18
Taehyung comenzó la mañana frotando sus ojos. En realidad, se había despertado muchísimo antes de abrirlos, pero ni siquiera tenía la fuerza suficiente como para poder moverse bien.
Todavía era un lugar un tanto desconocido ya que se acababa de mudar, pero pudo darse cuenta de que el paisaje que se veía ante sus ojos era definitivamente su habitación. Sin embargo, se sintió como si estuviera atrapado en una dimensión bastante diferente porque, además de que había una clara señal de que antes alguien se acostó a su lado, le dejaron una nota sobre el buró.
Acostado de lado y con la cara completamente enterrada en la almohada, no había movido ni un solo dedo desde que se despertó. Sabía lo que había pasado y sabía perfectamente bien lo que había hecho y con quién lo había hecho para variar. Una vez pudo descartarlo como un error pero
—¿Dos veces? La segunda no podía llamarse equivocación sino deseo. —Murmuró esto para si mismo mientras sus ojos se fijaban en la nota en la mesa, como si no supiera lo que era para empezar.
—Mamá, tu hijo enloqueció completamente... —Comenzó a organizar sus ideas cuidadosamente, recapitulando en su mente lo que había sucedido la noche anterior.
Todo empezó después de conocer a un hombre en el club, fue vulgar y hasta le dio asco la insistencia con la que quería tener sexo y claro, él era un hombre que solía rodar y jugar como un perro con cualquiera que se le cruzara en frente y también, tenía claro de que era un hábito de años que tenía bastante arraigado, estaba consciente de que la gente no cambiaba de la noche a la mañana y que no podía vivir con la lujuria oculta en una mochila tras de su espalda solo porque se enamoró y mientras bebía con Yoongi, pudo recordar claramente cuántas veces dijo algo estúpido como "Quiero tener sexo" y también lo mucho que lloró por estar insatisfecho.
Estaba un poco deprimido por el deseo no resuelto y por eso comenzó a arrojar alcohol como un loco dentro de su boca y luego de una breve pausa, se fue con Namjoon y pasó la noche hablando de lo injusto que la vida había sido con él.
Después sintió unas manos y unas piernas junto a él y cuando movió un poco la cabeza, se encontró con que todo su cuerpo estaba cubierto de marcas rojas, de besos y chupetones y que su piel estaba suavecita como si acabara de tomar un baño. Pero, además también tenía la misma sensación que había experimentado en el hotel: El agujero de su culo dolorido, el trasero dormido y muchísimos calambres en la espalda.
Estaba pensando en la situación, todavía con la suficiente calma como para no perder la cabeza, levantó su brazo y se tocó el cabello. Sus pelitos castaños estaba vueltos un desastre, dándole la forma de la casa de una urraca y por supuesto que fue peor cuando comenzó a jalarlos mientras leía la carta:
[Me voy a trabajar primero, pero me gustaría que habláramos de lo que hicimos anoche, cara a cara.
JEON JUNGKOOK]
En caso de que no supiera quién había escrito la nota, amablemente había escrito su nombre y apellido. Aunque claro que él ya sabía que quien había dejado la nota, era nada más y nada menos que su intenso acompañante sexual, Jeon Jungkook.
Taehyung yacía boca arriba en la cama, gritando y moviendo los pies durante mucho, mucho tiempo, entonces comenzó a gemir por el dolor que sintió recorriendo su columna hasta detenerse en la parte más profunda de su ano. Esta vez, le dolía más que la primera, tenía muchas, muchas, muchísimas ganas de morir.
—Realmente quiero morir. Muere, muere de una vez ¡Por favor, Taehyung! Muérete un ratico, antes de que pase algo más horrible que esto. —Pequeños momentos de anoche comenzaron a pasar de inmediato por su cabeza después de decir esto.
—¿Te gustan los hombres con cara de culo?
—No, me gusta tu cara.
—¡¡¡Ahxgkfuijg!!!
¿¡¡Qué diablos estaba diciéndole a Jungkook!!? además de la resaca, su cabeza comenzó a latir con fuerza hasta que ya no lo soportó.
—Quiero desaparecer, quiero desaparecer ahora.
La tendencia a evadir sus problemas de Taehyung se hizo presente de nuevo. Fue un error que se ocasionó por beber así que ¿Debería ponerse de rodillas y pedir su perdón, diciendo algo como: "Te confundí con otra persona?"? ¿O explotar como una bomba de relojería y decir: "Lo hice porque me gustas"?
En medio de esto, lo más aterrador, era el hecho de que se acercaba la hora de ir a trabajar.
Se había acostado en la cama mientras miraba la nota por un largo, muy largo rato y luego, mientras caminaba hacia el baño para poder ducharse, pensó que había un par de cosas que todavía no le habían llegado a la cabeza. En primer lugar, no podía recordar la expresión de Jungkook en absoluto y además de la manera en la que se había comportado con él, lo que dijo mientras lo besaba era muy confuso. ¡Fue terrible que recordara claramente los comentarios que él había soltado pero que no pudiera pensar ni en una sola palabra dicha por Jungkook!
A estas alturas, era muy consciente de que, aunque antes pensó que podía concentrarse en su trabajo y desempeñar sus funciones como profesional y como enfermero, en realidad no era así para nada. Porque de haber sabido que las cosas serían tan pesadas para él, adentro y afuera de su cabeza, entonces definitivamente se hubiera confesado desde mucho antes.
Todo se sentía como un castigo a sus malas acciones. Desde el hecho de que conoció a una mujer que lo golpeó en la cara, pasando por el hecho de que bebió demasiado alcohol, y deteniéndose en el momento en que descubrió que su corazón estaba bastante cautivado por Jungkook y comenzaron a vivir juntos en esta casa.
Todo fue, lamentablemente, causado por él mismo. Estaba sumergido en el agua que vertió en su propio cuerpo y que se transformó en un pozo profundo y es que si viera a Jungkook en el hospital, ¿Cómo demonios lo miraría a la cara y qué le diría para empezar? Y a medida que se acercaba el instante de ir a trabajar, la angustia se hizo demasiado profunda para aguantarla.
Fue un poco incómodo, pero no le resultó un gran problema caminar o moverse. Sin embargo, sentarse en una silla durante mucho tiempo o agacharse, le provocaba un dolor ardiente en la parte inferior del cuerpo. En especial entre las nalgas. ¿Cómo se atrevía a dejarse penetrar dos veces por la misma verga? ¿Dónde había quedado el Taehyung activo? Estaba claro que era un completo loco.
Se agarró la cabeza y el estómago dolorido, se lavó el cabello y se preparó para largarse a trabajar. No obstante, le vino a la mente la letra de una canción muy popular en la radio que decía en una de sus estrofas que "podía vivir bien incluso si se separaban."
Por supuesto, eso no fue escrito para una situación como la que acababa de pasar entre los dos sin importar que definitivamente estuviera pensando que el impacto podía ocasionar que se alejaran el uno del otro.
¿Y de quién era la culpa para empezar?
Las palabras que había escupido al inicio del encuentro todavía permanecían intactas en su memoria. Fue el primero en hablarle, y fue él también quien primero se quitó el pantalón.
—Mis pantalones...
Cuando la textura lechosa de entre sus piernas se desplegó nuevamente en su cabeza, se sonrojó tan intensamente que terminó golpeando su frente contra la puerta del casillero tan pronto como entró al área de trabajo del hospital. Se culpaba a si mismo por ser un pervertido y se golpeaba con entusiasmo contra cada superficie que se encontraba en su camino, se levantó por el sonido de alguien entrando ruidosamente a los vestidores y es que de verdad parecia que estaba a punto de romperse el cráneo en algún momento.
—Sunbaenim, ¿Qué está haciendo?
—Oh, nada.
—...Huele a alcohol.
—Sí, es que me fuí de fiesta anoche. —El hecho era que ahora se encontraba en un estado en que su cuerpo estaba compuesto casi en su totalidad por alcohol.
Mientras Taehyung sonreía torpemente y revisaba el olor de su ropa, Jung Hoseok abrió la puerta del casillero y comenzó a quitarse la ropa para ponerse el uniforme quirúrgico. Taehyung sonrió, volvió la mirada para intentar desvestirse también y sin embargo, en el momento en que estaba a punto de quitarse la camisa, recordó lo que pasó y volvió a bajar la ropa que se había subido un poco arriba del ombligo.
Antes de ir a trabajar, el reflejo en el espejo de cuerpo completo, que vio mientras se duchaba, estaba rojo como si hubiera sido atacado por un enjambre de insectos hambrientos. No tenía ganas de mostrarle un cuerpo lleno de rastros de su historia de amor de la noche anterior a un compañero de trabajo. Hoseok husmeó en su dirección porque se había quedado inmóvil, solo sosteniendo la puerta de su casillero.
—Sunbaenim... ¿Puedo preguntar algo?
—¿Qué?
—Tiene... ¿Tiene una relación con el doctor Jeon?
—Wo... ¿Qué? ¿Yo qué con quién? —Taehyung alzó la voz igual a un estudiante de primaria que se estaba defendiendo de un compañero que decía chismes sobre él y luego, seguramente sin darse cuenta, se agarró de la puerta del casillero como si este fuera un escudo.
—Es que... Me encontré con el doctor Jeon en el ascensor y... Huelen exactamente igual.
De camino al trabajo, Hoseok, que subió en el mismo ascensor que Jungkook, olió el aroma de Taehyung en cada parte de su cuerpo y obviamente estaba muy curioso al respecto.
—¿Son pareja?
—¡¡Vivimos juntos!! ¡Vivimos juntos, estamos en el mismo espacio y compartimos hasta las toallas para después del baño! Obviamente va a oler a mi!
—Umm...
Al verlo actuar así, el joven estudiante sonrió y asintió con un movimiento bastante torpe de su cabeza. Pero Taehyung, que fue quemado por las brasas que Hoseok arrojó sobre él, ardió en rojo vivo por un tiempo y emitió calor por todas direcciones como si no pudiera calmarse con nada.
—¿Está enojado conmigo por preguntar, sunbaenim?
—No. No lo estoy. —Su respuesta final fue casi un murmullo. Rápidamente se inclinó hacía el casillero y se volvió notablemente más pálido, sujetando el pomo de la puerta metálica con unas manos tan temblorosas que hasta hubiera llegado a pensar que se estaba muriendo de frío. Hoseok sonrió otra vez, como si hubiera gritado la respuesta correcta en un programa de "preguntas y respuestas" en la televisión.
—¿Se pelearon?
—… ¿Crees que andamos peleando todos los días o algo asi? —Su respuesta fue tímida y además, como para atormentarlo, había comenzado a dolerle la cabeza aún más. Tal vez por la resaca o por Hoseok, que constantemente le rascaba los nervios.
—Sunbaenim.
—¿Otra vez? ¿Qué?
—¿No vas a cambiarte de ropa?
—Después ¿De acuerdo? Después. Ante las palabras de Taehyung, Hoseok se encogió de hombros y dijo "Bueno".
Luego empacó sus pertenencias y salió del vestidor sin decir nada más así que, por fin, el ambiente tan desagradable desapareció, un hombre solo en el vestidor, suspiró como si su alma hubiera descansado un momento y no era una exageración decir que tan pronto como Hoseok, que lo había estado distrayendo, desapareció, las preocupaciones que había dejado de lado se precipitaron en su cuerpo en forma de un reflujo atroz.
—¡Dios!... Maldito malestar estomacal. Maldito dolor de cabeza, maldito cansancio.
—Taehyung escupió todo tipo de quejas, justo como un niño y pronto llegó la hora de que comenzara a trabajar.
Tenía que cambiarse de ropa antes de que la gente acudiera en masa al vestidor, por lo que pareció bastante ocupado moviendo su cuerpo de un lado para otro y arreglando cada detalle como para intentar olvidar sus nervios, pero la parte superior del cuerpo que se había reflejado en el pequeño espejo de mano, adjunto al casillero, era un completo y total desastre. Tenía marcas de dientes por todas direcciones, era como si Jungkook se hubiera vuelto un puto zombie. Afortunadamente, tuvo la inteligencia suficiente para evitar los lugares visibles al público.
—¿Te crees un perro o qué? Pendejo... —Taehyung dejó escapar un suspiro apagado y tocó suavemente la bolsa de compras arrugada que había llevado al trabajo también ¿Cuántas veces había golpeado esto como para que estuviera tan arrugada y maltratada ahora? Además ¿Previó el futuro y le compró los zapatos como un intento de indulgencia por lo que hicieron en su cama?
Volvió a abrir su bolsa de compras, se inclinó para ponerse las medias de compresión que utilizaba de costumbre, luego arrugó las cejas y volvió a enderezar la cintura lo más lento posible para evitar algún tipo de dolor, pensó en si hacer esto o aquello, luego se rascó la cabeza, cerró el casillero y salió del vestidor, tomó una respiración profunda caminó a la sala de espera y pensó en sus posibilidades.
1: Decía que había sido un error, se ponía de rodillas y rezaba por su perdón o
2: confesaba sus sentimientos, se ponía de rodillas y rezaba por su amor.
Apretó los dientes y reflexionó sobre esto, toda la hora de trabajo, aunque no obtuvo una respuesta que le hiciera sentirse tranquilo. El turno de la noche no tenía un horario especial que seguir excepto, claro, para las cirugías que eran de emergencia y esto solo significaba que le estaban dando el tiempo suficiente para hundirse en sus propios pensamientos sobre su mejor amigo sin interrupciones.
—Ojalá hubiera recordado todo la primera vez.
Si su rostro, o incluso el movimiento de una ceja, hubiera permanecido en su memoria, la respuesta a sus preocupaciones actuales habría llegado muy pronto hasta permitirle descansar. Ahora, aunque tampoco podía recordar exactamente su expresión, los recuerdos de sus movimientos y el placer que le había dado en la cama, seguían siendo increíblemente vívidos. Para ser honesto, podría decir que fue mejor que cualquier otra relación sexual que hubiese tenido antes, tan sensacional que hasta perdió la cabeza por un momento.
—¡Fjchjdhhfh!
Había estado golpeando el escritorio con su cabeza, estaba tan avergonzado de si mismo que de repente se sonrojó y tosió con muchísima fuerza igual a si se ahogara de repente. Nadie en la estación se preocupaba por él porque de por si era muy dado a volverse extraño de la nada pero, ahora fue diferente porque sus orejas se pusieron tan rojas como el asa de una olla caliente y de repente, hasta pareció que estaba sintiendo que su corazón iba a saltar a través de su pecho.
—¿Pero si estará por aquí? ¿Ya se fue? —Miró su teléfono, ni siquiera podía enviarle un mensaje de texto porque no tenía el coraje de contactarlo primero y Jungkook, quien por lo general se comunicaba cuando llegaba y cuando iba a comer, no había dicho una sola palabra en lo que iba de su turno, tal vez porque era difícil para un robot como él lidiar con este problema. Pensando así, siguió encendiendo y apagando la pantalla del teléfono repetidamente.
Ese fue el momento.
Su celular vibró tan fuerte que tuvo que revisar el historial:
[Jeon Jungkook: ¿Quieres ir conmigo a comprar café?]
Esta era, en pocas palabras, la declaración de guerra que esperó durante todo el día. El momento de la batalla decisiva que finalmente había llegado.
Tragó saliva y aunque aún no sabía qué decirle, envió una respuesta al mensaje con movimientos rápidos de la mano:
[Voy enseguida.]
Rogándole a su colega que lo perdonara por un momento, saltó rápidamente al vestidor para llevarse los Crocs que había comprado especialmente para su mejor amigo, fue porque pensó que debería usarlo como una especie de soborno en caso de que algo saliera mal al hablar.
Fue al vestidor, agarró su bolsa de compras y revisó el contenido nuevamente. Allí estaban los Jibitz en forma de muñequito con gafas y unos crocs blancos.
—¿Qué estoy haciendo?
Se sintió tan frustrado que deseó salir corriendo del hospital y estaba tan enamorado de su mejor amigo que por primera vez se sintió cobarde.
—¿Y si me confieso?
¿Pero qué tipo de reacción mostraría Jungkook si se confesara? Ni siquiera podía imaginarlo.
Respiró hondo y fue a la habitación de medio tiempo para doctores porque este era el lugar en donde habían quedado de verse. Sin embargo, permaneció allí sin hacer nada por mucho, mucho tiempo. No podía empujar la puerta, que se abriría con solo girar la manija, y no podía tocar o aclarar su garganta o decir algo importante al respecto estando tan nervioso. Tragó saliva otra vez, puso la mano en la madera, recitó una oración rápida y luego negó con la cabeza, se mordió los labios y decidió irse. Pero en ese instante, la puerta de la oficina se abrió.
—¿Qué estás haciendo si ya estás aquí? —Jungkook se lo encontró parado frente a la puerta y después de un momento de vergüenza por la reacción tan contundente de su amigo, Taehyung decidió hablarle como siempre.
—¿Qué onda?
—¿...? Pues yo te pregunté si querías ir por un café y resulta que me dijiste que si.
—Ah, sí claro. Vine a verte para que fuéramos por café. Justo eso.
Jungkook tomó la delantera y Taehyung lo siguió como un cachorrito, se aclaró la garganta muy ruidosamente mientras se dedicaba a ver para todos lados.
Había mucha gente en el hospital, así que pensó que lo iba a sacar de allí para acusarlo de violación y darle un buen puñetazo en el estómago. No. ¿Qué carajo estaba pensando? No importaba lo que hubiera pasado entre los dos en la noche, Jungkook no era del tipo de persona que se iba a los puños primero cuando podía arreglar todo muy racionalmente. Sin embargo, estaba tan preocupado que todo tipo de pensamientos extraños comenzaron a pasar por su mente sin ningún tipo de filtro.
El jardín abierto, en el piso medio del edificio del hospital, era un espacio común en el que nunca había estado antes y como ni siquiera era fumador, no se atravesaba ni por casualidad. Por supuesto, pensó que era lo mismo para Jungkook.
Los dos se sentaron en un banco del jardín, con una taza de café entre las manos, y se quedaron sin decir una sola palabra por un tiempo que se sintió como una eternidad.
Ya era pasada la 1:00 de la mañana, no había nadie en el jardín y los pasillos estaban completamente deshabitados. Taehyung luchó por reprimir la incomodidad que estaba trepando por todo su cuerpo y sin voltear a verlo, jugueteó con el vaso de papel que tenía en la mano mientras que rasgaba las correas de una bolsa de compras con la otra. Fue un acto natural de ansiedad, así que Jungkook, que lo notó a la perfección, bebió un sorbo de café y le habló.
—Kim Taehyung...
...
Lo que tanto estaba temiendo finalmente había llegado.
—Dime.
—¿Por qué tienes los tobillos tan hinchados? —Ante las palabras de Jungkook, miró de inmediato hacía sus piernas y se buscó los pies, sus tobillos, que se podían ver bajos sus Crocs y bajo el dobladillo de sus pantalones, ciertamente estaban terriblemente hinchados y la verdad era que tampoco sabía lo que había pasado para que se vieran así de mal.
Tan pronto como comenzó el día, tuvo una operación de dos horas y desde entonces, estuvo caminando de aquí para allá para no dejar ningún punto sin cubrir. No fue un horario difícil en comparación con lo habitual, pero, pensó que sus tobillos se hincharon porque no se puso sus medias de compresión como de costumbre.
El incómodo flujo de aire desapareció por un momento cuando las dos personas enfocaron sus ojos en la hinchazón de sus pies.
—¿Por qué no te pusiste tus medias?
—Oh, creo que estuve muy distraído como para darme cuenta de eso.
—Ya.. —Después de las palabras de Jungkook, el silencio volvió a caer entre los dos.
Como si estuviera descalzo sobre el asfalto en pleno verano, Taehyung sintió el aire cálido arremolinándose a su alrededor hasta un punto en que todo comenzó a sentirse muy incómodo. Estaba sudando profusamente y tenía la cara muy caliente, así que pensó en si levantarse del asiento y correr o solo intentar hablar de cualquier otra cosa. Pero, contrariamente a su corazón tan escandaloso, su boca no podía abrirse bien ante él y las palabras que no podía pronunciar, ni siquiera después de pensarlo todo el día, siguieron resonando en su garganta hasta un punto en que sintió que se iba a ahogar con ellas, se lamió los labios y pensó: "Vamos. Tú puedes. Simplemente confiesa tus sentimientos, se golpeado y acaba con esto." Así que volvió la cabeza y miró a Jungkook, le había llamado mucho la atención su puente nasal afilado y esa línea de su mandíbula, delgada, pero no demasiado frágil, sin duda era el hombre más guapo del universo entero, estaba tan cerca de él que no podía apartar los ojos de su cara incluso aunque él siguiera atento en sus piernas hinchadas y ya que tenía la cabeza ligeramente inclinada, podía ver incluso cada una de esas bonitas y largas pestañas en su cara y sus diminutos lunares.
Además, cada vez que soplaba el viento, algunos mechones de su cabello volaban y rozaban suavemente sus ojos hasta el punto en que parecieron unas cortinas. ¿Le hizo el amor con una cara así de hermosa? Taehyung pensó en el rostro, de la noche que no podía recordar, en su cabeza, y tan pronto como obtuvo una reacción en su vientre, rápidamente carraspeó e intentó concentrarse en algo más. Tal vez estaba actuando como si alguien le hubiera puesto pegamento en los labios, pero eso no era un impedimento para que sus pensamientos siguieran filtrándose de una manera bastante explícita.
Finalmente sacó la bolsa de compras para intentar bloquear la mirada de Jungkook.
—Toma.
—¿Es para mí?
—Ajá. Es para que puedas cambiar esos zapatos tan feos que tienes. —Le entregó la bolsa de compras que había estado cargando desde ayer en la noche.
—¿En serio? —Jungkook miró alternativamente los dos pares de Crocs y a Taehyung. Las cejas rectas no se le movieron ni un poco, pero era evidente que tenía dudas al respecto.
—Es que un par es mío.
—¿Los jibitz también?
—Sí. Velos y dime si te gustan.
Jungkook seguía sin expresión. Sus labios, sus ojos y sus cejas estaban increíblemente rectos, pero Taehyung igual se dió cuenta que le gustaba muchísimo su regalo y cuando mostró signos de querer decirle "gracias", él simplemente giró la cabeza y miró hacia el oscuro cielo nocturno como si este fuera un intento desesperado por no enfrentarlo más. Este siempre había sido su problema, solo coqueteaba, tenía sexo casual y nunca hablaba de sus sentimientos, tenía un problema realmente serio en cuanto a dejar la vergüenza y organizar sus ideas apropiadamente. ¡Ni siquiera sabía cómo sacar tema de conversación!
—Yo...
Pero entonces, un par de dedos fríos tocaron su tobillo, mientras seguía perdido en sus pensamientos, y lo hizo saltar de su asiento debido a lo inesperado que fue sentirlo. No era una exageración decir que había perdido completamente la consciencia cuando su pierna se levantó de repente para quedar bien recargada contra su pecho.
—Es bueno mantener las piernas en alto cuando las tienes hinchadas, cariño.
¿Cómo que cariño? Este hombre lo quería matar en serio.
—De... Déjame en paz. No puedo beber mi café en esta posición. —Como si ya no tuviera suficiente presión ahora también se sentía nervioso y avergonzado.
Pero no era por el café. El café era solo una excusa para que lo soltara antes de que viera su rostro tan terriblemente sonrojado por el apodo en que lo había llamado. Trató de que dejara que se pusiera de pie, pero Jungkook le dio fuerza a sus movimientos y no pareció querer soltarle su tobillo por nada del mundo. Más bien, ahora le estaba quitando los crocs, verificando el grado de edema y comenzando a frotarle los dedos de los pies y a girar lentamente su tobillo en pequeños circulitos.
—Detente...
Cuando estaban en la universidad y Taehyung regresaba del entrenamiento y tenía las piernas o los pies terriblemente hinchados, Jungkook le daba masajes cada una de las veces hasta que se sentía considerablemente mejor. En ese momento, no era nada importante para él, y más bien, le gustaba bromear y hasta decirle que frotara más fuerte, pero ahora no podía actuar así.
Como alguien que había hecho algo muy malo, se cubrió la cara con el brazo y se mordió el labio inferior para intentar no hablar. Fue vergonzoso que tocara sus pies, pero estaba más preocupado en concentrarse en no soltar un gemido o hablar de más.
—Taehyung...
...
Jungkook presionó suavemente su pantorrilla con la punta de sus dedos y a diferencia de Taehyung, que sentía que todo su cuerpo estaba hirviendo en lava, su mano pareció inmensamente helada. En realidad, hasta estaba demasiado tranquilo.
—Si es difícil, no tienes que esforzarte tanto. Solo relájate cariño...
—…JEON JUNGKOOK...
Los dos intercambiaron sus nombres.
Jungkook estaba demasiado cerca, pero igual no podía alejarlo, quitarle los pies de encima o sacar las palabras que había guardado en su interior todo el bendito día. No podía hacer nada de eso.
Fue lo mismo para Jungkook, lo había pensado innumerables veces durante toda la noche mientras Taehyung dormía, pero ahora pensó que no podía llegar a una conclusión tan fácilmente.
¡Había demasiado que perder!
Además, cada uno de los pensamientos de Jungkook eran negativos porque las acciones y comentarios de Taehyung en el pasado no fueron precisamente agradables. Decía "¿Yo? ¿Tener novio? ¿Por qué haría eso?" y "Nunca me involucro con mis compañeros de trabajo." Por supuesto que cada una de estas palabras siempre hicieron que se rindiera incluso antes de que pudiera comenzar, además ya lo había llamado cariño dos veces y el idiota no había reaccionado.
Jungkook, un amigo y compañero de trabajo, probablemente era el más alejado de poder tener una oportunidad con Taehyung.
Para él, parecia que todo estaría perdido si se confesaba solo para estar cómodo consigo mismo. Tal vez le rociaría el café que tenía en la mano y luego de eso, el vínculo de la relación se rompería como lo hizo en la preparatoria.
Jungkook lo miró, con los mismos ojos tranquilos de siempre. Su mejor amigo tenía las puntas de las orejas rojas y las mejillas ardiendo igual a si tuviera muchísima fiebre, pero estaba tan confundido que pensó que solo era algo creado por su propio deseo y sus ganas de ver algo en donde no había nada. Tal vez estaba avergonzado porque se acostó con alguien como él, o debió estar maldiciendo la escena por dentro y mientras tenía curiosidad por los pensamientos de Taehyung, la cabeza de este también estaba muy ocupada pensando en lo que estaría dentro de la mente de Jungkook.
"Voy a confesarme", pensó. "¡Sí! Es tu oportunidad. ¡Hazlo ahora!" Y si gracias a eso no volvía a ver a Jungkook a la cara, aunque sería doloroso, de alguna manera se sentiría mejor que tener este dolor tan constante en el pecho.
Taehyung decidió entonces ser valiente.
—Jeon Jungkook, quiero decirte algo importante...
Al contrario de lo decidido que estaba, su boca no podía dejar de temblar. Incluso sintió como si de repente estuviera cayendo al suelo sin cesar, arrojado desde el techo del hospital rumbo al vacío, fue vergonzoso y tan aterrador, que su corazón latió y latió igual a si fuera a explotar. "Boom, bang, bang, bang" una y otra vez en sus oídos.
Fue la primera confesión de amor que estaba haciendo en toda su vida y descubrió que requería más paciencia que coraje. Era la paciencia para renunciar a estos sentimientos y sensaciones desagradables y no huir, enfrentar su mirada y quedarse quieto sin importar todos los pensamientos desagradables que tuviera en su cabeza.
—Taehyung, sé lo que estás pensando.
—¿En serio?
—Sí. Estabas borracho y cometiste un error. Fue como siempre, es como un hábito tuyo.
El rostro de Taehyung estaba extrañamente arrugado. No importaba cuánto tiempo hubiera vivido una vida de libertinaje, esto que había pasado con él no era ningún hábito. Por supuesto, se acostaba con casi todo lo que se moviera, pero no era una basura tan promiscua como para coger con su mejor amigo así como si nada.
—Jungkook-ah, no es eso. Quiero decirte que tú me...
—Solo me ves como una más de tus parejas sexuales, está bien, lo acepto.
Las dos personas, que tenían prisa, se enredaron en el aire y mezclaron sus palabras al mismo tiempo. Taehyung detuvo lo que estaba diciendo y dudó de lo que acababa de escuchar, por lo que se golpeó la oreja una vez con la mano.
—¿Qué dijiste?
—Que está bien. Solo fue un desliz que tuviste conmigo y, yo lo entiendo a la perfección así que no tienes que preocuparte tanto por esto ¿Bueno? No tienes que ponerte nervioso ni pensar que me debes nada. No debes pensar tanto en alguna excusa que darme.
—No entiendo...
—Has estado pensando en cómo explicarme que fue un error. Piensas en como hacermelo entender desde el momento en que despertaste.
—No, espera. Eso no...
—Entonces yo quería decirte que no te preocuparas. Da igual lo que pasó. Vamos a olvidarlo.
Las palabras que habían subido a su garganta hace un rato bajaron a la parte más profunda de su cuerpo de una vez y perdió el coraje para confesarse.
—Claro. Sí. —Taehyung se levantó de su asiento, levantando la pierna tan bruscamente como si fuera a patear la cara de Jungkook. Durante todo el día, había estado pensando en él hasta el punto en que era lo único que quedaba en su mente.
No quería perderlo, era verdad, así que no deseaba confesarse imprudentemente... Pero las palabras de Jungkook lo desmoronaron como una galletita y como Jungkook tampoco quería perderlo, había hablado de una forma en la que pensó que haría que no se sintiera tan agobiado.
Obviamente le salió mal.
Taehyung saltó de su asiento, agarró su bolsa de compras y miró a Jungkook muy enojado.
—Tengo algo que hacer. Disfruta tu café.
Jungkook se levantó para seguirlo antes de que se fuera, pero él no miró hacia atrás y en su lugar, salió casi corriendo del jardín.
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