♧ 31 ♧
(Tres días después)
— ¿¡Se escapó!? — preguntó su padre alterado
— Así es, no sé como lo hizo. Me encontraba trabajando cuando eso pasó, nadie lo notó —
— No te preocupes Yoongi, lo buscaremos — dijo su madre
Había intentado encontrarlo yo mismo, pero no pude, no sé a dónde se había metido. Esto es malo, si los demás se enteran de esto seré la burla.
— Mierda — saqué un puro de mi saco
No podía estar lejos, no creo que haya podido subirse a un barco o algo así. Si está muerto es mejor, dejaría de ser un problema, pero las habladurías empezarían, aunque podría invitarme algo fácilmente.
(Cuatro días después)
— Todos, no paren — ordené a los sirvientes buscar
No habíamos parado, junto al señor Jeon estábamos escaneando todo el territorio, el buscando en sus tierras y yo buscando en la ciudad. Debía de apresurarme, los rumores ya estaban propagando, estaba recibiendo llamadas al respecto, simplemente vergonzoso.
— ¡Lo encontraron! — escuché a un sirviente exclamar
— ¿Es cierto?, ¿Lo han encontrado? —
— Así es, señor —
Me apresuré a ir al lugar donde mis sirvientes me guiaron, encontrando a Jungkook, quien estaba sujetado por los sirvientes.
— Súbanlo a mi auto — sonreí
Me había comprado un hermoso auto negro, era una extravagancia, eran los primeros que salían, y yo obviamente lo tenía.
— No... Yoongi —
— Shh, tus padres te están esperando —
No dijo nada durante todo el viaje, solo miraba sus manos. Llegamos y de inmediato sus sirvientes lo rodearon, dos de ellos sujetándolo, una de ellas Miyeon, quien no me miraba a la cara.
— ¡Encierrenlo! — exclamó su madre
— Mi amor, tranquilo, ya estás en casa — sonreí al ver la desesperación en su cara
Estaba sucio, su ropa era un completo asco, pero estaba aquí, esta vez no escaparía. Me miró con desprecio, y yo solo reí, era inútil, no podría escapar jamás, me aseguraré de eso.
— Gracias a Dios lo encontraste — dijo su padre — sería tan triste que un alfa joven como tú termine viudo y sin un hijo. Eres un alfa honorable, buscaste a mi hijo sin descanso, eso demuestra el amor que le tienes —
— Sí, gracias a Dios lo encontré — dije viendo a un esclavo mirar todo desde afuera
Lo había visto antes, cada día, rondaba la casa y parecía querer saber algo. Es ese mismo maldito el que me golpeo, aún recuerdo su cara, aún no olvido su atrevimiento, pero más que eso, la humillación. Era extraño verlo siempre cerca de la casa, aún cuando los esclavos lo tienen estrictamente prohibido.
— Será que... —
¿Podría ser ese maldito con el que Jungkook se revuelca?, ¿Podría ser?. No puedo hacer nada si no estoy completamente seguro. Lo averiguaré, me tomaré mi tiempo, y cuando esté seguro de que es él, lo acabaré.
— Volaré su cabeza con mi pistola — lo miré fijamente, viendo como me miró con desprecio — maldito idiota —
○●○●⊙●○●○
— Zorra — mi madre me tiró una cachetada — ¿Cómo pudiste hacernos pasar por esta pesadilla? —
— Sí, lo sé — la miré fijamente
— ¡Ah! — gritó queriendo golpearme de nuevo — ¡No sé cómo puedes ser tan cruel! — salió de mi alcoba
— ¿Yo cruel...?, ¿¡YO CRUEL!? — corrí y golpeé la puerta — ¡USTEDES SON LOS MALDITOS CRUELES!, ¡USTEDES! —
Había logrado escapar de ellos, había podido ser libre. Si bien no comí bien, no dormí bien y estuve con mucho frío, no me importó. Si no hubiera sido por ese señor que me vio fuera de la panadería no hubiera sido atrapado. Por culpa de él los sirvientes de Yoongi me atraparon y trajeron hasta aquí. No luché, me sentía tan cansado, me estaban inundando mis pensamientos negativos, además de eso era mucho más difícil escapar de aquí, todo es campo, no había gente a más de cinco horas.
Cuando estuve en el auto con Yoongi supe que no podría escapar, sería seguido por todos ellos, hasta el cansancio. Lo supe al ver su tranquilidad, como si tuviera todo bajo control.
— Mi amor, toma, te traje sopita — entró Yoongi con una bandeja
No respondí, sabía que solo venía a burlarse de mí, sabía que se había estado aguantando todo el camino.
— Ven, acércate — dijo sin borrar su sonrisa — ven, no me hagas esperar —
Me puse de pie, no quería, podía ver en sus ojos la maldad, pero si no lo hacía temía que me lleve de nuevo a la mansión. Prefiero estar aquí, no quiero irme de nuevo a la mansión y estar encerrado, no soportaría y terminaría suicidándome.
— Ven, vamos a sentarnos — dijo sentándome en el mueble
Me senté en frente suyo, viendo como puso en sus piernas la bandeja, tomo la cuchara y la metió a la sopa.
— ¿Creíste que escaparía amor? — llevó la cuchara con sopa a mi boca — ¿Humm?, vamos, abre la boca —
— ¿Te divierte? —
— ¿Crees que eso hace? — se río — ¿¡Crees que me divierte escuchar cómo hablan de mí!? — me tiró el plato de sopa encima — estoy harto de esto, Jungkook —
— A-ah... — me quejé por lo caliente que estaba la sopa
— No te daré el divorcio, jamás, ¿Sabes por qué?, porque así como te encargas de joderme la vida, yo también lo haré — se alejó de mí — será mejor que esta vez si entiendas cuál es tu lugar, que entiendas que solo debes de quedarte callado y quieto, a hacerme caso en todo, sin quejarte. Espero esta noche te quede algo de eso en la cabeza — salió de la alcoba
— Miyeon... ¡MIYEON AYÚDAME! —
Tuve que quitarme la ropa y bañarme, tuve que lavar bien todo mi cuerpo y cabello. Gracias a Dios tenía a Miyeon conmigo, no podría confiar en otro sirviente, no hay nadie a parte de Miyeon y Taehyung en quien confíe.
— Taehyung... — abrí mis ojos al recordarlo
— Joven Jungkook, no le recomiendo salir — dijo Miyeon sin dejar de peinarme — temo por su seguridad, mi pat-... el señor Min no creo que esté de humor —
— Necesito verlo —
— Por favor no, puede ser peligroso. Han ordenado a todos los sirvientes alfas y betas rodear la casa y hacer patrulla —
— Entonces... por favor dale un mensaje de mi parte — volteé a verla y agarré sus manos — dile que pronto lo veré, y que lo amo —
— Se lo diré — sonrío
— Grac-... — me detuve cuando mi estómago sonó con fuerza
— Le traeré comida — se alejó de mí
Miyeon me trajo arroz con pollo, sopa de pollo, té de manzanilla y un pastel de zanahoria. Me comí todo, sin siquiera saborearlo, tenía hambre, pero con el pastel fue diferente, ese sí lo saboreé, aunque igualmente me lo comí rápido. Con las joyas que cargaba cuando escapé me compré muchos postres, postres que me acabé en menos de tres horas, realmente me estaba volviendo adicción a las cosas dulces.
— ¿Desea más comida? — preguntó Miyeon con una sonrisa
— Sí-í, pero también pastel, mucho — dije masticando el pastel
— Bien, espere un momento —
Ella sonrío y salió, con impaciencia la esperé, viendo como ya había tardado media hora.
— Llegaste — me puse de pie cuando entró, estaba ansioso
— Joven Jungkook, no encontré más pastel, tampoco sopa —
— Oh... — borré mi sonrisa
— Lo lamento. Pero había arroz, también pude traerle un poco de papa con crema huancaina —
— Gracias —
Comí todo con ganas, tenía un hambre insaciable. Cuando Miyeon se llevó la bandeja yo no sabía como decirle que tenía más hambre. No pude tampoco, Yoongi llegó y empezó a cambiarse. No pude dormir durante la noche, mi estómago rugía. Así que mientras Yoongi dormía bajé, no podía salir, desde mi balcón había visto a los sirvientes. Pero podía ir a la cocina libremente, y lo hice.
— Suspiros... — mis ojos se deslumbraron al ver los pequeños copitos de clara de huevo azucaradas horneadas
Comí todo lo que encontré, incluso sopa. Busqué en cada rincón otro dulce, encontrando por sorpresa el pastel de zanahoria.
— Miyeon dijo que no había — corté un trozo y me lo metí a la boca
Cuando estuve satisfecho subí a descansar, me sentía tan bien, ya no me rugía el estómago. Creo que fue por los malos días, por todos esos días donde no comía. A mi madre le dió lo mismo, cuando hacía dietas estrictas para lucir bien para sus amigos, lo hacía todos los días, pero luego explotó, empezó a comer con mucha desesperación y subió de peso nuevamente. Sigue haciendo dietas, pero ahora solo cuando algo especial se acerca y los demás días trata de comer moderadamente. Creo que me está sucediendo lo mismo.
(Un mes después)
— Deja de comer, estás engordando — mi madre me llamó con desagrado — llevas días comiendo lo que quieres — me quitó el plato
— Tengo hambre —
— Pues ya no la tengas — sonrío con molestia
— Señora, el joven Jimin está al teléfono — dijo un sirviente
— Mi niño... — se levantó de la mesa con felicidad
Me quedé solo en la mesa, pero no me importó, más bien aproveché para tomar el plato que me arrebató y comérmelo. Cuando terminé de comer subí a mi alcoba, le iba a pedir a Miyeon que por favor evite que alguien me moleste, pero ella ya no es sirvienta de la familia Min, por ende ahora está al mando de mi madre, no mío.
— No... — me eché en la cama y cerré mis ojos
No sé por cuanto tiempo dormí, pero al abrir mis ojos vi a Yoongi al frente de la puerta del balcón, tenía una copa de vino en la mano. No quería levantarme, pero no tenía de otra, me urgía ir al baño. No sé si Yoongi me vio, tampoco me importó, simplemente fui al baño e hice con mucha paciencia lo que tenía que hacer.
— Deberías de controlarte —
— ¿Eh? —
— Estás descuidándote, mírate a un espejo —
— Dijiste que no salga de la casa, lo he hecho. Al menos déjame ser feliz comiendo — sonreí y me eché en la cama
— Tienes razón, no has salido... — me miró — te permito salir desde ahora —
— ¿Hablas en serio? — pregunté con sorpresa
— Lo que sea para no tener a un cerdo de esposo — se quitó la corbata
— Sólo aumenté una talla, exagerados — puse mis ojos en blanco y me tiré contra mi almohada para dormir
— Si sigues así la cama se va a romper —
— E-eres muy cruel — fingí llorar
No dormí. Apenas Yoongi empezó a roncar me acerqué al balcón, viendo que los sirvientes ya no hacían guardia.
— Es hora — miré a Yoongi una última vez y me dirigí a la puerta
Todo estaba oscuro, mis padres últimamente se iban a dormir más temprano, creo que era por su edad, no lo sé.
— Joven Jungkook —
— ¡Miyeon! — exclamé del susto, rápidamente me cubrí la boca y volteé de donde oí su voz
— No debería de estar aquí, joven Jungkook — se acercó
— Yoongi lo permitió — sonreí
— Pero... —
— Ayúdame —
— Está bien — suspiró
Con su ayuda logré salir e ir hasta el cuarto de Taehyung. Con una capucha de sirvientes que Miyeon me dió cubrí mi rostro. No veía la necesidad de usarlo, pero ella me dijo que podía ser una trampa, por eso me lo puse.
Toqué la puerta suavemente, no quería llamar la atención. Toqué muchas veces, no parecía que me escucharan.
— ¿Quién e-...? —
— ¿Se encuentra Taehyung? — miré a Namjoon
— Él... pasa —
Entré al cuarto, viendo solo dos velas iluminar todo. Taehyung estaba durmiendo, no quería molestarlo así que planeaba irme pero Namjoon lo despertó.
— Te vienen a buscar — se acercó a él y golpeó con algo de fuerza la cabeza
— ¡Jungkook! — Taehyung lo empujó y tomó mis manos — no esperaba verte hoy — sonrío
— Yo tampoco —
— Saldré. Te daré sólo dos horas — Namjoon se fue
— Bien — Taehyung me abrazó
— Te extrañé — lo besé
— También... — sonrío en medio del beso
Continuará...
No hay nadie en casa así que se me antojó actualizar.
Denle amor ♡
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