso que parecía realmente famoso, unas pantallas se encendieron donde el boxeador musculoso aparecía, para que los que estén más atrás pudieran ver incluso desde mucha distancia.
Dazai miraba la llegada de ese boxeador que parecia ser campeón por tres años consecutivos o algo así tranquilamente, aunque la gente a su alrededor gritaba con todas sus fuerzas, deseaba un poco quedarse sordo o que la multitud fuera muda. La gente gritando si que era molesta, o más bien la gente en general.
Las luces hicieron lo mismo con el otro oponente, Dazai sabía que debía ser el turno de la llegada del luchador más débil, así que no era tan emocionante como ver a un boxeador musculoso entrar con música épica de fondo, pero quería verlo.
Abrió un poco más de lo común los ojos con algo de sorpresa e interés al verlo, era un chico pelirrojo con ojos celestes preciosos, tenía una pequeña sonrisa confiada, algo que le llamaba la atención ya que él era el que tenía una clara desventaja y también una cintura diminuta. No parecía ser alguien muy conocido porque la gente claramente gritó menos que cuando apareció el otro, el artista ya ni se acordaba del nombre del tipo musculoso, pero si recordaría siempre como ambos oponentes subieron al ring, como el comentarista le preguntaba al pelirrojo como se sentia y su nombre, con algo de burla, claramente subestimandolo.
Recordaría por siempre como ese poco conocido boxeador agarro el micrófono del comentarista y usándolo dijo para todos.
-Soy Arahabaki, y me vale mierda que hayan apostado que perderé -el chico sonreia de cierta forma encantadora y orgullosa, Osamu sonrio un poco por eso, cada vez se interesaba más por ese pequeño-. Los únicos que perderán son ustedes, porque perderán su dinero y este tipo musculoso del que no me sé ni el nombre.
No pudo evitar querer aplaudir, y no se contuvo, fue mirado algo raro por los que estaban a su alrededor, pero lo que más apreciaría de haber ido allí esa noche a esa hora especifica, fue ver como Arahabaki se volteaba para ver quien había aplaudido y guiñarle un ojo a quien lo había hecho. Al artista.
Ya quería ver como el enano peleaba, ya estaba emocionado con solo haber visto a ese boxeador sin razón aparente, aunque quizás su belleza fuera un motivo.
[Y ser boxeador no es solo pelear]
Escribir esto me recuerda a las Veladas que hace Ibai.
Me tarde como 2 o 3 horas en hacer esto, no me podía concentrar:)
=917 palabras
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