♧ 8 ♧
— Joven Jungkook, ¿Se encuentra bien? —
— Sí, no pasa nada — me acomodé en mi sitio
— El sol aún no se va, eso quiere decir que el día será bueno —
— Sí... —
— Joven Jungkook, llegamos — dijo el conductor abriendo la puerta del carruaje
— Baje con cuidado joven Jungkook — Miyeon bajó con prisa para ayudarme a bajar
Al bajar miré a mi alrededor, no había cambiado nada este lugar, como si el tiempo nunca hubiera pasado. Con cada paso que daba un recuerdo llegaba a mí. Intentaba buscar con la mirada a aquel dueño de la mayoría de mis recuerdos, pero no lo hice.
— ¡Querido hijo! — escuché la voz de mi madre
— Madre, que gusto verte — reverencié
— El gusto es mío, querido hijo, no sabes cómo te extrañado —
" Seguro que sí, madre "
— Traje algunos obsequios para la familia — sonreí
— Eres un ángel — sus ojos brillaron al ver mi collar de perlas — pasa —
De nuevo observé todo, y de nuevo, nada había cambiado. Las cortinas seguían siendo las mismas, las sirvientas, el alfombrado, incluso ni madre se veía igual, casi, solo la cambiaba las finas arrugas en sus ojos.
— Veo que tienes buenos gustos, espero que a tu madre le hayas traído algo igual — me agarró del hombro mientras acercaba su rostro al mío
— Claro... madre —
— Perfecto — me soltó — vamos a probar la comida, todos esperan en el comedor —
Al llegar al frío y antiguo comedor vi a mi padre, quien solo me dió una mirada despectiva y sonrío al ver a los sirvientes entrar.
— Me alegra mucho tenerte de nuevo bajo nuestro hogar —
— Gracias por el recibimiento, padre — reverencié, viendo como borró su sonrisa cuando el comedor quedó sin sirvientes presentes
— Siéntate — ordenó sin mostrarme alguna muestra de afecto
— Sí, padre — me senté en frente de mi hermano
— Es bueno verte después de tanto, pensé que no vendrías — sonrío él
— Sí, tuve que discutirlo — dije mirando a mis padres
— Has cambiado mucho, creo que deberías de contarnos como es todo en la ciudad —
— Es ruidoso — vi mi plato, no quería comer
— Te ves bien, al parecer tu vida allá a sido buena — dijo mi hermano sin verme — espero que estos años lo hayas disfrutado —
— Lo hice, gracias por tu preocupación —
— Espero te quedes hasta la boda de tu hermano — dijo mi padre — recuerda, aunque no creo que deba decírtelo, ya eres un omega que sabe lo que hace, pero por si las dudas te lo repetiré... no hagas idioteces — dijo con la mirada oscura
— Señor Jeon, la acompañante de el joven Jungkook desea hablar con él un momento —
— ¿Acompañante? — preguntó mi madre
— Es mi sirvienta personal, ¿Puedo ponerme de pie? — pregunté sin expresión, debía de mantenerme así hasta irme de aquí, no podía permitir que vean mi frustración
— No, ¡Dejen pasar a la sirvienta de mi hijo! —
De inmediato vi a Miyeon entrar, no sabía que iba a decirme, ella sabe que no puede comer aquí.
— Señor Jeon, señora Jeon y señorito — reverenció
— Dime, ¿Qué pasa? —
— Lamento molestarlo de esa manera, pero me gustaría que me especifique como ordenar su equipaje —
— Ordénalo como lo hacías allá en la mansión, es lo mismo —
— Entiendo, lamento molestarlo —
— Entiendo... — me quedé viendo mi plato
Nadie dijo nada durante un buen rato, ellos comían, pero yo no podía hacerlo, me sentía extraño, incómodo.
— Gracias por la comida, ¿Puedo retirarme? —
— Sí —
— Gracias... — me levanté
Subí a mi alcoba, pero antes de entrar me detuve, tenía miedo, no había estado aquí en mucho tiempo y el último recuerdo de este lugar no fue el mejor de todos.
" Du-duele. Mamá, papá, pe-perdónenme "
Recordé el dolor, el como mis entrañas se retorcían y mi ropa se manchaba de sangre.
— No entrará joven Jungkook — escuché la voz de Miyeon que me sobresaltó
— Vo-voy a entrar — aclaré mi garganta
Mi alcoba era el único lugar que había cambiado, la alfombra, las sábanas, todo estaba diferente.
— ¿Los regalos dónde debería dejarlo, joven Jungkook? —
— Déjalos por ahí — me senté en frente de mi tocador
— ¿Le gustaría tomar un baño? —
— Me gustaría salir a pasear — dije viendo a través del espejo a Miyeon asentir
— Vamos entonces, joven Jungkook —
— Vamos — me levanté con mucho entusiasmo
Salí con prisa de mi alcoba, bajé con Miyeon las escaleras, estaba ya por salir pero me tuve que detener al ver a mi hermano aparecer de pronto en frente mío.
— ¿A dónde vas? — preguntó viéndome fijamente
" ¿Con permiso de quién vas a salir? " eso decían sus ojos
— Iré a pasear... —
— Hace mucho sol como para estar afuera — seguía con la misma mirada
— Estar encerrado aquí es aburrido — miré afuera a un grupo de esclavos pasar
— Entonces llamaré a madre, seguro le encantará salir con nosotros —
— No es necesario eso, no quiero incomodar —
— No incómoda, para nada... —
— Miyeon, me han dado ganas de dormir — retrocedí sin dejar de mirar a mi hermano
— Descansa, hermano — sonrío sin moverse de la puerta
— Gracias — subí
No me dejarían salir, los cuatro meses que estaría aquí estoy seguro que no me dejarían poner un pie afuera. Salí de una cárcel para volver a otra, salí del infierno que vivía en la ciudad para volver a un lugar peor que el infierno.
— Aish... — me tiré en mi cama
— Joven Jungkook cualquier cosa que necesite estaré para servirle — dijo Miyeon desde afuera
— No necesito nada, ve a descansar — dije viendo el techo
Fue un error volver, lo supe desde que me lo dijeron, pero cuando lo escuché también hubo una pequeña esperanza, por mi mente pasó Taehyung. Mi corazón se volvió loco, empezó a latir de una manera que jamás había sentido, no al menos en estos diez años en los cuales no estuve aquí.
No salí para la cena, no respondí y fingí dormir cuando Miyeon entró. Miraba a mi alrededor, no tenía nada que hacer más que ponerme mi bata e ir a mi balcón, observar el cielo oscuro me daba, no sé, algo, me sentía bien, no pensaba en nada.
— ¿Seguirá acá? — pregunté mirando a mi alrededor, intendo encontrar entre los sirvientes que veía pasar y esclavos a esa persona
Al sentir el viento cada vez más frío entré, pero no dormí, solo me senté en mi mueble y miré mis pies, pensando en qué hacer.
— Es momento... — me puse de pie al sentir todo calmado, además de como todo se puso oscuro afuera
Con mucho cuidado abrí mi puerta, bajé con cuidado las escaleras, intentando no hacer bulla, la madera de las escaleras estaba más vieja, rechinaba con cada paso. Fui a la cocina, me alegré creyendo que esto sería mi salida, que podría ir y correr sin detenerme, pero por más que intenté abrir la puerta no pude, fue imposible.
— Maldición — renegé
Pero no sería el fin, debía de haber una llave, tenía que estar la llave por algún lugar.
— Cajas, cajas... — busqué en todas las cajas que vi — no me rendiré — salí de la cocina y busqué en las cajas de la sala, encontrando un aro con muchas llaves en ella
Corrí de nuevo a la puerta, pasando llave por llave hasta lograr encontrar la correcta.
— ¡Sí! — aplaudí de la emoción cuando la llave giró por completo
Abrí la puerta sin esperar algo, solo salí, sintiéndome como un niño de dieciséis años, tan lleno de vida.
— ¡Vamos al cuarto oscuro! — escuché una voz masculina seguida de risas, muchas
— Yo entro la próxima semana, estoy ansioso —
Un grupo de esclavos iba en dirección al norte, todos eran desconocidos para mí, menos uno.
— Ta-ta... —
No podía articular palabras alguna, todo se detuvo cuando lo vi, ahí, en medio de ellos, riéndo junto a ellos. Di un paso con mucho esfuerzo, dudando en qué hacer, no sabía que decir, me había olvidado hasta el como hablar, todo.
— Taehyung... — dije con poca fuerza, solo dando dos pasos — cálmate, cálmate... — cerré mis ojos y respiré profundamente — tú puedes, vamos — les rogué a mis piernas algo de fuerza — por favor... —
Continuará...
¡Nos vemos el próximo domingo!
Por cierto, las actualizaciones son los domingos. Estuve también actualizando viernes pero creo que a partir de la próxima semana no se me será posible, estaré ocupada y, por lo tanto, solo actualizaré los domingos.
Y sobre lo de ayer. Mi gatito tiene apenas 3 meses, el perro de mi mamá lo mordió porque el gatito quería comer de sus croquetas. Lo bueno es que está mejor, le he estado echando sus gotitas ^^
¡Los amo!
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