|CAPÍTULO 15|
Después de ese suceso aterrador en la calle, había llegado a mi casa, mi corazón me latía a mil por hora, preguntándome un sinfín de cosas que no tenían respuesta alguna
Había cerrado la puerta tras de mí, suspire con gran alivio que me hallaba en mi casa sana y salva, me encontraba apoyada en la puerta, sentía una sensación de intranquilidad en lo profundo de mi ser.
—¡Jane, cariño que bueno que has llegado?—susurro Alyssa—¿Dónde habías estado, eh?, me tenías preocupada, he estado llamándote y no contesta a mis llamadas.
—Tuve una tarde complicada, debí avisarte que salí a comer y que vendría tarde a casa, lo siento.
—¿Estás bien?—frunció el ceño—. Te veo pálida y asustada, ¿sucedió algo en tu trabajo?
—No lo sé, Alyssa —solloce—. Alguien comenzó a seguirme cuando estaba de camino para tomar el autobús para venir hacia aquí.
—¿Alguien te estaba siguiendo?—interrogo con un tono de preocupación en su voz—¡Dios! ¿Dime qué no te ha hecho nada?
Asentí tratando de mantener la calma.
Alyssa me arrebato las bolsas que tenía en mi mano y las arrojó al sillón, comenzó a revisarme desde la cara hasta los brazos.
—¡Tranquila!
—¡No puedo estar tranquila, sabiendo que alguien estaba siguiéndote!
—Estoy bien, Alyssa —musite—. Pero fue horrible, Alyssa. No tengo idea de quién era, pero me sentí vigilada todo el camino.
Alyssa me abrazo fuertemente, subiendo y bajando su mano en mi espalda, reconfortandome.
—Estoy aquí, Jane —susurro en mi oído—. Deberías ir a la policía a presentar una denuncia de lo sucedido para que puedan encontrar al responsable.
Asentí.
—Te haré una taza de té para que puedas relajarte, ¿si?
—Gracias, Aly.
Alyssa asintió y se fue directo a la cocina a poner agua caliente para el té.
¿Hice bien en decírselo?
¿Y si Alyssa ahora correría peligro de ser lastimada?
¡Mierda, Jane!
Mi teléfono timbro. Lo ignore.
Tome asiento en el sofá de la sala.
Volvió a timbrar nuevamente.
Fruncí el ceño.
Encendí el teléfono y era un mensaje de Christopher de hace unas horas. Desbloquee mi teléfono y entre a su chat.
"Christopher"
¿Has pedido el taxi? Avísame cuando estés en casa.
¿Jane?
Sí, ya estoy aquí.
Que bueno que ya estás en casa.
Christopher envío una foto de una sola visualización.
—¿Así está bien, Jane?—me sobresalte al escuchar a Alyssa—¿Qué pasa?
—Nada, sí, así está bien —respondí y tome un sorbo del té.
Abrí nuevamente el chat de Christopher. Me quede mirando un rato el mensaje de la foto de una sola visualización, preguntándome de que foto se trataba.
Bebí un poco más de mi té.
—¿Quieres más té?
—Sí, por favor.
Alyssa se puso de pie, llevándose consigo las dos tazas de té.
Aproveche que ella estaba en la cocina. Entre nuevamente al chat de Christopher y me atreví a abrir al mensaje de una sola visualización.
No podía creer lo que veía.
¡Dios!
Alyssa regreso de la cocina y trajo consigo las dos tazas de té ya rellenadas y un plato lleno de galletas.
Me había enviado una foto de su polla erecta y con gotas preseminales con un mensaje de "Ve como me pone pensar en ti, como quisiera verte mamarme la verga y venirme en tu cara"
Podía sentir lo mojada que estaba.
Estaba toda colorada y sentía mucho calor, me quite el abrigo y lo hice a un lado.
¡Dios!, solo ver su polla erecta por mí me hizo excitarme tanto.
—Dame un poco de galletas.
—Sí, claro —me acerco el plato de galletas y tomé dos.
Mordí la primera galleta.
—¿Ya has cenado?
Alyssa asintió con la cabeza.
—Te deje un poco de pasta.
—No tengo mucha hambre —musite.
—Come, linda, aunque sea un poco —me acaricio la mejilla y se puso de pie—. Debo ir a descansar, come y luego ve a descansar ¿si?
Asentí y me puse de pie.
—Buenas noches, linda —me dio un beso en la mejilla y me abrazo fuertemente.
—Buenas noches, Aly.
***
Ya había terminado de cenar y ahora me encontraba en mi habitación, sin poder conciliar el sueño, me sentía tan cansada y me frustraba el no poder dormir.
De pronto recorde que no había respondido el mensaje de Christopher, entre rápidamente a su chat.
Christopher
¿Estás despierto?
No obtuve respuesta alguna.
Decidí darme una ducha por segunda vez, pero está vez una relajante.
Comencé a llenar la tina con agua tibia y echar en ella gel de ducha con olor a lavanda.
Cerré la llave de la tina y empecé a desvestirme, hasta quedar completamente desnuda.
Tome mi teléfono y le envíe una fotografía a Christopher mía de mi rostro y mostrando gran parte de mis pechos, diciendo:
Quisiera que me llamaras en este momento y decirte que te necesito...
Introduje primero mis pies y luego introduje mi cuerpo completo.
¡Dios, necesitaba tanto esto!
Sentía como el agua golpeaba mi cuerpo y lo calentaba, me relajada al sentir el agua tibia tocar mi cuerpo.
La espuma se deslizaba sobre mi cuerpo desnudo, comencé a lavar mi cuerpo de arriba para abajo, masajeando mi larga cabellera y mis hombros los cuales se encontraban tensos.
Me recosté sobre la tina provocando que el agua golpee mi rostro.
Mi teléfono timbro fuertemente.
Gire bruscamente mi cuerpo hacia la mesita de noche y me sente rectamente sobre la tina.
La pantalla estaba encendida, alguien estaba llamando, dude en ponerme de pie.
El teléfono seguía timbrando nuevamente.
Decidí salir de la tina, tome la toalla y la envolví en mi cuerpo, cubriendo mi desnudez.
En la pantalla se reflejaba un nombre que no pude visualizar muy bien.
¿Por qué Christopher insiste en llamarme?
Fruncí el ceño.
El teléfono seguía timbrando.
Tome el teléfono y respondí.
—¡Dios!—susurre—. No sabes lo mucho que me moje al ver tu polla en pan...
—¿Por qué cuando te estuve siguiendo nunca pude obtener esa jodida vista perfecta de ti?—murmuro con voz ronca al otro lado de la línea telefónica.
Me paralice.
Nunca había escuchado esa voz en mi vida.
Su voz no era la misma de aquel hombre que me siguió en el callejón, no tenía la menor idea de quién era.
—Pude haber sido yo, el hombre que te haga suya en la penumbra de su habitación —continuó arrastrando cada una de las palabras.
—¿Quién eres?
—Tú peor pesadilla, nena.
Colgó.
Mi respiración se volvió acelerada e irregular.
Me vestí rápidamente, me puse un vestido morado de satén de tirantes y encaje en la parte superior que rodeaba el contorno del busto y me puse encima una bata de satén del mismo conjunto.
Me dirigí a mi habitación y encendí la luz del baño, me sentía más segura con la luz encendida a mi alrededor.
Tome mi teléfono y decidí llamar al número de Christopher.
El teléfono sonaba, seguía sonando y no tomaba la llamada.
Volví a llamarlo.
No obtuve respuesta.
Me harte al no obtener respuesta suya y arroje mi móvil a un lado.
Me preparaba para acostarme y poder dormir, ya que no paraba de pensar que alguien me acecha en las sombras.
Tome un antifaz para dormir y me lo coloque encima de mis ojos, me recoste sobre la cama esperando que mi sueño llegara.
Había conciliado el sueño pero en medio de la madrugada mi teléfono comenzó a timbrar fuertemente, ocasionando que me despertara asustada.
Recorde que hace unas horas un desconocido me había llamado, me sente sobre la cama e hice a un lado el antifaz que cubría mis ojos, tome mi teléfono y está vez si era un numéro que yo conocía.
—¿Jane?—musito.
—Chris —respondí—. Necesito contarte algo.
—Yo también, Jane.
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