CAPITULO 61

Darren Madison salió de casa.

Quería estar fuera, distraerse y pensar todo tipo de cosas. Había estado considerando lo que había pasado en casa.

Pensó que debía decirle a su madre sobre lo que estaba ocurriendo, pero ella quizá no le iba a hacer gran caso. Si se lo decía a su padre...

Se lo pensó dos veces. Ya parecía imposible razonar con él.

No podía comentarlo a su mamá porque lo ignoraba y no podía comentárselo a su padre porque no sabía si lo iba a tomar en cuenta como algo importante. Al menos esperaba que Hazel pudiera ayudar convenciendo a su madre.

Pero no sabía si ella iba a lograrlo.

Caminó por las calles, pateando piedras o alguna basura que pudiera encontrar. Iba sin un rumbo fijo, perdiéndose en la ciudad poco a poco. Iba por calles que nunca había caminado, sin dejar de ir absorto en sus pensamientos.

Después de tantos años, Darren Madison se estaba preocupando por sí mismo. Considerando cada aspecto de su vida. En su infancia había sido un mocoso malcriado que se la pasaba fastidiando a todos los niños y eso no omite a los maestros (algunos se llevaban grandes sorpresas por parte de él). Los demás niños lloriqueaban por lo que Darren hacía.

Y él, apenas tomaba en cuenta esos llantos.

A casi todos les tocaba una mala broma de su parte.

En fin.

Esas acciones las justificaba con lo que sucedía en casa. Mientras su padre aún estaba en su rehabilitación con los AA, a veces solía ser golpeado. Su padre aún conservaba botellas de licor escondidas y cuando bebía demasiado, se alteraba tanto que quedaba eufórico.

Esa parte se había transmitido a Darren. La que ninguno prefería tener. Fue cuestión de los años para que sus bromas fuesen peores y cuando ocurrió lo de Deysi Henderson, fue la gota que derramó el vaso.

En pocas ocasiones, Darren se sentía como un chico incomprendido por los demás. Pero ese idiota se rebajaba a tener excusas tan tontas que intentaban justificar o explicar por qué era así. Aunque era algo que cualquiera podía superar, ya que esas excusas eran cosas menores.

Y por esas razones tontas, Darren no cambiaba, no dejaba ese lado enfadadísimo que contenía. Pero... en esta ocasión...

Darren quería cambiar de verdad. Mientras reflexionaba el daño que provocaba en los demás (producto de que todo le cayó encima después de tantos años), quería en serio remediar todo. Cuando recibió el karma de la peor manera, sabía que por fin estaba jodido y que todo se debía a su maldita culpa. Aunque volvía a pensar que se debía a Lancaster. Pero después de unos días, consideró que Lancaster tuvo nada que ver. Él solo era otro chico al que lo golpeaba, nada nuevo. Solo que era alguien que nunca le hizo daño.

De verdad quería ser perdonado por todos y perdonarse a sí mismo por lo que ha hecho desde que era un niño.

Las personas a las que había golpeado (James Lancaster no era el único), los maestros a los que fastidiaba, las chicas a las que había ofendido y maltratado verbalmente siendo excesivamente machista.

Luego de caminar largo rato, se dio cuenta de la calle por la que estaba.

Era la misma en la que golpeó a Lancaster junto a Alan y Rick. Donde arrojó el cuaderno por las alcantarillas. Eso estaba a unas cuadras. Él estaba en la acera frente a la casa de Scarlett.

Se detuvo.

Miró la casa por unos segundos. Él sí sabía que ella vivía allí. El año pasado, los chicos (o la mayoría de ellos), llevaba a Scarlett White a su casa. Bueno, Darren llegaba tras ellos y les daba la merecida reflexión de que Ella no es para ti. Todos los que hacían eso, eran unos debiluchos que se rendían rápido, que con unos golpecitos callaban la boca y la dejaban.

Y ahora que reflexionaba... ¿de qué servía hacer eso? Él si se acercaba a ella para hablarle, pero las conversaciones no pasaban a algo que sea entretenido. Hacía los intentos que podía y Scarlett se aburría de él. Incluyendo su manera tan infantil de comportarse.

—Lamento por los chicos que golpeé, Scarlett—dijo Darren, mirando la casa—. En especial a Lancaster. En serio lo lamento.

Era tan absurdo hablarle a la casa implorando perdón. No era Scarlett y tampoco era James como para que pedir disculpas de verdad.

Bajó unas cuadras y se detuvo en la esquina que golpeó a Lancaster. Recordó vagamente lo que le había dicho... era una excelente amenaza, eso pensaba. No obstante, el maldito imbécil jamás le hizo caso, sólo él fue el único en no aceptar lo que Darren le había impuesto.

Miró por los orificios en los que había arrojado el cuaderno y las hojas.

—Perdón por arrojar el cuaderno...

Y ahí estaba otra vez, lamentándose solitariamente. Madison sabía que ese cuaderno era especial para Lancaster, fue por esa razón que hizo eso aquella tarde. Un celular y unas llaves eran cosas que se podían reemplazar, pero un cuaderno de alguien que se la pasaba escribiendo como un Diario, poniendo quien sabe que cosas, era diferente. Al menos Lancaster pudo detenerlo antes de que su libro, hubiera pasado por lo mismo. Aunque... no olvidó que se había llevado dinero... algo que no le pertenecia.

Le hizo mucho daño sin razón y él, empezaba a darse cuenta de eso.

Darren Madison suspiró y siguió caminando, prefería volver a su casa. Se sentía mejor allí, porque la única persona que no le ignoraba, era Hazel.

Escondió sus manos en los bolsillos del pantalón y continuó su camino.

***

Él lo estuvo viendo caminar.

Él lo siguió por un rato, estaba aburrido y decidió perseguir a Darren Madison. Al menos esperaba verlo a él haciendo algo que valga la pena. Ya sea golpeando a otro idiota en la calle o que volviera a embriagarse para así robarle, como lo fue el día viernes, que lo vio salir de un restaurante y luego camino a una tienda para comprar tantas botellas de licor.

Cuando lo vio tirado en el suelo, ebrio y somnoliento. Tomó sus zapatos y su móvil (no lo encontró con la mochila, ya que pudo ver que Madison, bajo efectos de alcohol, la arrojó a un basurero), aunque los zapatos apestaban al mismo diablo, le hizo una simple bromita.

El móvil lo pudo vender.

Pero lo único que no esperaba, era que Kate Morton le haya visto el rostro. Pero podía esperar hasta el día de mañana para ver si en realidad lo pudo ver. Aunque estaba seguro que no pudo lograrlo, ya que la luz allí, era tenue y al verla acercarse, se tapó el rostro a tiempo.

Se puso a vigilar un ratito a Madison, esperando que hiciera algo divertido, o que estallara en gritos. Una vez lo había visto patear los botes de basura de un parque.

Pero nada, el idiota ése caminaba y no hacía nada. Se detuvo por un rato frente a una casa y siguió su ruta. Hasta que luego se detuvo en una esquina y él, pudo ver que Madison miraba una alcantarilla.

Él recordaba perfectamente esa tarde.

Tenía que salir a una fiesta horas después, tan elegante como sea posible. Y claro, se le había ocurrido exagerar con su vestimenta elegante, al llevar un cayado como si fuese uno de los millonarios de la ciudad. Sin embargo, mientras iba a dicha fiesta, divisó a lo lejos que allí estaban persiguiendo a Lancaster. Él se escondió tras una pared y vigilo todo, su vista era tan buena para eso.

Darren le había quitado algo y lo arrojó a las alcantarillas.

Mirar todo ese espectáculo, fue algo que lo maravilló tanto. Luego de que hayan terminado su golpiza, vio que Lancaster tomaba sus cosas y luego llamaba a alguien. Él, pensó que James había llamado a un amigo o al Hospital. Antes de que alguien llegase, quería acercarse y ver cómo quedó ese pobre diablo.

Cruzó a la otra acera y caminó tan sosegado, mientras usaba el cayado como un leve soporte. Él se quedó frente a Lancaster y al darse cuenta que ni siquiera podía levantar la cabeza, se mofó silenciosamente. Sacó de sus bolsillos una moneda y se la arrojó, mientras que en su cabeza pensaba:

Para que compres unas medicinas, vendajes o lo que sea, para que así te cures pronto, idiota.

Y después siguió caminando tan talante. Al menos le dejó algo a Lancaster.

Esa tarde fue divertida, mucho más que la fiesta.

Pero ahora, Darren Madison no hacía nada interesante. Él se aburrió de esperar y se fue a vigilar a alguien más.

Tomó otro camino y se fue alejando de Darren.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top