6

Jungkook  se tomó un momento para recuperar el aliento y luego, se dio la vuelta con la misma expresión sería que tenía normalmente.     
 
Mientras revisaba a los pacientes que había operado, no sonrió o cambio su cara ni una sola vez. Aunque los otros médicos y enfermeros sonreían amablemente y se regocijaban por la recuperación de un paciente, estaba tan serio como una maldita piedra contra el cemento y gracias a esto, era en realidad el médico menos popular de este hospital.

Por supuesto que las reservas de pacientes externos nunca salían del todo bien para él. Por muy hermoso que fuera, había muy pocos pacientes a los que les gustara ser tratados por un médico tan frío. Muy rara vez, había enfermos que confiaban en él basándose en su actitud, era malísimo tratando con las personas.

Cirugía era el departamento que más evitaban los estudiantes de medicina, pero, la mayoría de los residentes que eligieron este lugar, soportaban valientemente tiempos muy difíciles con el único fin de convertirse en "cirujanos de talla mundial". Entonces, aunque daba miedo y parecía como si no tuviera sentimientos, las habilidades quirúrgicas de Jungkook eran tan sobresalientes, tan maravillosas, que todos comenzaban a llamarlo el  "Gran Cirujano" en su presencia, incluso desde su segundo año de residencia. Con su sólida formación y sus habilidades quirúrgicas, los residentes y profesores no dudaron ni una sola vez en que se establecería como un doctor de cirugía general bastante reconocido. Sin embargo, los residentes igual lo llamaban "ROBODOC". En realidad, eso era un robot quirúrgico utilizado por cirujanos ortopédicos para realizar cirugías articulares, pero era más bien... Como una clase de apodo que le dieron a Jungkook, y también era un reconocimiento a sus habilidades que parecían guiarse sin emociones o sentimientos.
Justo como un robot.

Era algo incómodo para él, parecia que nadie a su alrededor podía comprender que simplemente era una persona en extremo introvertido.

No eran sólo los pacientes los que estaban nerviosos sino, los residentes que ahora estaban detrás de él todo el bendito día y todos los médicos que siempre se quedaban con él en la sala de operación. Las enfermeras no querían tener turnos con él ¿Y es qué cómo te sentirías si tu compañero de trabajo, con quien pasas horas enteras cara a cara, nunca sonriera frente a ti? Obviamente te pondría los pelos de punta.

Jungkook, después de que terminó la última ronda de una paciente de 40 años a la que le extirparon la tiroides, fue llamado brevemente a la sala de emergencias para atender a un paciente con múltiples traumas craneales, después de ello, tuvo un breve momento para respirar, sacó una taza de café de la máquina expendedora que estaba en la sala de descanso de los empleados y, sentado en un banco duro y frío, con un café caliente en la mano, se quedó completamente en silencio.

En poco tiempo, llegaría el momento de que terminara el turno de Taehyung y dejaría el hospital. Por supuesto, esto era común porque no había cirugías programadas ni emergencias así que, como era enfermero quirúrgico, en realidad no le hacía falta rotar en emergencias. Sin embargo, al recordarlo, nuevamente comenzó a tener ese estúpido pensamiento que lo había estado molestando recientemente:

Ese día, en la habitación del hotel, dijo el nombre de un hombre que no conocía. Un tal Kang Taemin. Pero, al final, claramente dijo el suyo y cuando lo mencionó, sonrió tan brillantemente que su corazón comenzó a dejar de sentirse tan desgarrado. Así que, lo abrazó de la cintura con fuerza y besó la parte de atrás de su cuello, gritando su nombre mientras el decía: —¡Jungkook! ¡Jungkookie más por favor! —Demonios, todavía recordaba que en ese momento, su corazón había comenzado a latir con muchísima fuerza. Casi hasta el punto en que le comenzaron a doler las costillas, y además, todo su cuerpo se llenó de una satisfacción que solo había sentido cuando era niño.

Entonces, hubo un momento en que quería preguntarle —¿Por qué eyaculaste gritando mi nombre? Y ¿Por qué me dijiste que no me detuviera? ¿Por qué rogabas por más? —Sin embargo, huyo tan pronto como se había quedado dormido por tanta fatiga acumulada y cuando se despertó, lo primero que vio fue una cama vacía.

La figura de Kim Taehyung no se encontraba por ninguna parte y aunque iba a llamarle por teléfono, no tuve el coraje de hacerlo. Tenía miedo de que estuviera enojado con él y tenía miedo de que no quisiera hablarle, era cierto que aunque parecía  ser inevitable, no quería ser golpeado por la realidad.

Así pasó el tiempo y el lunes no iban a tener más remedio que encontrarse cara a cara. Se dijo —Tengo que preguntarle —y también cosas un poco más arriesgadas como —Tengo que comprobar sus sentimientos por mi —pero Taehyung de repente se desconectó del mundo.

Entonces se dio cuenta que no quería verlo y que, en realidad, deseaba olvidar toda la noche que pasaron juntos.

Las heridas que habían desaparecido, como si hubieran sido lavadas después de escuchar su nombre de su boca, se abrieron de nuevo y cortaron su corazón justo a la mitad, se sintió como si de pronto se hubiera convertido en un paciente crónico que llevaba demasiado tiempo en el hospital y sabía que había llegado el momento justo de morirse, era justo como un hombre que de repente fue atropellado por un automóvil mientras caminaba tranquilamente por la calle, Taehyung siempre era muy bueno para herir sus sentimientos en el momento menos esperado.

A pesar de que le dolía, se agarró del pecho y pensó que nunca más iba a dejarse lastimar por él, pero cuando le mostró un pequeño toque de interés, lo miró de nuevo como si nada hubiera pasado para empezar.

Al final, Jungkook siempre sería ese enfermo terminal que era hospitalizado y dado de alta de nuevo para repetir el ciclo de daños, literalmente estaba enfermo de amor por Taehyung.

El hombre miró su rostro reflejado en la placa acrílica de la máquina expendedora. ¿Qué te pasa? ¿Por qué dejas que te lastime de nuevo?

Desde el momento en que se conocieron, comenzó a gustarle Taehyung. Por supuesto, en ese entonces, no era un sentimiento sucio que mezclaba el deseo sexual y el afecto como ahora, era una emoción pura.

Se sintió irremediablemente cautivado por Taehyung en cuanto le tocó la mano. Nunca había considerado las razones o las condiciones por las que le pasaba esto, pero siempre pensó que era tan fuerte como si sus almas estuvieran entrelazadas  desde que nacieron. Por supuesto, Taehyung no sintió lo mismo.

Se bebió el café de un solo golpe. El sabor amargo de la crema, que no le gustaba, y la dulzura del azúcar que le había puesto casi exageradamente frente a la máquina, permanecieron en su boca durante mucho tiempo incluso aunque se frotó la lengua contra el paladar. Tenía que estar de servicio hoy casi todo el día así que mientras pensaba en eso y en aquello, arrugó el vaso de papel vacío y lo tiró en el cesto de la basura.

Hubo innumerables momentos en su vida en los que odió a Taehyung, pero nunca hubo un instante en el que pensara que hubiera sido mejor no conocerlo.

Hoy fue el primero.

No quería ver más la cara de su amigo ni por un momento.

Obviamente pronto estaría bien de nuevo porque así era como estaba acostumbrado a trabajar. Mañana se enfrentaría a su rostro sonriente y aceptaría sus bromas como si nada hubiera pasado entre los dos. Sonaba perfecto aunque un tanto complicado.

Jungkook caminó lentamente hacia la UCI.

—Hola ¿Vas a operar?

¡Carajo!

Subió de la sala de emergencias del primer piso al tercer piso, donde estaba la UCI, y allí se encontró con Taehyung, que estaba saliendo de la sala de descanso y ahora se había parado frente al ascensor. Lo saludó con una mirada casual, como si nada hubiera pasado, e incluso pareció un poco más aliviado que cuando estaban en la cafetería. Aparentemente había aceptado a la perfección la mentira de que Jungkook también perdió la memoria.

Cuando no respondió a su saludo, Taehyung se atrevió a tomar su mano para volverle a preguntar.

—¿Vas a operar?

—... No, voy de camino a la UCI —Lo odiaba y no quería verlo.

Pero tan pronto como se encontró con su rostro, su expresión endurecida se suavizó un poco. Si otras personas lo vieran, se preguntarían ¿Qué parte había cambiado exactamente?

—Quería entrar a una cirugía para mostrarle a mis estudiantes tus habilidades. —Taehyung pareció repasar el horario del turno de la noche en su cabeza, soltó un suspiro que mostraba lo decepcionante que era todo esto.

La mayoría de los trabajadores del turno de noche eran enfermeras nuevas, por lo que pensó que sería genial si entraban a alguna cirugía difícil, le sonrió brillantemente y  dijo: —Al menos será algo tranquilo.

Jungkook susurró la razón por la que no iba a ir a quirófano esta noche: —Voy a ver qué pasó con el Carcinoma Heptocelular de la otra vez.

—Ah. Ese paciente...

Fue la cirugía en la que estuvo con Taehyung hace algunos días, un paciente con cáncer de hígado en etapa terminal que se sometió a un trasplante y estaba siendo manejado en la unidad de cuidados intensivos.

Aunque operaba a muchos pacientes al día, la razón por la que ambos lo recordaban era porque se trataba de alguien particularmente joven. Era un paciente de unos 20 años que además le pidió a Taehyung, quien lo desinfectó, que lo amordazara porque estaba seguro de que iba a gritar e intentar escaparse, tenía muchísimo miedo y estaba temblando hasta la médula. En ese momento, sonrió levemente y dijo que saldría bien de la cirugía, pero ciertamente era un caso muy inusual.

—¿Se está recuperando bien?

—Sí. Porque es joven.

—Entonces cuídate. Te veo luego.

Jungkook  consultó su reloj. Ya pasaban de las 12 en punto pero como él dijo, no era un "hasta mañana" sino un "hasta luego" y como era habitual entre los hombres,  le dio una palmada en el brazo y se despidió. Luego de eso Jungkook permaneció un largo rato en medio del pasillo, mirando su espalda, que se iba alejando.

Pasó una semana en un instante y para sorpresa de todos, Jungkook no fue a casa ni una sola vez en todo este tiempo y se quedó a dormir en el hospital. El sábado había quedado en ir con Taehyung a su ciudad natal para el cumpleaños de su padre, por lo que había tenido que correr para arreglar sus pendientes antes de esa fecha y  entonces, la mañana del sábado, el día en que iban a viajar directamente hasta Daegu, Taehyung fue al hospital a recogerlo desde antes de las 9.

El automóvil de Jeon, que había estado exiliado en un estacionamiento subterráneo durante casi un mes, estaba cubierto de polvo blanco y de un montón de otras manchas desconocidas. A Taehyung le parecía un poco estúpido que tuviera uno aunque se quedaba en el hospital toda la semana pero, supuso que así era como le gustaba de todos modos.

Al ver un grupo de ambulancias paradas en la entrada de la sala de emergencias, pensó para si mismo: "¿Estará ocupado?" Y se preguntó si podría estar vinculado con ese paciente y si acaso tendría que tomarse otra hora más. Sin embargo, como si acabara de ducharse, vio a Jungkook, que salió del hospital, secándose el cabello mojado con una toalla pequeñita una y otra vez para evitar que siguiera escurriendo. Luego, subió al auto sin decir una palabra al respecto y acomodó su maleta en la parte de atrás.
Ambos viajaban así todo el tiempo, por lo que ya hasta se había vuelto una costumbre.  

Taehyung frunció el ceño. Había pasado un tiempo considerable desde que condujo su automóvil para pasar por él directamente al hospital, pero tenía que decir que la sensación era igual a la que sentía cuando eran estudiantes, carraspeó la garganta, tratando de encontrar algo que decir.

—¿Has dormido?

—Ni un poco.

—Entonces hazlo, anda.

Cuando el SUV negro partió del estacionamiento, Jungkook cambió de postura y se sentó de un modo un poquito más cómodo, se cruzó de brazos, se volvió hacia la ventana y apoyó la cabeza completamente contra el cristal. Al contrario del tono duro que tenía todo el tiempo, cuando Taehyung le dijo que durmiera, el hombre lo obedeció como si fuera un niñito pequeño. Fue porque Taehyung conocía muy bien su estado actual sin siquiera tener que escuchar una explicación de su parte. Se fue a trabajar desde el martes hasta el sábado por la mañana y sabía que apenas si había dormido y que de seguro solo comía pan y café. Además, Jungkook se reunió con él frente al centro de cirugía el viernes y se veía completamente agotado.

Taehyung bajó el volumen de la radio y se inclinó para poder acomodar su asiento un poquito para atrás.

El sábado por la mañana, la carretera siempre estaba congestionada porque las personas salían de paseo para aprovechar el fin de semana. Luego, tal vez unos veinte minutos más tarde, el tráfico comenzó a avanzar lo suficientemente rápido como para llegar hasta el cruce donde se ubicaba un parque de diversiones que llevaba cerrado ya mucho tiempo. Con lentitud, empezó a acelerar hasta tomar una velocidad adecuada para la carretera y luego, encendió el limpiaparabrisas para difuminar un par de gotas de lluvia que habían comenzado a caer contra los cristales. Y como si evitara mojarse, el auto se escondió en el túnel justo a tiempo, y el sonido del "pack, pack, pack" contra la carrocería del auto desapareció.

En el túnel, tenuemente iluminado, las luces que se encendieron una por una, iluminaban el rostro dormido de Jungkook y luego desaparecían,  repetidamente hasta envolverlo en las sombras.

Taehyung miró el rostro del hombre por un momento.

Tenía una piel saludable, era muy, muy bonito. Tenía unas largas pestañas sobre unos párpados finos que temblaban de vez en cuando, una nariz suave y unos labios color cereza, perfectamente dibujados.

Se veía como la Bella Durmiente.

—Um...

Durante los últimos tres días, Jungkook no había dicho nada sobre lo que sucedió en el hotel. Además, no hubo cambios con su expresión y nada de él fue diferente de lo habitual, entonces, por supuesto que decidió creerle cuando dijo que no podía recordar nada de ese día. Después de todo, Taehyung tampoco podía recordar nada excepto a Jeon gritando su nombre un montón de veces:
—¡Taehyung! Y así mismo, se recordaba gritando el nombre de su amigo, rogándole por mas: —¡Jungkook no pares! ¡Más Jungkookie!

Al salir del túnel oscuro, fuertes gotas de lluvia golpearon el techo del automóvil por segunda ocasión. El cielo, que al inicio pareció despejado debido a un chubasco repentino, ahora estaba lleno de nubes que eran demasiado oscuras como para creer que se estaba volviendo de noche, tenía miedo de despertar a Jungkook con el sonido de la lluvia, que era más fuerte de lo esperado, entrecerró los ojos y lo comprobó muy rápidamente. Sin embargo,  de repente tuvo un pensamiento extraño mientras miraba la hermosa figura del hombre que aún dormía con los brazos bien cruzados y la cabeza colgando contra su hombro.

Originalmente él era un tipo muy sexual, y si le gustaba la apariencia de alguien, entonces era el primero en acercarse para llevarlo a la cama. Pero así no era Jungkook.

No importaba lo borracho que estuviera ese día, no podía entender por qué se dejó llevar por sus insinuaciones y tuvo sexo con él.

—¿Qué diablos estaba pensando este bastardo?

Según creía Taehyung, Jeon Jungkook era una persona recatada, era casi como un monje o un sacerdote. No podía imaginarlo siendo un salvaje en el sexo.

Todavía estaba mirando el rostro dormido de Jungkook, con unos pensamientos un poco complicados en la cabeza, volvió a mirar para al frente antes de que todo esto volviera a comerle la cabeza justo como pasaba estando en casa y trató de olvidarlo una vez más, pero en su lugar, frunció el ceño nuevamente y lo miró por tercera vez.

—¡Ah, Taehyung!

Otra imagen de él apareció en su cabeza. Su piel estaba roja, incluso alrededor de los ojos, en la punta de la nariz y bajo la boca. Parecía tan excitado al llamarlo, que incluso la cara de Taehyung se puso colorada también y comenzó a ponerse muy nervioso.

—Maldita sea, maldita sea, maldita sea...

—¿Estás bien? ¿Te pasaste un alto o algo?

Entonces, Jungkook finalmente se despertó y miró a Taehyung. Se había despertado con el sonido de las gotas de lluvia contra el auto, pero decidió seguir con los ojos cerrados para disfrutar de la tranquilidad y la paz que le había llegado después de un tiempo de puro trabajo. Sin embargo, el tarareo de Taehyung y el pequeño ruido que hacía con los dientes, había ocasionado que se le pusieran los nervios de punta. Entonces, aunque había pensado en seguir fingiendo dormir para no ser molestado innecesariamente, terminó por parpadear y lo primero que se encontró fue una mirada descarada clavada en su rostro.

—Casi te aviento un puñetazo. —Taehyung sonrió ante las palabras de Jungkook.

De hecho, estaba un poco preocupado por el itinerario de hoy hasta su casa, pero descubrió que el rostro de Taehyung estaba muchísimo más relajo de lo que esperó, para su mala suerte, tuvo que darle malas noticias a Taehyung, quien hasta ahora estaba sonriendo con esos dientes brillantes, blancos y tan bien cuidados que tenía:

—No voy a poder ir a casa en una semana más.

—¿Por qué?

—Estoy supliendo a alguien.

Tal como se esperaba, tan pronto como terminó de hablar, Taehyung frunció el ceño y endureció su rostro mientras decía que los demás doctores —eran unos desgraciados abusivos —y que —si seguían así entonces definitivamente lo iban a matar. —Jungkook apeló diciendo que era algo de fuerza mayor, pero ni siquiera eso fue suficiente para calmar su enojo.

—¿Pensaste en eso?

—¿Qué cosa?

—La casa.

—Oh, ¿Eso de vivir juntos?

Después de salir del peaje y ver los edificios de apartamentos colocados ordenadamente a la derecha y a la izquierda, Jungkook mencionó ese tema del que parecía se había olvidado por un tiempo. Era, sin lugar a dudas, una oferta muy razonable y no había motivo alguno para rechazarla, pero Taehyung vaciló.

—... No lo sé.

—¿Por qué no lo sabes? —Ante la pregunta de Jungkook, lo miró y sonrió.

—Porque tengo miedo de que me estés regañando si vivimos juntos.

—¿De qué estás hablando?

—Ya sabes, cosas como —no te vayas con ese tipo, —ya vete a dormir o así.

—¿Alguna vez he sido de ese modo contigo? —Jungkook preguntó repasando en su memoria sus acciones del pasado.

La última vez que estuvo con él en el salón del hotel, le dijo que tenía que cambiar su comportamiento pero, de hecho, nunca había hablado de la promiscua vida sexual de Taehyung seriamente. Es más, prefería mantener la boca cerrada por temor a que su amor no correspondido quedara expuesto.

—Incluso si no lo dices, todo está escrito en tu cara. Eres como mi madre.

En eso estaba equivocado, lo último que quería Jungkook era que lo viera como su madre, más bien, era todo lo contrario a eso, siempre esperaba que Taehyung conociera a alguien más grande y de mente más cerrada que él, y quería que lo trataran con dureza y le hicieran llorar. Esperaba que de esta forma se diera cuenta de que el único que lo esperaba en silencio, lo entendía, le dejaba pasar todo y estaba a su lado frecuentemente sin importar cómo, era él.

Por supuesto, hubiera sido bueno si no se hubiese cogido a nadie en primer lugar, pero eso era imposible para Taehyung. Cómo sabía que era un pensamiento terriblemente egoísta, siempre mantuvo la boca cerrada para evitar esta conversación. Es solo que, el otro día, en el salón, escupió sus verdaderas intenciones y dijo: "Entonces serás castigado".

—Ni siquiera irías a la casa de todos modos. Es solo un lugar para dormir.

—Bueno... Voy a pensarlo para ver más o menos el precio que me vas a cobrar.

—¿Quieres pagar renta?

—Supongo que sería lo más razonable.

—Pues eso lo vamos viendo sobre la marcha.

—¿No sería incómodo? Creo que sería mejor vivir solo ¿Sabes?

—... ¿Estás incómodo conmigo?

—No ahora. Pero en algún momento lo estare. —Taehyung lo dijo sin mirarlo porque tenía miedo de encontrarse con esos ojitos de cachorrito abandonado que siempre le ponía.   

Si le preguntabas a alguien del hospital sobre esto, obviamente dirían que la expresión de Jungkook estaba en blanco todo el tiempo, pero Taehyung sabía que no era así.

Cuando le decían algo que no le gustaba, sus ojos comenzaban a verse preocupados o tristes, lucian más apagados que de costumbre y sabía que a diferencia de su yo que parecía simple y sin sentido, Jeon Jungkook siempre se preocupaba demasiado por todo, incluso por las cosas más pequeñitas.

Jungkook también sabía que no era que Taehyung se sintiera realmente incómodo viviendo con él, sino que pensaba que su estilo de vida pronto sería una molestia para él, quien ocasionalmente volvía a casa a descansar.

Aún así, como siempre, solo le restaron importancia y se concentraron en otra cosa.

—Bien, es aquí.

Mientras conversaban, el automóvil llegó a la sede de la Universidad de Deokwon en Daegu. Había pasado un año desde que estuvo aquí y nunca había sido completamente a propósito. Era... Más bien como un tipo de castigo ver a su papá y escucharlo hablar sin parar sobre lo horrible que era su futuro como un simple enfermero.

Los dos dejaron el automóvil en el estacionamiento y caminaron por el pasillo de la oficina principal, para finalmente pararse frente al ascensor que era para el personal.

—Miren nada más, pero si es Kim. ¿Oh? ¿El doctor Jeon también viene de visita?

Un hombre, vestido con una bata blanca, quien aparentemente reconoció a Taehyung desde la distancia, caminó y lo saludó incluso antes de llegar hasta él. Era un sujeto de aspecto amable, con una identificación de empleado de "radiología" que ya habían visto varias veces rondando en el hospital. Incluso hubo un momento en que comenzó a ser muy familiar para Jungkook.

—Kim, mira nada más que bonita sorpre... —Taehyung, que  estaba a punto de saludarlo, de pronto se tapó la boca con ambas manos al sentir la manera en que las náuseas le habían vuelto a venir. El doctor Myung Shin, del departamento de radiología, fue compañero sexual de Taehyung cuando trabajaba en la sede. Era un hombre precioso y muy bien educado. Pero ahora...

—Lo siento, yo no sé por... —Volvió a taparse la boca en un intento por contener las ganas de vomitar y en respuesta a la repentina reacción de Taehyung, no solo Shin, sino también Jungkook, que estaba de pie junto a él, lo miraron de un modo un tanto confundido. Taehyung agitó la mano para indicar que estaba bien, pero cuanto más se acercaba a Shin, más disgustado se sentía por dentro.... Estaba dándole muchísimo asco.

—Ah... No puedo...

—Oye...

—¿...Viniste aquí para ver a un obstetra?  —Myung-shin obviamente estaba jugando con Taehyung, insinuando que estaba embarazado, pero Jungkook lo miró como si quisiera matarlo.

—... Lo siento ¿Estás bien?

—Obviamente no es un buen momento. Lo siento, pero, ¿Puede irse?

—Iré a... Bueno, te veré en un rato.

Sin embargo, incluso después de que se fue, el olor de su perfume todavía estaba en la punta de su nariz así que Taehyung se abanicó con las manos para disiparlo. No tenía idea de que la diferencia entre usar un cubrebocas y no usarlo sería tan grande.

Mientras golpeaba su pecho con el puño para intentar tragarse el vomito, Jungkook lo miró con expresión preocupada.

—Hey ¿Estás bien?

—Ah... No lo sé... Ha pasado un tiempo desde que me subí a un automóvil así que supongo que por eso sigo mareado.

—Pero tú estabas conduciendo.

Ante las palabras de Jungkook, mantuvo la boca cerrada. En el caso del conductor, el movimiento del vehículo se podía predecir por lo que había menos sensación de disparidad en los sentidos. Taehyung, que no tenía nada que decir, lo miró antes de elevar los hombros.

—No pasa nada. A veces puede ocurrir. Yo conduzco de regreso ¿De acuerdo? —Jungkook volvió la cabeza hacia los ojos de Taehyung, que parecía tener miles de cosas que quería decir, pero que no podía ponerlo en palabras.

—Gracias... —La única palabra que salió de sus labios fue esa.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top