(Tres meses después)

Taehyung no era muy hablador, siempre que lo iba a ver lo encontraba durmiendo.

— ¿Porqué duermes?, deja de dormir — lo miré mal — me voy a conseguir otro esclavo, tú ya no me gustas — tiré su comida con mi pie mientras sostenía con fuerza la vela

— Estoy cansado —

— No me importa, debes de estar siempre dispuesto para mí, soy tu dueño — salí del establo viejo

Siempre nos encontrábamos ahí, era el establo más viejo que existía en la finca, no entendía por qué dormía aquí en vez de dormir en su cuarto. Todos los sirvientes y esclavos tienen sus cuartos para descansar, mi padre no les niega eso, es muy generoso.

— ¡Espera! — se puso en frente mío

— ¿Qué? — me crucé de brazos — he vuelto hace solo tres días de mis vacaciones, vine emocionado hacia aquí para verte, pero al parecer para tí eso no tiene importancia, ¿Quién te crees? —

— Feliz cumpleaños — reverenció mientras extendía algo

Lo sostuve en mis manos y lo miré con atención, era una muñeca, estaba hecha de trapos viejos y sucios. Mis padres dicen que nunca debemos de aceptar nada de los sirvientes, que puede ser dañinos, pero no creo que él se atreva a hacerme algo.

— Huele mal —

— Lo lamento —

— No importa, perdonaré todas tus faltas de respeto por esta vez — miré mi casa — debo de irme... — dije al ver luz en la alcoba de mi hermano

(Un años después después)

Estaban celebrando mi cumpleaños número dieciséis, mi mamá había invitado a muchos de sus amigos, entre tantos pude ver al prometido de mi hermano, quien no me dejaba de ver, era incómodo.

— Mantente quieto — mi mamá me agarró del brazo — hay muchos alfas de tu edad presentes, da una buena impresión — sonrío mientras miraba a los invitados

— Quiero comer algo dulce — me solté de su agarre — mi padre dijo que era mi fiesta, y que podía hacer lo que quiera — la miré fijamente, viendo como hizo un gesto de disgusto — dame eso de regalo —

No me gustaban las fiestas, o los eventos sociales mejor dicho, eran aburridos. Todos hablaban siempre de lo mismo, de su dinero, de sus lujos, etcétera, etcétera. Ya sé que somos ricos, no necesito saber eso de nuevo, en vez de esto preferiría ir al campo, o al establo, sólo.

— Ya sé... — miré a mi alrededor y me aseguré de que nadie me viera

Cogí mi abrigo y en los bolsillos metí bocaditos, todos los que pude y salí, corrí al único lugar donde podía estar en paz.

— Estás aquí — me sorprendió el verlo ahí, despierto, casi siempre lo encuentro durmiendo

— Feliz cumpleaños... amo — reverenció

Al principio Taehyung era muy insolente, pero rápidamente entendío su lugar, entendío que yo doy las órdenes.

— Traje algo para tí — saqué un bocadito de mi abrigo y se lo extendí

— Muchas gracias, mi amo — sonrío

— Traje muchos — me acerqué a él con una sonrisa

— Le invitaré algunos a los demás —

— ¿Los demás? — lo miré mal — he traído esto para tí, no para el resto —

— Pero... —

— Taehyung, entiende esto — lo señalé — tú eres mi esclavo, yo te doy esto porque así debe de ser, pero solo te doy esto a tí, no a cualquiera, si tu compartes esto dejará de tener valor, será insignificante —

Además Taehyung era interesante, me agrada más estar a su lado que al lado de alguien más, es interesante, obediente y atractivo.

— Entiendo... —

— Come —

— No gracias, debo de ir a terminar mi trabajo — pasó por mi lado

No vi a Taehyung más, durante ese día. Al día siguiente, luego de que todos se fueran pude por fin soltar mi cabello, andar sin corset y tacones, un sueño sin duda. Salí al ver el sol por mi ventana, mi mamá como siempre se molestó, pero mi padre la calmó, diciéndole que yo era ya lo suficientemente grande para saber lo que estaba bien y mal.

— ¡Hola, Taehyung! — exclamé cuando lo vi

— Amo... — reverenció

— ¿Estás ocupado? — pregunté mirando a mi alrededor, él también lo hizo

— Sí... —

— No importa, ven conmigo — lo jalé del brazo y lo llevé al campo — juguemos algo — lo solté y volteé a mirarlo con emoción

— ¿Qué cosa? —

— Debes de atraparme, si lo haces te cumpliré un deseo — me reí y salí corriendo

Escuchaba los pasos apresurados de Taehyung detrás mío, quería ser silencioso pero no podía evitar reírme. No sé por cuanto tiempo estuvimos corriendo, solo sé que logré esconderme en el viejo establo, tuve que taparme la boca para que no me escuchara.

— ¡Joven Jungkook es hora del almuerzo! — escuché la voz de un sirviente

Salí de inmediato, no quería que mi madre conozca este lugar. Estaba saliendo con cuidado, mirando al piso para no torpezar, cuando estuve en la entrada sentí que choqué con alguien, me iba a quejar pero me quedé sin habla al ver a Taehyung en frente mío.

— Te encontré — puso sus manos a mi costado, acorralándome contra la pared de madera vieja

No pude decir nada, solo miraba con atención como las gotas de sudor caían de su frente, como su pecho subía y bajaba, estaba agitado, era algo tan simple, pero en mí sentí algo diferente, sentí calor inexplicablemente, un calor muy arrasador.

— ¡Joven Jungkook! — de inmediato Taehyung se alejó de mí

Sin atreverme a verlo nuevamente salí corriendo a mi casa, donde recibí un fuerte regaño de mi mamá por venir tarde al almuerzo. Cuando terminé de almorzar subí a mi alcoba, debía de estudiar pero en vez de eso fui a mi balcón y miré todo a mi alrededor, deteniendo mi vista cuando a lo lejos vi a Taehyung, estaba sin camisa, tan solo unos segundos ese calor volvió. Tuve que alejarme de mi balcón al sentirme raro, me eché en mi cama y leí un libro, me dormí al sentir mis ojos demasiados cansados. Ese calor volvió de pronto, interrumpiendo mi descanso. Fue extraño, mi sueño no fue como los otros, sentía toques, sentía como tocaban mi cuerpo con desesperación, y me encantaba.

— ¡A-ahg! — abrí mis ojos cuando en mi sueño pude ver el rostro de quien me tocaba

— Joven Jungkook, ¿Tomará un baño? — preguntó una sirvienta detrás de mi puerta

— Sí... — me puse de pie cuando entraron

Intenté calmarme, me bañé y volví a salir a mi balcón para tomar aire, al sentir frío volví a mi cama, no me quedó de otra que dormir, me sentía raro así que lo mejor era dormir. Pero no podía dormir, me sentía raro, estuve así mucho tiempo. Tuve que ponerme de pie y bajar. Todo estaba oscuro, todo estaba silencioso, así que con mucho cuidado fui afuera, todo estaba tan silencioso y oscuro también.

Iba ir a ver a los caballos, pero me detuve a medio camino al ver a Taehyung, me iba acercar a él, pero de nuevo me detuve al ver como abrazó a un omega mayor, sé que es omega por su peinado y aretes. Me oculté y miré con atención lo que hacían, sintiendo mi cuerpo tensarse cuando vi como Taehyung pasó su mano por el pecho del omega. No quise ver más así que corrí al viejo establo, me eché, listo para dormir ahí.

— ¿Amo Jungkook? — escuché la voz de Taehyung que de inmediato me hizo abrir mis ojos, viendo a Taehyung con una lámpara en su mano

— Taehyung... — sonreí, pero mi sonrisa se borró al recordar lo que vi — ¿Quién era? —

— ¿Quién? —

— Eso pregunto, quién era el omega con quien estabas — me puse de pie y me acerqué a él

— Es... —

— No, no me importa. Te quiero lejos de ese omega — dije molesto

— ¿Q-qué? — se empezó a reír, haciendo que me sienta más molesto

— ¿Te burlas de mí? —

— Claro que no, amo — se siguió riendo

— ¿Qué es lo gracioso? —

— El verlo así, no entiendo, da mucha gracia —

— ¿Gracia? —

— Está celoso y-y solo es un niño —

— Niño... — miré el piso — niño... — pasé por su lado

— Amo Jung-... —

No lo escuché, solo seguí mi camino, no quería verlo, y no sé porque, no me gustó que me llamara niño, no de ese modo, me sentí mal, y no sé porqué.

Continuará...

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